domingo, 14 de junio de 2020

02. EL TIEMPO DE DIOS Y EL TIEMPO DEL HOMBRE.


¿Cómo sincronizar el tiempo, los propósitos de Dios en nuestras necesidades diarias?
La oración modelo que Jesús enseño a sus discípulos, conocida como el Padre Nuestro. 
Tiene un elemento primordial, que nunca debería de faltar en toda oración. 
“Que se haga siempre la voluntad de Dios” (San Mateo 6:10).
En el Getsemaní este elemento estuvo presente, cuando tres veces Jesús pidió a su Padre que le permitiera pasar esa prueba sin morir en la cruz, pero esperó que se hiciera la voluntad de Dios. (San Mateo 26:36-44).
  
Hablar de la voluntad de Dios es hablar de Dios mismo, es hablar de algo infinito, algo supremo, incomprensible plenamente…. Un ser que está por encima de todo lo imaginable, como el tiempo y el espacio por ejemplo. Un Dios fuente del  amor y de justicia.
Al estudiar la biblia por más de tres décadas, he encontrado temas difíciles de asimilar, 
y a través del tiempo, el señor me ha ayudado y enseñado por medio de su Espíritu.
Por ejemplo, el tema de hoy, están complejo de entender.

¿Cuánto De La Ayuda Divina Realmente Llega A Nosotros 
Y El Porqué De La Demora En Algunos Casos?

Y muchas veces lejano y distante de nuestros problemas crónicos. Pero sí; presente en las necesidades básicas de nuestro diario vivir como alimento, abrigo, un lugar donde morar, seguridad, protección…etc.
En esta oportunidad trataré de describirlo con la ayuda de su Espíritu; del porque muchas veces nuestros ruegos y súplicas sobre un determinado tema personal no es atendido prestamente, como si lo es en otras áreas de nuestra vida. Para ello basaremos nuestros conceptos con algunos ejemplos bíblicos.

Pero antes debemos definir en que consiste la voluntad de Dios, y como actúa.
Porque cuando oramos, debemos pedir que se haga siempre su voluntad.
¿Qué es la voluntad de Dios?
¿Será Que Puede Ser Influenciado Por Nuestros Ruegos?
¿Cuándo Esto Es Posible, Y Cuando No Lo Es?
¿Por Qué Se Demora En Responder?
Veamos algunos ejemplos registrados en la Biblia.
1 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas. 2 Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida. 3 Y las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.  (Gen 8:1-2 R60)


LA ESPERA DE ABRAHAM
A la edad de 75 años se le dio la promesa de que tendría su hijo. Pero lo había buscado y esperado por todo ese lapso de tiempo, que demoró la respuesta.
1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. (Gen 12:1-4 R60).

Después de 24 años de espera, se le confirmó que llegaría a tener su hijo conforme a la voluntad de Dios. Sabemos que a los 85 años de edad por influencia de su esposa, tuvo un hijo con su sierva. Pero esta acción fue contraria 
a la voluntad de Dios.

Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.
2 Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.
3 Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:
4 He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.
5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.
6 Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.
7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.  
(Génesis 17:1-7 R60)

2 Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.
3 Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac.
4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado.
5 Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo.
(Génesis 21:2-5 R60)

EL DILEMA DE RAQUEL
No se precisa cuanto tiempo espero Raquel por realizarse como madre, 
pero no fueron pocas.
Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos. (Génesis 30:22 R60).


EL DILEMA DE ISRAEL
Este caso me asombra más, de que después de más de cuatro siglos. Dios actuó.
23 Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.
24 Y OYÓ DIOS el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.
25 Y miró Dios a los hijos de Israel, Y LOS RECONOCIÓ Dios… Y el tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años.
(Éxodo 2:23-25; 12:40 R60).
Causas del porque Israel estuvo en Egipto tantos siglos.
Ø Primero. Porque la tierra a donde irían estaba ocupada aún.
Ø Segundo. Porque el tiempo de gracia para los cananeos duró todo ese tiempo. 
Génesis 15:16.
*La otra, es que de haberse quedado en Canaán; habrían terminado como esos pueblos que Dios destruyó. 


EL DILEMA DE ANA
El sufrimiento de Ana, fue como las demás historias que duraron muchos años.
Un lector me escribía y me decía que estaba pasando por una aflicción muy dura y que llevaban más de cuatro meses.  Imagínense los años de sufrimiento de esta mujer. Lo normal para ella era estar triste.  Leamos su historia
Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo.
2 Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. 
Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.
3 Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová.
4 Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte.
5 Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos.
6 Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos.
7 Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba,
 y no comía.
8 Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?
9 Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová,
10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.
11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
12 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella.
13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.
14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino.
15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.
16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.
17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.
18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.
19 Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.
20 Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová. (1Sa 1:1-20 R60).

Esta es una historia conmovedora  y  nos enseña de la forma de como resolvió su drama Ana. Oró por años. Sabes a veces podemos orar por años, pero no estamos orando como debemos orar, y aquel día Ana oró, como debería orar conforme a la voluntad de Dios y Dios respondió dándole un hijo, y de esa manera quito su grande pesar y aflicción. Por qué no estuvo más triste. Porque se realizó como madre y era lo único que le faltaba para ser feliz.

En este pasaje vamos encontrando respuestas a nuestro dilema principal, de cómo alcanzar la voluntad de Dios, para que nuestras oraciones encuentren respuestas.  
Y es orar y tener fe, como Dios quiere.
Ahora sabemos que hay un momento adecuado en la que estamos en armonía con Dios, 
y se hace su voluntad.


