miércoles, 26 de agosto de 2020

265. LA VIÑA DEL SEÑOR (ISAÍAS 5:1-7).

Isaías 5:1-7. Es la ingratitud y maldad del pueblo de Dios, que recibió todos los beneficios y bendiciones de Dios. Pero fue en contra de ese legado. Lo fue en esos tiempos del profeta Isaías… y lo fue en los tiempos de Jesús. No aprendieron del pasado. ¡Qué lección para nosotros, para saber valorar las bendiciones divinas!

1AHORA cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. 2 La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edifica do en medio de ella una torre, y hecho también ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. 3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. 4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? 5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. 6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. 7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor. (Isaías 5).

1. Ahora cantaré. En algunas ocasiones Isaías profetiza desastres; en otras, esperanza. Se expresa con palabras tiernas y afectuosas; luego, con palabras de ira y furor. En el cap. 1:10 se dirige a los caudillos de Jerusalén llamándolos "príncipes de Sodoma", y al pueblo lo denomina "pueblo de Gomorra". En este pasaje se presenta ante Israel como un trovador que entona una canción patriótica para deleite de su pueblo. Compárese esto con muchos de los salmos de David y el Cantar de los Cantares (ver Amós 6: 5).

Cantaré por mi amado. A semejanza de otros profetas, Isaías fue un consumado poeta que presentó muchos de sus mensajes en forma de cantos y poesías (cap. 6: 10-13; 9: 2-21; 10: 1-11, 13-19, 28-34; 11: 1-9, 12-16; 12; 13: 2- 22; 14: 4-21, 24-32; 15; 16: 1-11; 17: 1-6, 10-14; 18; 19: 1-15; 21: 1-15; 22: 1-8; etc.). Mi amado. El "amado" dueño de la viña era Dios. La viña era la nación de Israel (Sal. 80: 8-16; Mat. 21: 33-41). Ladera fértil. La "ladera fértil" era la tierra de Canaán; en forma particular, posiblemente  se refiere a Jerusalén.

2. La Había Cercado. Mejor, "la cavó" (BJ, NC). En hebreo bíblico, la palabra 'azaq, traducida "cercado", significa "cavar". La traducción "cercar" viene del hebreo postbíblico. Sin embargo, del contexto se deduce que también la viña tenía "cerca" o "vallado" (Isa. 5: 5; cf. Mat. 21: 33) en torno de ella. Dios colocó un cerco protector en derredor de su pueblo para resguardarlo. Su ubicación en la altiplanicie central de Palestina, lejos del con tacto inmediato con las naciones vecinas, constituía una salvaguardia. La ley de Dios y 164 los mensajes que el Señor envió por medio de sus profetas tenían el propósito de preservarlo del mal.

Despedregado. Es posible que las piedras quitadas representen a los pueblos autóctonos del país, con su religión idolátrica y sus costumbres impías. Vides escogidas. Representan al pueblo de Israel, cuidadosamente escogido por Dios mismo (vers. 7). Una torre. La torre representa el templo (DTG 547). Un lagar. Puede interpretarse que se refiere a instituciones como las escuelas de los profetas, medios dispuestos por Dios para inculcar virtudes tales como rectitud, justicia, honradez y pureza.

Uvas. Se plantó la viña con el propósito de que diera fruto; propósito que también se tuvo al plantar la higuera de la parábola de Luc. 13: 6-9 (cf. Mat. 21: 19, 34). Las uvas representan el fruto del carácter, reflejo del carácter divino que Israel había de exhibir ante el mundo (ver pp. 29-32). Uvas silvestres. En vez de producir los frutos del Espíritu, Israel produjo los frutos de la carne (Gál. 5: 19-23). Acciones crueles e injustas, fraude y engaño, intemperancia e inmoralidad, menosprecio de los derechos de los pobres y oprimidos, el aprovecharse de viudas y huérfanos, tales eran los males que los profetas constantemente reprendían; estas son las "uvas silvestres" que se mencionan aquí.

