sábado, 9 de diciembre de 2023

19. “LA VIDA DESPUÉS DEL ARREPENTIMIENTO”

Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hechos 2:37,38).

¿Cómo Se Justificará Una Persona Con Dios? ¿Cómo Se Hará Justo El Pecador? Sólo por intermedio de Cristo podemos ser puestos en armonía con Dios y con la santidad; Pero, ¿Cómo Debemos Ir A Cristo?

Muchos Formulan Hoy la misma pregunta que hizo la multitud el día de Pentecostés, Cuando, convencida de pecado, exclamó: “¿Qué Haremos?”

La primera palabra de la contestación del apóstol Pedro fue: “Arrepentíos”. Poco después, en otra ocasión, dijo: “Arrepentíos y convertíos”. Hechos 3:19.

El arrepentimiento comprende tristeza por el pecado y abandono del mismo. No renunciamos al pecado a menos que veamos su pecaminosidad. Mientras no lo repudiemos de corazón, no habrá cambio real en nuestra vida.

Muchos no entienden la naturaleza verdadera del arrepentimiento. Muchas personas se entristecen por haber pecado, y aun se reforman exteriormente, porque temen que su mala vida les acarree sufrimientos.

Pero esto no es arrepentimiento en el sentido bíblico. Lamentan el dolor más bien que el pecado. Tal fue el pesar de Esaú cuando vio que había perdido su primogenitura para siempre.

Balaam, aterrorizado por el ángel que estaba en su camino con la espada desenvainada, reconoció su culpa porque temía perder la vida, mas no experimentó un sincero arrepentimiento del pecado; no cambió de propósito ni aborreció el mal.

Judas Iscariote, después de traicionar a su Señor, exclamó: “He pecado entregando sangre inocente”. Mateo 27:4.

Esta confesión fue arrancada a su alma culpable por un tremendo sentimiento de condenación y una pavorosa expectación de juicio.

Las consecuencias que habría de cosechar le llenaban de terror, pero no experimentó profundo quebrantamiento de corazón ni dolor en su alma por haber traicionado al Hijo inmaculado de Dios y negado al Santo de Israel... Todos los mencionados lamentaban los resultados del pecado, pero no experimentaban pesar por el pecado mismo.

Pero cuando el corazón cede a la influencia del Espíritu de Dios, la conciencia se vivifica y el pecador discierne algo de la profundidad y santidad de la sagrada ley de Dios, fundamento de su gobierno en los cielos, y en la tierra... [El pecador] ve el amor de Dios, la belleza de la santidad y el gozo de la pureza. Ansía ser purificado y restituido a la comunión del cielo. El Camino a Cristo, 23,24 (Ediciones Interamericanas 1961). [351]

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=SWFP91sUavU&list=PLVsLdOIe7sVub3iqYiMu9eoptMRN6QQ7k&index=9&pp=gAQBiAQBsAQB

 

jueves, 2 de noviembre de 2023

18. “ENOC CAMINO CON DIOS”

 

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. (Hebreos 11:5).

Nuestra mayor necesidad es la de un conocimiento de Dios que produzca la transformación del carácter. Si cumplimos su voluntad, habrá en nuestras vidas una revelación de Dios que armonizará con las enseñanzas de su Palabra.

La experiencia de Enoc y de Juan el Bautista ejemplifica lo que debiera ser la nuestra. Debiéramos estudiar las vidas de estos hombres mucho más de lo que lo hacemos, pues uno fue traspuesto al cielo sin ver muerte, Y El Otro Fue Llamado, antes del primer advenimiento de Cristo, a preparar el camino del Señor y a enderezar sus sendas.

Está escrito de Enoc que vivió sesenta y cinco años y engendró un hijo; después caminó con Dios trescientos años.

Durante los primeros años, Enoc amó y temió a Dios, y observó sus mandamientos. Pero luego del nacimiento de su primogénito alcanzó una experiencia más elevada; fue conducido a una relación más estrecha con Dios.

Cuando conoció el amor de su hijo por él y su sencilla confianza en la protección paterna; cuando percibió la ternura y el anhelo profundo de su propio corazón por aquel hijo primogénito, Aprendió Una Preciosa Lección acerca del maravilloso amor de Dios por el hombre manifestado en el don de su Hijo y de la confianza que los hijos de Dios puedan depositar en su Padre celestial. 