VEAMOS ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES, POR LOS CUALES ENTENDER LA VOLUNTAD DE DIOS AL ORAR Y ESPERAR UN RESPUESTA AFIRMATIVA.
1° Paso: EL ESPIRITU ADECUADO: Orar como Dios quiere que oremos, que oremos como a él le agrada. El caso de Ana; ella oró  con todo su ser; con todo su espíritu. Con todo fervor, con toda su fuerza, como que era su única y última oportunidad, Y agradó a Dios, y contesto su pedido. 
(1 Samuel 1:1-20). 
Recordemos: Solo Dios contestará nuestras oraciones, si oramos siempre conforme a su voluntad. Así como cuando queremos comunicarnos por teléfono, o ingresar a nuestro correo personal etc. Necesitamos actuar conforme a las reglas establecidas. Ingresando los números y claves correctas. Ir en contra de esos principios, solo tendríamos chascos innecesarios. Dios pide perfección a sus hijos. (San Mateo 5:48).

2° Paso: EL PAPEL DE LA IGLESIA: Estar  en el lugar y con el espíritu adecuado.  Muchas veces cuando he orado, más de tres días sobre un determinado asunto, veía que no había respuesta, entonces avisaba  al grupo de oración que existe en la iglesia. Entonces encontraba respuesta del Señor.  La iglesia fue puesta por Dios, con un propósito de reunir a todos sus hijos como una sola persona, como un solo cuerpo. Y Ana, fue a la iglesia,  y en la iglesia por fin recibió, lo que por años había anhelado encontrar.  Y fue madre de muchos hijos.  1 Samuel 2:21.

3° Paso: LA BENDICIÓN DEL LÍDER ESPIRITUAL. En aquellos tiempos bíblicos, era el sacerdote o sumo sacerdote.
Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. 
(1Sa 1:17 R60).

Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová. Y se volvieron a su casa. Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.
(1Samuel 2:20-21 R60).

En el Nuevo Testamento y estos tiempos 
son tres los líderes que tienen esa categoría espiritual:
a). El Pastor de la Iglesia.
b). Los Ancianos u Obispos de Iglesia.
c). Los Diáconos.
Todos estos líderes son ungidos, ordenados para ejercer dicho ministerio.
Por eso San Pablo dice:Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”. (Hebreos 13:17 R60).
Por tanto es necesario en algunos casos que oren por nosotros y con nosotros directamente. 
Y nuestra oración tendrá éxito.

4° Paso: LA FE: La Fe es un elemento fundamental en la oración, y actúa de una manera efectiva para la respuesta divina. Primeramente  Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve…Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. 
(Hebreos 11:6 R60). Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
 (San Mateo 21:22 R60).

5° Paso: EL TIEMPO DE DIOS: Dios tiene el tiempo fijado cuando responderá. Recordemos cuando Nació Jesús. “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, (Gálatas 4:4 R60). Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. (San Juan 12:49 R60).

Si en todo lo que hace en lo que respecta a la salvación del hombre, estaba planificado y cumplido cronométricamente. ¿será diferente en relación a la oración del hombre?
¡Claro que no! Dios es un Dios de Orden. En toda la biblia muestra ese principio, por ejemplo.
 (1 Corintios 14:40; 15:23; Hechos 17:25). Y toda oración es respondida solo si Dios así lo permite.  Y responde a sus amados (Daniel 9:23).

6° Paso: PEDIR CONFORME A SU VOLUNTAD. El Propósito principal de nuestros pedidos, marcara la gran diferencia. “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. (Santiago 4:3 R60). Nuestro pedido tiene que ser sin mezcla de egoísmo.
7° Paso: CONFESAR NUESTROS PECADOS Y PEDIR PERDON A DIOS: Confesar nuestros pecados y apartarnos de prácticas contrarías a la voluntad de Dios, expresadas en sus Diez Mandamientos. Y ampliadas en la Santa Biblia y los Testimonios del Espíritu de Profecías, darán éxito a nuestros pedidos. “El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable…El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. (Pro 28:9,13 R60). Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. (2Cronicas 20:20 R60).
8° Paso: TENER ESPIRITU DE PERDON Y AYUDA: Estar en paz con el prójimo es muy importante también. “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas. 
(San Marcos 11:25-26 R60).
Jesús dijo ama a tu prójimo como a ti mismo: No solo perdonar a todos, también debemos ayudar de una manera efectiva, supliendo las necesidades básicas, como Jesús lo hacía cuando estaba en este mundo, porque eso agrada a nuestro Dios. (San Mateo 25:31 -40).

9° Paso: ESTAR EN PAZ CON EL CONYUGE: Si eres casado o casada, estar en paz con tu cónyuge es de agrado al Señor. “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”. (1Pedro 3:7 R60)
10° Paso: ACEPTAR LA VOLUNTAD DE DIOS SIEMPRE: Otra forma como Dios responde, es mostrando o sobreponiéndose a nuestra voluntad, su voluntad. “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Cor. 12:7-10 R60).

“Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude”.  (Jeremías 20:7-9 R60).

Dios en su pacto con sus hijos, viene con el corazón en la mano, con toda la claridad. Y están registrados todos los acuerdos en su palabra; la Santa Biblia.

Para no tener chascos en la vida espiritual, es necesario entender estos pasos. Nuestro Dios, no siempre nos dará todo lo que le pedimos. Pero si responderá a todos, 
ya sea afirmativamente o no. Pero responderá. Amen.
Ministerio: Hno. Pio