1 Corintios 2. DEFENSA DE PABLO EN CUANTO A SU MINISTERIO Y EL EVANGELIO: Vers. (1-5) Pablo afirma que su predicación no está basada en la excelencia de las palabras ni en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios, que supera de tal modo (6-8) la sabiduría de este mundo y (9-13) el conocimiento humano, (14-16) que el hombre natural no puede, entenderla,
1 ASÍ que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. 7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, 8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. (1 Corintios 2).
1. Cuando fui. Pablo se refiere a su llegada a Corinto y a su obra inicial allí (Hech. 18:1-18). Desde entonces habían pasado unos tres años.
Testimonio. La evidencia textual (cf. p. 10) se inclina por el texto "el misterio de Dios". En cuanto a la definición de la palabra "misterio", ver com. Rom. 11:25; cf. Efe. 6:19; Col. 2:2; Apoc. 10:7. El Evangelio contiene el relato de lo que Dios ha hecho para rescatar al hombre del pecado y ponerlo de nuevo en armonía con el Señor; presenta la evidencia que Dios ha dado, en la vida de Cristo, de su gran amor por el hombre.
Excelencia de palabras. Pablo no trataba de ganar a las personas mediante una retórica brillante o recursos extraordinarios de oratoria. Tampoco dependía de la "sabiduría", es decir, filosofía, para probar la verdad del Evangelio (ver com. 1:17-19). Los corintios sabían poco de los temas divinos. Era, pues, necesario que Pablo instruyera a los nuevos conversos en los rudimentos del Evangelio. Una brillante oratoria no concordaba con esta clase de enseñanza.
2. Me propuse. Gr. krínÇ, que denota un acto consciente de la voluntad. Aquí significa "resolver", "decidir". La decisión de Pablo en cuanto a su nuevo método de trabajo no fue una idea precipitada, sino un plan cuidadosamente pensado, trazado antes de ir a Corinto. El apóstol había usado en Atenas una argumentación erudita y filosófica para combatir la idolatría pagana de los griegos; pero había logrado poco éxito con sus esfuerzos. Ahora, al repasar su experiencia en Atenas, decidió adoptar un método diferente de predicación en Corinto. Su plan era evitar las discusiones propias de un erudito y los argumentos sutiles, y en su lugar presentar el sencillo relato de Jesús y su muerte expiatorio (ver HAp 199).
Sino a Jesucristo. Pablo predicaba a Cristo crucificado a pesar de que la idea de un Salvador crucificado ofendía tanto a judíos como a griegos (ver com. 1:23).
3. Estuve. "Me presenté"; "vine".
Mucho temor y temblor. Pablo se daba cuenta de sus defectos y debilidades (ver 2Cor. 10:1, 10; 11:30; 12:5, 9-10). Se preocupaba por el éxito de su misión en Corinto, pues sabía que tenía muchos enemigos en la ciudad (ver Hech. 18:6). Sin embargo, Dios le había asegurado que su obra tendría éxito y que no debía temer nada (Hech. 18:9-10).
El apóstol también se preocupaba de que en su obra no se destacaran sólo las características humanas. El verdadero ministro de Dios siempre está consciente de sus propias limitaciones y debilidades. Esta actitud lo induce a depender más de Dios en procura de fortaleza y sabiduría para hacer su obra. "Alcanzamos nuestro máximo poder cuando comprendemos y reconocemos nuestra debilidad" (5T 70).
4. Predicación. Gr. k'rugma (ver com. cap. 1:21).
Con palabras persuasivas. Ni en las discusiones privadas, ni en la predicación pública, dependía Pablo del poder persuasivo del razonamiento humano. No procuraba cautivar y hechizar a sus oyentes con el estilo de una filosofía sutil que tanto agradaba a los griegos. Humana. La evidencia textual (cf. p. 10) sugiere la omisión de esta palabra. El significado del pasaje no se altera esencialmente por esta omisión.
Demostración. Gr. apódeixis, "exposición", "prueba segura", "evidencia", "demostración". La prueba del origen divino del mensaje que predicaba Pablo no debía buscarse en hábiles argumentos, sino en la evidencia o "exposición" del Espíritu Santo. La obra de Pablo en Corinto, como en otras partes, había estado acompañada de milagros (2 Cor. 12:12; cf. Hech. 14:3).
