Oseas 5. Impiedad de sacerdotes y gobernantes. La iniquidad de Israel durante el último medio siglo antes de la cautividad asiria, fue como los días de Noé y como toda otra época cuando los hombres rechazaron a Dios y se entregaron por completo al mal hacer. La exaltación de la naturaleza sobre el Dios de la naturaleza, la adoración de las criaturas en vez del Creador, resultaron siempre en los males más groseros...
Vers. (1-14) Juicios de Dios contra los sacerdotes, el pueblo y los príncipes de Israel, por sus diversos pecados, (15) hasta que se arrepientan.
1 SACERDOTES, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey, escuchad; porque para vosotros es el juicio, pues habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor. 2 Y haciendo víctimas han bajado hasta lo profundo; por tanto, yo castigaré a todos ellos. 3 Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel.
4 No piensan en convertirse a su Dios, porque espíritu de fornicación está en medio de ellos, y no conocen a Jehová. 5 La soberbia de Israel le desmentirá en su cara; Israel y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá tropezará también con ellos. 6 Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos.
7 Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos extraños; ahora en un solo mes serán consumidos ellos y sus heredades. 8 Tocad bocina en Gabaa, trompeta en Ramá: sonad alarma en Bet-avén; tiembla, oh Benjamín.
9 Efraín será asolado en el día del castigo; en las tribus de Israel hice conocer la verdad. 10 Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira. 11 Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque quiso andar en pos de vanidades. 12 Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la casa de Judá.
13 Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga. 14 Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré, y me iré; tomaré, y no habrá quien liberte. 15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán. (Oseas 5).
1. Oíd esto. La exhortación es para las diferentes clases de personas del reino del norte: sacerdotes, ciudadanos y miembros de la familia real.
En el dominio divino de los requisitos morales y espirituales, todos son iguales y libres para obedecer o desobedecer la divina ley de justicia. No se hace acepción de personas. Todos están en el mismo nivel, y serán juzgados por la misma norma (ver com. Deut. 10: 17).
Para vosotros es el juicio. Los sacerdotes estaban autorizados para enseñar al pueblo (2Crón. 15: 3); y el rey y sus príncipes tenían el derecho y la prerrogativa de ejecutar la justicia civil en Israel. Sin embargo ahora, debido a que toda la nación estaba atrapada en el pecado, tanto los gobernantes como los simples ciudadanos quedaron sometidos al juicio divino, pues aquellos gobernantes habían "sido lazo" para la nación en vez de ser la salvaguardia del pueblo.
El anuncio del "juicio" cumplía la amenaza contenida en el nombre simbólico de Lo-ruhama (ver com. cap. 1: 6). Aquí juicio" equivale a Lo-ruhama: "no compadecida" o "sin misericordia" (ver com. cap. 2: 23).
Mizpa. Mizpa y Tabor se mencionan juntos quizá para mostrar la amplia propagación de la mala influencia en el país, pues el monte Tabor está al oeste del Jordán y Mizpa quizá en Galaad. Generalmente se da por sentado que esto no se refiere a la Mizpa de Benjamín, puesto que ésta estaba en el reino del sur.
2. Haciendo víctimas han bajado. "Han ahondado la fosa de la perversión" (BJ). "Se han abismado en el degüello" (VM). Es incierto el hebreo de la primera mitad del vers. 2. "Texto corregido" (BJ, nota).
Yo castigaré. Los pecadores pueden abandonar a sabiendas y alocadamente todo criterio de rectitud; pero Dios no puede ser excluido de la conciencia y de las experiencias humanas (cf. Hech. 26: 14). El pecador no necesita otro testigo contra el pecado sino su propia conciencia. El impío no puede librarse del Reprensor omnisapiente ni evitar la pena que merecen sus faltas (Sal. 33: 13-15; Heb. 4: 13).
