Nahúm 1. El sobrescrito o prefacio (1). El poder de Dios para castigar a los impíos (2-8). La certidumbre del castigo venidero (9-15).
La majestad de Dios en favor de su pueblo, y su severidad es para con sus enemigos.
Para ilustrar la parte que le cupo a Dios en la destrucción de Nínive, se presenta su justicia en los vers. 2-6, y se demuestra su poder por el dominio que tiene sobre el mundo material.
En los vers. 3-6 se describe el poder de Dios y, por lo tanto, su capacidad para realizar la predicha destrucción de Nínive (ver PR 269). Manifestación del poder de Dios que aquí se describe se verá en una escala mucho mayor en ocasión de la segunda venida de Cristo (PP 100).
Nahúm fue un mensajero de destrucción para los asirios, y al mismo tiempo fue un ministro de consuelo y alivio para su propio pueblo, a quien aseguró que el Señor sería su "fortaleza en el día de la angustia" (Sal. 61: 2-3).
Nahúm conforta a los suyos con el pensamiento de que Dios cumplirá lo que promete.
Aunque Nahúm aquí (9) específicamente se refiere a la caída de Asiria, también puede pensarse que sus palabras describen la suerte final de todos los impíos de quienes Asiria es un símbolo. Cuando sean finalmente raídos de la tierra con el castigo final, nunca más vivirán de nuevo; no perdurarán (Sal. 37: 6-11, 38; Mal. 4: 1; 2 Ped. 3: 10-13; Apoc. 20: 12 a 21: 5). Entonces será gloriosamente cierto que "la tribulación" (RVA), "la angustia" (BJ) del pecado no perturbará nunca más al universo de Dios (CS 558).
1 PROFECIA sobre Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcos.
2 Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. 3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies. 4 El, amenaza al mar, y lo hace secar, y angosta todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida. 5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.
6 ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas. 7 Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían. 8 Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas perseguirán a sus enemigos.
9 ¿Qué pensáis contra Jehová? El hará consumación; no tomará venganza dos veces de sus enemigos. 10 Aunque sean como espinos entretejidos, y estén empapados en su embriaguez, serán consumidos como hojarasca completamente seca. 11 De ti salió el que imaginó mal contra Jehová, un consejero perverso. 12 Así ha dicho Jehová: Aunque reposo tengan, y sean tantos, aun así, serán talados, y él pasará. Bastante te he afligido; no te afligiré ya más. 13 Porque ahora quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas. 14 Mas acerca de ti mandará Jehová, que no quede ni memoria de tu nombre; de la casa de tu Dios destruiré escultura y estatua de fundición; allí pondré tu sepulcro, porque fuiste vil. 15 He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo. (Nahúm 1).
1. Profecía. "Carga" (RVA). Heb. maÑÑa', "carga" o "dificultad". En sentido técnico, como aquí, "pronunciamiento", "oráculo".
Nínive. Capital de Asiria.
Elcos. Lugar que no ha sido identificado con precisión. Una tradición tardía y poco fidedigna identifica a Elcos con Alkush, pueblo de Asiria, y afirma que Nahúm nació de padres exiliados. Más verosímil es la identificación de Elcos con Elkesi en Galilea. Algunos sugieren que la relación de Nahúm con Galilea se demuestra con el nombre Capernaúm, vocablo transliterado del hebreo y que significa "aldea de Nahúm". Otra tradición es que Elcos estaba cerca de Bet Guvrin o Eleuterópolis, en la parte baja de Judá. Ya fuera que el profeta hubiera nacido en Galilea o no, lo más probable es que posteriormente vivió en Judá y profetizó allí.
Los vers. 1-10 constituyen un poema en forma de acróstico. Esta forma literaria se menciona en el t. III, p. 629. Parece que Nahúm empleó las 15 primeras letras del alfabeto, pero con algunas irregularidades.
2. Celoso. Para ilustrar la parte que le cupo a Dios en la destrucción de Nínive, se presenta su justicia en los vers. 2-6, y se demuestra su poder por el dominio que tiene sobre el mundo material. Debiera entenderse el lenguaje empleado teniendo en cuenta que Dios con frecuencia se adapta al lenguaje y a las experiencias de los hombres (cf. Jer. 51: 14; Amós 4: 12; 6: 8).
