lunes, 3 de agosto de 2020

190. AUNQUE EL SABIO SEA MEJOR QUE EL NECIO, AMBOS TENDRÁN UN MISMO FIN.

12 Después volví yo a mirar para ver la sabiduría 
y los desvaríos y la necedad; porque 
¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? 
 Nada, sino lo que ya ha sido hecho.
13 Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas.
14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, más el necio anda en tinieblas; 
pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.
15 Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. 
¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio?  
Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.
16 Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; 
pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio. 17 Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu. (Eclesiastés 2).

12. Volví Yo. Ver com. vers. 11. Salomón había experimentado los placeres físicos y tomado nota de ellos. Ahora comienza un examen realista de la sabiduría y la necedad.
¿Qué podrá hacer? Heb. "¿Para qué el hombre que venga después del rey?" Quizá signifique que el rey pregunta qué aprovechará que un hombre inferior a él trate de llevar a cabo las diversas empresas que él había emprendido. El, como rey, tenía a su disposición toda suerte de recursos; aún más, superaba a sus súbditos en sabiduría.
Ya ha sido hecho. La persona inferior, que viniera "después del rey", difícilmente podría esperar hacer más de lo que Salomón ya había alcanzado. Salomón había comprobado la vacuidad e inutilidad de los placeres de este mundo; por lo tanto, 
el asunto podía considerarse ya resuelto.
13. Y He Visto. El que dudaba, que no podía estar contento
 sin comprobar cada asunto en persona, dice ahora "he visto".
La sabiduría sobrepasa a la necedad. Heb. "hay provecho en la sabiduría sobre la necedad". Salomón mismo se había convencido de que vale la pena adquirir la verdadera sabiduría.
Como la luz a las tinieblas. Heb. "el provecho de la luz sobre las tinieblas". En esta figura de lenguaje se comparan "la luz" con el desarrollo espiritual y mental, y "las tinieblas", con la depravación y el menoscabo mental y moral. El apóstol Pablo usa una metáfora equivalente (Efe. 5: 8; 1 Tes. 5: 5). 
Se comparan los caminos de la rectitud con la luz (Sal. 37:6; 119: 105; Isa. 51: 4), y los de la impiedad con las tinieblas (Job 37: 19; Prov. 4: 19). El apóstol Juan presenta a Jesucristo como la luz del cielo que brilla en medio de las tinieblas de este mundo (Juan1: 4, 5).
14. Ojos. Los ojos del sabio están donde Dios quiere que estén: en una posición para mirar directamente hacia adelante y evitar tropiezos. Compárese con las palabras de Jesús en Juan 11: 9. En Efe. 1: 18 hay otra aplicación espiritual.
El necio. El sabio ve por dónde va, y toma el camino más directo; el necio anda a tientas en la incertidumbre, y tropieza. Una metáfora similar se halla en Prov. 17: 24: 
"Los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra".
Entendí yo. Expresión enfática. Heb. "entendí, también yo"; lo cual sugiere 
que Salomón descubrió que era imperativo que alabara la sabiduría.
Un mismo suceso acontecerá. Heb. "sucede un suceso" (ver Sal. 49: 10; 90: 3-5). 
Finalmente, la muerte sorprende tanto al sabio como al necio.
15. Me Sucederá. Tanto el necio como el sabio mueren. 
A primera vista parece no haber diferencia.
Por hacerme más sabio. 
¿Qué provecho hay en un programa laborioso de estudios, 
en el que uno "se quema las pestañas"?
 El que se esfuerza desmedidamente en la vida para hacer frente a sus dificultades y superarlas, está tan verdaderamente muerto cuando muere 
como el simplón que tan sólo ha existido.
También esto era vanidad. Por lo tanto, Salomón razonaba: la ambición y el esfuerzo para avanzar en la vida carecen de valor, son un mero y fugaz aliento. En realidad, fuera de Dios no hay respuesta para los enigmas de la vida. El verdadero fin de la existencia sólo se encuentra cuando uno crece en la sabiduría de Dios y hace de su voluntad una norma de la vida.
16. Habrá Memoria. Tanto el necio como el sabio son pronto olvidados por sus prójimos.  
Por supuesto, esta declaración es verdadera en lo que atañe a este mundo, pero queda un recuerdo sempiterno para el que ordena su vida de acuerdo con la sabiduría divina (Sal. 112: 6; Prov. 10: 7), y él puede regocijarse con confianza porque su nombre está escrito en los cielos (Luc. 10: 20; Fil. 4: 3).
Olvidado. El mundo olvida, pero Dios recuerda (Mal. 3: 16, 17; Juan 14: 1-3).
17. Aborrecí. El texto hebreo no indica un sentimiento de odio ni hostilidad, sino de repulsión, disgusto, cansancio o antipatía. La raíz etimológica significa "fealdad" o "deformidad", tanto en sentido físico como en temperamento o carácter. El mismo verbo aparece en Mal. 1: 3, donde dice que Dios aborreció a Esaú. Dios quedó decepcionado y disgustado con Esaú, pero no lo "odió" en el sentido común de la palabra. Aunque Dios odia al pecado, ama al pecador. 
 (Dios aborreció a Esaú, porque siendo privilegiado en conocer la luz de la verdad divina. Menosprecio su legado espiritual, haciendo todo en contra de los mandatos expresos de Dios. Hoy diríamos cristianos-mundanos. Vivía entre Dios y el diablo. Como Dios aborrece el mal. Esaú fue aborrecido).
En este versículo Salomón aclara su pensamiento: "La obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa". Todo lo que Salomón había intentado quedó tan lejos de proporcionarle la satisfacción que había esperado, que el mismo pensamiento de esas cosas 
sólo aumentaba su descontento.
Me era fastidiosa. Heb. "mal sobre mí' (ver Job 3: 24-26; 7: 14-16).
Aflicción de espíritu. O, "alimentarse de viento" (ver Ose. 12: 1; 
ver com. Ecl. 1: 14; 2: 11). 3CBA
Ministerio Hno. Pio

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