Ezequiel 28. Es la profecía sobre Tiro y Sidón, y la consiguiente restauración y libertad de Israel de las influencias de estas naciones, que son juzgados y destruidos.
Vers. (1-10), Es una profecía contra el príncipe de Tiro, cuya caída se atribuye a su desmedido orgullo sacrílego y arrogancia.
Vers. (11-19), es un lamento por el rey de Tiro. Lamentación por su grande gloria corrompida a causa de su pecado.
Éste pasaje se convierte en una digresión en la cual se habla del verdadero rey de Tiro, el verdadero poder detrás del poder visible; es decir, Satanás: revelando su Origen, Historia Y Destino final y fatal.
“La ocasión que se considera en este pasaje era muy apropiada, pues el príncipe de Tiro había imitado en forma notable a su verdadero líder, el diablo. A la luz del gran conflicto, Tiro, junto con todas las naciones paganas, estaba bajo el dominio de los principios de este gran caudillo rebelde, y su influencia en la historia de esas naciones debía ser debidamente expuesta”.
1 VINO a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un Dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios; 3 he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto. 4 Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros. 5 Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón.
6 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios, 7 por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor. 8 Al sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los mares. 9 ¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador. 10 De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.
11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primeros de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. 14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.
15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. 16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. 17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. 18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. 19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.
20 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 21 Hijo del hombre, pon tu rostro hacia Sidón, y profetiza contra ella, 22 Y dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré glorificado; y sabrán que yo soy Jehová, cuando haga en ella juicios, y en ella me santifique. 23 Enviaré a ella pestilencia y sangre en sus calles, y caerán muertos en medio de ella, con espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy Jehová. 24 Y nunca más será a la casa de Israel espina desgarradora, ni aguijón que le dé dolor, en medio de cuantos la rodean y la menosprecian; y sabrán que yo soy Jehová.
25 Así ha dicho Jehová el Señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob. 26 Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios. (Ezequiel 28).
1. Palabra de Jehová. El cap. 28 consta de tres secciones principalmente. La primera (vers. 1-10) es una profecía contra el príncipe de Tiro, cuya caída se atribuye a su desmedido orgullo y arrogancia. La segunda sección (vers. 11-19) es que lamento por el rey de Tiro. Este pasaje se convierte en una digresión en la cual se habla del verdadero rey de Tiro, es decir, Satanás. Se señalan los principios implicados en esta clase de digresión en el comentario de esta sección. La tercera sección, que es la más corta (vers. 20-26), es una profecía contra Sidón, la otra gran ciudad fenicia.
2. Príncipe. Heb. nagid, "jefe", "caudillo". Según Josefo, el rey de Tiro en ocasión del asedio de Nabucodonosor era Etbaal (Contra Apio i. 21). Sin embargo, es indudable que el profeta habla aquí de la insolencia y del desmesurado orgullo de todos los gobernantes de Tiro.
En el trono de Dios. Quizá sea una referencia a la hermosura natural y a la posición estratégica de Tiro. Algunos le atribuyen importancia a esta declaración pues el templo de Baal Melkart estaba allí.
3. Más sabio que Daniel. Esta frase está llena de ironía. Daniel se había distinguido en la corte babilónico como sabio y revelador de secretos (Dan. 1: 20; 2: 48; 4: 18; 5: 11-14; etc.). Al rey de Tiro quizá se lo compara con una persona como Daniel, porque se sentía satisfecho de su superioridad. Algunos piensan que el Daniel al cual se menciona aquí es el héroe de nombre Dan´el, que aparece en las tablillas de Ras Shamra del siglo XIVA. C. (ver com. Eze. 14: 14). Esto es sumamente improbable.
7. Los fuertes de las naciones. Ezequiel usa en otros pasajes (cap. 30: 10-11; 31: 12; 32: 12) la misma frase para designar al ejército babilonio.
8. Con la muerte. El Heb. emplea el plural "muertes" (también la RVA). Se trata de una forma enfática de referirse a una "muerte violenta" (BJ).
9. Tú, hombre eres. Heb., "tú hombre".
10. Incircuncisos. Según Herodoto (ii. 104), los fenicios practicaban la circuncisión. Al igual que los judíos, menospreciaban a los incircuncisos.
12. Rey de Tiro. Los versículos 11-19, aunque son una endecha por el rey de Tiro, sin duda tienen una aplicación más amplia que la que se hace directamente al príncipe de Tiro. Las figuras trascienden tan ampliamente una aplicación tan limitada, que ni siquiera la suposición de que este pasaje sea "extremadamente irónico" puede resolver los problemas que surgen si sólo se le da una aplicación local.
