martes, 18 de mayo de 2021

655. MINISTERIO EN PEREA, OTOÑO A PRIMAVERA (SEPTIEMBRE-MAYO), 30-31 DC/ Enseñanzas en Perea (MATEO 20:1-16).

Mateo 20:1-16. Enseñanzas en Perea. Parábola De Los Obreros De La ViñaPor medio de la parábola de los obreros de la viña, Cristo enseña que Dios no es deudor de nadie.

1 PORQUE el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. 2 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 

3 Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; 4 y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron.

5 Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. 6 Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? 7 Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.

8 Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. 9 Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario.

10 Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, 12 diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día.

13 El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? 14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? 16 Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, más pocos escogidos. (Mateo 20).

1. Porque. [Los obreros de la viña, Mat. 20: 1-16. Con referencia a parábolas, ver pp. 193-197.] La interrupción entre el cap. 19: 30 y el 20: 1 tiende a borrar la estrecha relación que existe entre los dos capítulos, tanto en el tiempo como en el tema.  Fue la conversación de Jesús con el joven rico (cap. 19: 16-22) y la resultante discusión con los discípulos lo que llevó a la presentación de la parábola de los 451 obreros de la viña.  En realidad, la parábola ilustra específicamente la verdad afirmada en el cap. 19: 30, verdad que se repite al final de la parábola para darle mayor realce (cap. 20:16). La repetición, antes y después de la parábola, hace resaltar la lección que la misma debía enseñar (PVGM 322).

Esta parábola estaba dirigida a los discípulos a manera de respuesta a la pregunta "¿Qué, pues, tendremos?" (cap. 19:27).  Puesto que lo habían dejado todo para seguir a Jesús, esperaban recibir una recompensa en compensación por el sacrificio realizado. Jesús les había asegurado que tendrían una recompensa (vers. 28-29), pero también les advirtió que no debían pensar que simplemente por haber sido los primeros en seguir a Jesús, podrían esperar recibir mayores recompensas y honores que otros súbditos del reino.  En la parábola de los obreros de la viña, Jesús expone el trato de Dios para con los que le dedican su servicio y explica la base sobre la cual serán recompensados (PVGM 326-327).  La parábola enseña que no recibirían ni más ni menos que los otros, porque los ciudadanos del reino son todos iguales en el sentido de que todos son pecadores redimidos.

Reino de los cielos. Ver com. Mat. 3: 2; 4:17; 5: 3; Luc. 4: 19.

Es semejante. Esta era una fórmula común empleada para comenzar una parábola. Los principios que rigen la interpretación de las parábolas aparecen en la p. 194.

LAS PARÁBOLAS Y SU INTERPRETACIÓN. La palabra "parábola" deriva del Gr. parabol': :uxtaposición", "comparación", "ilustración", "parábola", "proverbio"; de un verbo que significa "poner una cosa al lado de otra [para comparar]", "situar al lado de".  El vocablo Gr. pa'rabol' y su equivalente hebreo (t. III, p. 957) tienen un significado más amplio que la palabra "parábola"; sin embargo, las parábolas que se presentan como tales en este Comentario son las que con propiedad caven dentro de los límites más estrictos de la palabra 194 parábola.  De acuerdo con la definición expuesta, la parábola es una narración cuyo principal propósito es enseñar una verdad; pero literariamente hablando es una alegoría o sucesión de metáforas.  Muchas de las parábolas de Cristo fueron tan breves que pueden considerarse como metáforas o proverbios.