Se venga. Dios no es movido por el impulso vengativo que caracteriza al hombre pecador, sino por sin santo deseo de defender la rectitud y castigar a los que se oponen a ella.
Guarda enojo. En este pasaje, la LXX reza: "Y él quita a sus enemigos".
3. Tardo para la ira. Ver Exo. 34: 6-7. La misericordia divina no es una prueba de debilidad sino de fortaleza. Los hombres pueden ser "tardos para la ira" contra la iniquidad como resultado de su dureza e insensibilidad moral. En este sentido son dignos de compasión y no de admiración. Por otro lado, Dios demora la manifestación de su ira contra el pecado y el pecador, porque no quiere "que ninguno perezca" (2 Ped. 3: 9). Concede tiempo para el arrepentimiento. Aun cuando sus ofertas de misericordia son rudamente despreciadas, está poco dispuesto a castigar. "¿Cómo podré abandonarte?"(Ose. 11: 8), es el clamor de su gran corazón amante. Sin embargo, "no tendrá por inocente al culpable", y los que persisten en la iniquidad deben cosechar los resultados.
Torbellino. Se simboliza el poder de Dios como si se exhibiera en los elementos.
4. Amenaza. Una demostración del poder de Dios, tal como sucedió en el cruce del mar Rojo (Exo. 14: 21; Sal. 106: 9). Ríos. Se presenta a Dios como quien tiene completo dominio sobre los elementos de la naturaleza. Cf. Sal. 107: 33; Isa. 50: 2.
Basán. Esta región era notable por sus ricos pastos y grandes rebaños (cf. Deut. 32:14; Sal. 22:12; Eze. 39:18). Carmelo. Cadena montañosa cerca de la costa mediterránea, con abundante agua (ver com. 1 Rey. 18: 19). Líbano. Renombrado por sus cedros.
5. Los montes tiemblan. Aquí el profeta presenta un cuadro realmente pavoroso del poder de Dios. Todos los que en él habitan. En los vers. 3-6 se describe el poder de Dios y, por lo tanto, su capacidad para realizar la predicha destrucción de Nínive (ver PR 269). manifestación del poder de Dios que aquí se describe se verá en una escala mucho mayor en ocasión de la segunda venida de Cristo (PP 100).
6. Como fuego. Ver Deut. 4: 24; Jer. 7: 20. En lugar de "su ira se derraman como fuego", la LXX reza: "Su ira disuelve los reinos".
Se hienden las peñas. Mejor, "se quiebran ante él" (BJ).
7. Bueno. Que Dios es "bueno" en su carácter y en su proceder quedó plenamente demostrado por Aquel que era Dios encarnado (Juan 10: 11; Hech. 10: 38). Nahúm fue un mensajero de destrucción para los asirios, y al mismo tiempo fue un ministro de consuelo y alivio para su propio pueblo, a quien aseguró que el Señor sería su "fortaleza en el día de la angustia" (Sal. 61: 2-3).
8. Inundación impetuosa. Quizá esto represente metafóricamente la completa destrucción que vendría sobre Nínive mediante una invasión enemiga (ver Isa. 8: 7; cf. Dan. 11: 26, 40). A todas las naciones, tanto modernas como antiguas, llega esta misma advertencia de castigo que, a la larga o a la corta, descenderá sobre todos los que se exaltan contra Dios (PR 270). Se estaba terminando rápidamente el tiempo de gracia para Nínive, y Nahúm predijo una destrucción que pronto llegaría.
Sus adversarios. Esta traducción corresponde con la LXX. En hebreo dice "su lugar". Por el contexto, evidentemente se trata de Nínive (vers. 1).
9. Pensáis. Heb. jashab, "suponer", "juzgar", "imputar" o "idear".
Aquí el profeta advierte a los asirios que su jactancia contra Dios era lo peor que podían hacer (Isa. 10:8-11; 36:18-20). Nahúm conforta a los suyos con el pensamiento de que Dios cumplirá lo que promete.
