6 Oíd, porque hablaré cosas
excelentes, Y abriré mis labios para cosas rectas.
7 Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad
abominan mis labios.
8 Justas son todas las razones de mi boca; No hay en
ellas cosa perversa ni torcida.
9 Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables
a los que han hallado sabiduría. (Proverbios 8).
6-7. Cosas
Excelentes. Heb. negidim,
literalmente, "cosas de príncipes". Nagid significa
"príncipe", "principal", "gobernante", etc. La
sabiduría hablará palabras apropiadas para un gobernante. Una de las
debilidades de nuestros tiempos es que los príncipes y los gobernantes muchas
veces hablan lo que no es correcto (Eze. 22: 25-28). Si los que deben ser
ejemplo de nobleza descienden al nivel de quienes obran maldades, la moralidad
de toda la nación también decae.
8. Cosa Perversa. Las palabras de la verdadera sabiduría no contienen
perversión alguna. Ahora, cuando se atribuye a la ciencia una posición más
honrosa de la que se concede a la bondad, y cuando se busca menos la sabiduría
que el conocimiento, muchos que tienen fama de ser sabios con frecuencia hacen
afirmaciones que están muy lejos de lo recto. Esto se debe a que su filosofía
básica, su concepto de la vida, depende de falsas teorías acerca del bien y del
mal. "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría", y los que
rehúsan creer en un Dios personal y en una norma absoluta de conducta no son
sabios.
(Sal. 14: 1; 1 Tim. 6: 20, 21; 2 Ped. 3: 35).
(Sal. 14: 1; 1 Tim. 6: 20, 21; 2 Ped. 3: 35).
9. Son Rectas. El más humilde cristiano que acepta la revelación de
Dios en su Palabra, tiene en su creencia un fundamento tan firme como el trono
de Dios. Bien podría decirse de él que ha llegado a una mejor comprensión de la
verdadera naturaleza del universo que el incrédulo más sabio. (cf. Sal. 25:14; 1 Cor. 2:14; PR 21). 3CBA
Ministerio Hno. Pio
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