6 No comas pan con el avaro, Ni codicies
sus manjares; 7 Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y
bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo. 8 Vomitarás la parte que
comiste, Y perderás tus suaves palabras. 9 No
hables a oídos del necio, Porque menospreciará la prudencia de tus razones.
(Proverbios 23).
6. El Avaro. Heb.
"aquel que tiene ojo maligno" (VM).
El ojo que no puede ver las cosas de otro sin sentir codicia u odio producido por celo.
Sin duda, la advertencia para no aceptar la invitación de esas personas se basa, en parte, en que ellas procuran que haya reciprocidad por todo lo que dan (Deut. 15: 9).
Pero hay quienes tienen "Ojo misericordioso" (Prov. 22: 9; cf. Fil. 2: 4).
El ojo que no puede ver las cosas de otro sin sentir codicia u odio producido por celo.
Sin duda, la advertencia para no aceptar la invitación de esas personas se basa, en parte, en que ellas procuran que haya reciprocidad por todo lo que dan (Deut. 15: 9).
Pero hay quienes tienen "Ojo misericordioso" (Prov. 22: 9; cf. Fil. 2: 4).
7. Cuál Es Su Pensamiento. Esta frase se aplica específicamente al codicioso
que cumple con las formalidades de la amistad y de los convites, como si realmente
le interesara el bienestar de su invitado, cuando en realidad busca cómo
defraudarlo. También se aplica en general
a todos los seres humanos. Del corazón mana la vida (Prov. 4: 23), y el hombre
se contamina con lo que sale de él y no con lo que entra en él (Mat. 15: 18-20);
es natural, pues, que el ser humano sea de acuerdo a lo que piensa.
8. Perderás Tus Suaves Palabras. Quizá haya aquí un tinte de ironía. En el contexto
está implícito que el invitado no le debe al anfritrión ninguna palabra de
gratitud, pues no ha obtenido ningún beneficio real y el dueño de casa no le ha
brindado una hospitalidad genuina. Por lo tanto, las palabras amistosas
dirigidas al codicioso anfitrión de nada valen.
9. No Hables. Es decir, que no se debe intentar hacer que el
necio escuche y comprenda la sabiduría. Su mente obtusa está tan dominada por
su propia necesidad, que todas las palabras de advertencia son en vano (cap. 1:
22). Es probable que lo único que se gane
sea su resentimiento. 3CBA
sea su resentimiento. 3CBA
Ministerio
Hno. Pio
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