Consumación. La repetición de este pensamiento ("consumirá" en el vers. 8), hace resaltar la seguridad de la caída de Nínive, pues el castigo que Dios traerá sobre los asirios será tan completo y permanente, que nunca más, no por "dos veces", podrán oprimir al pueblo de Dios. Aunque Nahúm aquí específicamente se refiere a la caída de Asiria, también puede pensarse que sus palabras describen la suerte final de todos los impíos de quienes Asiria es un símbolo.
Cuando sean finalmente raídos de la tierra con el castigo final, nunca más vivirán de nuevo; no perdurarán (Sal. 37: 6-11, 38; Mal. 4: 1; 2 Ped. 3: 10-13; Apoc. 20: 12 a 21: 5). Entonces será gloriosamente cierto que "la tribulación" (RVA), "la angustia" (BJ) del pecado no perturbará nunca más al universo de Dios (CS 558).
10. Espinos. Ver Núm. 33: 55; Jos. 23: 13. Aunque el ejército asirio formara un frente tan impenetrable como un cerco de espinos, Dios fácilmente los vencería (Isa. 27: 4).
Embriaguez. El caso de Asiria sería paralelo con el de Babilonia en algunos respectos (cf. Dan. 5: 1). Sea como fuere, sin duda los asirios eran inclinados a los festines y a la embriaguez (Diodoro ii. 26).
11. De ti salió. Como Dios se dirige a Nínive, esto quizá se refiera a su rey (Isa. 36: 4-10, 18-20). Consejero perverso. Literalmente, "consejero de Belial" (BJ).
Ver com. 1 Sam. 2:12; 25:17.
12. Reposo. Heb. shalem, "pacífico", "intacto" o "completo". El contexto favorece el significado "intacto" o "completo", antes que el de "pacífico" o "reposo", a menos que el pensamiento sea que los asirios están engañosamente "quietos", complacidos en su excesiva y altiva confianza. La BJ traduce: "por más incólumes que estén".
El pasará. Ver Isa. 27: 4.
13. Su yugo. Sin duda esto se refiere a que Judá era tributario de Asiria (2 Rey. 18: 13-16; 2Crón. 33: 11). Aunque Judá se libró de la suerte de Israel en los días de Ezequías, la poca libertad que retuvo se debió tan sólo a la tolerancia de Asiria, y sus "coyundas" de sujeción a Asiria únicamente se quebrantaron cuando fue destruido ese imperio.
14. Acerca de ti. Aquí el profeta se dirige a Asiria y predice su destrucción.
Tu sepulcro. El de Asiria (ver Eze. 32: 22-23).
Vil. Más bien, "liviano", o "de ningún valor".
15. Buenas nuevas. Exclamación de gozo por la derrota del enemigo del pueblo de Dios (ver com. Isa. 52: 7). Nah. 1: 15 es el vers. 1 del cap. 2 tanto en hebreo como en siríaco. Así también en la BJ. Celebra... tus fiestas. Con el restablecimiento de la paz, una vez más sería posible que el pueblo de Judá celebrara las grandes festividades religiosas (ver com. Exo. 23: 14-17; Lev. 23: 2; Deut. 16: 16).
“La paz duraría poco tiempo. Porque luego vino el poder babilónico. Si Nínive fue destruida el 612 AC. Por la confederación de Medos y Babilonios… Jerusalén comienza su caída en el 605; 597, 586 AC”.
El profeta Nahúm suplica a su pueblo para que de todo corazón participe del espíritu de esas solemnes ocasiones a fin de que Dios pueda bendecir y prosperar a la nación (ver las pp. 28-30).
https://ministeriohnopio1.blogspot.com/2020/09/el-papel-de-israel-en-la-profecia-del.html
Votos. Agradecidos por su liberación, los israelitas debían cumplir con los votos que habían hecho en tiempos de angustia y peligro. A pasar. Ver el vers. 12.
Pereció del todo. Ver com. vers. 9. (4CBA)
COMENTARIOS DE (EGW).