Una parábola es en los Evangelios una narración "colocada al lado de" cierta verdad espiritual con el fin de hacer una "comparación".  Las parábolas de nuestro Señor se basaban, por lo general, en hechos comunes de la vida diaria familiar de sus oyentes, y con frecuencia se trataba de hechos específicos que acababan de ocurrir (ver DTG 462) o de algo que los oyentes podían ver en ese momento (PVGM 16; cf. DMJ 34-35).  La narración era simple y breve, y por lo general su conclusión era tan obvia que no admitía confusiones (Mat. 21: 40-41); y se colocaba paralelamente la verdad espiritual con el propósito de ilustrar a ésta.  La parábola se convertía así en un puente por el cual los oyentes podían ser conducidos hacia la comprensión y apreciación de esa verdad.  La narración comenzaba al nivel de los oyentes, y Jesús dirigía los pensamientos hacia donde él quería valiéndose de un miedo agradable y familiar.  Era una ventana a través de la cual el alma podía contemplar perspectivas de una verdad celestial.

Por medio de parábolas Jesús (1) despertaba el interés, la atención y las preguntas; (2) enseñaba verdades desagradables sin despertar prejuicios; (3) eludía a los espías que lo perseguían implacablemente; (4) creaba en la mente de sus oyentes impresiones duraderas que se renovarían e intensificarían cuando vieran nuevamente las escenas presentadas en la parábola o pensaran en ellas; (5) convertía la naturaleza en un instrumento para conocer a Dios.  Las parábolas revelaban la verdad a los que querían recibirla, y, a veces, la ocultaba a otros.

Al estudiar las parábolas de Jesús es importantísimo seguir principios correctos de interpretación.  Esos principios pueden resumirse brevemente así:

1. Una parábola es un espejo por el cual se puede ver la verdad; pero no es la verdad misma.

2. El contexto en que se presenta una parábola -lugar, circunstancias, personas a las que se dirigió la parábola y el problema que se trataba- debe tomarse en cuenta y convertirse en la clave para su interpretación.

3. La introducción y conclusión de Cristo a la parábola aclaran generalmente su propósito fundamental.

4. Cada parábola ilustra un aspecto básico de una verdad espiritual (ver la lista de los principios que ilustran las diversas parábolas de nuestro Señor, pp. 195-197).  Los detalles de una parábola sólo son significativos cuando contribuyen a aclarar ese punto especial de verdad.

5. Antes de que se pueda entender el significado espiritual de la parábola, es necesario tener una clara perspectiva de la situación descrita en la parábola: costumbres orientales y modalidades de pensamiento y expresión.  Las parábolas son cuadros verbales vívidos que deben verse para que puedan ser entendidos.

6. Es un hecho fundamental que una parábola tiene el propósito de ilustrar la verdad, y generalmente una verdad particular; por lo tanto, no se debe basar ninguna doctrina en los detalles incidentales de una parábola.

7. La parábola se debe interpretar, sea en conjunto o sea en parte, teniendo en cuenta la verdad que tiene el propósito de enseñar, tal como se presenta en lenguaje literal en el contexto inmediato y en otras partes de las Escrituras.

La siguiente lista de parábolas se ha preparado teniendo en cuenta la definición presentada en la p. 193.  Están agrupadas por temas, de acuerdo con la verdad principal que Cristo quiso ilustrar con cada una de ellas.  La referencia bíblica principal 195 de cada parábola señala dónde aparece la mayor explicación de la parábola en este Comentario.  Las referencias paralelas que se dan en "Principios ilustrados" indican otra u otras parábolas que enseñan la misma verdad o verdades relacionadas con dicha parábola; y las referencias que aparecen al final de cada grupo de parábolas indican otra u otras parábolas que contienen lecciones secundarias apropiadas para el grupo respectivo.  El "Número en la Armonía" (pp. 186-191), dirige a otras fuentes de información relacionadas con las parábolas.  La columna "Principios ilustrados" proporciona, además, un breve análisis de la enseñanza o enseñanzas básicas de cada parábola.  En las pp. 206-211 se presenta el orden cronológico de las parábolas.

Padre de familia. Gr. oikodespót's, "propietario" (BJ); literalmente, "señor de la casa" (com. Luc. 2:29).

 Por la mañana. "A primera hora de la mañana" (BJ). Gr. háma prÇí (com. Mar. 1:35), al amanecer.

