11 Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre? 12 Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol? (Eclesiastés 6).
11. Palabras. Los seres humanos tienen la
inclinación a hablar y a quejarse, pero la superabundancia de palabras no
mejora ninguna situación. Aprovecha más que el hombre aprenda a confiar en
su Creador (Isa. 45: 11-18; Hech. 17: 24-31).
¿Qué más tiene el hombre? Heb. "¿Qué
ventaja para el hombre?" Las muchas palabras y vanas especulaciones poco
contribuyen a superar las dificultades de la vida.
12. ¿Quién sabe cuál es el bien? O sea, las
cosas de la vida por las cuales vale la pena vivir. Como el ser humano no puede
descubrir por sí mismo el bien fundamental de la vida, debe reconocer que de
nada le sirve quejarse y disputar con Dios. Esta pregunta anticipa una
respuesta negativa.
Como sombra. Se compara al hombre con
una sombra fugaz. Su duración es breve; luego se desvanece (ver 1 Crón. 29: 15;
Job Z: 9; Sal. 102: 11; 144: 4; cf. Sant. 4: 14).
¿Qué será? El hombre no puede apartar el velo del futuro. Su vida no es más que un momento entre dos eternidades. Las cosas terrenales son transitorias; las invisibles, eternas, y están en la mano de Dios. (ver 2 Cor. 4: 17, 18). 3CBA/Ministerio Hno. Pio
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