7 Hay quienes pretenden ser ricos, y no
tienen nada;
Y hay quienes pretenden ser pobres, y
tienen muchas riquezas.
8 El rescate de la vida del hombre está
en sus riquezas; Pero el pobre no oye censuras.
9 La luz de los justos se alegrará; Mas
se apagará la lámpara de los impíos.
10 Ciertamente la
soberbia concebirá contienda; Mas con los avisados está la sabiduría.
11 Las riquezas de vanidad disminuirán;
Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta. 12 La esperanza que se demora es
tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido. (Proverbios 13).
7. Pretenden Ser Ricos. Según esta interpretación, tanto los que
presumen de ricos como de pobres, son hipócritas, pues pretenden ser algo que
en realidad no son. No hay aquí, sin embargo, ninguna antítesis; pero sí
se sugiere una similitud con la enseñanza de Jesús relativa a aquellos que
ganan el mundo pero pierden la vida eterna, y los verdaderamente sabios que
invierten sus riquezas en hacerse tesoros en el cielo (Mar. 8: 36; Luc.12:
5-21, 33).
8. El Rescate. Una interpretación sería: el rico puede usar su
riqueza para salir de dificultades, sobre todo las que son causadas por falsas
acusaciones hechas por gobernantes opresores que esperan obtener ganancias.
Pero el pobre, por contraste, no cae en esas dificultades ni oye falsas
acusaciones porque nadie espera sacarle dinero con falsas acusaciones.
Otra interpretación podría ser: las riquezas son valiosas para sacar a una persona de
diversas dificultades, pero el pobre rehúsa escuchar el consejo que lo ayudaría
a ganar tales riquezas.
9. Se Alegrará. Posiblemente se quiera hacer notar un contraste
entre la "luz" y la "lámpara".
La persona buena brilla con la luz divina que proviene
de la Fuente de toda luz y vida; pero el malo, que ha rechazado la "luz
verdadera", confía en hallar el camino recto con la luz trémula y humeante
de la lámpara que él mismo ha hecho. La "luz" es eterna, pero las
"lámparas" se apagarán. (ver Job. 18: 5; Isa. 50: 11; Juan 1: 8, 9).
10. La Soberbia. Heb. zadon, "arrogancia",
"presunción". Se destaca el contraste entre el individuo demasiado
orgulloso para aceptar consejos y que se ofende si alguien sugiere que los
necesita, y el sabio que escucha el parecer de la gente de experiencia. El
orgulloso no sólo disputa con los que quieren instruir sino que, como resultado
de seguir sus propios caminos tortuosos, se ve envuelto en diversas clases de
contiendas (caps. 11: 2; 12: 15).
11. Riquezas De
Vanidad. La riqueza obtenida sin
verdadera diligencia pronto se disipa.
Lo que ha costado esfuerzo ganar, se gasta con cuidado, gradualmente; y se ahorra.
(ver caps. 20: 21; 21: 5).
Lo que ha costado esfuerzo ganar, se gasta con cuidado, gradualmente; y se ahorra.
(ver caps. 20: 21; 21: 5).
12. La Esperanza Que Se
Demora. Hay un contraste nítido
e implícito.
El corazón enfermo ha perdido la esperanza. Las fuentes de energía y ambición se han agotado, y la persona ha quedado desamparada. Pero cuando se cumple una gran esperanza, se renueva la vida, se multiplican las fuerzas y la alegría como si se hubiera comido del fruto del árbol de la vida (ver cap. 11: 30).
El corazón enfermo ha perdido la esperanza. Las fuentes de energía y ambición se han agotado, y la persona ha quedado desamparada. Pero cuando se cumple una gran esperanza, se renueva la vida, se multiplican las fuerzas y la alegría como si se hubiera comido del fruto del árbol de la vida (ver cap. 11: 30).
Es
posible que para algunos la larga demora de la venida del Señor haya parecido
una "esperanza que se demora". Pero el que está preparado
para dicha venida y ora para que ocurra pronto, camina tan cerca de Dios que
constantemente experimenta el cumplimiento de sus deseos y la renovación de su
confianza (ver Gén. 5: 22). 3CBA
Ministerio Hno. Pio
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