6 Porque si aquél viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no
van todos al mismo lugar? 7 Todo el trabajo del hombre es para su boca, y
con todo eso su deseo no se sacia. 8 Porque ¿qué más tiene el sabio que el
necio? ¿Qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos? (Eclesiastés
6).
6. Mil años dos veces. O dos mil años.
Si un rico vive dos veces lo que vivió Matusalén (Gén. 5: 27), pero disfruta
poco o nada de la vida, la longevidad le habrá sido de poco
provecho. Sin salud ni felicidad es de poco valor la mera
prolongación de los años.
Sin gustar del bien. Es mejor no
haber nacido que perder el supremo bien que Dios desea para cada uno de sus
hijos terrenales. Sólo vale la pena vivir si se cumple ese supremo
bien.
Al mismo lugar. Los antiguos
judíos creían que todos, buenos o malos, iban a un mismo lugar: la tumba (Ecl.
3: 20; ver com. Prov. 15: 11). La tumba recibe a todos los que
mueren. Al abortivo dice Salomón- se debe felicitar porque llega al
she'ol sin pasar por una vida de dolores, enfermedades y desengaños.
7. Boca. Metafóricamente, la complacencia en los
placeres sensoriales (Sal. 128: 2; Prov. 16:26; Ecles. 2:24; 3:13). Deseo. Heb.
néfesh. Se traduce en el vers. 3 como "alma" y en el vers. 9 como
"deseo". Aquí se hace referencia al aspecto más sensorial del
ser (ver Job 12: 11; Prov. 16: 26; Isa. 29: 8). Toda la vida es de un continuo
trabajo para satisfacer un apetito insaciable -observa el sabio-, pero sin
lograr el supremo bien.
8. ¿Qué más? Literalmente, "¿qué ventaja tiene el sabio?" La palabra hebrea yother, significa "superioridad", "ventaja", "provecho". Igual que el necio, el sabio se afana por satisfacer los anhelos del apetito. ¿Qué más tiene el pobre? Otro contraste similar al de la oración inmediata anterior: "¿Qué ventaja tiene el pobre que sabe caminar entre los vivos, sobre el necio que no lo sabe?" El pobre, en medio de sus necesidades y circunstancias adversas ha aprendido a sacar el mayor provecho posible de lo que tiene. El necio, sin pensar más que en sus deseos y apetitos, constantemente se impacienta y afana para lograr más de lo que posee. Sin embargo, el pobre y el necio son semejantes en que ninguno puede lograr todo lo que le gustaría tener. 3CBA/Ministerio Hno. Pio
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