sábado, 12 de septiembre de 2020

313. PROFECÍA SOBRE EL VALLE VISIÓN (Isaías 22:1-14).

Isaías 22:1-14. Es la profecía sobre Jerusalén, que, a pesar de los castigos, sigue obcecada en su errada vida; encerrada en su vida de deleites y egoísmo, por un lado. Y por el otro lado su vida de apostasía aberrante en adoración a dioses paganos, invocándolos desde sus techos planos. Su falsa seguridad de que por estar dentro de los muros es inexpugnable, mientras sus hermanos mueren fuera de los muros luchando con el enemigo.

Pero, veamos la división de ésta parte del capítulo. En los versículos (1-7). El Profeta lamenta la invasión de Judá por Elam. (Entre las fuerzas asirias que invadieron el territorio de Judá había arqueros especializados provenientes de Elam. Jer. 49:35). En los versículos (8-14). Se Desaprueba su sabiduría humana y su gozo mundano de Jerusalén.    

 1 PROFECÍA sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados? 2 Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra. 3 Todos tus príncipes juntos huyeron del arco, fueron atados; todos los que en ti se hallaron, fueron atados juntamente, aunque habían huido lejos. 4 Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme de la destrucción de la hija de mi pueblo. 5 Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, de parte del Señor, Jehová de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar al monte. 6 Y Elam tomó aljaba, con carros y con jinetes, y Kir sacó el escudo. 7 Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta.

8 Y desnudó la cubierta de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque. 9 Visteis las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de abajo. 10 Y contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro. 11 Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró. 12 Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir silicio; 13 y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos. 14 Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos. (Isaías 22).

1. Profecía. Ver com. cap. 13: 1. El Valle De La Visión. Jerusalén es el "valle de la visión", tal como se desprende claramente del mensaje mismo (vers. 4, 8-10). ¿Qué Tienes Ahora? Literalmente, "¿qué a ti pues?", lo cual significa, "¿qué sucede que actúas de esta manera?"

Sobre Los Terrados. Se usaban los techos planos de las casas de Palestina para diversas actividades, entre ellas la adoración a los dioses paganos (Jer. 19: 13) y las fiestas y banquetes (Juec. 16: 27; Neh. 8: 16; Isa. 22: 13).

2. Alborotos. "Ruido de gritos". No Son Muertos A Espada. Mientras la campiña de Judá estaba siendo devastada por los ejércitos asirios y morían multitudes, los habitantes de Jerusalén no arriesgaban la vida en el campo de batalla ayudando a sus compatriotas. Estaban ocupados en una extraña y desenfrenada búsqueda de placeres. Era pecado que procedieran así cuando tantos de sus hermanos estaban perdiendo la vida y las propiedades (vers. 4 -11), y sobre todo, porque Dios había proclamado luto (vers. 12).

3. Tus Príncipes Juntos Huyeron. Posiblemente Isaías se refiere a un momento de tregua en el sitio de Jerusalén, ocasionado por la llegada de Tirhaca y su ejército etíope (cap. 37: 8-9), lo que proporcionó a algunos de los dirigentes de Jerusalén la oportunidad de huir de la ciudad. Esa cesación del asedio, aunque fuera por poco tiempo, bien pudo ser considerado por el pueblo de Jerusalén como el fin del peligro asirio, lo que podría haber llevado al regocijo general. Del Arco, Fueron Atados. Es difícil la interpretación de esta parte del versículo, porque el hebreo no es claro. La BJ traduce: "Del arco escapaban". la VM reza: "Por los flecheros son atados", y la NC, dice: "Han sido apresados sin la defensa del arco". Esta última interpretación daría a entender que habían intentado escapar, pero fueron apresados sin armas y sin haber participado en la batalla.

4. Dejadme. Isaías se siente muy afectado por la triste situación de Jerusalén, y  pide que lo dejen solo con su tristeza. Más tarde Jeremías también lloro amargamente por la suerte de la ciudad, a la cual también "la hija de mi pueblo" (Lam. 3: 48; cf. Jer. 8: 19).