Los dones del Espíritu Santo habían sido impartidos a la iglesia en abundante medida (1 Cor. 1:57; cap. 14). La presencia de los dones del Espíritu en la iglesia era una demostración de la verdad del Evangelio predicado por Pablo. Pero el milagro máximo era la conversión a Cristo de muchos corintios procedentes del paganismo (ver Hech. 18:8). Los ladrones se volvían honrados; los haraganes, diligentes; los disolutos, puros; los ebrios, sobrios; los crueles, bondadosos y amables; y los desdichados, felices. La lucha y la discordia se transformaban en paz y armonía.
Estas evidencias del poder del Evangelio de Jesucristo eran observadas por todos, y no podían ser negadas. El Evangelio ha continuado dando esta clase de prueba de su origen divino a través de los siglos.
Cada pecador convertido proporciona una demostración tal; y cada caso en el que el Evangelio produce paz, gozo, esperanza y amor, demuestra que el mensaje tiene su origen en Dios.
5. Vuestra fe. Pablo deseaba que los corintios confiaran en el supremo poder de Dios para cambiar las vidas de los hombres. No quería que pusieran su confianza en ningún poder humano. En sus esfuerzos misioneros había evitado usar la sabiduría filosófica para convencer a sus oyentes de la verdad del Evangelio. Procuraba ocultarse en Jesús para que la fe de los creyentes pudiera basarse enteramente en el Salvador. La entrega de un alma al Señor no depende de la voluntad ni de los esfuerzos del hombre, sino del poder convincente del Espíritu Santo.
6. Sin embargo. O "pero". Así comienza la 666 segunda parte del tema del cap. 2, en la cual Pablo demuestra que sólo puede entender y apreciar el Evangelio aquel que se entrega a la influencia del Espíritu Santo. Aunque Pablo no se había presentado ante los corintios argumentando con la excelencia de la sabiduría humana, sí les había proporcionado un tesoro de verdadera sabiduría.
Los que han alcanzado madurez. La RVR traduce muy bien la palabra griega téleios, que puede significar "perfecto", pero que más bien significa "maduro", "cumplido", "cabal" (ver com. Mat. 5:48). Pablo está describiendo a cristianos maduros. Ver Efe. 4:13-14, donde contrasta a un "varón perfecto" (téleios) con "niños". Cf. Fil. 3:15, donde Pablo habla de sí mismo y de otros como "perfectos" (téleios). En Heb. 5:14 téleios tiene este mismo sentido. El cristiano debe crecer en el conocimiento de la verdad para que no necesite ser continuamente alimentado con "leche" espiritual (Heb. 5:12-13). Jesús indicó que la presentación de la doctrina debe adaptarse a las diversas etapas del crecimiento cristiano (ver Juan 16:12). Pablo recuerda a los creyentes corintios que estaba dirigiendo sus enseñanzas a los que ya habían aprendido los rudimentos del cristianismo, y que ahora debieran poder apreciar las verdades más profundas del Evangelio (ver 1 Cor. 3:13).
Sabiduría, no de este siglo. Ver com. cap. 1:21-22.
Príncipes de este siglo. Se identifican en el vers. 8 como aquellos que crucificaron a Jesús. Perecen. O "están en vías de perecer". Los grandes hombres según el mundo, a pesar de toda su sabiduría y de sus grandes conquistas, demuestran constantemente que no son dignos de confianza en el reino espiritual. Son hallados ignorantes e impotentes a la luz de la sabiduría que Cristo enseñó con tanta claridad.
7. Sabiduría de Dios. Una referencia especial a la sabiduría de Dios tal como se revela en el plan de salvación (ver com. "misterio"). Misterio. Gr. must'rion (ver com. Rom. 11:25). El plan de salvación, trazado antes de la creación del mundo (ver DTG 13; PP 49), y anunciado y puesto en acción por el Padre y el Hijo cuando Adán pecó (ver PP 49-52), era un gran misterio para el universo. Los ángeles no podían comprenderlo plenamente (1 Ped. 1:12; CS 467).