3. Varones de Judá. Isaías sigue dirigiéndose a los hombres de Judá y de Jerusalén (cap. 1: 1; 2: 1; 3: 1; 4: 3-4), los cuales profesaban ser el pueblo de Dios. El canto de la viña, como tal, ya ha concluido, y el Señor, el "amado" de este canto, se dirige a su pueblo por medio del profeta. Juzgad. Se pide a Sión que emita sentencia sobre sí misma (cf. Mat. 21: 40-41). Otra vez Dios invita a su pueblo a estar a cuentas con él (Isa. 1: 18). Este pedido es justo, y sin lugar a dudas los judíos deberán admitir la justicia divina -como también la culpabilidad de ellos- si consideran los hechos con equidad.

4. ¿Qué más se podía hacer? Con frecuencia una pregunta es la forma más efectiva de hacer comprender una verdad. Mediante esta penetrante pregunta Isaías deja en claro que el Señor ha hecho todo lo que podía haberse hecho en favor de Israel. Le proporcionó todo lo necesario para que desarrollara un carácter que se pareciera al carácter divino. La culpa del fracaso sólo podía tenerla Israel mismo       (ver pp. 32-36).

5. Quitaré su vallado. Dios quitaría su mano protectora de sobre su pueblo para permitir que sus enemigos lo saquearan y lo esparcieran. Como resultado de la transgresión, la viña habría de convertirse en un sitio desolado.

6. Haré que quede desierta. No fue Dios mismo quien destruyó a Israel, sino que él le retiró su protección, y permitió que entraran los enemigos externos: en ese momento Asiria, y después Babilonia y Roma, para que se cumpliera la voluntad divina (ver com. 2 Crón. 18: 18; 22: 8). Más tarde Isaías dice que el Señor haría de Asiria "vara y báculo" de su "furor" y de su "ira" para castigar a Israel (cap. 10: 5-7). No será podada ni cavada. Si una viña ha de producir fruto, es necesario que se la cuide. Si no se la poda ni cultiva, finalmente se deteriorará y se convertirá en un lugar desolado. La cesación de la poda y de la cavadura indica la supresión de los medios proporcionados por Dios para el cultivo moral y espiritual (cf. Luc. 13: 8; Juan 15: 2). El cardo y los espinos. La que una vez fuera viña floreciente se convertiría en un lugar desierto y abandonado. En vez de uvas, sólo produciría espinos y cardos. El cielo le negaría su bendición; la tierra se tornaría árida y estéril. Es Dios quien imparte vida y bendición (Sant. 1: 17). Cuando retiene sus bendiciones, se produce la desolación y la muerte.

7. La viña. Dios no deja ninguna incertidumbre en cuanto al significado del mensaje que dirige. La aplicación específica de este mensaje a la nación apóstata recuerda la incisiva reprensión de Natán cuando le dijo a David: "Tú eres aquel hombre" (2 Sam. 12: 7), y el severísimo reproche de Jesús a los judíos: "El reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él" (Mat. 21: 43).

La casa de Israel. Aunque la misión de Isaías estaba dirigida en primer lugar al reino de Judá, algunos de sus mensajes se aplicaban igualmente al reino de Israel. La parábola de la viña correspondía a Judá en primer término (vers. 3), pero el mensaje de reprensión y la advertencia del inminente desastre eran tanto para Israel como para Judá. Frecuentemente se emplea el término "Israel" para designar a la nación de Judá 165 (Isa. 1: 3; 4: 2; 8: 18; 31: 6; Miq. 1: 14; 3: 1; 6: 2). Pero el hecho de que aquí se mencionen tanto "la casa de Israel" como los "hombres de Judá", parece indicar que el mensaje se aplicó a ambas naciones. Si en este pasaje "Israel" designa al reino del Norte, esta profecía fue pronunciada antes de 722 a. C. cuando este reino cayó. Aunque la mayor preocupación de Isaías era Judá, resulta muy comprensible que un profeta de Dios de vez en cuando echara un vistazo profético al vecino que estaba al norte de Judá, en su hora crítica, cuando ya se acercaba a su fin.

Esperaba juicio. "Justicia" (BJ). Dios esperaba que su pueblo practicara justicia, pero en cambio vio derramamiento de sangre, injusticia y opresión por dondequiera. Clamor. "Alaridos" (BJ). El "clamor" provenía de los que sufrían opresión o cuya sangre inocente estaba siendo derramada (cf. Gén. 4: 10; Deut. 24:15; Sant. 5: 4; Apoc. 6: 9-10). El trato recíproco de los justos no provoca estos clamores en procura de ayuda, clamores que deben ascender hasta el cielo. 4CBA/Ministerio Hno. Pio


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