3. No me es desconocido. Ver com. vers. 2. Oh Efraín. Esta tribu poderosa y principal presidía, aparentemente, el culto a los becerros y en otros actos de idolatría, y todo Israel se contaminó por su mala influencia.
4. No piensan en convertirse. "No les permiten sus obras volver a su Dios" (BJ). Habían caído tan profundamente en la transgresión, que les resultaba imposible convertirse y arrepentirse en conjunto como nación. Cuán claramente señala esto el poder del hábito en la vida humana (Jer. 13: 23; 2 Ped. 2: 12-14). Las acciones de la gente indicaban que se habían corrompido tanto que "el hombre interior" no podía ser alcanzado por el Espíritu (Efe. 3: 16).
Espíritu de fornicación. Ver com. cap. 4: 12.
5. Soberbia. Heb. ga'on (ver com. Sal. 47: 4; Jer. 12: 5). "Orgullo" (BJ). Podría referirse al Señor que era la excelencia de Israel. En este caso, el Dios que debería haber sido la gloria del pueblo, pero que era ignorado y menospreciado por ellos, testificaría contra ellos "en su cara" mediante los castigos que les sobrevendrían. Por otro lado, "soberbia" aquí podría referirse a la prosperidad y auge de Israel en los días de Óseas (ver com. Ose. 2: 8), que produjo la altivez de ese pueblo y ocasionó su renuencia a no cumplir la voluntad de Dios. Según la LXX ese orgullo "será abatido ante su rostro" (cf. Prov. 16: 18; 18: 12).
Judá tropezará también. El peso del mensaje del profeta se dirigía contra Israel; pero a veces "también" se incluía el reino de Judá.
6. Con sus ovejas. Efraín procuró con sus muchos y costosos sacrificios que el Señor le fuera propicio (1 Sam. 15: 22; Ose. 6: 6).
No le hallarán. El pueblo de Israel no era movido por un verdadero arrepentimiento, sino por el temor de la aflicción venidera. En su corazón no estaba el amor a Dios que produce obediencia (Heb. 12: 16-17; ver com. Gén. 27: 38).
7. Hijos extraños. Ver com. cap. 2: 4. En un solo mes serán consumidos. Algunos han sugerido que esta expresión se refiere a que sólo quedaba muy poco tiempo antes de la destrucción del reino. También es posible interpretar que la luna nueva los consumirá. Esto implicaría que sus festividades rituales y sus sacrificios en el novilunio no los salvarían de la ira divina. Todo el capítulo registra cómo el pueblo sustituyó el culto de 926 Dios con el culto de los ídolos, y este pasaje puede ser una alusión a la sustitución del mes señalado por Jehová por un mes diferente para propósitos religiosos. Esa sustitución fue impuesta a la nación por Jeroboam 1 (1 Rey. 12: 33).
8. Bocina. "El cuerno" (BJ). Heb. shofar (ver t. III, p. 41). Óseas presenta una gráfica descripción de los enemigos de Israel como si ya estuvieran listos para ejecutar el castigo divino.
Gabaa. Gabaa y Ramá estaban en Benjamín, cerca de su frontera norte y dentro del reino del sur. Por su posición en las alturas eran adecuadas para dar la señal de la proximidad de un peligro. Bet-avén. Ver como cap. 4: 15.
9. Asolado. "Un horror" o "lo que causa horror". En el día del reproche es cuando Dios reprueba el pecado mediante un castigo.
10. Traspasan los linderos. El que se atrevía a cambiar de lugar los hitos de su vecino, violaba uno de los preceptos de Jehová (Deut. 19: 14; 27: 17). Los gobernantes de Judá, dominados completamente por el desprecio temerario y egoísta de los derechos de otros, no vacilaron eh cometer faltas tales como la de quitar esos hitos. Óseas mezcla en este capítulo en forma interesante y significativa la condenación y el castigo consiguientes, tanto de Israel como de Judá. No es difícil descubrir la razón de esto, pues el castigo y cautiverio de Judá siguieron, antes de mucho, al castigo y cautiverio de Israel. Los reinos podían ser diferentes, pero su destino final sería el mismo. A esto se debe este cuadro mixto del profeta.