Los profetas que escribieron acerca de él sólo entendían en parte los mensajes que daban acerca de la salvación mediante Cristo (1 Ped. 1:10-11). El hombre natural fracasa completamente en su apreciación de la "sabiduría" de Dios, porque es diametralmente opuesta a la filosofía de la vida que acepta el hombre. Aun los creyentes consagrados son incapaces de sondear la profundidad del significado del plan de salvación (Rom. 11:33-36).
Gloria. Ver com. Rom. 3:23.
8. Ninguno. . . conoció. Los judíos, debido a su falsa interpretación de las profecías del AT acerca del Mesías, no reconocieron a Jesús de Nazaret como el Libertador prometido. Su creencia tradicional de que el Mesías vendría como un gobernante terrenal para hacer de Israel la nación dominante del mundo, los indujo a rechazar al Salvador. Hoy día las creencias erróneas y las tradiciones también enceguecen a los hombres ante la verdad del segundo advenimiento de Cristo.
Además, las falsas enseñanzas de la teología popular acerca de la naturaleza de Dios, han hecho que muchos rechacen el cristianismo y se conviertan en agnósticos y aun incrédulos (ver 2JT 315).
Señor de gloria. Cf. Hech. 7:2; Efe. 1:17; Sant. 2:1. Se describe aquí a Cristo como el "Señor de gloria", en agudo contraste con la ignominia de la cruz. Cf. com. Juan 1:14. Para una definición de "gloria", ver com. Rom. 3:23.
9. Antes bien. Gr. allá, conjunción adversativa. Aunque los inconversos no comprendan la "sabiduría de Dios en misterio" (vers. 7), él ha dado una maravillosa revelación de su sabiduría a los que lo aman. Los inconversos no disciernen las riquezas de la gracia de Dios, pero el cristiano ve las cosas hermosas de este mundo como una expresión del amor de Dios para el hombre y una garantía de la condición perfecta del futuro.
Escrito. Una cita de Isa. 64:4.
Ojo no vio. El versículo dice literalmente: "Lo que ojo no vio y oído no oyó, y sobre corazón de hombre no ascendió, lo que preparó Dios para aquellos que aman a él". Los hechos físicos de la existencia son descubiertos mediante los sentidos, que se usan para conocer las cosas que nos rodean. El hecho de que ni el ojo ni el oído puedan entender las cosas de Dios, prueba que en realidad se necesitan otras facultades fuera de los sentidos físicos para entender las verdades espirituales (vers. 10).
Corazón. Gr. kardía, palabra que se refiere al centro de las facultades humanas (ver com. Rom. 1:21). Las grandiosas realidades de los reinos de la gracia y de la gloria no pueden ser entendidas plenamente mediante los sentidos o el intelecto. Pero por medio del conocimiento que Dios imparte a los que están dispuestos a ser enseñados por él, pueden los cristianos adquirir una comprensión progresiva. El hombre es incapaz de percibir o apreciar por sí mismo las bendiciones del Evangelio. Las experiencias de los inconversos no se pueden comparar en nada con la gozosa paz que llega al corazón del pecador que se entrega a Cristo y recibe la dulce seguridad del perdón de Dios.
Las que. Todo lo que Dios haya ideado para los suyos está incluido en esta abarcante expresión. Esta afirmación se refiere, en primer lugar, a todo lo que proporciona el Evangelio para el bienestar y la felicidad del pueblo de Dios en la tierra: el perdón de los pecados, la justificación y la santificación, el gozo y la paz que la gracia de Dios imparte al creyente y su liberación final de este mundo malo. Por extensión, también abarca las inexpresables maravillas, bellezas y gozos del reino de la gloria de Dios, el hogar eterno de los salvados. Todo ese conocimiento está mucho más allá de todo lo que los hombres puedan conocer fuera del Evangelio de Cristo. Ver. com. Isa. 64:4.
Preparado. Cf. Mat. 20:23; 25:34.
