1 HIJO mío, si salieres fiador por tu
amigo, Si has empeñado tu palabra a un extraño, 2 Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y has
quedado preso en los dichos de tus labios. 3 Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, Ya que has caído en la
mano de tu prójimo; Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.
4 No des sueño a tus ojos, Ni a tus
párpados adormecimiento;
5 Escápate como gacela de la mano del
cazador,
Y como ave de la mano del que arma
lazos. (Proverbios 6).
1. Si Salieres Fiador. Desde tiempos muy remotos parece que existió la
costumbre de buscar fianzas. Job habla de "fianza" Job 17: 3). Judá
se ofreció dos veces como fiador de Benjamín.
(Gén. 43: 9; 44: 33).
2. Te Has Enlazado. El que sale de fiador por un amigo puede caer en
una trampa, (1) porque promete hacerse responsable por el pago de una suma
mayor de la que puede reunir, al menos sin gran dificultad, y (2) porque pone
demasiada confianza en la honradez, capacidad y buena suerte de su amigo. Aunque
Salomón advierte en cuanto a los peligros de salir como fiador (caps. 11: 15;
17:18), también insiste en que uno debe ayudar a su amigo y vecino en tiempo de
necesidad (14: 21; 17: 17; 18: 24; 27: 10). La combinación de estas ideas
sugiere el siguiente consejo: No prometas a un amigo necesitado más que el
dinero del cual dispongas en ese momento, y guarda ese dinero durante el tiempo
que dure la promesa, para que el acreedor no pueda exigir una suma que exceda
de tus posibilidades económicas. Los amigos fracasan muchas veces por
descuido, porque saben que la carga recaerá sobre otro; algunas veces por
enfermedad, o por poca habilidad financiera.
Su fracaso recae sobre el desventurado fiador con toda
la severidad de la ley. Su casa y su campo, sus muebles y su ropa, su
negocio y su dinero, todo puede quedar a merced del acreedor. En los días
de Salomón, tampoco se escapaba el fiador mismo: tanto a él como su esposa y
sus hijos podían ser vendidos como esclavos.
3-5. Líbrate. En vista de las graves consecuencias de tal
acción, no es de maravillarse que el sabio aconseje a su hijo que no ahorre
esfuerzo alguno para librarse del lazo en el cual lo han hecho caer su afecto
por su amigo y su juventud sin experiencia. Aunque la esclavitud no es ahora el castigo de la
bondad imprudente de salir de fiador por un amigo, las palabras de Salomón
todavía constituyen un consejo importante, y debieran enseñarse a todo joven
antes de que se inicie en la vida comercial. 3CBA
Ministerio Hno. Pio
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