A contratar obreros. En algunos países del Cercano Oriente los jornaleros todavía suelen reunirse en la plaza del mercado, donde aguardan quien les ofrezca trabajo. 

Su viña. El profeta Isaías se había referido a Israel como la viña del Señor (Isa. 5:1-7).

2. Habiendo convenido con los obreros. En el Cercano Oriente, es esencial el regateo en un trato de índole comercial, y se espera que se lo practique en cualquier transacción que ataña a bienes o servicios (ver com. Juan 9: 4).

Un denario. Gr. d'nárion, el denarius romano, moneda de plata que pesaba unos 3,89 g. Sin duda, el denario de esa época (ver p. 51) tenía mayor valor adquisitivo que el tendría la misma suma hoy.  Un denario era lo que se acostumbraba pagar al jornalero por un día de trabajo, el cual se computaba de sol a sol.

3. Hora tercera. Es decir, en torno de las nueve de la mañana (ver p. 51).

Plaza. Ver com.  Mat. 11: 16; Mar. 7: 4.

Desocupados. Cf. vers. 6-7.

4. Lo que sea justo. Es decir, lo que fuera justo en relación con el trabajo que de ellos se esperaba.  Según la parábola, el propietario no convino con ninguno de los que fueron a trabajar después de la primera hora el salario que habían de recibir. Los obreros no preguntaron nada y se fueron a hacer lo que se les mandaba, confiados en la promesa y en la justicia del propietario (ver PVGM 327-330).

5. Las horas sexta y novena. Es decir, a mediodía y a las 15 horas (3:00 p.m.).

6. Hora undécima. Es decir, en torno de las 5 de la tarde.  Los que fueron a trabajar a esta hora no trabajaron sino poco tiempo hasta que anocheció (ver vers. 12; com. vers. 2), y en la parte más agradable del día.

¿Por qué estáis? El contexto de la parábola indica que estos hombres no habían estado en la plaza más temprano cuando los grupos anteriores fueron contratados, y que, por lo tanto, no habían rechazado las invitaciones anteriores del propietario (PVGM 329).

7. Nadie. Quizá no se los había contratado para la última parte del día, ni menos para el día entero. Lo que sea justo. Ver com. vers. 4.

8. Cuando llegó la noche. Probablemente a la hora de la puesta del sol (ver com. vers. 12).

Señor de la viña. Es decir, el "padre de familia" (ver com. vers. 1).

Llama a los obreros. Pareciera que los obreros debían seguir trabajando hasta que los llamara el mayordomo, a quien el propietario había encomendado la supervisión del trabajo.

Págales el jornal. Según el AT (Lev. 19: 13), se requería que el empleador ajustara las cuentas con los jornaleros al final de cada día.  Esta sabia provisión tenía el propósito de ayudar a prevenir que algunos inescrupulosos patrones postergaran o evitaran el pago de los jornales.

Comenzando desde los postreros. Difícilmente sería ésta la costumbre, pero este procedimiento es necesario para hacer resaltar la lección de la parábola.  Si los obreros hubieran recibido el jornal en el orden en que habían sido contratados, quizá no habrían quedado 452 desconformes los primeros que fueron empleados para todo el día.  La lección de esta parábola excluye la explicación sugerida por algunos, en el sentido de que los que habían "soportado la carga y el calor del día" no habían trabajado en forma tan diligente como deberían haberlo hecho, y que por eso el "Señor de la viña" quería enseñarles una lección.

9. Un denario. Ver com. vers. 2.

10. Los primeros. Estos representan a los que esperan y pretenden recibir un trato preferencial por lo que ellos consideran como mayores sacrificios y más diligente servicio.  También representa a los judíos, que habían sido los primeros en aceptar el llamamiento del Señor para trabajar en su viña (ver PVGM 330; t. IV, pp. 27-32).