10. Dios nos las reveló. El plan de Dios comprende una revelación continua de verdades para los suyos (ver 2JT 308). Los que aman a Dios reciben la comprensión de las cosas divinas. Esta comprensión es para los que aprecian quien es Dios y todo lo que ha hecho por ellos, para los que están dispuestos y anhelan aceptar todo recurso que se haya preparado para ellos e investigan la verdad como si fuera un tesoro escondido. Por el Espíritu. Por medio de la tercera persona de la Deidad se imparte comprensión de la verdad a la humanidad (ver com. Juan 14:26). Sólo pueden obtener una continua adquisición de conocimiento los que voluntariamente se someten a la conducción y a la iluminación del Espíritu Santo (ver Rom. 8:5,14,16).
Escudriña. El Espíritu Santo, como una de las personas de la Deidad, sabe todas las cosas; nada ignora. Escudriña no con el propósito de descubrir algo que no conozca de antemano, sino para manifestar los consejos ocultos de Dios. La obra del Espíritu Santo es hacer que los hijos de Dios recuerden las cosas del Señor y guiarlos en su investigación de la verdad (Juan 16:13-14).
Este pasaje muestra que el Espíritu Santo no es una fuerza impersonal. Escudriñar es un atributo de personalidad que incluye pensamiento y acción. El Espíritu sabe y comprende todos los profundos planes y los consejos de Dios. Aquí hay una clara evidencia de omnisciencia y, por lo tanto, de divinidad.
11. Espíritu del hombre. Uno, y nadie más, conoce y comprende plenamente sus pensamientos íntimos, deseos, intenciones y planes. Ninguna persona puede conocerlos, a menos que uno desee revelarlos. Si uno decide revelar sus ideas, pensamientos y planes a otros, sólo podrán ser conocidos y entendidos en la medida en que sean manifestados.
Nadie. Esto incluye a seres como los ángeles.
12. Espíritu del mundo. Esta expresión quizá sea estrechamente paralela con "sabiduría. . . de este siglo" (vers. 6). Aquí se presenta al mundo como si poseyera e impartiera un espíritu que es esencialmente malo. El "espíritu del mundo" es opuesto al Espíritu de Dios. El que lo posee no halla placer en las cosas celestiales, sino que se concentra en las cosas temporales de esta vida.
El Espíritu que proviene de Dios. Una referencia al Espíritu Santo.
Para que sepamos. El propósito de Dios al dar el Espíritu es que podamos entender las cosas proporcionadas por la gracia de Dios. El Espíritu de Dios no sólo revela al hombre las bendiciones del Evangelio, sino que lleva a cabo en el ser humano la voluntad de Dios. El resultado de esta recepción del Espíritu Santo se ve en la vida que se vive en armonía con la voluntad de Dios. En una vida tal se ven los frutos del Espíritu (Gál. 5:22-23). Los que se apartan del "espíritu del mundo" quedan despojados del yo y son regenerados y refinados por el Espíritu Santo, que los induce a colocar su mira en el reino de Dios. Están capacitados para convertirse en ciudadanos del cielo.
13. Enseñadas por sabiduría humana. Las palabras y el sutil razonamiento de la filosofía griega no podían presentar correctamente las verdades de Dios.
Con las que enseña el Espíritu. Pablo era el recipiente de la instrucción comunicada por el Espíritu viviente de Dios. Reconocía que estaba bajo la dirección del Espíritu Santo y que sus pensamientos eran movidos por el Espíritu (ver HAp 204; Material Suplementario de EGW com. 2 Ped. 1:21). Puesto que la sabiduría celestial es tan diferente de todo conocimiento terrenal, debe expresarse en forma y en palabras diferentes a las que se usan en la tierra. Aquel en quien mora el Espíritu de Dios y mediante el cual obra, vive en una esfera diferente de los que están inclinados al mundo, e inevitablemente hablará en forma diferente. Un matemático expresa una verdad matemática en el lenguaje técnico de las matemáticas; un músico trata un tema musical en el vocabulario propio de la música; y las verdades espirituales se expresan con palabras y con actitudes espirituales.
