jueves, 23 de julio de 2020

39. EL PRECAVIDO SE ANTICIPA AL MAL.

El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y reciben el daño. 
(Proverbios 22:3).
El Avisado. En este pasaje se nota un interesante contraste entre el singular y el plural en las dos partes del versículo. "El avisado" es uno, en tanto que "los simples" son muchos. 
Los de amplia visión son raros, pero abundan los simples. 3CBA

*DURANTE muchos años la vida de Salomón quedó señalada por su devoción a Dios, su integridad y sus principios firmes, así como por su estricta obediencia a los mandamientos de Dios. Era él quien encabezaba toda empresa importante y manejaba sabiamente los negocios relacionados con el reino.
Su riqueza y sabiduría; los magníficos edificios y obras públicas que construyó durante los primeros años de su reinado; la energía, piedad, justicia y magnanimidad que manifestaba en sus palabras y hechos, le conquistaron la lealtad de sus súbditos y la admiración y el homenaje de los 
gobernantes de muchas tierras.

El nombre de Jehová fue grandemente honrado 
durante la primera parte del reinado de Salomón.
La sabiduría y la justicia reveladas por el rey atestiguaban ante todas las 
naciones la excelencia de los atributos del Dios a quien servía. 
Durante un tiempo Israel fue como la luz del mundo 
y puso de manifiesto 23 la grandeza de Jehová.

LA GLORIA VERDADERA DE SALOMÓN durante la primera parte de su reinado no estribaba en su sabiduría sobresaliente, sus riquezas fabulosas o su extenso poder y fama, sino en la honra que reportaba al nombre del Dios de Israel mediante el uso sabio que hacía de los dones del cielo.

A MEDIDA que transcurrían los años y aumentaba la fama de Salomón, procuró él honrar a Dios incrementando su fortaleza mental y espiritual e impartiendo de continuo a otros las bendiciones que recibía. Nadie comprendía mejor que él que el favor de Jehová le había dado poder, sabiduría y comprensión, y que esos dones le eran otorgados para que pudiese comunicar al mundo el conocimiento del Rey de reyes.

SALOMÓN SE INTERESÓ especialmente en la historia natural, pero sus investigaciones no se limitaron a un solo ramo del saber. Mediante un estudio diligente de todas las cosas creadas, animadas e inanimadas, obtuvo un concepto claro del Creador. En las fuerzas de la naturaleza, en el mundo mineral y animal, y en todo árbol, arbusto y flor, VEÍA una revelación de la sabiduría de Dios, a quien conocía y amaba cada vez más a medida que se esforzaba por aprender.

La sabiduría que Dios inspiraba a Salomón se expresaba en cantos de alabanza y en muchos proverbios. "Y propuso tres mil parábolas; y sus versos fueron mil y cinco. También disertó de los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó de los animales, de las aves, de los reptiles, y de los peces." (1 Rey. 4: 32, 33.)

EN LOS PROVERBIOS DE SALOMÓN se expresan principios de una vida santa e intentos elevados; principios nacidos del cielo que llevan a la piedad; principios que deben regir cada acto de la vida. Fue la amplia difusión de estos principios y el reconocimiento de Dios como Aquel a quien pertenece toda alabanza y honor, lo que hizo de los comienzos del reinado de Salomón una época de elevación moral tanto como de prosperidad material.

Escribió él: "Bienaventurado el hombre que halla la 24 sabiduría, y que obtiene la inteligencia: porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata, y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda riquezas y honra. Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz. Ella es árbol de vida a los que de ella asen: y bienaventurados son los que la mantienen." 
(Prov. 3: 13-18.)
"Sabiduría ante todo: adquiere sabiduría: y ante toda tu posesión adquiere inteligencia." (Prov. 4: 7.) 
"El principio de la sabiduría es el temor de Jehová." (Salmo 111: 10.) "El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, y el mal camino y la boca perversa, aborrezco." (Prov. 8: 13.)

¡OJALÁ que en sus años ulteriores Salomón hubiese prestado atención a esas maravillosas palabras de sabiduría! ¡Ojalá que quien había declarado: "Los labios de los sabios esparcen sabiduría" (Prov. 15: 7), 
y había enseñado a los reyes de la tierra a tributar al Rey de reyes la alabanza que deseaban dar a un gobernante terrenal, no se hubiese atribuido con "boca perversa" y con "soberbia y ... arrogancia" la gloria que pertenece sólo a Dios! HPR/EGW

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