lunes, 25 de enero de 2021

520. PROFECÍAS DE MISERICORDIA... A ISRAEL (SECCIÓN I/12.º año, 10.º mes, 5.º día/Año 586/585 AC). Represión A Los Pastores Infieles (EZEQUIEL 34).

Ezequiel 34. Represión A Los Pastores Infieles; que se sirven del rebaño solamente.

En esta nueva profecía se censura a los pastores infieles. Dios anuncia que va a quitarles su rebaño para poner en lugar de ellos a David como pastor (Cristo).

Las ricas promesas de los vers. 12-31 describen las condiciones que hubieran imperado si Israel hubiera cumplido bien con su parte. Las profecías se cumplieron en forma parcial en ocasión del retorno del exilio. Pero, porque los judíos no procuraron una verdadera conversión, ni durante el exilio ni después de él, el cumplimiento de estas profecías fue muy limitado. Más tarde, cuando Israel rechazó a su Mesías, la nación perdió todo derecho a las bendiciones que aquí se prometen. Esas promesas fueron transferidas a la iglesia cristiana, y habrían de cumplirse en principio en relación con esa comunidad espiritual. Un reino político terrenal ya no sería más el centro del reino espiritual. Los nuevos prosélitos estarían esparcidos por todos los países. Ya no tendrían más por capital a la Jerusalén terrenal. En cambio, habrían de esperar una ciudad celestial. En su aplicación espiritual, estos versículos se cumplirán en los cielos nuevos y en la tierra nueva. Se habrían cumplido en forma literal después de que los judíos regresaran del exilio babilónico si el pueblo hubiera cumplido con las condiciones que Dios había determinado (ver PP. 31-34).

*Todos, tenemos el privilegio y la responsabilidad de ejercer este mandato divino de ser pastores fieles. Como dirigentes, como maestros, padres..., debemos velar con cuidado, porque un día, Dios nos pedirá cuenta. 

Vers. (1-6) Reproche a los pastores. (7-10) Juicios de Dios contra éstos. (11-19) Cuidado de Dios por su rebaño. (20-31) El reino de Cristo.

1 VINO a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? 3 Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordado degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. 4 No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, ni volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. 5 Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. 6 Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.

7 Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: 8 Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; 9 por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. 10 Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.

11 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. 12 Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. 13 Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. 14 En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. 

15 Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. 16 Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada, vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; más a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia. 17 Más en cuanto a vosotras, ovejas mías, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos. 18 ¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbiáis además con vuestros pies las que quedan? 19 Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis enturbiado.

20 Por tanto, así les dice Jehová el Señor: He aquí yo, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca; 21 por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis. 22 Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. 24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado. 

25 Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques. 26 Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. 27 Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jehová, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. 28 No serán más por despojo de las naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante. 

29 Y levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las naciones. 30 Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor. 31 Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor. (Ezequiel 34).

1. Palabra de Jehová. En esta nueva profecía se censura a los pastores infieles. Dios anuncia que va a quitarles su rebaño para poner en lugar de ellos a David como pastor (vers. 23). La tierra será restituida a su producción plena. El mensaje de este capítulo es similar al de Jer. 23: 1-8.

2. Pastores. Heb. ro'im, de la raíz ra'ah, "pastorear", "alimentar". Se emplea metafóricamente para referirse a los dirigentes responsables o a los gobernantes (ver 1 Rey. 22: 17; Jer. 2: 8).

Se apacientan a sí mismos. El pastor debería hacer lo que indica su nombre. Es probable que esta acusación esté dirigida específicamente a los últimos reyes de Judá.

3. Grosura. Heb. jéleb. Si se modifican ligeramente los puntos vocálicos, se lee jalab, "leche". Así aparece en la LXX y en la Vulgata. No importa cuál de esas formas se acepte, la idea es la misma. Los dirigentes se alimentaban bien, a expensas del pueblo. Cobraban elevadísimos impuestos.

4. La pérdida. Ver Jer. 50: 6; cf.  Mat. 18: 11-14; Luc. 15; comparar con la parábola de la oveja perdida (ver com. Luc. 15: 3-7). 

Con dureza y con violencia. Compárese con Exo. 1: 13-14; Lev. 25: 43.

5. Por falta de pastor. Se culpa a los dirigentes por el desastre que ha sobrevenido a Israel. Su impío ejemplo había hecho que el pueblo se apartara de los caminos de justicia. Es claro que esto no significa que el pueblo estuviera libre de pecado. A nadie se le puede obligar a pecar. Debe dar su consentimiento para ello. Por su propia elección uno sigue el impío ejemplo de otros.

