lunes, 24 de agosto de 2020

262. JUICIO CONTRA LAS HIJAS DE SION.

Algunos dicen: “La moda no incómoda”. Pero, por imitar y vivir conforme a la moda de los pueblos paganos, las hijas de Sion son Incomodadas y juzgadas por Dios, y condenadas a vivir en la completa humillación… ¿Y Qué, con las hijas de Sion de Hoy?

16 Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies; 17 por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, y Jehová descubrirá sus vergüenzas. 18 Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas, 19 los collares, los pendientes y los brazaletes, 20 las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos, 21 los anillos, y los joyeles de las narices, 22 las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas, 23 los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados. 24 Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceniciento de silicio, y quemadura en vez de hermosura. 25 Tus varones caerán a espada, y tu fuerza en la guerra. 26 Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra. (Isaías 3).

16. Las hijas de Sion. Después de haber descrito la situación de los príncipes y ancianos de Israel, Isaías se dedica a considerar a sus esposas e hijas que eran tan degeneradas como ellos. En ningún otro pasaje bíblico puede encontrarse una descripción tan detallada de la corrupción femenina. Se describe a las mujeres del tiempo de Isaías tal cual eran: vanas, arrogantes, altivas, orgullosas, más interesadas en sí mismas que en el Señor o en las necesidades de quienes las rodeaban. En notable contraste, Pedro presenta un cuadro ideal de la mujer cristiana (1 Ped. 3: 1-5). La arrogancia era la característica destacada de las "hijas de Sión"; pero la característica sobresaliente que Dios deseaba ver reflejada en sus vidas era el "espíritu afable y apacible".

Andan. Las hijas de Sión imitaban el modo de andar de las rameras a fin de atraer la atención de los hombres. "Andan con el cuello estirado y guiñando los ojos, y andan a pasitos menudos, y con sus pies hacen tintinear las ajorcas" (BJ). Con cuello erguido, ojos desvergonzados, "pasitos menudos" (BJ) y miradas llenas de coquetería, las mujeres andaban por las calles procurando hacerse admirar para atrapar a sus víctimas (cf. Prov. 7: 6-21).

Haciendo son. En algunos países del Cercano Oriente se ataban campanitas de plata a los tobillos, las cuales tintineaban al caminar el que las llevaba. Las ajorcas o brazaletes se llevaban tanto en las piernas como en los brazos, y producían un tintineo cuando las muchachas caminaban por la calle. Las "hijas de Sión" seguían, pues, las costumbres de las naciones corruptas que rodeaban a Israel.

17. Raerá la cabeza. Las mujeres tendrían que raparse el cabello, ya fuera por enfermedad o en señal de vergüenza. Serían víctimas de crueles invasores que las despojarían de sus costosas ropas.

18. Atavío. "Adorno" (BJ), "hermosura". Calzado. Heb. 'akasim, "ajorcas" (BJ), de la raíz 'akas, "tintinear", "sacudir brazaletes". En el vers. 16, "haciendo son" se traduce de la misma raíz.       Las redecillas. Heb. shebisim, algún tipo de cinta de oro o plata llevada en la cabeza. Lunetas. Heb. saharonim, "lunitas". Probablemente adornos en forma de luna creciente, que se llevaban en el cuello. En el Cercano Oriente se ponían en el cuello muchos adornos de oro, plata o piedras preciosas.

19. Los collares. Heb. netifoth, "gotas". Sin duda algún tipo de pendientes usados en las orejas.       Los pendientes. Mejor "brazaletes". Los brazaletes eran, y siguen siendo, uno de los 158 adornos preferidos en los países del Cercano Oriente. Muchas veces eran grandes y llamativos, y se usaban varios a la vez. Los brazaletes. Heb. re'aloth, "velos".

20. Las cofias. He. pe'erim, "tocados" de varias clases. Entre ellos coronas, cintas, sombreros y peinetas o broches de cabello con muchos adornos. Cf.  Eze. 44: 18 y Exo. 39: 28, donde la palabra pe'erim se emplea para referirse a los turbantes de los sacerdotes. Los atavíos de las piernas. Heb. tse'adoth, "ajorcas", "cadenillas de los pies" (BJ). Muchas veces las mujeres del Cercano Oriente se adornaban piernas y pies tanto como manos y brazos.

Los partidores del pelo. Heb. qishshurim, "ceñidores" (BJ). Algún tipo de cinta o banda que se ataba en la cabeza o en el busto. Era un adorno usado en la vestimenta de las mujeres de los países del Cercano Oriente, especialmente de las novias. Cf. Jer. 2: 32, donde la palabra qishshurim se traduce como "galas" o "cinta" (BJ). Pomitos de olor. Literalmente, "cajas de aliento" o receptáculos de perfumes. Zarcillos. Heb. lejashim, "amuletos" (BJ, BC, NC) o encantos, los cuales probablemente se esperaba que produjeran algún efecto mágico en quien los llevaba.

21. Anillos. Heb. tabba'oth, "anillos" o "sortijas" para los dedos o las orejas. Se emplea también para referirse a los "anillos para sellar" (cf. Gén. 41: 42; Exo. 35: 22; Núm. 31: 50; Est. 8: 8). Joyeles de las narices. "Aretes de nariz" (BJ). Un adorno común en tierras del Cercano Oriente, tanto antaño como ahora.

22. Ropas de gala. "Vestidos preciosos" (BJ, NC). Mantoncillos. "Mantos" (BJ), "túnicas" (NC), o vestimentas exteriores. Velos. Heb. mitpajoth; mantos o "chales" (BJ) llevados por encima del vestido. En Rut 3: 15 se designa con este término el "manto" de Rut. El rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto omite esta palabra (ver t. I, p. 35; t. IV, pp. 128-130). Bolsas. Heb. jaritim. Probablemente bolsos o carteras (2 Rey. 5: 23).