VERSÍCULO 3. PARA NUESTRO DIOS Misericordioso La Tarea De Castigar Resulta Extraña. "Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no quiero la muerte del impío." (Ezequiel 33: 11). El Señor es "compasivo y clemente, lento en iras y grande en misericordia y en fidelidad, . . . que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado." Sin embargo "visita la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y hasta la cuarta generación." "¡Jehová es lento en iras y grande en poder, y de ningún modo tendrá por inocente al rebelde!" (Éxodo 34: 6, 7; Nahum 1: 3, V.M.) El vindicará con terribles manifestaciones la dignidad de su ley pisoteada. Puede juzgarse de cuán severa ha de ser la retribución que espera a los culpables, por la repugnancia que tiene el Señor para hacer justicia. La nación a la que soporta desde hace tanto tiempo y a la que no destruirá hasta que no haya llenado La medida de sus iniquidades, según el cálculo de Dios, beberá finalmente de la copa de su ira sin mezcla de misericordia.
Cuando Cristo deje de interceder en el santuario, se derramará sin mezcla la ira de Dios de la que son amenazados los 686 que adoran a la bestia y a su imagen y reciben su marca. (Apocalipsis 14:9, 10).
Las plagas que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba por libertar a Israel fueron de índole análoga a los juicios más terribles y extensos que caerán sobre el mundo inmediatamente antes de la liberación final del pueblo de Dios.
En el Apocalipsis se lee lo siguiente con referencia a esas mismas plagas tan temibles: "Vino una plaga mala y dañosa sobre los hombres que tenían la señal de la bestia, y sobre los que adoraban su imagen." El mar "se convirtió en sangre como de un muerto; y toda alma viviente fue muerta en el mar." También "los ríos; y . . ., las fuentes de las aguas, . . . se convirtieron en sangre." Por terribles que sean estos castigos, la justicia de Dios está plenamente vindicada. El ángel de Dios declara: "Justo eres tú, oh Señor, . . . porque has juzgado estas cosas: porque ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen." (Apocalipsis 16: 2-6.) Al condenar a muerte al pueblo de Dios, los que lo hicieron son tan culpables de su sangre como si la hubiesen derramado con sus propias manos. Del mismo modo Cristo declaró que los judíos de su tiempo eran culpables de toda la sangre de los santos varones que había sido derramada desde los días de Abel, pues estaban animados del mismo espíritu y estaban tratando de hacer lo mismo que los asesinos de los profetas.
En la plaga que sigue, se le da poder al sol para "quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el grande calor." (Apocalipsis 14: 8, 9.) Los profetas describen como sigue el estado de la tierra en tan terrible tiempo: "El campo fue destruído, enlutóse la tierra; . . . porque se perdió la mies del campo." "Secáronse todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres." "El grano se pudrió debajo de sus terrones, los bastimentos fueron asolados." "¡Cuánto gimieron las bestias! ¡cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! , . . Se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las 687 praderías del desierto." (Joel 1: 10, 11, 12, 17, 18, 20.) "Y los cantores del templo aullarán en aquel día, dice el Señor Jehová; muchos serán los cuerpos muertos; en todo lugar echados serán en silencio." (Amós 8: 3.)
Estas plagas no serán universales, pues de lo contrario los habitantes de la tierra serían enteramente destruídos. Sin embargo serán los azotes más terribles que hayan sufrido jamás los hombres. Todos los juicios que cayeron sobre los hombres antes del fin del tiempo de gracia fueron mitigados con misericordia. La sangre propiciatoria de Cristo impidió que el pecador recibiese el pleno castigo de su culpa; pero en el juicio final la ira de Dios se derramará sin mezcla de misericordia. En aquel día, multitudes enteras invocarán la protección de la misericordia divina que por tanto tiempo despreciaran. "He aquí vienen días, dice el Señor Jehová, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar: desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán." (Amós 8: 11, 1 2.). CS 685-686.
DURANTE CUATROCIENTOS AÑOS se había postergado la ejecución de esta sentencia; pero los amalecitas no se habían apartado de sus pecados. El Señor sabía que esta gente impía raería, si fuera posible, su pueblo y su culto de la tierra. Ahora había llegado la hora en que debía ejecutarse la tan diferida sentencia. La paciencia de Dios hacia los impíos envalentona a los hombres en la transgresión; pero el hecho de que su castigo se demore no lo hará menos seguro ni menos terrible. "Jehová se levantará como en el monte Perasim, como en el valle de Gabaón se enojará para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña operación." (Isa. 28: 21.)
Para nuestro Dios misericordioso, el acto del castigo es un acto extraño. "Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no quiero la muerte del impío, sino que se torne el impío de su camino, y que viva." (Eze. 33: 1.) El Señor es "misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad, . . . que perdona la iniquidad, la rebelión, y el pecado." No obstante, "de ningún modo justificará al malvado." (Exo. 34: 6, 7) Aunque no se deleita en la venganza, ejecutará su juicio contra los transgresores de su ley. SE VE FORZADO A ELLO, para salvar a los habitantes de la tierra de la depravación y la ruina total. PARA SALVAR a algunos, debe eliminar a los que se han empedernido en el pecado. "Jehová es tardo para la ira, y grande en poder, y no tendrá al culpado por inocente." (Nah. 1: 3.) Mediante terribles actos de justicia vindicará la autoridad de su ley pisoteada. El mismo hecho de que le repugna ejecutar la justicia, atestigua la enormidad de los pecados que exigen sus juicios, y la severidad de la retribución que espera al transgresor. 681 Pero aun mientras Dios ejecuta su justicia, recuerda la misericordia. PP
Al aprender más y más acerca de lo que es Dios y lo que nosotros somos delante de él, temeremos y temblaremos en su presencia. Reciban los hombres de hoy advertencia de la suerte de aquellos que en lo antiguo pretendieron tratar sin miramientos lo que Dios había declarado sagrado. MC 343.
"EL DIOS ETERNO". En la Palabra, se habla de Dios como "Dios eterno". Esta apelación (282) abarca el pasado, el presente y el futuro. Dios es desde la eternidad hasta la eternidad. Es el Eterno. "El Eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos; Él echó de delante de ti al enemigo, Y dijo: Destruye. E Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola En la tierra de grano y de vino; También sus cielos destilarán rocío. Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, Escudo de tu socorro, Y espada de tu triunfo?" (Deuteronomio 33:27-30).
"Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres. Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche. Los arrebatas como con torrente de aguas: son como sueño, Como la hierba que crece en la mañana En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca" (Salmo 90:2-6).
"Enséñanos de tal modo a contar nuestros días Que traigamos al corazón sabiduría... De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los años en que vimos el mal. Aparezca en tus siervos tu obra, (283) Y tu gloria sobre sus hijos. Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma" (Salmo 90:12, 14-17). "Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá. Firme es tu trono desde entonces; Tú eres eternamente" (Salmo 93:1-2). 8TI 282.
VERSÍCULOS 3-6. *El profeta Nahum, dirigiéndose a los malhechores de Nínive, exclamó: "¡Ay de la ciudad de sangres, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarse de ella el pillaje! Sonido de látigo, y estruendo de movimiento de ruedas; y caballo atropellador, y carro saltador; caballero enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud de muertos.... Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos." (Nah. 3: 1-5.)
Con infalible exactitud el Infinito sigue llevando cuenta con las naciones. Mientras ofrece su misericordia, y llama al arrepentimiento, esta cuenta permanece abierta; pero cuando las cifras llegan a cierta cantidad que Dios ha fijado, el ministerio de su ira comienza. La cuenta se cierra. Cesa la paciencia divina. La misericordia ya no intercede en favor de aquellas naciones.
"Jehová es tardo para la ira, y grande en poder, y no tendrá al culpado por inocente. Jehová marcha entre la tempestad y turbión, y las nubes son el polvo de sus pies. El amenaza a la mar, y la hace secar, y agosta todos los ríos: Basán fue destruído, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruída. Los montes tiemblan de él, y los collados se deslíen; y la tierra se abrasa a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan. ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el furor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas." (Nah. 1: 3-6.)
Así fue como Nínive, "la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más," llegó a ser desolación, "vacía, y agotada, y despedazada está," "la morada de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recogía el león, y la leona, y los cachorros del león, y no había quien les pusiese miedo." (Sof. 2: 15; Nah. 2: 10, 11). PR 269
LAS PROFUNDIDADES DE LA TIERRA son el arsenal del Señor, de donde se sacaron las armas empleadas en la destrucción del mundo antiguo. Las aguas brotaron de la tierra y se unieron a las aguas del cielo para llevar a cabo la obra de desolación. Desde el diluvio, el fuego y el agua han sido instrumentos de Dios para destruir ciudades impías. Estos juicios son enviados para que los que tienen en poco la ley de Dios y pisotean su autoridad, tiemblen ante su poderío, y reconozcan su justa soberanía. Cuando los hombres han visto montañas encendidas arrojando fuego, llamas y torrentes de minerales derretidos, que secaban ríos, cubrían populosas ciudades y regaban por doquiera ruina y desolación, los corazones más valientes se han llenado de terror, y los infieles y blasfemos se han visto obligados a reconocer el infinito poder de Dios.
Los antiguos profetas, al referirse a escenas de esta índole, dijeron: "¡Oh si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las gentes temblasen a tu presencia! Cuando, haciendo terriblezas cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti."
"Jehová marcha entre la tempestad y turbión , y las nubes son el polvo de sus pies. El amenaza a la mar, y la hace secar, y agosta todos los ríos." (Isa. 64: 1-3; Nah. 1: 3, 4). Las más terribles manifestaciones que el mundo jamás haya visto hasta ahora, serán presenciadas cuando Cristo vuelva por segunda vez. "Los montes tiemblan de él, y los collados se deslíen; y la tierra se abrasa a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan. ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el furor de su enojo?" "Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende: toca los montes, y humeen. Despide relámpagos, y disípalos; envía tus saetas, y contúrbalos." (Nah. 1:5, 6; Sal. 144:5, 6.)
"Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo." "Entonces fueron 101 hechos relámpagos y voces y truenos; y hubo un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra." "Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un grande granizo como del peso de un talento." (Hech. 2: 19; Apoc. 16: 18, 20, 21.)
Cuando se unan los rayos del cielo con el fuego de la tierra, las montañas arderán como un horno, y arrojarán espantosos torrentes de lava, que cubrirán jardines y campos, aldeas y ciudades. Masas incandescentes fundidas arrojadas en los ríos harán hervir las aguas, arrojarán con indescriptible violencia macizas rocas cuyos fragmentos se esparcirán por la tierra. Los ríos se secarán. La tierra se conmoverá; por doquiera habrá espantosos terremotos y erupciones..
Así destruirá Dios a los impíos de la tierra. Pero los justos serán protegidos en medio de estas conmociones, como lo fue Noé en el arca. Dios será su refugio y tendrán confianza bajo sus alas protectoras.
El salmista dice: "Porque tú has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal." "Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; ocultaráme en lo reservado de su pabellón." La promesa de Dios es: "Por cuanto en mí ha puesto su voluntad, yo también lo libraré: pondrélo en alto, por cuanto ha conocido mi nombre." (Sal. 91: 9, 10, 14; 27: 5.) PP 100-101.
VERSÍCULO 7. El mundo incrédulo pronto tendrá algo en que pensar fuera de sus Vestidos y Apariencia; y cuando sus mentes sean arrancadas de estas cosas por los problemas y la confusión, ellos no tendrán nada de qué aferrarse. No son prisioneros de la esperanza de modo que no pueden volverse al Baluarte. Desfallecerán a causa de los sobresaltos y del temor. No han hecho de Dios su refugio y él no será su consuelo en el momento de necesidad, en cambio se reirá de su calamidad y se burlará cuando les venga el temor. Han despreciado y pisoteado las verdades de la Palabra de Dios. Se han complacido llevando vestidos extravagantes y han gastado sus vidas en fiestas y francachelas. Sembraron viento y cosecharán tempestad.
En El Tiempo cuando las naciones sean sobrecogidas por grandes (244) dificultades y confusión de las naciones habrá muchos que no se han entregado completamente a las influencias corruptoras del mundo y el servicio de Satanás, quienes se humillarán delante de Dios y se volverán hacia él de todo corazón y encontrarán aceptación y perdón. Aquellos entre los observadores del sábado que no han estado dispuestos a hacer sacrificios, pero han cedido a las influencias del mundo, llegarán a ser probados. Los peligros de los últimos días están sobre nosotros y para los jóvenes se avecina una prueba que no habían anticipado. Se verán frente a dificultades sumamente graves. Será probada la autenticidad de su fe. Profesan estar esperando la venida del Hijo del hombre, y sin embargo algunos de ellos han sido un pésimo ejemplo para los incrédulos. No han estado dispuestos a abandonar el mundo sino que se han unido con él, han asistido a picnics objetables y a otras reuniones de placer, y se han complacido a sí mismos diciéndose que se dedicaban a entretenimientos inocentes.
Sin embargo, se me mostró que son precisamente esas complacencias las que los separan de Dios y los convierten en hijos del mundo. Dios no considera a los buscadores de placeres como sus seguidores. Él no nos ha dado tal ejemplo. Únicamente los que se niegan a sí mismos, y que llevan una vida de sobriedad, humildad y santidad son los verdaderos seguidores de Jesús; y los tales no pueden dedicarse a las conversaciones frívolas e insensatas de los amadores del mundo, y tampoco pueden disfrutar de ellas. Tenemos ante nosotros un día de amarga angustia. Se me mostró que era necesario dar testimonios definidos, y que los que se adelantaran a prestar ayuda al Señor recibirían su bendición.
Los observadores del sábado tienen una obra que deben hacer. Se mostró que los vestidos provistos de aros de alambre eran una abominación y que la influencia de todos los observadores del sábado debía reprobar esta moda ridícula, que ha sido una pantalla de iniquidad y que surgió en una casa de mala fama de París. (En el 1862, era tan cuestionable el amor a las modas como lo es hoy).
Me fueron mostradas algunas personas que rechazarían la instrucción, aunque ésta procediera del cielo; urdirán excusas para evitar el testimonio más definido, y desafiando toda luz usarán los aros en los vestidos porque es la moda, y correrán el riesgo de las consecuencias. Se me presentó la profecía de Isaías 3 aplicada a estos últimos días, y los reproches se dan a las hijas de Sión que piensan únicamente en las apariencias y en el exhibicionismo. Leed el versículo (245) 25: "Tus varones caerán a espada, y tu fuerza en la guerra". Se me mostró que este pasaje se cumpliría estrictamente. Serán probados los jóvenes de ambos sexos que profesan ser cristianos, y que sin embargo no han manifestado una experiencia cristiana, no han soportado ninguna carga y no han sentido responsabilidad individual. Se verán rebajados hasta el polvo y anhelarán tener una experiencia en las cosas de Dios, que dejaron de obtener. La guerra se ciñe el casco de batalla; oh, Dios, protege ahora a tu pueblo. 1TI 245
VERSÍCULOS 7-8. Mirando hacia el momento en que el orgullo de Asiria sería humillado, Sofonías profetizó así acerca de Nínive: "Y rebaños de ganado harán en ella majada, todas las bestias de las gentes; el onocrótalo también y el erizo dormirán en sus umbrales: su 270 voz cantará en las ventanas; asolación será en las puertas, porque su enmaderamiento de cedro será descubierto." (Sof. 2: 14.)
Grande fue la gloria del reino asirio; y grande fue su caída. El profeta Ezequiel, llevando más adelante la figura de un noble cedro, predijo claramente la caída de Asiria por causa de su orgullo y de su crueldad. Declaró:
"Por tanto, así dijo el Señor Jehová.... Puso su cumbre entre densas ramas, y su corazón se elevó con su altura, yo lo entregaré en mano del fuerte de las gentes, que de cierto le manejará: por su impiedad lo he arrojado. Y le cortarán extraños, los fuertes de las gentes, y lo abandonarán: sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todas las arroyadas de la tierra serán quebrados sus ramos; e iránse de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán. Sobre su ruina habitarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán todas las bestias del campo: para que no se eleven en su altura los árboles todos de las aguas.... "Así ha dicho el Señor Jehová: El día que descendió a la sepultura, hice hacer luto, . . . y todos los árboles del campo se desmayaron. Del estruendo de su caída hice temblar las gentes." (Eze. 31: 10-16). PR 269,270.
VERSÍCULO 9. Dios había manifestado cuánto aborrece los principios de rebelión. Todo el cielo vio su justicia revelada, tanto en la condenación de Satanás como en la redención del hombre. Lucifer había declarado que, si la ley de Dios era inmutable y su penalidad irremisible, todo transgresor debía ser excluído para siempre de la gracia del Creador. Él había sostenido que la raza pecaminosa se encontraba fuera del alcance de la redención y era por consiguiente presa legítima suya. Pero la muerte de Cristo fue un argumento irrefutable en favor del hombre. La penalidad de la ley caía sobre él que era igual a Dios, y el hombre quedaba libre de aceptar la justicia de Dios y de triunfar del poder de Satanás mediante una vida de arrepentimiento y humillación, como el Hijo de Dios había triunfado. Así Dios es justo, al mismo tiempo que justifica a todos los que creen en Jesús.
PERO NO FUE TAN SÓLO PARA REALIZAR LA REDENCIÓN DEL HOMBRE para lo que Cristo vino a la tierra a sufrir y morir. Vino para engrandecer la ley y hacerla honorable. Ni fue tan sólo para que los habitantes de este mundo respetasen la ley cual debía ser respetada, sino también para demostrar a todos los mundos del universo que la ley de Dios es inmutable. Si las exigencias de ella hubiesen podido descartarse, el Hijo de Dios no habría necesitado dar su vida para expiar la transgresión de ella. La muerte de Cristo prueba que la ley es inmutable. Y el sacrificio al cual el amor infinito impelió al Padre y al Hijo a fin de que los pecadores pudiesen ser redimidos, demuestra a todo el universo -y nada que fuese inferior a este plan habría bastado para demostrarlo- que la justicia y la misericordia son el fundamento de la ley y del gobierno de Dios.
En la ejecución final del, juicio se verá que no existe causa para el pecado. Cuando el Juez de toda la tierra pregunte a 558 Satanás: "¿Por qué te rebelaste contra mí y arrebataste súbditos de mi reino?" el autor del mal no podrá ofrecer excusa alguna. Toda boca permanecerá cerrada, todas las huestes rebeldes quedarán mudas.
Mientras la cruz del Calvario proclama el carácter inmutable de la ley, declara al universo que la paga del pecado es muerte. El grito agonizante del Salvador: "Consumado es," fue el toque de agonía para Satanás. Fue entonces cuando quedó zanjado el gran conflicto que había durado tanto tiempo y asegurada la extirpación final del mal. El Hijo de Dios atravesó los umbrales de la tumba, "para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, al diablo." (Hebreos 2:14).
El deseo que Lucifer tenia de exaltarse a si mismo le había hecho decir: "¡Sobre las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, . . . seré semejante al Altísimo!" Dios declara: "Te torno en ceniza sobre la tierra, . . . y no existirás más para siempre." (Isaías 14: 13, 14; Ezequiel 28: 18, 19, V.M.) Eso será cuando venga "el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama." (Malaquías 4: 1.)
Todo el universo habrá visto la naturaleza y los resultados del pecado. Y su destrucción completa que en un principio hubiese atemorizado a los ángeles y deshonrado a Dios, justificará entonces el amor de Dios y establecerá su gloria ante un universo de seres que se deleitarán en hacer su voluntad, y en cuyos corazones se encontrará su ley. Nunca más se manifestará el mal. La Palabra de Dios dice: "No se levantará la aflicción segunda vez." (Nahum 1: 9, V.M.) La ley de Dios que Satanás vituperó como yugo de servidumbres será honrada como ley de libertad. Después de haber pasado por tal prueba y experiencia, la creación no se desviará jamás de la sumisión a Aquel que se dio a conocer en sus obras como Dios de amor insondable y sabiduría infinita. CS 557-558
Ministerio Hno. Pio
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