viernes, 24 de julio de 2020

54. LA BENDICIÓN DE SABER ESCUCHAR.

22 Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciera, no la menosprecies. 23 Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia. 24 Mucho se alegrará el padre del justo, Y el que engendra sabio se gozará con él. 25 Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te dio a luz. 26 Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos. 27 Porque abismo profundo es la ramera, Y pozo angosto la extraña. 28 También ella, como robador, acecha, Y multiplica entre los hombres los prevaricadores. (Proverbios 23).

22. Oye a tu padre, a aquel que te engendró; 
Y cuando tu madre envejeciera, no la menosprecies. 
El 5° Mandamiento de la ley de Dios, habla de honrar al padre y la madre. (Ex. 20:12). 
Honrar tiene que ver, no solo cuando el hijo estaba bajo la autoridad directa de ellos. 
También de adultos, tienen que honrarlos, honrarlos y respetarlos por toda la vida. 
Entonces el menosprecio, es deshonrarlos, yendo en contra de la ley de Dios.
* Habiendo abarcado con los cuatro primeros mandamientos nuestros deberes para con Dios, ahora entramos en la segunda tabla de la ley, que trata de nuestros deberes para con nuestros prójimos (Mat. 22: 34-40).  Puesto que antes de la edad cuando se tiene responsabilidad moral los padres son para sus hijos como los representantes de Dios (PP 316), es lógico y adecuado que nuestro primer deber que atañe al hombre se refiriera a ellos (Deut. 6: 6, 7; Efe. 6: 1-3; Col. 3: 20).
Otro propósito de este mandamiento es crear respeto por toda autoridad legítima. Un respeto tal comienza con el concepto que los niños tienen de sus padres. En la mente del niño esto se convierte en la base para el respeto y la obediencia que se deben a los que tienen una autoridad legítima sobre él para toda la vida, particularmente en la iglesia y en el estado.
 (Rom. 13: 1-7; Heb. 13: 17; 1 Ped. 2: 13-18). 
Está incluido en el espíritu de este mandamiento el pensamiento de que los que gobiernan en el hogar y fuera de él debieran conducirse de tal manera que sean siempre dignos del respeto y de la obediencia de quienes dependen de ellos (Efe. 6: 4, 9; Col.3:21; 4: 1). 1CBA
23. Compra La Verdad. La verdad es un tesoro que ha de adquirirse a cualquier costo, y nunca debe abandonarse, no importa cuál sea la intención. La capacidad de ver claramente la aplicación de los principios a la vida diaria requiere estudio diligente, y buena voluntad para admitir los propios errores. Cuanto más se acerca una persona al Salvador y más estudia la Palabra de Dios, tanto mejor comprende la verdadera naturaleza de las cosas.  
Si se introduce el egoísmo y los ojos se cierran a las realidades a fin de obtener alguna ventaja temporal, se vende la verdad; y el que la vende, peligra. Si el autoengaño continúa, llega el momento cuando se pierde toda comprensión del valor de la verdad, y se sufre la perdición.  Pocos se dan cuenta del peligro en que incurren al engañarse a sí mismos poco a poco, 
o del bajo precio por el cual venden la verdad y la vida eterna.
24. Mucho se alegrará el padre del justo, Y el que engendra sabio se gozará con él. 
La mayor satisfacción para el padre en la vida. Es ver a los hijos, siendo hombres y mujeres de bien. Pero esto no es casualidad. Es el esfuerzo abnegado, lleno de paciencia y esfuerzo perseverante, y diario, que puso el progenitor; Valorando su deber y responsabilidad ante Dios, de formar seres útiles para Dios y la sociedad.
25. La Que Te Dio A Luz. La primera maldición de pecado recayó fuertemente sobre la madre (Gén. 3: 16). Cuando entró el pecado se vio con claridad que muchos de los descendientes de Adán y Eva no encontrarían el camino de la salvación, y perecerían. Cada vez que una mujer da a luz existe para su hijo esta terrible posibilidad. Por esta tristeza que comparten todas las mujeres se hace más grande el gozo de la madre citando ve que su hijo escoge el camino de la vida eterna.
26. Dame. Aquí parece que hablara la sabiduría. Salomón repite su advertencia 
contra la falta de castidad (vers. 27; cf. caps. 5: 3; 6: 24; 7: 5).
27. Porque abismo profundo es la ramera, Y pozo angosto la extraña. 
Abismo, es considerado como caos, oscuridad, tinieblas. Se aplica al inicio de la creación del mundo. Gen. 1:2. Y al final de la historia de éste mundo. Cuando el enemigo es prisionero en éste mundo. Apoc. 20:1-3. O cuando Jeremías ve el futuro de la tierra. 4:23-27. A eso, es comparado quien se llega a la extraña, o ramera. Y es pozo angosto, porque al final será asfixiante y de peligro mortal en nuestra vida.
28. También ella, como robador, acecha, 
Y multiplica entre los hombres los prevaricadores. 
Pecado es errar en el blanco. El 7° mandamiento, condena el sexo ilícito. Por eso aumentan los prevaricadores, los que se unen a la ramera, porque fomenta la infidelidad conyugal.
16 ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? 
Porque dice: Los dos serán una sola carne. 17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. 18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (1 Cor. 6). 3CBA
Ministerio Hno. Pio

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