5. Día Es De Alboroto. Isaías describe un día de angustia y confusión, cuando el enemigo rodea la ciudad, rompe los muros con máquinas de guerra y el pueblo clama a los montes en su angustia (Isa. 2: 19, 21; Ose. 10: 8; cf. Luc. 23: 30; Apoc. 6: 16). El Valle De La Visión. Ver com. vers. 1.

6. Elam Tomó Aljaba. Entre las fuerzas asirias que invadieron el territorio de Judá había arqueros especializados provenientes de Elam (Jer. 49: 35). Kir. Se desconoce la ubicación precisa de Kir. Se dice en 2 Rey. 16: 9 que Tiglat-pileser llevó cautivos a los habitantes de Damasco a ese lugar (cf. Amós 1: 5). Sacó El Escudo. Es decir, se preparó para la batalla.

7. Tus Hermosos Valles. Alrededor de Jerusalén había muchos valles, entre ellos los de Hinom y Cedrón. Estos valles se llenarían de soldados enemigos para atacar la ciudad.

8. Desnudó La Cubierta. Es decir, reveló las defensas secretas de Judá, por lo cual pudo derrotar a la nación. La Casa De Armas Del Bosque. El arsenal real. Los escudos de oro (más tarde de bronce) de la guardia real estaban en la casa de armas del bosque del Líbano (ver com. 1 Rey. 10: 17; 14: 27). Se describe aquí al pueblo que busca sus armas defensivas.

9. Las Brechas. Ante la amenaza de ataque, los pobladores de Jerusalén se dieron cuenta de que había varias partes del muro de la ciudad de David que necesitaban ser reparadas con urgencia (2 Crón. 32: 5). Estanque de abajo. Ver com. 2 Crón. 32: 4. Este estanque fue construido específicamente para surtir de agua a la ciudad durante un asedio, y también para privar de agua al enemigo que estuviera fuera de la ciudad.

10. Contasteis Las Casas. Se hizo una lista de las casas de Jerusalén, algunas de las cuales fueron escogidas para su demolición con el fin de proporcionar materiales para reparar las murallas de la ciudad.

11. Foso Entre Los Dos Muros. Este "foso" posiblemente fue el túnel construido por Ezequías para llevar el agua desde la antigua fuente de Gihón hasta otro estanque situado al suroeste, a 533 m de distancia, que se conoce como estanque de Siloé (ver T. II, p. 89). Del lado de afuera del muro anterior y también más afuera del acueducto de Ezequías y el estanque de Siloé, se construyó un segundo muro (ver com. 2 Crón. 32: 5). De ese modo, toda el agua que brotaba de la fuente de Gihón quedaba a disposición de los habitantes de Jerusalén, pero era completamente inaccesible para un enemigo que estuviera fuera de la ciudad. Al Que Lo Hizo. Muchos de los habitantes de Jerusalén ya no buscaban la protección de Dios, sino que dependían de sus propios recursos e invenciones. Olvidaron que Jehová era el verdadero fundador y artífice de la ciudad, y que sólo él podría proporcionar la ayuda necesaria en tiempo de angustia.

12. Llamó En Este Día A Llanto. El peligro que se cernía sobre la ciudad debería haber llevado al pueblo al arrepentimiento y a la oración. Así ocurrió con Ezequías (cap. 37: 4, 15-20). En vista de que vendría el día de Jehová, también Joel exhortó al pueblo para que se volviera a Dios con ayuno y llanto, a fin del que el Señor fuera misericordioso con ellos.                              (Joel 2: 12-17).

13. He Aquí Gozo Y Alegría. A pesar de su situación desesperante, el pueblo no se volvió a Dios sino que continuó en borracheras y 231 banqueteos. Se habían entregado a una sensualidad desenfrenada, de la cual nada podía ya apartarlos. Compárese esto con los comentarios de Pablo acerca de la filosofía epicúrea de su tiempo (1 Cor. 15: 32).

14. Este Pecado. El pueblo rehusó volverse a Jehová, y su iniquidad no podía ser perdonada. No se trataba de un decreto arbitrario de parte de Dios. El Señor no podía salvarlos mientras persistieran en su impiedad. 4CBA/Ministerio Hno. Pio


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