Derramaré... mi ira. O sea, un intenso y fuerte desborde de ira divina, que abrumaría completamente a esos gobernantes impíos.
11. Vejado, quebrantado. U "oprimido y aplastado". Dios iba a usar a los paganos para castigar a su pueblo.
En pos de vanidades. Los profetas con frecuencia denunciaron a los ídolos como vanidad (Jer. 18: 15). Siempre es vanidad obedecer a los hombres y no a Dios (Mat. 15: 7-9). Quizá la "vanidad" específica a la cual se hace alusión es la adoración de los becerros, ordenada por Jeroboam 1 (1 Rey. 12: 25-33).
12. Como polilla. Una figura gráfica que describe la declinación y decadencia gradual de la vida moral y espiritual de Israel. La polilla que come la ropa representa adecuadamente una destrucción lenta, pero segura (Job 13: 28).
13. Su enfermedad. Israel y Judá se dieron cuenta de su declinación nacional; sin embargo, en lugar de regresar a Dios en busca de ayuda, Efraín se volvió a Asiria.
Se dice que Efraín buscó esa ayuda, porque el reino del norte fue el primero en tener tratos con Asiria (2 Rey. 15-18).
Jareb. Heb. yareb. No sabemos a qué rey de Asiria se aplica este nombre, si es que se aplica a alguno. Hay quienes sugieren que yareb no es un nombre propio sino un vocablo descriptivo, derivado quizá de la raíz rib, "luchar". Por esto se sugiere la frase: "El rey que lucha". Otros suponen que la raíz es rabab, "ser grande", e insinúan que es el título "el gran rey". Este último significado tiene el apoyo del título usual de los reyes de Asiria, sharru rabu: "el gran rey" (compárese con el ugarítico mlk rb, "el gran rey", y también con el origen del título "rabí"; ver com. Isa. 19: 20). La LXX dice Iarim, lo que sugiere el título malki ram, "rey excelso".
No os podrá sanar. Oseas recuerda a su pueblo que sería vana cualquier ayuda que buscara fuera de Dios.
14. Como león. Símbolo de un conquistador que destruye. Así como el león primero destroza su presa y después se la lleva, el pueblo de Dios sería primero desgarrado, hecho pedazos, y después llevado al cautiverio.
15. Andaré y volveré. Así como el león dispone de su presa y después se retira a su cueva o caverna, el profeta representa a Dios como si volviera a su morada en el cielo después de castigar a su pueblo con el cautiverio. Cuando el pueblo se arrepintiera de verdad como resultado de "su angustia", entonces, y sólo entonces, encontraría a Dios, como Jeremías lo expresa tan bella y tiernamente en su profecía (Jer. 29: 10-14).
Reconozcan. Los dos pasos necesarios en el arrepentimiento son la confesión del pecado y la entrega a Dios (Sal. 32: 1-2, 5-6; Isa. 59: 1-2). 4CBA
COMENTARIOS DE EGW. Los años finales del malhadado reino de Israel se vieron señalados por tanta violencia y derramamiento de sangre que no se había conocido cosa semejante ni aun en los peores tiempos de lucha e intranquilidad bajo la casa de Acab. Durante más de dos siglos los gobernantes de las diez tribus habían estado sembrando vientos; y ahora cosechaban torbellinos. Un rey tras otro perecía asesinado para que otros ambiciosos reinasen. El Señor declaró acerca de estos usurpadores impíos: "Ellos hicieron reyes, mas no por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe." (Ose. 8: 4.) Todo principio de justicia era desechado y los que debieran haberse destacado delante de las naciones de la tierra como depositarios de la gracia divina "contra Jehová prevaricaron" (Ose. 5: 7) y unos contra otros.