23. Espejos. Heb. gilyonim, de la raíz galah, "descubrir, revelar". No puede saberse si gilyonim se refiere a "vestidos transparentes", según lo indicaría la traducción de la LXX, o a "espejos", siguiendo la traducción de la Vulgata. Los vestidos transparentes eran comunes en el antiguo Egipto, y posiblemente fueron usados por las mujeres de la apóstata Judá. También eran comunes en el antiguo Cercano Oriente los espejos de metal pulido (ver com.  Exo. 38: 8). Tanto la posición de este elemento entre otros del ajuar femenino, como el estudio de la palabra hebrea parecen indicar que más bien se trataba de un vestido transparente y no de un espejo.

Lino fino. En el antiguo Cercano Oriente eran muy cotizados los vestidos de lino fino, algunas veces comparables con la más fina seda o la más ligera gasa. Gasas. Aquí la RVR parece invertir el orden del hebreo, que pone primero a los "tocados" o "turbantes" (BJ) y luego las "gasas" o "velos" o "mantillas" (BJ) con las cuales se completaba el atuendo.

24. Perfumes aromáticos. Posiblemente el perfume extraído del bálsamo. Hediondez. También "olor a rancio". Muchas mujeres que vivían en medio del lujo perderían toda su riqueza y serían llevadas cautivas a países extraños. Los asirios fueron vencedores crueles. Senaquerib afirma haber llevado cautivos a Asiria, en el año 701 a. C., a 200.150 habitantes de Judá. Entre los cautivos menciona específicamente a hijas de la casa real, concubinas del rey y músicos, tanto mujeres como hombres. Muchas de las "hijas de Sión" que lucían sus galas cuando Isaías pronunció su severísima reprensión, sin duda estaban entre las que, despojadas de sus adornos, con vergüenza y en desgracia fueron llevadas a Asiria. En vez del perfume aromático del bálsamo, habría hediondez de miseria, peste y muerte.

Cuerda en lugar de cinturón. "En vez de cinturón, un cordel" (NC). En vez de un cinto bordado, habría harapos; en lugar de "cinturón", una "soga" alrededor de la cintura. Compostura del cabello. Heb. miqsheh, "peinado artificioso" (BJ), "trenzas" (NC). En vez de un hermoso cabello bien peinado, se vería la cabeza rapada de la esclava. Ropa de gala. Heb. pethigil, "vestido fino", de buen material y hermosamente confeccionado. En lugar de tal vestido, no habría para cubrirse más que un pedazo de saco en la cintura.

Quemadura en vez de hermosura. Esta traducción se basa en el texto masorético hebreo (ver t. I, pp. 38-40), el cual reza: ki-tájath yofi. Tanto la LXX como la Vulgata omiten 159 totalmente esta frase, aunque la revisión de la LXX, hecha por Luciano incluye la traducción interpretativa táuta sói antí kallopismóu, "todo esto para ti [será] en vez de adorno". De este modo se entiende que la última frase del vers. 24 es un resumen de todo el versículo y no el punto final de la lista de calamidades. La traducción de la RVR da por sentado que la palabra hebrea ki proviene del verbo kawah, "quemar", "chamuscar", "grabar a fuego". No se conoce ningún otro caso donde se emplee así la palabra ki, y es difícil concebir que aquí tenga ese sentido. Muchos traductores y comentadores modernos han seguido la traducción de la RVA, sugiriendo que las mujeres de Jerusalén recibirían, como los animales, una marca grabada con fuego, como señal de su esclavitud. El descubrimiento del rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto, que data más o menos del año 125 a. C., o sea unos 1.000 años antes que el texto masorético de Isaías más antiguo (ver t. I, p. 35; t. IV, pp. 128-130), resuelve el problema con ki-tájath yofi bósheth: "así, en vez de hermosura, vergüenza" (NC). En esta frase, la palabra ki cumple su función normal.  Equivale a "porque", "así". En este caso presenta el resumen de Isa. 3: 24. Puede verse en la explicación de este pasaje el valor que han tenido los rollos de Isaías encontrados cerca del mar Muerto, para dar a conocer el texto original hebreo.

25. Espada. En el castigo que sobrevendría, los varones de Judá caerían ante la espada de los ejércitos invasores. Sería imposible decir cuántos miles perecieron en Judá, asesinados por los asirios durante el tiempo de Isaías. Si fueron llevados cautivos más de 200.00 hombres y mujeres cuando Senaquerib invadió a Judá en 701 a. C., es posible que el número de muertos en esta primera campaña suya haya sido aún mayor (ver com. 2 Rey. 18: 13). Por otra parte, es de notar que Senaquerib con frecuencia es dado a la exageración. Tu fuerza en la guerra. Senaquerib afirma que los mejores soldados de Ezequías cayeron en sus manos. Sin duda, muchos de los soldados más valientes murieron; y muchos otros fueron llevados cautivos a la lejana Asiria.

26. Sus puertas. Se describe a Jerusalén con el símbolo de una mujer desolada y afligida que, sentada en el suelo, llora amargamente por las desgracias que la han abrumado. El caso del antiguo Israel fue registrado "para nuestra enseñanza" (Rom. 15: 4), "para amonestarnos"         (1 Cor. 10: 11), a fin de que no cometamos los mismos errores (1 Cor. 10: 1-10) y, como resultado, podamos cumplir el glorioso propósito que Dios tiene para su pueblo hoy.             (ver Heb. 3: 7-8, 12-15; 4: 1-3, 11, 14- 15). 4CBA/Ministerio Hno. Pio


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