Las siguientes declaraciones parecen sumamente difíciles de aplicar a un rey literal de Tiro: (1) "En Edén, en el huerto de Dios estuviste", vers. 13; (2) "Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios" vers. 14; (3) "Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad". vers. 15; (4) "Yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector", vers. 16. Pareciera que mientras Ezequiel contemplaba en visión el carácter y las actividades del rey de Tiro, la Inspiración levantó el velo entre lo visible y lo invisible para permitir que el profeta viera al ser invisible, pero poderoso, a quien servía el rey de Tiro. En forma similar se le había permitido a Isaías que viera, más allá del rey literal de Babilonia (cap. 14: 4), a Satanás, cuyo carácter y política practicaba el rey de Babilonia (vers. 12-16).
Por esto es más adecuado considerar este pasaje como una digresión de la profecía contra el príncipe de Tiro, para presentar la historia del que era en verdad el rey de Tiro: Satanás mismo. Si se entiende así, este pasaje nos proporciona la historia del origen, la posición inicial y la caída del ángel que más tarde llegó a conocerse como el diablo y Satanás. Si no fuera por este pasaje y el que se encuentra en Isa. 14: 12-14, no tendríamos ningún relato razonablemente completo del origen, de la condición inicial y de las causas de la caída del príncipe del mal. Las referencias neotestamentarias sobre este ser (Luc. 4: 5-6; 10: 18; Juan 8: 44; 1 Juan 3: 8; 2 Ped. 2: 4; Jud. 6; Apoc. 12: 7-9; etc.), aunque concuerdan perfectamente con estas antiguas profecías, por sí mismas no proporcionan la historia completa.
El Espíritu Santo fue quien planificó y unificó las Escrituras. Fue el Espíritu quien se aseguró que se diera suficiente información acerca de todos los asuntos esenciales, incluso la historia de Satanás.
Además, fue el Espíritu quien determinó cuándo, cómo, y por medio de quién se habría de dar la revelación. La ocasión que se considera en este pasaje era muy apropiada, pues el príncipe de Tiro había imitado en forma notable a su verdadero líder, el diablo. A la luz del gran conflicto, Tiro, junto con todas las naciones paganas, estaba bajo el dominio de los principios de este gran caudillo rebelde, y su influencia en la historia de esas naciones debía ser debidamente expuesta.
Ver en PP 11-23 y CS 546-558 un estudio del origen y del destino de Satanás.
Tú eras el sello. La palabra que aquí se traduce como "sello" en el cap. 43: 10 se traduce como "diseño". El sentido general es claro. Lucifer estaba dotado de sabiduría, gloria y hermosura más que todos los otros ángeles.
13. Edén. Debe entenderse en su sentido más amplio: la morada de Dios (ver PP 13). El contexto muestra que Lucifer no había caído todavía. La creación de nuestra tierra, la ubicación de nuestros primeros padres en el Edén ocurrieron después de su caída (ver PP 14; 3SG 33; 1SP 23; PE 146).
Toda piedra preciosa. Las piedras que se nombran aquí aparecen también en la lista de las que se encontraban en el pectoral del sumo sacerdote (Exo. 28: 17-20; 39: 8-14). Sin embargo, no se las nombra en el mismo orden. Además, hay tres que no aparecen aquí. En la LXX las dos listas son idénticas. La enumeración de estas joyas destaca la excelsa posición de quien, después de Cristo, era el personaje más digno de honor en el cielo.
Tamboriles. Plural de tof, por lo general un tamborcito de mano (t. III, p. 32). Algunos piensa que tof se refiere aquí al lugar en donde era engarzada la gema.
Flautas. Heb. néqeb, palabra oscura que tal vez significa "pasaje subterráneo" o "mina". Hay quienes piensan que esta palabra hace alusión a la cavidad en la cual se engarzaba la piedra. Si esto fuera así, el pasaje estaría hablando de la hermosa montura en la cual estaban engarzadas las piedras preciosas. La BJ traduce: "En oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas", pero admite que se trata de una "traducción dudosa". Por otro lado, si se habla aquí de instrumentos musicales, esto corresponde con Lucifer, quien fue director de los coros del cielo (1SP 28-29).
El día de tu creación. Por cuanto era un ser creado, Lucifer era definidamente inferior al Padre y al Hijo, en quienes está la vida original, intrínseca, propia. A pesar de esto, Lucifer pretendió ser igual al Hijo. Cuando Dios dijo al Hijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen", Satanás quedó celoso de Jesús (ver PE 145). Deseaba que se lo consultara en relación con la formación del hombre. Cuando aspiró a tener el poder que sólo le correspondía ejercer a Cristo, cayó de su excelsa posición y se convirtió en el diablo.
Es incorrecto decir que Dios creó al diablo o Satanás. El Señor creó a un hermoso ángel, santo y sin mancha, pero este ángel se convirtió a sí mismo en el demonio (Por tomar la decisión equivocada, usando mal su libre albedrio).
14. Querubín grande. La palabra hebrea mimshaj, aquí traducida como "grande", no tiene una traducción precisa conocida. La figura del querubín protector o cubridor por encima del propiciatorio en el tabernáculo judaico ilustra la posición original de Satanás. Lucifer, el querubín cubridor o protector, estaba en la luz de la presencia de Dios. Era el más excelso de todos los seres creados, y el más encumbrado en revelar los propósitos de Dios para el universo (ver DTG 706).
