7. Vi Vanidad. Salomón se refiere a otro fenómeno de la vida: la avaricia.
8. Hombre SOLO. Se describe a una persona solitaria, aislada y sin amigos ni compañeros
íntimos: no tiene parientes ni amigos, ni herederos que puedan continuar sus
labores.
No tiene hijo ni hermano. Un cuadro muy
triste de soledad, con poco incentivo para estimular el esfuerzo. Trabajar para
sostener a los amados es una tarea noble y satisfactoria; sentir
responsabilidad por ellos es eficaz para desarrollar el carácter. Sin un
incentivo tal, la gente se vuelve egocéntrico y se secan los manantiales de la
bondad.
Nunca cesa. De la raíz verbal
"amputar". Este ser solitario, del cual no dependen otros, continúa
trabajando y acumulando con un celo digno de propósitos más elevados.
Se sacian de sus riquezas. Mientras más
acumula, más anhela. Para él, la adquisición de riquezas se ha convertido en
una obsesión (ver Prov. 27:20). Hay pocos que estén contentos con su suerte.
Defraudo mi alma. Es decir,
"me niego a mí mismo" (ver en com. Sal. 16:10 el uso de néfesh).
Este avariento nunca se pregunta por qué trabaja tan incesantemente. Está
cegado por el deseo, y por eso se entrega a amasar riquezas aunque ello no le
proporciona satisfacción. Es una virtud cristiana ser laborioso, pero
enteramente contento bajo la protección de Dios (Rom. 12: 11; Efe. 4: 28; 1
Tim. 6: 8; Heb. 13: 5). La indolencia no es recomendable en el cristiano (Prov.
12: 24; Ecl. 10: 18).
Duro trabajo. Mejor, "una mala ocupación" o "una tarea detestable". 3CBA Ministerio Hno. Pio
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