6. Mis ovejas. El posesivo indica que Dios afirmaba que eran suyas las ovejas, o sea el pueblo de Israel.

8. Mis pastores. Ellos eran los que habían sido designados para cuidar el rebaño de Dios; y por lo tanto eran responsables ante él.

10. Contra los pastores. El primer castigo sería la eliminación de los pastores que buscaban su propio provecho.

11. Así ha dicho Jehová. Las ricas promesas de los vers. 12-31 describen las condiciones que hubieran imperado si Israel hubiera cumplido bien con su parte. Las profecías se cumplieron en forma parcial en ocasión del retorno del exilio. Pero, porque los judíos no procuraron una verdadera conversión, ni durante el exilio ni después de él, el cumplimiento de estas profecías fue muy limitado. Más tarde, cuando Israel rechazó a su Mesías, la nación perdió todo derecho a las bendiciones que aquí se prometen. Esas promesas fueron transferidas a la iglesia cristiana, y habrían de cumplirse en principio en relación con esa comunidad espiritual. Un reino político terrenal ya no sería más el centro del reino espiritual. Los nuevos prosélitos estarían esparcidos por todos los países. Ya no tendrían más por capital a la Jerusalén terrenal. En cambio, habrían de esperar una ciudad celestial. En su aplicación espiritual, estos versículos se cumplirán en los cielos nuevos y en la tierra nueva. Se habrían cumplido en forma literal después de que los judíos regresaran del exilio babilónico si el pueblo hubiera cumplido con las condiciones que Dios había determinado (ver PP. 31-34).

14. Buenos pastos. Si se hubieran cumplido las condiciones del arrepentimiento y del reavivamiento espiritual, el Señor habría restaurado la fertilidad original de Palestina, como "tierra que fluye leche y miel" (Exo. 3: 8, 17; Núm. 13: 27; etc.). Dios habría enviado lluvia a su debido tiempo y habría bendecido a su pueblo en todo sentido, como lo había prometido anteriormente (Deut. 28: 1-14). Cuando Israel entró en Canaán, estas promesas no se habían realizado porque el pueblo no había cumplido con las condiciones necesarias. En esta ocasión, se les presentaba una segunda oportunidad de recibir las mismas preciosas promesas. A Israel se le ofreció un nuevo comienzo, si la nación estaba dispuesta a cumplir con su parte.

16. A la engordado . . . destruiré. La gordura era símbolo de prosperidad. Muchas veces la prosperidad lleva a olvidar a Dios (Deut. 32: 15). Los pastores infieles habían engordado a expensas del rebaño. Se habían alimentado ellos mismos en vez de alimentar el rebaño. Ahora se los apacentaría "con justicia", es decir, recibirán las consecuencias de sus actos. La palabra hebrea mishpat se traduce mejor como "juicio".

17. Entre oveja y oveja. Dios juzgará entre los diversos miembros del rebaño. No todos participarán de la restauración, sino solamente quienes se arrepientan y vuelvan a Dios, su Pastor (ver Eze. 34: 20, 22; cf. Mat. 25: 31-46).

18. Holláis... lo que... queda. Se acusa a los falsos pastores de desenfreno y derroche. Lo que ellos mismos no han usado, han arruinado para que no puedan usarlo otros.

23. Un pastor. Sin duda se hace notar el contraste entre los muchos gobernantes que había tenido el pueblo antes. Es probable que también se haga alusión a la división del reino en dos partes, las cuales habrían de ser reunidas.

Mi siervo David. Por lo general los comentadores han entendido que aquí se hace referencia al Mesías (Jer. 23: 5-6; Luc 1: 32). Debido a que Israel nunca aceptó las condiciones en las cuales se basaba el cumplimiento de estas promesas, se justifica esta aplicación. Esta predicción halla su cumplimiento en la venida de Jesús en la carne y en su venida en gloria.

25. Quitaré de la tierra las fieras. Cuando Israel había entrado en Canaán, Dios había prometido crear la tranquilidad que aquí se describe (Lev. 26: 6). 

A Israel se le proporciona ahora otra oportunidad de desempeñar su papel como centro del reino espiritual mundial de Dios, y en esa condición se le promete toda clase de prosperidad temporal (Eze. 34:14, 26-30).

26. Lluvias de bendición. Ver Lev. 26: 4; Sal. 68: 9; Mal. 3: 10.

29. Planta de renombre. Mejor, "un plantío famoso" (BJ).

31. Ovejas de mi pasto. En este versículo se explica la figura. Cuán maravillosa gracia es la del Dios del cielo que condesciende a tener comunión con los hombres, quienes, como ovejas, se han apartado de él. (4CBA) Ministerio Hno. Pio


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