sábado, 1 de agosto de 2020

164. NUESTRO DEBER DE CONFORTAR Y DEFENDER A LOS AFLIGIDOS.


8 Abre tu boca por el mudo. En el juicio de todos los desvalidos.
9 Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre
 y del menesteroso. (Proverbios 31).

8. Los Desvalidos. Todos los que están en graves dificultades, y que por su pobreza o por el antagonismo de los gobernantes no pueden defenderse ante los tribunales, necesitan la ayuda de gente buena que pueda hablar a favor de ellos (ver Job 29: 12).
9. Defiende la causa del pobre y del menesteroso. Cf. Prov. 21: 13. 
(El comportamiento inmisericorde puede ocasionar una retribución en esta vida, 
y con certeza provocará un castigo en el juicio venidero (Prov. 14: 21; Mat. 18:23-35; 25:41-46; Luc. 6:38; Sant. 2:13). Zac. 7:9; 8:16.  3CBA

EL POBRE DESVALIDO.
HECHO ya todo lo que puede hacerse para ayudar al pobre a satisfacer sus necesidades, quedan aún las viudas y los huérfanos, los ancianos, los desvalidos y los enfermos, quienes requieren también simpatía y cuidados. No hay que desatenderlos jamás. Dios los encomienda a la misericordia, al amor y al tierno cuidado de todos los que él ha establecido por sus mayordomos. MC. 151.

Hermanos (as), hay mucho por hacer. 
Que Dios nos dé los recursos y la buena voluntad de ayudar 
y proteger a los desvalidos, pobres, huérfanos, viudas, ancianos… Amen.
Ministerio Hno. Pio


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