Dios, sigue advirtiendo con
sus ayes sobre los tiranos, por dictar leyes injustas que menoscaban los
derechos de los indefensos.
1 ¡Ay de los que dictan
leyes injustas, y prescriben tiranía, 2 para apartar del
juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo;
para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos! 3 ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os
acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde
dejaréis vuestra gloria? 4 Sin mí se
inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha
cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida. (Isaías 10).
1. Leyes injustas. Tanto Israel como
Judá eran culpables de la impiedad que se condena en este pasaje. Es
el mismo mal que ya se condenó en Judá (cap. 1: 23 y 5: 23). Este crimen era la
injusticia para con los pobres y necesitados, las viudas y los huérfanos, los
menesterosos y los oprimidos. La gente pensaba sólo en sí misma y en
sus propios intereses. El defecto de esa época era el egoísmo y la codicia, mal
que estaba carcomiendo el corazón mismo de la nación.
3. El día del castigo. En lugar de
pronunciar sentencia contra los opresores de los pobres, el Señor, mediante
esta pregunta, les pide que pronuncien sentencia contra sí
mismos. Esos jueces injustos sabían lo suficiente acerca de la
justicia y la equidad como para saber que eran culpables, y que en el día del
castigo divino no podrían escapar. Anteriormente Isaías había
señalado cómo, en el día de Jehová, los impíos huirían a las cavernas y las
peñas para ocultarse de la gloria de Dios cuando él se levante "para
castigar la tierra" (cap. 2:19).
4. Sin mí… El hebreo de la primera
parte de este versículo no es claro. Sin embargo, el pensamiento es que los
jueces injustos de los vers. 1-3, en el día del castigo divino se hallarán
entre los presos, humillados y aterrados ante el juez del universo, y que
recibirán la misma sentencia de muerte. 4CBA/Ministerio Hno. Pio
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