martes, 28 de julio de 2020

118. LAS SIETE COSAS QUE DIOS ABORRECE.

16 Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: 17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, 18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, 19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos. (Proverbios 6). 

16-17. Seis Cosas Aborrece Jehová, Y Aun Siete Abomina Su Alma: Los Ojos Altivos…
La exaltación propia le impide a una persona confesar su pecado y humillarse delante de Dios. 
Mientras persista esa exaltación, no puede haber salvación. El altivo está excluido de las puertas de la vida tan ciertamente como si Dios lo odiara (cf. Job 21: 22; Sal. 18: 27; PP 16).
La Lengua Mentirosa. Nuestro Dios es un Dios de verdad. Las mentiras no lo pueden dañar, porque conoce todas las cosas; pero pueden causar enorme perjuicio a sus hijos. 
Las mentiras de Satanás engañaron a una multitud de ángeles 
y privaron al cielo de la tercera parte de sus habitantes.  
Las mismas mentiras transformaron un mundo feliz en un lóbrego campo de batalla en el cual la mayoría de los seres humanos encuentran la derrota eterna (Apoc. 12: 4, 7-9). Dios aborrece las mentiras que apartan a la gente de él y la conducen a la cruel esclavitud de Satanás.
Sangre Inocente. Las manos asesinas, el corazón rebosante de maldad y los pies ligeros para hacer el mal son las formas más activas de atacar al inocente (ver Gén. 6: 5; Isa. 59: 7).
18. El corazón que maquina pensamientos inicuos. 
Los pensamientos son la base del comportamiento humano “Somos lo que pensamos”
 Jesús dice en Mateo 12:35: “El hombre bueno,  del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas”.
La causa por la cual fueron destruidos los habitantes antediluvianos fue “que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. Y Dios decidió destruirlos. Gen. 6:5-7. Por eso es lógico que Dios, odie que pensemos mal.
Los Pies Presurosos Para Correr Al Mal. 
Como consecuencia de atesorar malos pensamientos, 
la siguiente acción es actuar en lo que estamos programados 
a buscar solo el mal.
19. El Testigo Falso. El testigo falso es un mentiroso 
que presenta acusaciones sin fundamento. 
Estas son las mentiras que prohíbe expresamente el noveno mandamiento (Exo. 20: 16). 
Se emplea el perjurio para proteger al malhechor y para oprimir al inocente. Cuando la justicia se pervierte por este tipo de complicidad, los resultados para la comunidad son desastrosos, tanto por el daño directo que hace como por el fomento de un desacato cínico a la ley
 y el orden.
Siembra Discordia. Por último aparece el que se deleita en fomentar la discordia. 
Algunos de estos obradores de maldad no mienten, pero producen 
tantos trastornos y tanta discordia como el mentiroso. 3CBA
Ministerio Hno. Pio

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