Dios es misericordia.
Anticipa sus bondades, antes de ejecutar juicio. Pero su Pueblo no entienden
razones. Al contrario, se ponen más arrogantes…
8 El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel. 9 Y la sabrá todo el pueblo, Efraín y los moradores de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen: 10 Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los cabrahigos, pero en su lugar pondremos cedros. 11 Pero Jehová levantará los enemigos de Rezín contra él, y juntará a sus enemigos; 12 del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y a boca llena devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida. (Isaías 9).
8. A Jacob. Según se ve claramente en el contexto (vers. 9-17), el mensaje que se
presenta a continuación iba dirigido "contra Jacob" (NC, VM), como
presagio del castigo divino. Con este versículo comienza una nueva sección que
llega hasta el cap. 10: 4, en la cual el Señor reprende a la nación de Israel.
La visión del Rey que reinará en gloria ha concluido, y el profeta vuelve su
atención a los problemas de la situación inmediata. Esto ocurre en la misma
época en que fueron escritos los capítulos anteriores, porque Rezín de Siria
aún vivía (vers. 11); por lo tanto, el mensaje debe haberse presentado entre
los años 735-732 a. C., fecha cuando murió Rezín.
En Israel. En este versículo se nombra a Jacob y a Israel. El mensaje del cap. 9:
8-10: 4 se dirige en primera instancia contra las diez tribus rebeldes, a las
cuales generalmente se llama Efraín o Samaria (cap. 9: 9, 21). Pero en el vers.
14 es muy probable que se emplee la palabra "Israel" para designar a
la nación del norte. En el vers. 8, ¿se refiere Israel a la nación del norte, y
Jacob a la del sur, es decir a Judá? Si así fuera, debe entenderse que el Señor
envió este mensaje por medio de Judá a Israel. Por otra parte, en un
sentido más general, Isaías muchas veces emplea los términos Jacob e Israel
para representar a todo el pueblo escogido de Dios (cap. 10: 20-22; 27: 6; 29:
23; 40: 27; 41:8, 14; 43: 1, 22, 28; 44: 5; 46: 3; 48: 1, 12; 49: 6). Después
de la caída final del reino del norte se emplean por lo general ambos términos
para designar a Judá.
9. Efraín. El Señor había afirmado que Efraín y Siria no tendrían éxito en su
campaña contra Judá (cap. 7: 4- 7). Ya habían experimentado algunos reveses,
pero Peka, rey de Israel, todavía estaba decidido a continuar atacando al reino
de Judá. Altivez De Corazón. Con perversa arrogancia, Peka
rehusó aceptar las advertencias pronunciadas por Isaías, y decidió llevar a
cabo lo que había maquinado en contra de Acaz.
10. Edificaremos. Isaías se refiere aquí al fracaso anterior de Peka,
quien ahora hacía planes de recuperar lo perdido (cap. 7: 1). Es como si se
hubiera demolido un edificio de ladrillos y Peka se propusiera edificarlo de
nuevo, pero con piedras. Los "cabrahígos" ("sicómoro", Luc.
17: 6; 19: 4) fueron cortados, pero Peka los reemplazaría con cedros, más caros
y más durables (1 Rey. 10: 27). Estaba demostrando su perversidad y abierto
desafío contra la voluntad divina.
11. Los Enemigos. Jehová enviaría a los asirios, enemigos de Rezín,
contra Israel. Ver 2Rey. 15: 29, en donde se relata el ataque de Tiglat-pileser
contra Peka.
12. Los Sirios. En este momento Siria y Efraín estaban aliados contra Judá (cap. 7: 12),
pero el Señor prometió hacer que los sirios se volvieran contra Israel, su
enemigo tradicional. Las alianzas entre las naciones del Cercano Oriente eran
transitorias, y el aliado de hoy podía transformarse en acérrimo enemigo al día
siguiente. Los sirios atacarían por el "oriente" y los filisteos por
el "poniente". El hebreo dice: "Aram por delante y los filisteos
por detrás" (BJ). Debe recordarse que los hebreos señalaban las
direcciones desde el punto de vista de uno que mira hacia la salida del sol: el
este quedaba delante, el oeste detrás, el sur a la derecha. Los sirios vendrían
desde el norte y el este; los filisteos desde el sur Y el oeste. En cuanto a
direcciones cardinales, ver com. Gén. 29: 1; Exo. 3: 1; Núm. 3: 23).
Todavía Su Mano Está Extendida. Compárese con Exo. 7: 19; 8: 5; etc; Isa. 5: 25,
donde se emplea la misma expresión en relación con otros castigos. Jehová ya
había castigado a Israel, pero su mano estaba extendida como si fuera a herir
de nuevo a la nación. Tiglat-pileser III tomó grandes porciones de Israel, pero
no lo destruyó. El asedio de Salmanasar V, aún futuro en ese momento, acabaría
por completo con la nación. 4CBA/Ministerio Hno. Pio
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