La lucha que se inició en el cielo, se trasladó a la tierra. la lucha
por destronar a Dios, dela autentica gloria que le corresponde por ser Dios y
creador… (Isa. 14:12-14). El enemigo no se presenta como tal, sino que usa
estos medios que pretenden representar al Dios verdadero; pero en realidad lo
representan y es adorado en él.
Dios ha advertido que él no es representado por los ídolos. Pregunta el Señor Dios: ¿A
qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? Yo Jehová;
este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. Isa.
40:18; 42:8.
El 2° Mandamiento es claro en Éxodo 20:4-6. Cuando dice: 3 No tendrás
dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen, Ni Ninguna semejanza
de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los
hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Es abominación adorar ídolos, peor si queremos representar en ellas al
Dios vivo. Ex. 32.
Al final, en el juicio final, ejecutivo se cumplirán estas palabras: “Pero
los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y
hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago
que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Apocalipsis 21:8. Así de
grave y mortal es éste asunto.
Esa Mala Práctica Hoy; está arraigado en
las distintas culturas, y en el cristianismo, con el pretexto que representan a
Dios. Es Tiempo De Reflexionar, para salir de esas costumbres. Dios
dice; Salid de ella, pueblo mío… Apoc. 18:4.
El capítulo 44:7-20 de Isaías, describe del (7-8) La vanidad de los
ídolos. Y del (9-20) es la insensatez de sus fabricantes que no entienden lo
que hacen. ¡Contrastes entre Dios y los ídolos!
7 ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden
delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo
antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir. 8
No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo
dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay
Fuerte; no conozco ninguno.
9 Los formadores de imágenes de talla, todos
ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos
son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden. 10
¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de
provecho? 11 He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los
artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se
asombrarán, y serán avergonzados a una. 12 El herrero toma la tenaza,
trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la
fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua,
y se desmaya.
13 El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con
los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a
semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa. 14 Corta cedros, y toma
ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se
críe con la lluvia. 15 De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma
de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además
un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él. 16
Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado,
y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el
fuego; 17 y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de
él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú.
18 No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y
su corazón para no entender. 19 No discurre para consigo, no tiene sentido
ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus
brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación?
¿Me postraré delante de un tronco de árbol? 20 De ceniza se
alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni
diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha? (Isaías 44).
7. ¿Y Quién? Heb. "¿Quién como
yo?" (BJ). Dios es quien ordena y dispone los asuntos terrenales. Él es
quien designó a Israel para que fuera un pueblo justo y eterno. Todo esto demuestra
que el verdadero Dios, pues los ídolos no pueden hacer lo que él ha
hecho. (ver com. cap. 41: 4, 21-26).
Después Que Establecí. Dios afirma ser
el único capaz de predecir el futuro y desafía a otros dioses a hacer lo mismo.
"¿Quién como yo? Que se levante y hable. Que se anuncie y
argumente contra mí. ¿Quién ha hecho oír desde antiguo las cosas futuras y nos
ha revelado lo que va a suceder?" (BJ).
8. No Temáis. Ver com. cap. 41: 10. No
Hay Fuerte. Heb. tsur, "no hay roca". Nombre bíblico común
empleado para designar a Dios. Hace notar su permanencia y su fuerza (ver Deut.
32:4; 2 Sam. 22: 3; 23:3; sal. 18:2; cf. Isa. 26:4). Israel no tiene nada que
temer mientras Dios sea su fuerza y defensa.
9. Vanidad. Heb. tóhu,
"nada", "vacío" (ver com. Gén. 1: 2; Isa. 41: 29). Lo
Más Precioso De Ellos. Aquellas cosas en las cuales se deleitan, sobre
todo lo que se refiere al culto idolátrico. Ellos Mismos Son
Testigos. Los ídolos ciegos e insensibles dan testimonios de que son
ciegos y nada saben.
14. Con La Lluvia. Los hombres
pueden plantar la semilla de la cual brota el árbol, pero sólo Dios puede
hacerla crecer. Sin el poder divino no habría árbol del cual tallar
un ídolo.
15. Hace Además Un Dios. Es una decisión arbitraria que un
pedazo de madera se emplee para hacer un ídolo y otro se use como combustible.
16. Parte Del Leño Quema. ¡Qué necedad
fabricar un ídolo de algo que el hombre mismo puede destruir! Prepara
Un Asado Y Se Sacia. El rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto
dice: "y se sienta sobre su carbón calienta".
17. Líbrame. La madera no podría haberse
librado a sí misma del fuego si el hombre hubiera escogido quemarla en vez de
adorarla. Qué necedad la del hombre que emplea la mayor parte de la madera como
combustible y luego confecciona un ídolo con lo que sobra, y finalmente espera
que ese dios tenga fuerza e inteligencia para salvarle la vida.
18. No Saben. Los hombres que adoran
imágenes tienen poco conocimiento. Sus necios corazones están entenebrecidos, y
aunque crean ser sabios son tontos (Rom. 1:21-23). Cerrados Están Sus
Ojos. Ver com. cap. 6:9-10.
19. Tronco Del Árbol. O "trozo
de madera". El que adora a un ídolo,
tan sólo rinde reverencia a un pedazo de madera. Le habla, se inclina ante él, sin pensar que sería igualmente sensato si
presentara sus pedidos a una vara o al poste de una puerta.
20. De Ceniza Se Alimenta. Qué necedad sería el alimentarse de
cenizas, esperando nutrirse de ellas. Es igualmente necia la idea de que un
ídolo puede beneficiar al hombre. 4CBA/Ministerio
Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario