jueves, 18 de marzo de 2021

579. LAS VISIONES DE AMENAZAS CONTRA ISRAEL Y LAS PROMESAS DE RESTAURACIÓN Y BENDICIÓN (AMOS 9).

Amos 9. La Visión del castigo de los pecadores. La Certeza de la desolación. (1 -10). Y Las Promesas De Restauración Y Bendición. Restauración del tabernáculo de David. (11-15).

En los vers. 2-4 se destaca la inutilidad de intentar un escape (cf. Sal. 139: 1-12). Y En los vers. 13-15 se describe con notable lenguaje la multitud de las bendiciones que podría haber recibido el Israel literal (ver com. vers. 11), pero que ahora serán para todos los que sean el verdadero Israel de Dios (ver PR 224).

1 Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien huya, ni quien escape. 2 Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender. 3 Si se escondieron en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieron de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá. 4 Y si fueren en cautiverio delante de sus enemigos, allí mandaré la espada, y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para bien. 5 El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y crecerá toda como un río, y mermará luego como el río Egipto.

6 El edificó en el cielo sus cámaras, y ha establecido su expansión sobre la tierra; él llama las aguas del mar, y sobre la faz de la tierra las derrama; Jehová es su nombre. 7 Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes, dice Jehová? ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos? 8 He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová. 9 Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra. 10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.

11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; 12 para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto. 13 He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. 14 Y traerá del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. 15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo. (Amos 9).

1. Vi al Señor. El profeta recibe una vislumbre de la Majestad del cielo, la cual se presenta aquí lista para castigar a su pueblo rebelde (ver Isa. 6: 1; Eze. 10: 1).

El altar. Algunos interpretan este "altar" como el del culto al becerro de Bet-el. 

El Señor se colocó sobre él con el propósito de condenar y juzgar. Otros sostienen que como había más de un altar en Bet-el (cap. 3: 14), este altar es el de los holocaustos en Jerusalén. Derriba. Esta orden quizá se da a un ángel destructor (ver 2 Sam. 24: 15-16; 2 Rey. 19: 35).

Capitel. Heb. kaftor.  Esta palabra se usa para describir las "manzanas" ("nudos", BJ) de los candeleros del santuario antiguo (Exo. 25: 31, 33). Kaftor puede referirse aquí al capitel de una columna.

Puertas. Heb. saf, "umbrales" (BJ), o "antepechos de ventanas". Este golpe debía ser tan fuerte que se aflojaría o debilitaría la estructura del edificio; se sacudirían los umbrales y la estructura quedaría destruida.

Hazlos pedazos. Se describe a la estructura como que está cayendo y hiere o mata a la gente al caer sus ruinas. Postrero de ellos. Es decir, a los que sobrevivieran de esta destrucción. No tendrían posibilidad de escapar, pues serían muertos a espada.

2. Aunque cavasen. En los vers. 2-4 se destaca la inutilidad de intentar un escape (cf. Sal. 139:1-12). 

Seol. Heb. she'ol, el lugar de la morada simbólica de los muertos, donde se representa a los que han muerto como si durmieran juntos (com. Prov. 15: 11). 

Los haré descender. Con el propósito de castigarlos.

3. Carmelo. Se alude particularmente al Carmelo como un lugar para esconderse, quizá debido a sus cuevas, hendeduras rocosas, bosques y tupidos bosquecillos de arbustos que proporcionaban muchos escondederos.

4. Fueren en cautiverio. Esos impíos apóstatas no estarían a salvo de la espada aun en las tierras del cautiverio (ver Lev. 26: 33). 

Pondré. . . mis ojos. Ver Sal. 34: 15-16; Jer. 44: 11.

5. Jehová de los ejércitos. Ver com. Jer. 7: 3. Dios puede cumplir sus castigos porque es el que rige todos los "ejércitos" del cielo, no sólo los cuerpos celestes sino los seres celestiales de toda jerarquía y condición. 

Se derretirá. Cf. Sal. 46:6; 97:3-5; Miq. 1:4; Nah. 1:5. Crecerá. Ver com. cap. 8: 8.

6. Cámaras. Heb. ma'alah, "subida". Con frecuencia esta palabra describe "gradas" (Exo. 20: 26; 1 Rey. 10: 19; Eze. 40: 6; etc.). No es muy claro aquí su significado. La LXX dice "subida" o "ascenso".  En la Biblia hebrea de Kiteel se sugiere que por ma'alah quizá debiera leerse 'aliyyah, de la misma raíz, pero con el sentido de cuarto en el piso alto o en el techo. "Cámaras" sería un término poético para designar la morada de Dios.

Expansión. Heb. 'aguddah, palabra que aquí tiene un significado incierto. En Exo. 12: 22 se la traduce "manojo", pues allí se refiere a un manojo de hisopo; "ejército" en 2 de Sam. 2: 25, donde se refiere al grupo de hombres que se unieron a Abner ; y "cargas"  en Isa. 58: 6, donde se refiere a los yugos de opresión. Ninguno de estos significados parece concordar con el contexto de la declaración de Amós. Algunos han sugerido la traducción "firmamento" o "bóveda" (BJ). 

Las derrama. Ver com. cap. 5: 8.

7. Hijos de Etíopes. Israel estaba en una base igual con las otras naciones. Los israelitas eran el pueblo elegido de Dios sólo con la condición de la obediencia a la voluntad divina (ver com. Exo. 19: 5-6; Mat. 3: 7-9). Serían los escogidos de Dios mientras ellos eligieran al Señor. Cuando se apartaron de Dios llegaron a ser extraños para él.

Filisteos. Se menciona a los filisteos y a los arameos quizá para llamar la atención a los israelitas al hecho de que ellos, como hijos de Jacob , no eran los únicos que habían tenido el privilegio de morar en la tierra prometida, pues tanto los arameos como los filisteos habían vivido en el territorio que Dios había prometido a la simiente de Abrahán (Gen. 15: 18). Israel había fracasado pues no había proseguido, con fe en Dios, hasta poseer toda la tierra. Ahora, en los días de Amós, los habitantes del rebelde reino del norte debían comprobar que su residencia en la tierra prometida no significaba necesariamente la aprobación de Dios, pues sus vecinos paganos vivían allí también.

Caftor. Quizá deba identificarse con la isla de Creta (ver com. Gen. 10: 14).

Kir. Su ubicación es dudosa (ver com. cap. 1: 5).

8. El reino pecador. Aunque la nación sea impía y aunque merezca una completa destrucción, Dios bondadosamente promete que se salvará un remanente (ver Jer. 30: 3, 11). Muchos que pertenecían a las tribus de Israel volvieron con los repatriados de Judá (ver com. Ose. 1: 11; 9: 17).

9. Haré que...sea zarandeada. Heb. forma causativa nua' (ver com. cap. 8: 12), "haré temblar", "haré tambalear", "sacudiré". Los israelitas serían esparcidos "entre todas las naciones", y allí, por así decirlo, serían lanzados al aire por todas partes en la "zaranda" de la aflicción y de la persecución, para que se pudiera determinar por medio de esa prueba quiénes permanecerían como leales seguidores de Dios y quiénes se unirían con los paganos y se negarían a volver del cautiverio.

10. A espada morirán. No se salvaría ninguno de los que se engañaban así mismo con una falsa seguridad, no prestando atención a la amonestación del profeta.

Alcanzará. Los que no hacían caso de las amonestaciones del profeta, declaraban con jactancia que las dificultades no podrían "alcanzarlos" por detrás ni "encontrarlos" por delante.

11. En aquel día. Amós pasa ahora del cuadro oscuro de la pecaminosidad de su pueblo y el castigo consiguiente, a las brillantes y gloriosas promesas de la restauración futura. Podrían haberse cumplido plenamente, pero tanto Israel como Judá no vivieron a la altura de sus posibilidades (ver pp. 32-34). Por lo tanto, el Señor dio a los gentiles la oportunidad que perdió Israel, y esas gloriosas promesas se cumplirán en los fieles de todas las naciones que formarán la iglesia del Señor (ver Hech. 15: 13-17; PR 527-528).

https://ministeriohnopio1.blogspot.com/2020/09/el-papel-de-israel-en-la-profecia-del.html

El tabernáculo. Literalmente, "la cabaña" (BJ), o una "enramada" (ver Jon. 4: 5). Un tabernáculo "caído" es una trágica figura que representa el triste estado de Israel antes de su cautiverio. Debido al fracaso de Israel literal, el significado espiritual de este pasaje ahora debe encontrarse en el símbolo que corresponde con la iglesia universal de Cristo, o sea el Israel espiritual resurgió de la oportunidad que Israel literal no aprovechó (ver Mat. 23:37-38; Hech. 13:44-48; pp. 37-38).

Sus portillos. "Sus brechas" (BJ). La casa de David se rompió interiormente con la rebelión de Jeroboam I (1 Rey. 12), y externamente con la conquista que sufrió a manos de los asirios y babilonios (2 Rey. 15: 29; 17: 1-6; 18: 9-13; 24; 25). Esas "brechas" fueron reparadas parcialmente; esas "ruinas" fueron reveladas en cierta medida cuando volvieron los cautivos. Pero cuando la nación judía rechazó a su Salvador, las bendiciones y promesas de la nación de Israel fueron dadas a los que eran la simiente espiritual de Abrahán, los seguidores de Cristo (Gál. 3: 29; ver com. anterior "en aquel día").

12. Edom. Heb. 'Edom. los edomitas, llamados más tarde idumeos, eran los más estrechamente vinculados con Israel de todas las naciones circunvecinas y también entre las más hostiles (ver com. cap. 1: 1). Sin duda "el resto" se refiere a los que escaparían del castigo anunciado en cap. 1: 11-12.

En lugar de "Edom", la LXX traduce "hombres"; sin duda una traducción del hebreo 'adam, que sólo difiere de edom en sus vocales (ver t. I, pp. 29-30).

Naciones. O "gentiles". La cita que hace el apóstol Santiago de este pasaje se aproxima mucho a la LXX de los vers. 11-12 (ver Hech. 15: 16-17).

13. He aquí vienen días. En los vers. 13-15 se describe con notable lenguaje la multitud de las bendiciones que podría haber recibido el Israel literal (ver com. vers. 11), pero que ahora serán para todos los que sean el verdadero Israel de Dios (ver PR 224).

El que ara alcanzará. "El que ara" alcanzará al "segador" debido a que la siembra y la siega se seguirían sin intervalo alguno. Tan abundantes serán la cosecha y la vendimia que, en sentido figurado, no podrán almacenarse del todo antes de que comience la nueva arada y la nueva siembra.

14. Traeré. Esta frase se refiere en primer lugar al regreso de los judíos del exilio, cuando terminaron los 70 años del cautiverio (2 Crón. 36: 22-23; Jer. 29: 10-14). 

Sin embargo, este versículo también se refiere a las escenas finales del gran conflicto entre el bien y el mal, cuando los "cautivos" redimidos del pecado morarán en eterna paz y felicidad (Isa. 65: 21-22; PR 224).

15. Plantaré. En sentido figurado denota establecerse permanentemente (Jer. 24:6).

Que yo les di. La promesa dada a Abrahán de que su simiente heredará la tierra de Canaán (ver com. Gén. 15: 13) se cumplió parcialmente cuando los hijos de Israel entraron en la tierra prometida dirigidos por Josué.  Todavía se estaba cumpliendo el propósito de Dios cuando los judíos volvieron a Palestina después del cautiverio babilónico.  Sin embargo, el cumplimiento final de esta maravillosa promesa se efectuará cuando la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descienda "del cielo de Dios" (Apoc. 21: 2) y se establezca permanentemente en la tierra de Canaán (ver com.  Zac. 14: 4). Ver más comentarios en las pp. 31-32. (4CBA)

COMENTARIOS DE (EGW).

Ampliando y Aplicando, Vers. 5, 8-10. EL CAUTIVERIO ASIRIO. https://elaguila3008.blogspot.com/2009/12/pr-capitulo-23-el-cautiverio-asirio.html

Vers. 6. LA NATURALEZA NO ES DIOS. La obra de la mano de Dios en la naturaleza no es Dios mismo en la naturaleza. Las cosas de la naturaleza son expresión del carácter y poder de Dios; pero no debemos considerar que la naturaleza sea Dios. La destreza artística de los seres humanos produce obras muy hermosas por cierto, que deleitan nuestros ojos y nos revelan algo del pensamiento de su autor; pero las cosas hechas no son el que las hizo. No es la obra, sino el artífice, el que es considerado digno de honor. Así también, aunque la naturaleza es expresión del pensamiento de Dios, no debemos ensalzar a la naturaleza, sino al Dios de la naturaleza. 

  • "Adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová." "Porque en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas. Suya también la mar, pues él la hizo; y sus manos formaron la seca." (Salmo 95:6,4,5). 
  • "Miren al que hace el ARTURO y el ORION, y las tinieblas vuelve en mañana, y hace oscurecer el día en noche." "El que forma los montes, y cría el viento, y denuncia al hombre su pensamiento, ... él edificó en el cielo sus gradas, y ha establecido su expansión sobre la tierra: él llama las aguas de la mar, y sobre la haz de la tierra las derrama: Jehová es su nombre." (Amós 5:8; 4:13; 9:6). 
     LA CREACIÓN DE LA TIERRA 
    La ciencia no puede explicar la creación.
     ¿Qué ciencia puede explicar el misterio de la vida?
     "Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía."(Hebreos 11:3).
    "Yo: que formo la luz y crío las tinieblas, ... yo Jehová que hago todo esto, ... yo hice la tierra, y crié sobre ella al hombre. Yo, mis      manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé." "En llamándolos yo, parecieron juntamente." (Isaías 45: 6-12; 48:13). En la creación de la tierra, nada debió Dios a la materia preexistente. "Él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió." (Salmo 33:9). Todas las cosas, materiales o espirituales, surgieron ante el Señor Jehová cuando él habló, y fueron creadas para su propio designio. Los cielos y todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, surgieron a la existencia por el aliento de su boca… MC/EGW

EL VERDADERO CONOCIMIENTO DE DIOS. 

https://elaguila3008c.blogspot.com/2019/06/35-el-verdadero-conocimiento-de-dios.html

Vers. 9. Toda persona egoísta y codiciosa caerá al lado del camino. Como Judas, que vendió a su Señor, traicionarán los buenos principios y una buena disposición noble y generosa por una pequeña porción de las ganancias terrenales.  Todos los tales serán eliminados del pueblo de Dios.  Los que quieran entrar en el cielo, deberán, con toda la energía que posean, alentar los principios del cielo.  En vez de marchitarse en el egoísmo, sus almas se expanderán en la benevolencia.  Es necesario aprovechar toda oportunidad de hacer bien unos a otros y cultivar así los principios del cielo. Jesús me fue presentado como el dechado perfecto.  Su vida fue sin intereses egoístas, y siempre hubo en él manifestaciones de benevolencia desinteresada. PE/EGW 269

*¿Enviará Dios a un hombre a rescatar almas de la trampa de Satanás cuando sus propios pies están enredados en la red? 

Los siervos de Dios no deben vacilar. Si sus pies resbalan, ¿cómo podrían decir a los de corazón vacilante: «Esfuérzate»? Dios quiere que sus siervos sostengan las manos debilitadas y fortalezcan a los vacilantes. Los que no están preparados para hacerlo, debieran

(330) primero trabajar por sí mismos y orar hasta que reciban poder de lo alto. La falta de abnegación que se observa en algunos de sus siervos desagrada a Dios. No sienten preocu­pación por la obra. Causan la impresión de encontrarse en un estupor como el de la muerte. Esta falta de abnegación y perseverancia asombra y avergüenza a los ángeles. Mientras el Autor de nuestra salva­ción trabajaba y sufría por nosotros, se negó a sí mismo hasta el punto en que la totalidad de su vida fue una sucesión ininterrumpida de trabajo y privación. Pudo haber pasado sus días terrenos en medio del ocio y la abundancia, y disfrutar de los placeres de la vida; pero no satisfizo su conveniencia personal. Vivió para hacer bien a otros. Sufrió para salvar a otros del sufrimiento. Soportó hasta el final y comple­tó la obra que se le había encomendado. Y todo eso, para salvamos de la ruina.

Y EN LA ACTUALIDAD¿po­dría ser que nosotros, los indignos objetos de un amor tan grande, busquemos en esta vida una posición mejor que la que se le dio a nuestro Señor? Cada momento de nuestra vida hemos participado de las bendiciones de su gran amor, y por esta misma razón no podemos comprender plenamente las profun­didades de ignorancia y miseria de las que hemos sido rescatados.

 ¿Podemos contemplar a Aquel que fue traspasado por nuestros pecados sin estar dispuestos a beber con él la amarga copa de humillación y aflicción? ¿Podemos contemplar a Cristo crucificado y desear entrar en su reino por otra vía que no sea la de gran tribulación?

 No todos los predicadores se han dedicado de corazón a realizar la obra de Dios, en la forma como él lo requiere. Algunos han considerado que la suerte de los predicadores es dura, porque tenían que estar separados de su familia. Ellos olvidan que antes era más difícil trabajar que ahora. Antes había sólo po­cos amigos de la causa. Ellos olvidan a los obreros sobre quienes Dios depositó el peso de la obra en el pasado. Entonces había un número reducido de personas que aceptaban la verdad como resultado de tanto esfuerzo. Los siervos elegidos por Dios lloraban y oraban para tener una comprensión clara de la verdad, y sufrían privaciones y gran negación de sí mismos a fin de llevar la verdad a otros. Avanzaron paso a paso a medida que las providencias de Dios señalaban el camino. No se preocupaban de su con­veniencia personal ni retrocedían ante las dificultades. Dios, por medio de estos hombres, preparó el camino e hizo que la verdad resultara clara para el entendimiento de cualquier persona sincera. Todo quedó preparado (331) para los ministros que desde entonces han recibido la verdad, pero algunos de ellos no han tomado sobre sí la carga de la obra. Buscan una suerte más fácil, una posición que requiera menos renunciamiento de sí mismos. 

