24 No hay cosa mejor para el hombre, sino
que coma y beba, y que su alma
se alegre en su trabajo. También he visto
que esto es de la mano de Dios.
25 Porque ¿quién comerá, y quién se
cuidará, mejor que yo?
26 Porque al hombre que le agrada, Dios le
da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y
amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción
de espíritu. (Eclesiastés 2).
24. Coma y
beba. Salomón
presenta su conclusión, basada en lo que experimentó en la vida.
Piensa que no hay ganancia final. Por
lo tanto, ¿por qué no comer, beber y disfrutar de las cosas que ofrece la vida?
Que su alma se alegre. Heb. "muestre el bien a su
alma". "Alma" se refiere aquí a los deseos o apetitos de la
persona (ver Prov. 10: 3; 13: 25; 27: 7; ver com. Gén. 2: 7; 9: 5; Deut. 6: 5).
La declaración quizá signifique disfrutar en realidad de los frutos de los trabajos de uno, y también a la satisfacción que proporciona el cumplir con los planes y propósitos propios.
La declaración quizá signifique disfrutar en realidad de los frutos de los trabajos de uno, y también a la satisfacción que proporciona el cumplir con los planes y propósitos propios.
La mano de Dios. Dios quiere que el ser humano no
sólo goce de los frutos de su trabajo, sino que también se complazca en la
realización de sus tareas. Esta expresión sugiere también que Salomón reconocía
el poder soberano de Dios y el desenlace feliz que él reserva para sus hijos
terrenales, a pesar del sufrimiento y los desengaños.
25. ¿Quién
Se Cuidará?
Mejor, "¿quién
experimentará más que yo?" Quizá Salomón hable de la obra de su vida, y
afirme que su capacidad para apreciar los frutos de ella es mayor que la de
cualquier otro. Tal vez hable Dios (vers. 24), y entonces la traducción del
vers. 25 sería: "¿Quién comerá y tendrá [mejor] experiencia aparte de él
[Dios]?" "¿Quién puede comer y beber sino gracias a Él?" (NC).
26. Porque
... Dios le da. La
conjunción causal "Porque" coordina el vers. 26 con el vers. 25; y
ambos a su vez se vinculan con el vers. 24. Salomón confiesa el poder
omnipotente y la vigilancia omnipresente de Dios, quien no abandona a sus
hijos.
Al pecador. Al transgresor, al que rechaza y resiste
la voluntad de Dios.
Heb. "el que yerra el blanco".
Heb. "el que yerra el blanco".
De recoger. El pecador desperdicia su vida en
trabajos que no le dan entrada al reino eterno.
Todo lo que acumula es tan sólo para esta
vida pasajera. Se afana por amontonar riquezas, las acumula, pero no con un fin
eterno (ver Mat. 13: 12; 25: 28; Luc. 12: 20).
Agrada a Dios. La idea de que el fruto de los trabajos
del impío pueda ser dado al justo se halla en Job 27: 16, 17; Prov. 13: 22; 28:
8.
Aflicción de espíritu. Ver com. cap. 1: 14.
El énfasis aquí radica en el hecho
fundamental
de que Dios dispone como le place. 3CBA
de que Dios dispone como le place. 3CBA
Ministerio Hno.
Pio
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