11. Murmuraban. 0 "se quejaban".  Hasta cierto punto es posible que Jesús se estuviera refiriendo a los discípulos, quienes se consideraban primeros (ver com. cap. 18: 1) y los estaba tildando de murmuradores (ver cap. 19: 27, 30).  Por lo menos, no habían aceptado trabajar en la "viña" del Señor con el espíritu de confianza de los obreros llamados posteriormente en el día (ver com. cap. 20: 4).

El padre de familia. Ver com. vers. 1.

12. Iguales a nosotros. Después de haber visto la generosidad del propietario para con los otros obreros, los que habían sido contratados primero naturalmente creyeron que merecían más.  Posiblemente razonaron que si los que habían trabajado sólo una hora habían recibido un denario, ellos debían recibir doce denarios.  Esperaban más, pero no comprendían sobre qué base se hacía el pago por el trabajo del día (ver com. vers. 15).

Calor. Gr. káusÇn, el calor fuerte del sol o del viento. La palabra káusÇn es empleada en la LXX para referirse al fuerte viento caluroso y agotador que soplaba desde el desierto oriental (ver com. Jer. 18:17).

13. Amigo. El propietario responde en forma amable. Los primeros obreros lo acusaban de tratarlos en forma injusta, pero él les explica que eso se debe enteramente a su generosidad y nada tiene que ver con lo que merecían en justicia (vers. 14-15).

Conviniste conmigo. Los primeros obreros habían convenido con el propietario en cuanto a lo que se les pagaría; no tenían de qué quejarse. El propietario les había pagado lo que habían acordado.

14. Quiero dar. Es decir, "ésta es mi voluntad".

15. ¿No me es lícito? El propietario no se refiere a ninguna ley, sino pregunta: "¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero?" (BJ).

Lo que quiero. Según PVGM 327-329, los que habían sido contratados a última hora comprendían que no merecían el salario de todo un día y quedaron agradecidos al señor de la viña por su gran generosidad.

¿Tienes tú envidia? Los que se quejaban no habían realizado más trabajo del que habían convenido, y por lo tanto no tenían derecho de esperar ninguna compensación especial (ver com. Luc. 17: 10). El griego dice "¿es maligno tu ojo?" Esta expresión idiomática se trata en com. Mat. 6:22-24.

Porque yo soy bueno. Los obreros habían acusado al propietario de favorecer a algunos y, por implicación, de perjudicarlos a ellos.  El dueño les explica que no se trata de una cuestión de justicia o de injusticia, sino de generosidad.  Había tratado en forma justa a todos sus jornaleros, y sin duda podía hacer algo más si así le placía. Jesús pone en claro aquí que el favor divino no se puede ganar, como lo enseñaban los rabinos.  Los obreros cristianos no han cerrado un trato con Dios.  Si Dios tratara a los hombres meramente sobre la base de una justicia estricta, ninguno podría estar en condiciones de recibir las recompensas incomparablemente generosas del cielo y la eternidad.  A la vista del cielo no tienen valor el conocimiento, la jerarquía, el talento, el tiempo de servicio, la cantidad de trabajo, ni los resultados visibles de la obra realizada, sino se toman en cuenta el espíritu voluntario con el cual se emprenden las tareas asignadas (PVGM 328) y la fidelidad con la cual se las realiza (PVGM 332).

16. Los primeros serán postreros. Ver com. cap. 19:30; 20: 1. 

Muchos son llamados. Ver com. cap. 22:14. La evidencia textual establece (cf. p. 147) la omisión de estas palabras y del resto del versículo. (5CBA).

COMENTARIOS DE EGW

LOS OBREROS DE LA VIÑA (PVGM pág. 327-334)

https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/bases-para-la-recompensa-final.html

1-16 PVGM 327-334; 5TS 186

3-4 FE 365

6 MB 152; SC 104

6-7 HAp 9l; MM 333; PVGM 329; SC 102;    5T 203

7 PVGM 327; 5T 203

8-10 PVGM 327

9 PVGM 329

12 OE 441

12-16 PVGM 329

13 CMC 353

Ministerio Hno. Pio

 

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