Este mundo no es un lugar de descanso para los cristianos, y mu­cho menos para los ministros elegidos por Dios. Olvidan que Cristo dejó sus riquezas y su gloria en el cielo, y vino a este mundo para morir, y que él nos ha ordenado amarnos unos a otros así como él nos ha amado. Han olvidado a aquellos de quienes el mundo no era digno, que andaban vestidos con pieles de ovejas y cabras, y que fueron afligidos y atormentados. Se me hizo recordar el caso de los valdenses y lo que habían sufrido por su religión. Estudiaron con­cienzudamente la Palabra de Dios y vivieron de acuerdo con la luz que resplandecía sobre ellos. Fueron perseguidos y echados de sus hogares; fueron privados de sus posesiones que habían adquirida con mu­cho esfuerzo, y sus casas fueron quemadas. Huyeron a las montañas, donde sufrieron penalidades in­creíbles. Soportaron hambre, fatiga, frío y desnudez. La única ropa que muchos de ellos podían conse­guir eran pieles de animales. Pero esos cristianos esparcidos y sin hogar se reunían para unir sus voces en himnos y alabanza a Dios por ser considerados dignos de sufrir por el nombre de Cristo. Se animaban y alegraban mutuamente, y estaban agradecidos aun por sus moradas miserables. Muchos de sus hijos enfermaron y murieron de hambre y frío, pero sus padres no pensaron ni por un momento renun­ciar a su religión. Valoraban el amor y el favor de Dios muy por encima de la tranquilidad y la holgura mundanas. Recibieron consuelo de Dios y con agradable anticipación contemplaron el premio y la re­compensa futuros.

También Se Me Recordó El Caso De Martín Lutero, a quien Dios preparó para que realizara una obra es­pecial. ¡Cuánto apreciaba él el conocimiento de la verdad revelada en la Palabra de Dios! Su mente an­helaba intensamente un fundamento seguro sobre el cual edificar su esperanza de que Dios sería su Pa­dre y el cielo su hogar. La nueva y preciosa luz que lo había iluminada desde la Palabra de Dios, tenía para él un valor incalculable, y pensaba que si lograba difundirla, podría convencer al mundo. Se expu­so a la ira de una iglesia caída y fortaleció a los que con él se alimentaban de las exquisitas verdades contenidas en la Palabra de Dios.

 Lutero fue el instrumento elegido por Dios para arrancar las vestidu­ras de hipocresía de la iglesia papal y dejar en descubierto su corrupción. Alzó valerosamente su voz, y (332) con el poder del Espíritu Santo divulgó y reprobó los pecados de los dirigentes populares. Se die­ron proclamas que instaban a la gente a matarlo en el lugar donde lo encontraran; así quedó a la merced de gente supersticiosa que obedecía a la cabeza de la Iglesia Romana. Pero Lutero no estimó valiosa su vida. Sabía que no estaba seguro en ninguna parte, y sin embargo eso no le hizo temblar. La luz que había visto y de la que se había alimentado, era vida para él, y la consideraba de más valor que todos los tesoros terrenos. Sabía que esos tesoros perecerían; pero las ricas verdades abiertas a su entendi­miento y que obraban en su corazón, vivirían, y si las obedecía, lo conducirían a la inmortalidad. Cuando fue llamado a comparecer en Augsburgo para responder de su fe, obedeció. Ese hombre solita­rio que había provocado la ira de los sacerdotes y el pueblo, fue acusado ante aquellos que habían hecho temblar al mundo; era un humilde cordero rodeado por leones furiosos. Sin embargo, se mantuvo imperturbable; y con santa elocuencia, que sólo la verdad puede inspirar, presentó las razones de su fe. Sus enemigos procuraron mediante diversos modos silenciar al valeroso abogado de la verdad. Comen­zaron halagándolo y prometiéndole honra y gloria. Pero la vida y los honores carecían de valor para él si es que debía comprarlos sacrificando la verdad. 

