jueves, 23 de julio de 2020

38. EL RICO Y EL POBRE.

2 El rico y el pobre se encuentran; A ambos los hizo Jehová. 4 Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová. 5 Espinos y lazos hay en el camino del perverso; El que guarda su alma se alejará de ellos. 7 El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta. 8 El que sembrare iniquidad, iniquidad segará, Y la vara de su insolencia se quebrará. 16 El que oprime al pobre para aumentar sus ganancias, O que da al rico, ciertamente se empobrecerá. (Proverbios 22).

2. El Rico Y El Pobre. Dios no hace acepción de personas (Hech. 10: 34). Todos somos sus hijos y él procura la salvación de todos (Tito 2: 11). Los ricos y los pobres no pueden aislarse. Los ricos dependen de los pobres para muchos servicios que la riqueza no puede comprar y para la adquisición de esa riqueza. Cuando los ricos reconocen su hermandad con los pobres y su dependencia de ellos, y emplean su riqueza para fomentar el bien común, Dios acepta eso como si se lo hicieran en su servicio. Cuando los pobres sirven fielmente a sus empleadores, también sirven al Señor de todos (Prov. 14: 31; 17: 5; Mat. 25: 40; Efe. 6: 5,6; 1 Ped. 2: 18).
4. Riquezas. La mayoría de las personas ambicionan recompensa y riquezas, honra y vida, pero sólo puede gozarse verdaderamente de ellas mediante humildad y piedad (cap. 21: 21).
5. Espinos y lazos hay en el camino del perverso; 
El que guarda su alma se alejará de ellos. 
El Camino en la vida, son la forma como sembramos nuestro futuro. Y la hacemos cada día, con cada decisión que hacemos por el bien o el mal. En éste caso. El camino dl perverso, del malvado, va en contra de todo beneficio posible. Solo cosechará aflicción. Porque trabaja en contra de su alma. (Mateo 7:16; 13:7,22; 23).
7. El Rico Se Enseñorea. Nuevamente se nota el contraste 
entre "un rico" y "los pobres"(ver com. vers. 3).
El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño.
El Avisado. En este pasaje se nota un interesante contraste entre el singular y el plural en las dos partes del versículo. "El avisado" es uno, en tanto que "los simples" son muchos.
 Los de amplia visión son raros, pero abundan los simples.
8. Iniquidad Segará. Segamos lo que sembramos (Job 4: 8; Gál. 6: 7). 
La vara de la insolencia caerá de las manos de los impíos -eso quizá suceda ahora- 
y será así, con toda seguridad, en el día del castigo y de la retribución.
16. Se Empobrecerá. No parece haber ninguna explicación adecuada para este versículo. 
La traducción literal es: "Quien oprime al pobre para aumentar para sí, quien da al rico, sólo a la pobreza". La LXX dice: "El que oprime al pobre, aumenta sus propias riquezas, pero da al rico como para hacerlas menos". 3CBA

RICOS POBRES Y POBRES RICOS
Aquí puede apreciarse el poder de la riqueza. La influencia del amor al dinero sobre la mente humana es casi paralizadora. Las riquezas infatúan y hacen que muchos que las poseen obren como si estuviesen privados de razón. Cuanto más tienen de este mundo, tanto más desean. Sus temores de llegar a padecer necesidad aumentan con sus riquezas. Se sienten inclinados a amontonar recursos para el futuro. Son mezquinos y egoístas, y temen que Dios no provea para ellos. Esta clase de gente es en realidad pobre delante de Dios. A medida que han acumulado riquezas han ido poniendo su conciencia en ellas y han perdido la fe en Dios y sus promesas.

Los pobres fieles y confiados se hacen ricos delante de Dios utilizando juiciosamente lo poco que poseen para bendecir a otros. Sienten que tienen obligaciones hacia su prójimo que no pueden descartar si quieren obedecer el mandamiento de Dios: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Consideran la salvación de sus semejantes de más importancia que todo el oro y la plata contenidos en el mundo.

Cristo señala la forma como los que poseen riquezas y sin embargo no son ricos delante de Dios pueden obtener las riquezas verdaderas. Él ha dicho: “Vended lo que poseéis y dad limosna” (Lucas 12:33), y haceos tesoros en el cielo. El remedio que él propone es una transferencia de sus afectos a la herencia eterna. Al invertir sus recursos en la causa de Dios para ayudar en la salvación de las almas y aliviar a los necesitados, se enriquecen en buenas obras y atesoran “para sí buen fundamento para lo por venir” para “que echen mano de la vida eterna”. 1 Timoteo 6:19. Esto resultará una inversión segura. 
Pero muchos muestran mediante sus obras que no se atreven a confiar en el banco del cielo. Prefieren confiar sus recursos financieros al mundo antes que enviarlos delante de ellos al cielo. Estos tienen que realizar una gran obra para vencer la codicia y el amor al mundo. 
Los ricos pobres, que profesan servir a Dios, son dignos de compasión. Mientras profesan conocer a Dios sus obras lo niegan. ¡Cuán grandes son las tinieblas que rodean a los tales! Profesan fe en la verdad, pero sus obras no corresponden con su profesión.
 El amor a las riquezas hace a los hombres egoístas, exigentes y despóticos.
The Review and Herald, 15 de enero de 1880. CMC 157
Ministerio Hno. Pio

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