El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad,
Compañero es del hombre destruidor.
Compañero es del hombre destruidor.
(Proverbios 28:24).
Dice Que No Es Maldad. Nada justifica el robo. Aunque el hijo pueda pensar
que será suyo todo lo que tienen sus padres cuando éstos mueran, esos bienes no
le pertenecen todavía y no tiene derecho de apoderarse de ellos. Si lo hiciera,
es ladrón (cap. 19: 26). Cristo condenó
al hijo que se negaba a suplir las necesidades de sus padres con el pretexto de
que había donado su propiedad al templo (Mat. 15: 4-6; Mar. 7: 9-12). 3CBA
Recordemos los mandamientos de la
ley de Dios,
sobre el particular, para evitar en el futuro,
caer en esa gran maldad.
sobre el particular, para evitar en el futuro,
caer en esa gran maldad.
El Quinto Mandamiento dice en:
Éxodo 20:12. Honra a tu padre y a tu madre,
para que tus días se alarguen en la tierra
que Jehová tu Dios te da.
Éxodo 20:12. Honra a tu padre y a tu madre,
para que tus días se alarguen en la tierra
que Jehová tu Dios te da.
Habiendo abarcado con los cuatro primeros mandamientos nuestros deberes
para con Dios, ahora entramos en la segunda tabla de la ley, que trata de nuestros
deberes para con nuestros prójimos (Mat. 22: 34-40). Puesto que antes de la
edad cuando se tiene responsabilidad moral los padres son para sus hijos como
los representantes de Dios (PP 316), es lógico y adecuado que nuestro primer
deber que atañe al hombre se refiriera a ellos (Deut. 6: 6, 7; Efe. 6: 1-3;
Col. 3: 20).
Otro propósito de este mandamiento es crear respeto por toda autoridad legítima.
Un respeto tal comienza con el concepto que los niños tienen de sus padres.
En la mente del niño esto se convierte en la base para el respeto y la obediencia que se deben a los que tienen una autoridad legítima sobre él para toda la vida, particularmente en la iglesia y en el estado (Rom. 13: 1-7; Heb. 13: 17; 1 Ped. 2: 13-18). Está incluido en el espíritu de este mandamiento el pensamiento de que los que gobiernan en el hogar y fuera de él debieran conducirse de tal manera que sean siempre dignos del respeto y de la obediencia de quienes dependen de ellos (Efe. 6: 4, 9; Col.3:21; 4: 1).
Otro propósito de este mandamiento es crear respeto por toda autoridad legítima.
Un respeto tal comienza con el concepto que los niños tienen de sus padres.
En la mente del niño esto se convierte en la base para el respeto y la obediencia que se deben a los que tienen una autoridad legítima sobre él para toda la vida, particularmente en la iglesia y en el estado (Rom. 13: 1-7; Heb. 13: 17; 1 Ped. 2: 13-18). Está incluido en el espíritu de este mandamiento el pensamiento de que los que gobiernan en el hogar y fuera de él debieran conducirse de tal manera que sean siempre dignos del respeto y de la obediencia de quienes dependen de ellos (Efe. 6: 4, 9; Col.3:21; 4: 1).
Y El Séptimo Mandamiento dice en el Versículo 15. No Hurtarás.
Aquí se presenta el derecho a tener propiedades, derecho que ha de ser respetado por otros.
Para que tan siquiera exista la sociedad, este principio debe ser salvaguardado; de lo contrario no hay seguridad ni protección. Todo sería anarquía.
Este mandamiento prohíbe cualquier acto por el cual obtengamos, directa o indirectamente, los bienes de otro faltando a la honradez. Especialmente en estos días, cuando cada vez aparece más borroso el concepto claro de la moralidad, es bueno recordar que la adulteración, el ocultamiento de defectos, la presentación tramposa de la calidad y el empleo de pesas y medidas falsas son todos actos de robo, tanto como los de un ladrón o ratero.
Aquí se presenta el derecho a tener propiedades, derecho que ha de ser respetado por otros.
Para que tan siquiera exista la sociedad, este principio debe ser salvaguardado; de lo contrario no hay seguridad ni protección. Todo sería anarquía.
Este mandamiento prohíbe cualquier acto por el cual obtengamos, directa o indirectamente, los bienes de otro faltando a la honradez. Especialmente en estos días, cuando cada vez aparece más borroso el concepto claro de la moralidad, es bueno recordar que la adulteración, el ocultamiento de defectos, la presentación tramposa de la calidad y el empleo de pesas y medidas falsas son todos actos de robo, tanto como los de un ladrón o ratero.
Los empleados roban cuando reciben una "comisión" a espaldas de
sus superiores, o se apropian de lo que no entra explícitamente en un convenio,
o descuidan hacer cualquier trabajo para el que se los ha contratado, o lo
realizan descuidadamente, o dañan con su negligencia los bienes del propietario
o los menoscaban, derrochándolos.
Roban los empleadores cuando retienen de sus empleados los beneficios que
les prometieron, o permiten que se atrase el pago de sus salarios, o los
fuerzan a trabajar fuera de horario sin la debida remuneración, o los privan de
cualquier otra consideración que razonablemente tienen derecho a esperar. Roban
quienes ocultan mercancías de un inspector de aduana o las desfiguran en
cualquier forma, o los que falsean sus declaraciones de impuestos, o quienes
defraudan a los mercaderes incurriendo en deudas que nunca pueden ser cubiertas,
o los que en vista de una bancarrota inminente transfieren sus propiedades a un
amigo, con el entendimiento de que más tarde le serán devueltas, o quienes
recurren a cualquiera de las llamadas tretas de comerciante.
Con la excepción de los que están imbuidos por el espíritu de honradez, de
los que aman la justicia, la equidad y el recto proceder, de los que tienen
como la ley de su vida el tratar a otros como les gustaría que otros los
trataran a ellos, en una manera u otra todos los demás defraudan a su
"prójimo". Podemos robar a otros en formas más sutiles: quitándoles
su fe en Dios mediante la duda y la crítica; mediante el efecto destructor de
un mal ejemplo, cuando ellos esperaban de nosotros una conducta muy diferente;
confundiéndolos o dejándolos perplejos mediante declaraciones que no están
preparados para entender; con chismes calumniosos y perniciosos que pueden
despojarlos de su buen nombre y carácter. Cualquiera que retiene de otro lo que
en justicia le pertenece, o se apodera de lo ajeno para su propio uso, está
robando.
El aceptar como propios el reconocimiento por el trabajo o las ideas de otros; el usar lo ajeno sin permiso, o el aprovecharse de otro en cualquier forma, todo eso también es robar. 1CBA
El aceptar como propios el reconocimiento por el trabajo o las ideas de otros; el usar lo ajeno sin permiso, o el aprovecharse de otro en cualquier forma, todo eso también es robar. 1CBA
Ministerio
Hno. Pio
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