12 El hombre malo, el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad de boca;
13 Que guiña los ojos, que habla con los pies, Que hace señas con los dedos. 14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo; Siembra las discordias. 15 Por tanto, su calamidad vendrá de repente; Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio. (Proverbios 6).
13 Que guiña los ojos, que habla con los pies, Que hace señas con los dedos. 14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo; Siembra las discordias. 15 Por tanto, su calamidad vendrá de repente; Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio. (Proverbios 6).
12. El Hombre Malo. Heb. 'adam beliyya'al, "hombre
inútil", sin valor, vil.
En 2 Cor. 6: 15, "Belial" aparece como
sinónimo de vileza y maldad.
Perversidad De Boca. Literalmente, "con boca torcida",
"con boca falsa".
La inactividad y la pereza muchas veces llevan a la
traición y al engaño. La perversidad de boca caracteriza el camino del
malo. Este no sólo miente, sino que también defiende el mal e interpreta
falsamente el bien. El salmista describe una "perversidad"
similar: "Llena está su boca de maldición y de engaños y de fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad"
(Sal. 10: 7).
(Sal. 10: 7).
13. Guiña Los Ojos. La sagaz guiñada del malhechor parece revelar
las profundidades de su infamia. Los impíos tienen un lenguaje secreto
propio, y emplean manos y pies tanto como labios y ojos para comunicarse con
sus compañeros cuando están en la presencia de personas honradas. Todo el cuerpo del maleante es una revelación exterior
de la maldad interior: hombros caídos, actitud cabizbaja y pasos vacilantes
acompañan a la depravación que se practica por mucho tiempo.
14. En Su Corazón. El corazón del pecador está tan pervertido, que
todo pensamiento y todo lo que imagina está contaminado con el mal. El
impío no se conforma con permanecer en la impiedad sino que siempre procura
atraer a otros a la dificultad en que él se encuentra.
Si el tiempo y la energía gastados en tramar el mal lo utilizara en algo provechoso, llevaría una vida honrada y estable. Sin embargo, parece estar obsesionado con la necesidad de inventar
Si el tiempo y la energía gastados en tramar el mal lo utilizara en algo provechoso, llevaría una vida honrada y estable. Sin embargo, parece estar obsesionado con la necesidad de inventar
nuevas formas para defraudar a otros.
15. Su Calamidad
Vendrá. Como el malvado ha
consagrado su mente, su cuerpo y su tiempo completamente al mal, su caso
finalmente se vuelve desesperado. Ha resistido los buenos impulsos durante
tanto tiempo, que éstos ya no tienen poder para inspirarlo, y se encuentra
quebrantado y sin remedio. 3CBA
Ministerio Hno. Pio
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