Después de
describir el pecado de Judá, y al ver la inutilidad del castigo. Dios desecha
el apoyo de Judá, en Asiria y Egipto; porque el único digno de confianza es
Dios.
29 ¿Por qué porfías
conmigo? Todos vosotros prevaricasteis contra mí, dice
Jehová. 30 En vano he azotado a vuestros hijos; no han recibido
corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como
león destrozador.
31 ¡Oh generación! atended vosotros a la palabra de Jehová. ¿He sido yo un desierto para Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti? 32 ¿Se olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días. 33 ¿Por qué adornas tu camino para hallar amor? Aun a las malvadas enseñaste tus caminos. 34 Aun en tus faldas se halló la sangre de los pobres, de los inocentes. No los hallaste en ningún delito; sin embargo, en todas estas cosas dices: 35 Soy inocente, de cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No he pecado. 36 ¿Para qué discurres tanto, cambiando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria. 37 También de allí saldrás con tus manos sobre tu cabeza, porque Jehová desechó a aquellos en quienes tú confiabas, y no prosperarás por ellos. (Jeremías 2).
29. ¿Por Qué
Porfías? La gente no tenía en qué basar sus quejas. Su rebeldía era
demasiado manifiesta como para pasar inadvertida. ¿Cómo podrían seguir
intentando justificarse? Habían perdido todo derecho a recibir las promesas de
Dios por causa de sus transgresiones.
30. En Vano. En los vers. 30
al 32 se realza de nuevo la idea (vers. 5) de que Dios no puede ser culpado en
absoluto por la rebelión de Judá.
Vuestros Hijos. Es decir, los hijos o
habitantes 398 de Judá. Algunas veces se representa a las ciudades de Judá bajo
la figura de una madre, cuyos hijos son los habitantes de esas ciudades (Lev.
19: 18; Joel 3: 4-6; Zac. 9: 13).
Vuestros
Profetas. Los que habían sido enviados para reprenderlos por su necedad y
exhortarles a corregir su conducta (2 Crón. 36: 15-16; Neh. 9: 26; Mat. 23:
29-31; Hech. 7:52). Culminó la violencia contra los mensajeros de Dios durante
el medio siglo que duró el reinado de Manasés (2 Rey. 21: 16). Isaías fue uno
de los primeros mártires entre los profetas (PR 281; Material Suplementario de
EGW sobre Isa. 1: 1).
31. Un
Desierto. Dios reta al pueblo, como en el vers. 5, para que diga en qué no ha sido
bondadoso con él, para que le haya dado la espalda. ¿Acaso Dios fue alguna vez
un lugar estéril en donde no pudieron hallar sustento? En realidad Dios había
sido la fuente de donde Judá había obtenido todo lo que necesitaba para vivir
(ver com. Deut. 32: 13-14; Neh. 9: 15).
Somos Libres. En hebreo esta frase
se expresa con una forma verbal irregular que, según la tradición masorética,
deriva de la raíz rud, "vagar libremente". El pueblo diría, en
efecto, que era libre de ir a donde le placiera, y de hacer lo que le pareciera
mejor; que era amo de su propio destino, y que no se conformaría con las leyes,
ni de Dios ni del hombre. Rechazaba la autoridad de Dios (ver com. vers. 20).
Pero la raíz puede
ser radad y no rud, por lo cual debería traducirse, "somos
subyugados". La LXX dice, "no se enseñorearán de nosotros". Uno
de los manuscritos griegos de la LXX dice, "no seremos hechos
esclavos". La traducción griega de Aquila y la Vulgata latina dicen:
"nos estamos rebelando". "¡Sacudimos el yugo!"
(VM).
32. Atavío. Era natural que la
novia conservara con cariño los recuerdos materiales de su boda. Se Ha
Olvidado De Mí. Judá había hecho más que olvidar los recuerdos
visibles de su boda:se había olvidado de su Esposo (cap. 3: 14).
33. ¿Por Qué Adornas
Tu Camino? Se representa a Judá bajo la figura de una ramera que se adorna para
salir en busca de relaciones ilícitas. Judá procura aliarse con naciones
extranjeras y con sus ídolos mientras que olvida a Dios, su verdadera gloria.
Las Malvadas. Judá se había
envilecido tanto que aun las mujeres malvadas e impías podían aprender de ella.
La impiedad del pueblo escogido de Dios no sólo confirmaba a los paganos en su
idolatría, sino que les enseñaba nuevas maneras de practicarla.
34. De Los Pobres, De
Los Inocentes. Entre estos estaban, sin duda, los que habían sufrido por falta de
justicia (Jer. 7: 6; 19: 4; 22: 3, 17; Miq. 3: 10), los niños sacrificados en
los ritos de Moloc, y los profetas y otros mártires muertos, sobre todo,
durante el reinado de Manasés Jer. 2: 30; 2 Rey. 21: 16; 24: 3-4).
En Ningún Delito. Heb. majtéreth,
el acto de entrar violenta e ilegalmente a una casa como cuando se la asalta.
La oración podría traducirse: "No los hallaste forzando entrada a tu
casa". Sugiere que los inocentes habían muerto a pesar de que no se los
había encontrado culpables de ningún delito (vers. 30). Si los asesinados
hubieran sido culpables de algún delito, como el de entrar en una casa para
robar, la ley no habría considerado criminal al que les hubiera dado muerte
(ver com. Exo. 22: 2). Pero estos mártires eran "inocentes", y no
criminales. La situación era tan clara y la nación judía tan culpable, que no
había necesidad de que Dios llevara a cabo ninguna investigación.
35. Soy
Inocente. La nación parecía estar inconsciente de su culpabilidad. Quizá la gente
podía hacerse la ilusión de que si bien había caído muy profundamente en el
pecado durante el reinado de Manasés, la reforma externa de Josías había
evitado la temible ira de Dios (2 Rey. 22: 17).
36. ¿Para Qué
Discurres Tanto? "¡Cuánta ligereza la tuya para cambiar de dirección!"
(BJ). Es decir, ¿por qué tenía tanta prisa la nación para cambiar su política y
modificar sus alianzas?
Serás Avergonzada De
Egipto. Para su desdicha y su ruina, Acaz se había aliado con el rey de Asiria
(2 Rey. 16: 10; 2 Crón. 28: 16-21). El profeta predijo que la alianza con
Egipto produciría la misma vergüenza y confusión. Esta predicción se cumplió
literalmente durante el reinado de Sedequías (Jer. 37: 5-10).
37. De Allí. De Egipto. Con
tus manos sobre tu cabeza. Expresión de profunda tristeza y completa
desesperación (2 Sam. 13: 19). 4CBA/Ministerio Hno. Pio
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