Santo monte. Esta figura representa la sede del gobierno de Dios, es decir, el cielo mismo, representado por la figura de un monte (ver com. Sal. 48: 2).
Piedras de fuego. Con frecuencia se presenta a Dios como si estuviera rodeado de fuego y de brillo (Apoc. 4: 3). Cuando el Señor se reveló a Moisés, a Aarón y a otros personajes de la antigüedad, éstos vieron los pies de Dios sobre un "embaldosado de zafiro" (Exo. 24: 10). Se mencionan estos detalles para hacer destacar el contraste entre los privilegios que Lucifer tenía originalmente, y la suerte que le tocó después de su caída.
15. Hasta que se halló en ti maldad. En PP 11-23 y CS 546-558 se describe en forma detallada la naturaleza del pecado que ocasionó la exclusión de Satanás del cielo.
16. La multitud de tus contrataciones. "La amplitud de tu comercio" (BJ). Esta figura está tomada del enorme comercio de Tiro. No desaparece la figura del rey Tiro. La nefasta obra de Lucifer, quien diseminó la rebelión en el cielo, es comparada con el comercio de Tiro, movido por la avaricia y muchas veces fraudulento.
Te arrojé. Con una ligera modificación de vocales, la palabra dice: "te destruiré". En Apoc. 12: 7-9 se describe a Miguel (Cristo, ver com. Dan. 10: 13) como el caudillo de las fuerzas que expulsan al gran rebelde del cielo.
17. Se enalteció. En relación con la causa de la caída de Lucifer, ver las referencias que aparecen en com. vers. 15.
18. Profanaste tu santuario. Si bien la palabra santuario aparece en singular en el texto masorético, está en plural en muchos manuscritos, en los tárgumes y en las versiones siríacas. Sin lugar a duda se hace referencia aquí al santuario celestial que fue profanado por la entrada del pecado.
Te puse en ceniza. Se presenta la destrucción de Satanás con la figura de la destrucción de la ciudad de Tiro y de su rey por medio del fuego. En realidad, la aniquilación del instigador del mal será efectuada por los fuegos que en el día final quitarán todo vestigio de pecado y purificarán la tierra para que pueda ser el hogar de los redimidos (Apoc. 20: 14-15; 21: 1).
19. Se maravillarán. Esta frase debe formar parte de la figura. Satanás vivirá mucho más tiempo que los otros pecadores en el lago de fuego (PE 294-295). Los redimidos que estén dentro de la ciudad serán testigos del resultado del fuego renovador.
Para siempre dejarás de ser. Esta declaración proporciona la seguridad de que el pecado, una vez erradicado, nunca más volverá a empañar el universo de Dios (ver Nah. 1: 9). Al permitir que madurara plenamente la rebelión, Dios ha asegurado el futuro. Los habitantes del vasto universo de Dios han desarrollado una inmunidad espiritual contra el mal que los asegura contra cualquier futura transgresión. Los resultados de haberse apartado de los principios del gobierno de Dios son plenamente conocidos. Todos están convencidos de la justicia, la bondad y la sabiduría del carácter de Dios. El pecado nunca alterará la perfecta armonía que existirá en el nuevo mundo que Dios haya creado de nuevo.
21. Sidón. Ciudad fenicia (ver com. cap. 27: 8).
22. Seré glorificado. Dios desea que se sepa que él tiene el destino de todas las naciones bajo su dominio (Ed 169-174; ver com. Dan. 4: 17).
23. Con espada. Después de la victoria parcial de Nabucodonosor sobre Tiro, Sidón se convirtió en el principal estado fenicio. Más tarde, Cambises puso a la ciudad bajo la dominación persa (c. 526 a. C.). Una rebelión ocurrida aproximadamente en el año 351 a. C. ocasionó la destrucción de la ciudad. Más tarde, Sidón cayó ante Alejandro, y posteriormente fue dominada por Roma.
24. Espina desgarradora. Es posible que esta figura se haya tomado de Núm. 33:55, donde se la aplica a los cananeos en general.
25. Me santificaré en ellos. De acuerdo con el plan de Dios, aquellas naciones que habían hostilizado a sus vecinos, sobre todo a los judíos, serían privadas de su poder, y el pueblo de Dios, restablecido después del cautiverio, disfrutaría de sus anteriores privilegios. Las naciones vecinas reconocerían la supremacía de Jehová.
26. Edificarán casas. Compárese con Isa. 65: 9-10; Jer. 30: 18; 32: 41. Aquí se describe el estado ideal que Dios proyectaba para el Israel restaurado. Si su pueblo hubiera seguido los planes divinos, habría vivido seguro en las casas que construyera y habría comido abundantemente de las viñas que plantara, sin temer que alguna vez fueran destruidas. Pero ni siquiera la severa disciplina del cautiverio pudo lograr la regeneración espiritual necesaria para que Dios pudiera cumplir su promesa. (4CBA) Ministerio Hno. Pio
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