Mediante las reprensiones más severas, Dios procuró despertar a la nación impenitente y hacerle comprender su inminente peligro de ser destruída por completo. Mediante Oseas y Amós envió un mensaje tras otro a las diez tribus, para instarlas a arrepentirse plenamente y para amenazarlas con el desastre que resultaría de sus continuas transgresiones. Declaró Oseas: "Habéis arado impiedad, segasteis iniquidad: comeréis fruto de mentira: porque confiaste en tu camino, en la multitud de tus fuertes. Por tanto, en tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán destruídas. . . . En la mañana será del todo cortado el rey de Israel." (Ose. 10: 13-15.)
Acerca de Efraín* testificó el profeta: "Comieron extraños 210 su substancia, y él no lo supo; y aun vejez se ha esparcido por él, y él no lo entendió." "Israel desamparó el bien." "Quebrantado en juicio," incapaz de discernir el resultado desastroso de su mala conducta, el pueblo de las diez tribus quedaría pronto condenado a errar "entre las gentes." (Ose. 7: 9; 8: 3; 5: 11; 9: 17.)
Algunos de los caudillos de Israel tenían un agudo sentido de su pérdida de prestigio, y deseaban recuperarlo. Pero en vez de apartarse de las prácticas que habían debilitado al reino, continuaban en la iniquidad, congratulándose de que cuando llegase la ocasión podrían alcanzar el poder político que deseaban aliándose con los paganos. "Y verá Ephraim su enfermedad, y Judá su llaga: irá entonces Ephraim al Assur." "Y fue Ephraim como paloma incauta, sin entendimiento: llamarán a Egipto, acudirán al Asirio." "Hicieron alianza con los Asirios." (Ose. 5: 13; 7: 11; 12: 2.)
Mediante el varón de Dios que se había presentado ante el altar de Betel, mediante Elías y Eliseo, mediante Amós y Oseas, el Señor había señalado repetidas veces a las diez tribus los males de la desobediencia. Sin embargo y a pesar de las reprensiones y súplicas, Israel se había hundido más y más en la apostasía. Declaró el Señor: "Porque como becerra cerrera se apartó Israel." "Está mi pueblo adherido a la rebelión contra mí." (Ose. 4: 16; 11: 7.)
Hubo tiempos en que los juicios del Cielo cayeron en forma muy gravosa sobre el pueblo rebelde. Dios declaró: "Por esta causa corté con los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale. Porque misericordia quise, y no sacrificio; y conocimiento de Dios más que holocaustos. Mas ellos, cual Adam, traspasaron el pacto: allí prevaricaron contra mí." (Ose. 6: 5-7.)
El mensaje que les llegó finalmente fue: "Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel. . . . Pues que olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Conforme a su grandeza así pecaron contra mí: trocaré su honra en afrenta. 211 . . . Y visitaré sobre él sus caminos, y pagaréle conforme a sus obras." (Ose. 4: 1, 6-9.)
La iniquidad de Israel durante el último medio siglo antes de la cautividad asiria, fue como los días de Noé y como toda otra época cuando los hombres rechazaron a Dios y se entregaron por completo al mal hacer. La exaltación de la naturaleza sobre el Dios de la naturaleza, la adoración de las criaturas en vez del Creador, resultaron siempre en los males más groseros.
Asimismo cuando el pueblo de Israel, en su culto de Baal y Astarte, rindió supremo homenaje a las fuerzas de la naturaleza, se separó de todo lo que es elevador y ennoblecedor y cayó fácilmente presa de la tentación. Una vez derribadas las defensas del alma, los extraviados adoradores no tuvieron barrera contra el pecado, y se entregaron a las malas pasiones del corazón humano. (Historia de Los Profetas Y Reyes) EGW
https://elaguila3008.blogspot.com/2009/12/pr-capitulo-23-el-cautiverio-asirio.html
Ministerio Hno. Pio
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