El Amor De Dios, Infinito E Insondable, manifestado por medio de Cristo, llegó a ser el tema de su meditación constante. Con todo el fervor de su alma buscó manifestar ese amor hacia quienes lo rodeaban...

Con el paso de los siglos su fe creció en vigor y su amor fue más vivo. Para él, orar era el aliento del alma. Vivía en la atmósfera del cielo...

Los que lo oían percibían el poder de Dios manifestado en su siervo. Algunos escucharon la advertencia y renunciaron a sus pecados, pero la multitud se burló del mensaje solemne...

Durante trescientos años Enoc buscó la pureza del corazón a fin de estar en armonía con el Cielo. Durante tres siglos caminó con Dios. 

Día tras día buscó una unión más íntima; esa unión se hizo más y más estrecha, hasta que Dios lo llevó consigo. Había estado en el umbral del mundo eterno, a un paso de la tierra de los bienaventurados; y ahora se abrieron esos portales, continuó su andar con Dios, tanto tiempo proseguido en la tierra, y entró por las puertas de la Santa Ciudad. Fue el primero de los hombres que llegó allí...

Dios nos invita a una comunión con Dios como ésta. Un carácter santo como el de Enoc ha de ser el que deben alcanzar los que serán redimidos de entre los hombres en la segunda venida de Cristo. Testimonies, t. 8, págs. 329-331. RJ312/EGW/MHP 313

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=S-trbgtZxtk&list=PLtrFh-HO7ogBj4nqf1_gfHDnO7JHVPTor&index=2&pp=gAQBiAQBsAQB


 

sábado, 28 de octubre de 2023

17. “UN CONSTANTE CRECIMIENTO EN LA GRACIA ES VITAL”

Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. (2Pedro 1:10).

La obra de transformación de la impiedad a la santidad es permanente. Día tras día Dios obra la santificación del hombre, y éste debe cooperar con Él, haciendo esfuerzos perseverantes a fin de cultivar buenos hábitos. Debe añadir Gracia Sobre Gracia; y mientras obra así según el plan de adición, Dios obra en su favor mediante el plan de multiplicación.

Nuestro Salvador está siempre dispuesto a oír y contestar la oración que eleva el corazón contrito, y multiplica para los fieles su gracia y su paz.

Gozosamente derrama sobre ellos las bendiciones que necesitan en sus luchas contra los males que los acosan.

Hay Quienes Intentan Ascender La Escalera Del Progreso Cristiano, Pero mientras avanzan, comienzan a depositar su confianza en el poder del hombre, y pronto pierden de vista a Jesús, el autor y consumador de la fe. El resultado es el fracaso, la pérdida de todo lo que se había logrado.

Ciertamente es triste la condición de los que habiéndose cansado del camino, permiten al enemigo de las almas que les arrebate las virtudes cristianas que habían desarrollado en sus corazones y en sus vidas.

"Pero el que no tiene estas cosas -declara el apóstol- tiene la vista muy Corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados" (2 Pedro 1:9).

El apóstol Pedro había tenido una larga experiencia en las cosas del Señor, Su fe en el poder salvador de Dios se había fortalecido con el transcurso de los años, hasta que hubo probado, más allá de toda duda, que no hay posibilidad de fracasar para el que, al avanzar por fe, asciende peldaño tras peldaño, siempre hacia arriba y hacia adelante, hasta el último tramo de la escalera, que llega a los mismos portales del cielo.

Por Muchos Años Pedro Había Insistido Ante Los Creyentes Acerca De La Necesidad De Crecer Constantemente En La Gracia Y En El Conocimiento De La Verdad; y ahora, al saber que pronto iba a ser llamado a sufrir él o por causa de su fe, llamó una vez más la atención de ellos a los preciosos privilegios que están al alcance de todo creyente.

Con plena certidumbre de fe, el anciano discípulo exhortó a sus hermanos a tener firmeza de propósito en la vida cristiana. "…Procurad -rogaba Pedro- hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estás cosas, no caeréis jamás.

Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 Pedro 1:10,11). ¡Preciosa seguridad! ¡Gloriosa es la esperanza del creyente mientras avanza por fe hacia las alturas de la perfección cristiana! -Los hechos de los apóstoles, págs. 439-441. RJ307/EGW/MHP 308

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=HqTgs_RjK8w&list=PLtrFh-HO7ogAhSCQQNknR0y3dwN8Pp3F9&index=28&pp=gAQBiAQBsAQB