sábado, 19 de septiembre de 2020

333. UN FUTURO FELIZ PARA JERUSALÉN (Isaías 29:18-24).

Pero no todo el tiempo, la hipocresía seria el común denominador de la fe de su pueblo. Vendrían tiempos, cuando la fe real afloraría, marcando la prosperidad espiritual que alcanzaría a la mayoría. Pero las clases más pobres se beneficiarían más. Se promete santificación a los piadosos.

18 En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. 19 Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel. 20 Porque el violento será acabado, y el escarnecedor será consumido; serán destruidos todos los que se desvelan para hacer iniquidad, 21 los que hacen pecar al hombre en palabra; los que arman lazo al que reprendía en la puerta, y pervierten la causa del justo con vanidad. 22 Por tanto, Jehová, que redimió a Abraham, dice así a la casa de Jacob: No será ahora avergonzado Jacob, ni su rostro se pondrá pálido; 23 porque verá a sus hijos, obra de mis manos en medio de ellos, que santificarán mi nombre; y santificarán al Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel. 24 Y los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina. (Isaías 29). 

18. Los ciegos verán. …Ver com. cap. 6: 9-10. Isaías anticipa el tiempo cuando se invertiría la situación descrita en los vers. 10-12. Compárese con Isa. 35: 5-6; 42: 7; 52: 15; 60: 1-5; Luc. 1: 79; 4: 18; Juan 8: 12; Hech. 26: 17-18; 2 Cor. 4: 4; Efe. 1: 13.

19. Los humildes. Llegaría el momento cuando el Evangelio sería proclamado a todos los pueblos de la tierra, tanto a los pequeños como a los grandes, a los pobres como a los ricos (pp. 30-32). Eso sucedió más completamente en los tiempos de la era cristiana. Con Jesús y sus discípulos…

20. El violento. El enemigo de Dios y de su pueblo. Quizá se refiera a Senaquerib y a su mensaje arrogante (vers. 5; cf. cap. 25: 4-5). La verdad que aquí se presenta se aplica a todo enemigo que se oponga al progreso de la obra de Dios.

21. Los que hacen pecar al hombre. Por 256 causa de sus mensajes de reprensión y de advertencia, posible Isaías fue acusado de ser poco patriota. Los que son reprendidos se vuelve hostiles contra quienes los amonestan, y procuran inventar medios, por injustos que sean, para entrampar a esos representantes así acallar su voz de reprobación. 

Pervierten la causa del justo. Es decir, maquinan deliberadamente para pervertir la justicia (cf. Exo. 23: 6; Amós 5: 12; Mal. 3: 5). Vanidad. Heb. tóhu, que tiene la idea de algo "vacío", "que no existe" (ver com. Gén. 1: 2). Las acusaciones con las cuales se procuraba que el reprensor apareciera como un delincuente carecían en realidad de toda base.

22. No será ahora avergonzado. Abrahán y Jacob representan aquí a todo el verdadero pueblo de Dios. Así como el Señor había liberado a los padres de la nación, también libraría a sus descendientes, de todos sus enemigos. El ataque de Senaquerib ocasionaría temor y vergüenza, pero Isaías preveía un día más luminoso en el futuro, que los fieles podían aguardar con certeza.

23. Temerán al Dios de Israel. Aquí se revela el triunfo final. El "violento" (vers. 20) ha sido destruido, Jacob ya no se avergüenza (vers. 22), y sus hijos, por largo tiempo perdidos, han sido devueltos al redil. Cuando los fieles de toda la tierra sean traídos al redil, se unirán a Jacob en la adoración y el servicio del Señor.

24. Los murmuradores. Isaías proclama que hay esperanza para los más endurecidos rebeldes de su época, así como la hubo para los tales en el desierto.(Exo. 17:2, 7; Núm. 14:22; 20: 3; Deut. 1: 27; 6: 16; Sal. 95: 10- 11; 106: 25).

Aprenderán doctrina. Muchos de los que han errado (cap. 28: 7; 29: 10-13) saldrán de la oscuridad (cap. 29: 18) y aprenderán de las vicisitudes por las cuales han pasado. Aunque la gran mayoría del pueblo no aprovecharía de los mensajes de consejo y advertencia que había recibido en repetidas ocasiones por medio del mensajero de Jehová, habría un pequeño "remanente" (cap. 1: 9; 11: 11, 16; etc.) cuyos corazones responderían, y se volverían al Señor. (4CBA). Ministerio Hno. Pio

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