miércoles, 29 de julio de 2020

139. LA SABIDURÍA DE DIOS, ES DESDE SIEMPRE Y POR LA ETERNIDAD.

22 Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo, antes de sus obras. 23 Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra. 24 Antes de los abismos fui engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. 25 Antes que los montes fuesen formados, Antes de los collados, ya había sido yo engendrada; 26 No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo. 27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo; 28 Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo; 29 Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; 
Cuando establecía los fundamentos de la tierra, 30 Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo. 31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra; 
Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
(Proverbios 8).

22. Jehová Me Poseía. Desde hace mucho tiempo se ha discutido no poco el significado de los vers. 22 al 31. La LXX presenta la siguiente introducción al tema: "Si yo os declaro las cosas que ocurren diariamente, también recordaré las cosas antiguas para relatarlas".
Hay un evidente paralelo entre este pasaje y la obra de la segunda persona de la Deidad
 (ver PP 24). Sin embargo, el pasaje es alegórico y debe emplearse cautela para no afirmar que la alegoría dice más de lo que el autor quiso expresar. Las conclusiones a que se llegue siempre deben armonizar con la analogía de las Escrituras.
Algunos han procurado encontrar aquí un respaldo para la enseñanza que afirma que hubo un tiempo cuando Cristo no existía, y que fue creado por el Padre como el comienzo de su obra para establecer un universo perfecto y habitado.
No tienen validez las conclusiones dogmáticas basadas en pasajes figurados ni en parábolas. Los resultados falsos de estas interpretaciones son evidentes cuando se considera la interpretación popular de la parábola del rico y Lázaro (Luc. 16: 19-31). 
Siempre debe procurarse que la veracidad de las creencias doctrinales se base en declaraciones literales de la Biblia. Como ejemplo de este tipo de declaraciones relacionadas con el asunto que nos ocupa, ver Miq. 5: 2; Juan 1: 1; 8: 54; cf. DTG 16. 
Compárese también con estas declaraciones: "En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de otra" (DTG 489). "El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad, como persona diferente, pero a la vez uno con el Padre" (EGW RH 5-4-1906). "Cristo es el preexistente Hijo de Dios, que existe por sí mismo... Él nos asegura que nunca hubo un tiempo cuando no estuviera en íntima comunión con el eterno Dios" 
(Ev 446, 447; DTG 11, 15-17).
A la luz de estas declaraciones, puede verse que las traducciones modernas que se apartan del hebreo para seguir la LXX, y traducen "me creó" o frases similares, en vez de "me poseía" (RVR), pueden inducir a conclusiones erróneas.
Es indudable que el pasaje se refiere a Cristo, a quien se presenta simbólicamente como la sabiduría. En Eze. 28 puede verse otro ejemplo de esta doble aplicación, en donde el "príncipe de Tiro" en parte representa a Satanás.
23. Tuve El Principado. Del verbo Heb. nasak, que tiene dos sentidos principales: (1) "verter", 
como libación (1 Crón. ll: 18); (2) "poner", "instalar", como aquí.
24-26. Fui Engendrada. Heb. jil, "retorcerse", "temblar", y en unos pocos casos, "dar a luz". 
En el Sal. 90: 2 se emplea el verbo jil para referirse a la formación de la tierra. 
Aquí se lo usa en sentido metafórico para referirse a la sabiduría.
La sabiduría engendrada en el sentido, no que haya existido recién. Sino que es una forma de expresar poéticamente para tener una idea de su eternidad. La sabiduría es parte del carácter de Dios, por tanto, existe junto con él, sin principio ni final. Amen.
27. Allí Estaba Yo. Ya sea que la formación del cielo se refiera a la separación de las aguas inferiores de las superiores para formar el firmamento (Gén. 1: 6-8), o a la creación de los cielos siderales. (Juan 1: 3; Col. 1: 16, 17), allí estaba la sabiduría.
Círculo. Una afirmación muy significativa y avanzada en cuanto a la redondez de la tierra.
28. Afirmaba Los Cielos Arriba. Eliú desafió a Job a que explicara el equilibrio de las nubes (Job 37: 16). Ahora, mediante los conocimientos acumulados de la ciencia, se comprende en parte cómo se sostienen los incontables millones de toneladas de agua en las nubes y por qué cae luego la lluvia. La sabiduría divina estableció las condiciones que gobiernan la distribución de la lluvia y la nieve.
29. Cuando Ponía Al Mar Su Estatuto,
 Para Que Las Aguas No Traspasasen Su Mandamiento; 
Cuando Establecía Los Fundamentos De La Tierra. 
El mar tiene leyes con los cuales funciona desde que fue creada. 
Y una de sus funciones es que es la fuente de agua más grande que existe.
Por las leyes que el creador le puso; 
se da el ciclo del agua. 
y el agua es casi las 3 partes del planeta. Para los que creemos en Dios. 
El sustento por su creación es real y permanente.
Cuando los estadistas dicen que la población es mayor a lo que produce la tierra para alimentarlos o cuando dicen que el agua se va acabar…etc. Todo eso son solo especulaciones humanas de algunos con poder e influencia para tener dominada y manipulada a la población mundial. El agua nunca se acabará. El alimento siempre habrá para todos. Para todos lo que piden su pan cada día al Creador. Amen.

30. Ordenándolo Todo. Heb. 'amon, voz de significado incierto. La tradición judía antigua la define: "arquitecto", "jefe", "capataz"; otros: "ahijado", "favorito", "mimado", etc.
31. Los Hijos De Los Hombres. El hombre era la obra maestra del Creador (PP 24, 25). 
Dios ama y cuida la creación animal, pero ésta no era sino una parte del mundo de Adán y Eva.
 Los animales pueden ser astutos, pero no alcanzan la sabiduría que es el temor de Jehová.
 Dios pudo descubrir su imagen reflejada únicamente en el hombre y por eso manifestó especial deleite e interés en él (ver Heb. 2: 7, 8).
Las delicias de la sabiduría pertenecen también a los hijos de los hombres. El ser humano tiene el privilegio de entrar en los pensamientos de Dios. Puede descubrir la gloria del Creador escrita en cada hoja y reflejada en cada estrella. Adán se relacionaba con su hacedor, y mediante la instrucción de los santos ángeles en el Edén (PP 31), llegó a comprender cada vez más la infinita sabiduría de Dios.
A pesar de que la mente se halla oscurecida y las facultades perceptivas están embotadas por el pecado, aún puede obtenerse una gran satisfacción en el estudio de la voluntad de Dios tal como se expresa en la naturaleza y en la revelación. Los placeres terrenales nunca podrán proporcionar la tranquilidad permanente que otorga la sabiduría celestial (Ed 18, 24). 3CBA Ministerio Hno. Pio

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