domingo, 2 de agosto de 2020

185. TODO ES VANIDAD.

1 Palabras del predicador, hijo de David rey en Jerusalén.
 2 Vanidad de vanidades, dijo el predicador; vanidad de vanidades todo es vanidad. 
3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? (Eclesiastés 1).

1. Palabras. Así empieza el versículo que da el título a este libro. Otros tres libros de la Biblia comienzan en una forma similar: Nehemías, Jeremías y Amós. El término hebreo traducido "palabras" significa también "noticias", "informe", "mensaje", "relato", "encargo".
Predicador. Heb. Qohéleth, del verbo qahal: "congregarse", "reunirse". Hay ejemplos del uso de qahal en 2 Crón. 20: 26; Est. 9: 2, 16, 18; etc. El sustantivo a fin, traducido "asamblea", "congregación", "compañía", aparece 122 veces en el AT
Algunos escritores judíos han explicado que Qohéleth significa "uno que reúne una congregación y expone enseñanzas". Otros lo traducen como "predicador" porque -según se dice- Salomón presentó estos discursos delante de una congregación. Es similar a una raíz arábiga traducida de diferentes formas como "gran coleccionador", "profundo investigador" 
(ver PR 62, e Introducción a Eclesiastés).
Hijo De David. Es decir, Salomón. 
Este, a quien Dios había dotado con una capacidad genial (1 Rey. 3: 9-13) pero que había malgastado su herencia en la alocada búsqueda de la felicidad, era el que estaba mejor capacitado para presentar las profundas verdades que se registran en este libro.
Rey En Jerusalén. Se refiere al predicador, no al rey David. 
En el momento en que habla el "predicador", gobierna como "rey". 
Esta expresión es, sin duda, una referencia directa al rey Salomón, a pesar de que su nombre no aparece en el libro. Otras expresiones que indican que se trata de Salomón son las referencias a su sabiduría y a él mismo como autor de diversos proverbios. 
(cap. 1:12, 13, 16; 2:15; 12:9; cf. 1 Rey. 3:12; 4:32).
Jerusalén, la capital de la nación, gloriosamente situada, no sólo era el único lugar de la residencia real sino, sobre todo, la sede de Dios entre su pueblo divinamente elegido. 
La religión y la sabiduría divinas deberían haber estado aquí en su grado de máxima pureza y excelencia. El que gobernaba en su trono desde una ciudad tal, debería haber sido un instrumento ideal, dócil a la dirección de Dios y sujeto a su voluntad, para irradiar sabiduría celestial ante un pueblo receptivo.
2. Vanidad De Vanidades. Heb. habel habalim. 
Estas palabras declaran el tema de todo el libro y constituyen la esencia del prefacio. 
Hébel, "vanidad", aparece 37 veces en Eclesiastés, y sólo 33 veces en todo el resto del AT. 
Su significado original es "aliento" o "vapor". Se usa para referirse a los "ídolos" como cosas vanas y sin valor, y también para su culto (2 Rey. 17: 15; Jer. 2: 5; 10: 8). 
Algunos afirman que en el Eclesiastés no hay una sola referencia contra la idolatría. 
Sin embargo, este mismo término, clave del libro, se usa con frecuencia en relación con los ídolos y su culto. El Predicador dice que es "vanidad" cualquier cosa que se busque en lugar de Dios y la obediencia a él. Habel habalim es un superlativo comparable con expresiones tan enfáticas como "cielo de los cielos" (1 Rey. 8: 27) y "cantar de los cantares" 
(Cant. 1:1). Mediante esta forma enfática, literalmente "vapor de vapores", "soplo de soplos", Salomón pone de manifiesto la inutilidad y el desdichado fin de toda vida y de todo esfuerzo humanos, a menos que se orienten hacia Dios.
Dijo. La expresión "dijo el predicador" es un recordativo de que Salomón 
es el orador y, por lo tanto, el autor.
Todo Es Vanidad. Podría traducirse adecuadamente: "La suma total es vanidad", o sea que el mundo en su totalidad -incluso toda la vida- es como si no fuese más que un "aliento" o "vapor", carente de promesa alguna de esperanza.
3. Provecho. Heb. yithron. 
Vocablo que aparece nueve veces más en este libro (caps. 2: 11, 13; 3: 9; 5: 9, 16; 7: 12; 10: 10, 11), y se traduce de diversas maneras: "sobrepasa", "provecho", "aprovechó", "excede" y "provechosa". Yithron deriva de un verbo que significa "permanecer encima", y por lo tanto, el sustantivo que deriva de él contiene la idea de "restante", y luego, "exceso", "abundancia"; en hebreo, "superioridad", "ventaja". El ser humano se esfuerza perpetuamente, 
pero sin obtener un resultado permanente.
Es posible que la metáfora que aquí usa Salomón la hubiera tomado del mundo de los negocios con sus actividades incesantes, cuyo propósito es una ganancia que valga la pena (ver com. cap. 2: 11). Pero con frecuencia una persona pasa su vida construyendo algo que luego derriba su sucesor. La inutilidad y la inseguridad caracterizan todo esfuerzo humano.
El pronombre interrogativo "¿qué?" demanda una respuesta negativa rotunda. 
Podría compararse con las palabras de Mat. 16: 26, donde literalmente pregunta el Maestro: "¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" 
La respuesta anticipada por el Predicador es "nada".
Hombre. La voz hebrea es el término genérico para "hombre", o como diríamos nosotros, "humanidad". El ciclo de la vida humana se repite una y otra vez con cada nueva generación.
Trabajo. De una palabra hebrea que significa "esfuerzo", "molestia", "daño". Aquí el término se aplica a la suma total de los esfuerzos de una persona durante toda la vida.
Con Que Se Afana. Expresión que se refiere a toda forma de actividad 
que se efectúa bajo la luz del sol.
Debajo Del Sol. Equivalente a la frase "debajo del cielo" (caps. 1: 13; 2: 3; 3: 1). 
         Aparece unas 30 veces en el Eclesiastés. (3CBA).
Ministerio Hno. Pio

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