Es el contraste que se da entre los fieles que permanecerán y los que
dejarán de ser por su maldad. “Quienes se aferran al pecado nunca podrán hallar
paz, no importa cuán fervientemente la busquen…”.
Como en todos los tiempos. El cristiano que divide su lealtad, entre
Dios y el mundo; será siempre desdichado. No le irá bien. Pero los fieles serán
bendecidos con el Espíritu Santo, y concretarán los propósitos divinos.
15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque. 16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia. 17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. 18 Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo. 19 Y cuando caiga granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida. 20 Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libres al buey y al asno. (Isaías 32).
15. Sea derramado el Espíritu. Estas palabras
se cumplieron parcialmente en la gran reforma auspiciada por Ezequías, pero más
completamente durante el Pentecostés (Joel 2: 28; Hech. 2: 17; cf. Ose. 6: 3;
Joel 2: 23; Zac. 10: 1; Apoc. 18: 1). Campo fértil. En primer
lugar, una expresión figurada (Isa. 32: 16; cf. Isa. 5: 1-7; Gál. 5: 22-23).
Vendría el tiempo cuando se derramaría el Espíritu de Dios sobre el mundo, por
lo cual florecerían como la rosa los lugares que en un sentido son áridos y
desolados. Este es uno de los temas predilectos de Isaías (Isa. 29: 17; 35: 1;
41: 17-20; 55: 13).
Sea estimado por bosque. Lo que ya era "campo
fértil" sería aún más productivo.
16. Juicio. La "equidad"
(BJ), florecería en lo que antes había sido un desierto moral, y la
"justicia" de lo que ya era un "campo fértil" no sería
disminuida en lo más mínimo.
17-18. Efecto de la justicia. La justicia es
el resultado de vivir en armonía con la voluntad de Dios. Dios es amor, y todos
sus "mandamientos son justicia" (Sal. 119: 172). Quienes aman a Dios
de todo corazón y a su prójimo como a sí mismos, están en paz con Dios y con el
mundo que los rodea. La paz duradera sólo puede prevalecer donde hay un
cimiento sólido de justicia. Sin justicia no puede haber paz (Isa. 48:
22).
Quienes se aferran al pecado nunca podrán hallar paz, no importa cuán
fervientemente la busquen. La mayor necesidad de nuestro mundo atribulado es
comprender este principio importante y fundamental.
19. Cuando caiga granizo. La LXX dice:
"Cuando cayere granizo, no será sobre vosotros". Este versículo hace
resaltar el contraste entre la "morada de paz" de los justos (vers.
18) y la desolación que será el fin seguro de los impíos (Apoc. 16: 19; 18: 2,
21).
20. Sembráis junto a todas las aguas. A los que trabajan fielmente se promete una cosecha segura y abundante.
Al buey y al asno. Los judíos empleaban tanto el
buey como el asno en sus trabajos agrícolas (Deut. 22: 10; Isa. 30: 24). Eran
los animales domésticos comúnmente empleados en los diversos trabajos en el
antiguo Cercano Oriente. (4CBA) Ministerio Hno. Pio
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