La Palabra de Dios brillaba en su entendimiento cada vez con mayor nitidez y claridad, lo que le hacía comprender mejor los errores, corrupciones e hipocre­sía del papado. Sus enemigos procuraron a continuación intimidarlo y hacerlo retractarse de su fe, pero él se mantuvo valientemente en defensa de la verdad. Estaba dispuesto a morir por su fe, si Dios así lo requería; pero nunca renunciaría a ella. Dios le preser­vó la vida. Envió a sus ángeles a que lo asistieran y frustraran la rabia y los propósitos de sus enemigos, y a que lo sacaran con bien del tormentoso conflicto. 

El poder sereno y digno de Lutero humilló a sus enemigos e infligió un terrible golpe al papado. Hom­bres poderosos y orgullosos decidieron que debía expiar con su sangre el daño que había provocado a su causa. Trazaron sus planes, pero Uno más poderoso que ellos estaba a cargo de Lutero. Su obra no había concluido. 1T. 332.

https://elaguila3008.blogspot.com/2009/11/campeon-de-la-verdad.html

Ampliando Los Vers. 13-15. LAS PROFECÍAS de juicio que dieran Amós y Oseas iban acompañadas de predicciones referentes a una gloria futura. A las diez tribus, durante mucho tiempo rebeldes e impenitentes, no se les prometió una restauración completa de su poder anterior en Palestina. Hasta el fin del tiempo, habrían de andar "errantes entre las gentes." 

Pero mediante Oseas fue dada una profecía que les ofreció el privilegio de tener parte en la RESTAURACION 223 final que ha de experimentar el pueblo de Dios al fin de la historia de esta tierra, cuando Cristo aparezca como Rey de reyes y Señor de señores. Declaró el profeta: "Muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, y sin príncipe, y sin sacrificio, y sin estatua, y sin ephod, y sin teraphim. Después -agregó el profeta- volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días." (Ose. 3: 4, 5.) 

En un lenguaje simbólico Oseas presentó a las diez tribus el plan que Dios tenía para volver a otorgar a toda alma penitente que se uniese con su iglesia en la tierra las bendiciones concedidas a Israel en los tiempos cuando éste le era leal en la tierra prometida. Refiriéndose a Israel como a quien deseaba manifestar misericordia, el Señor declaró: "Empero he aquí, yo la induciré, y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y daréle sus viñas desde allí, y el valle de Achor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto. Y será que en aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Marido mío, y nunca más me llamarás Baali [Margen: Mi señor]. Porque quitaré de su boca los nombres de los Baales, y nunca más serán mentados por sus nombres." (Ose. 2:14-17.) 

EL LOS ULTIMOS DIAS de la historia de esta tierra, debe renovarse el pacto de Dios con su pueblo que guarda sus mandamientos. "En aquel día yo haré por ellos un pacto con las fieras del campo, y con las aves del cielo, y con los reptiles del suelo; y quebraré el arco y la espada, y quitaré la guerra de en medio de la tierra; y haré que duerman ellos seguros. Y te desposaré conmigo para siempre: sí, te desposaré conmigo en justicia, y en rectitud, y en misericordia y en compasiones; también te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Jehová. "Sucederá también que en aquel día yo responderé, dice Jehová; yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra; y la tierra responderá al trigo y al vino y al aceite; y ellos 224 responderán a Jezreel. Y te sembraré para mí mismo en la tierra; y me compadeceré de la no compadecida, y al que dije que no era mi pueblo, le diré: ¡Pueblo mío eres! y él me dirá a mí: ¡Tú eres mi Dios!" (Vers. 18-23, V.M.) "Y acontecerá en aquel tiempo, que los que hubieren quedado de Israel, y los que hubieren quedado de la casa de Jacob, . . . se apoyarán con verdad en Jehová Santo de Israel." (Isa. 10: 20). 

De "toda nación y tribu y lengua y pueblo" saldrán algunos que responderán gozosamente al mensaje: "Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida." Se apartarán de todo ídolo que los una a la tierra, y adorarán "a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas." Se librarán de todo enredo, y se destacarán ante el mundo como monumentos de la misericordia de Dios. 

Obedientes a los requerimientos divinos, serán reconocidos por los ángeles y por los hombres como quienes guardaron "los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús." (Apoc. 14: 6, 7, 12.) "He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleva la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les dí, ha dicho Jehová Dios tuyo." (Amós 9: 13-15.) PR/EGW 225

Ministerio Hno. Pio


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