Acomodando. Del Gr. sugkrínÇ, que en el NT sólo aparece aquí y en 2 Cor. 10:12, donde se ha traducido "comparar". Y en la LXX sugkrín' tiene el significado de "interpretar" (Gén. 40:8,16,22; 41:12-13, 15; Dan. 5:12,16). En el lenguaje clásico la palabra significaba "comparar", "interpretar", "combinar". Su significado en los papiros no parece concordar con el de este pasaje, pues en éstos significa "decidir", especialmente en asuntos judiciales.
La interpretación de este pasaje depende, en primer lugar, del significado que se dé a sugkríno, y en segundo lugar, del género que se le asigne a la palabra pneumatikóis, que se traduce "lo espiritual". En la forma en que se encuentra pneumatikóis, podría ser masculino o neutro. Si es masculino, se refiere a personas espirituales, o quizá a palabras espirituales; si es neutro, se refiere a cosas espirituales.
La ambigüedad del término pneumatikóis, junto con los diversos significados que pueden corresponder con sugkríno, hacen posible varias traducciones: (1) "combinando verdades espirituales con palabras espirituales"; (2) "interpretando cosas espirituales por palabras espirituales"; (3) "interpretando cosas espirituales por hombres espirituales"; (4) "comparando cosas espirituales con lo espiritual", es decir, la revelación espiritual dada antes; (5) "revistiendo el contenido espiritual con formas espirituales" (es decir, forjadas por el Espíritu).
Esta pluralidad de interpretaciones se refleja en las diversas traducciones de este pasaje en la mayoría de las versiones castellanas. La RVA, Scío de San Miguel y Torres Amat (las más antiguas) concuerdan palabra por palabra con la RVR. Pero en otras versiones se lee: "Explicando cosas espirituales con palabras [la cursiva indica que ese vocablo no está en el texto original] espirituales" (VM); "Acomodando palabras espirituales a cosas espirituales" (Versión Hispanoamericana); "Adaptando a los espirituales las enseñanzas espirituales" (NC); "Interpretando las [enseñanzas]espirituales para [hombres] espirituales" (Straubinger); "Juntando lo espiritual a lo espiritual" (Ausejo); "Expresando doctrinas espirituales en términos espirituales" (Nieto). "Adaptando lo espiritual a lo espiritual" (BC); "Así explicamos las cosas espirituales a los que sois espirituales (Dios llega al hombre); "Expresando realidades espirituales en términos espirituales" (BJ).
No se puede determinar cuál de estas interpretaciones se destacaba más en el pensamiento de Pablo. Todas concuerdan con el contexto e implican una significativa verdad espiritual.
14. El hombre natural. Falta el artículo; puede referirse a cualquier "hombre natural", es decir, el que no tiene inclinaciones espirituales; que no ha sido regenerado, cuyos intereses están reducidos a las cosas de esta vida. Un hombre tal depende de la sabiduría humana para resolver todos sus problemas. Vive para agradarse a sí mismo y para complacer los deseos del corazón inconverso, y por lo tanto es incapaz de entender y apreciar las cosas de Dios. Para él es necedad el plan de salvación, la maravillosa revelación del amor de Dios. No puede distinguir entre la filosofía terrenal y la verdad espiritual porque la sabiduría de Dios sólo la entienden los que permiten que el Espíritu Santo les enseñe.
Discernir. Gr. anakrínÇ, "examinar", "investigar"; aquí, llegar a una verdad después de un examen y un proceso de discernimiento. Comparar con el uso de anakrínÇ en Luc. 23:14; Hech. 4:9; 1 Cor. 2:15; 10:25; etc.
Espiritualmente. El hombre no puede sin ayuda espiritual captar una verdad espiritual (ver com. vers. 9-10).
15. El espiritual. Es decir, el hombre regenerado, que es iluminado por el Espíritu Santo, en contraste con el que no recibe esa iluminación.
Juzga. Gr. anakrínÇ, que se tradujo cono "discernir" en el vers. 14 (ver comentario respectivo). AnakrínÇ contiene la idea de que el hombre espiritual examina, tamiza y juzga cuidadosamente los asuntos que debe atender. Por lo tanto, guiado por el Espíritu divino llega a conclusiones adecuadas.
No es juzgado de nadie. Quizá intenten, juzgarlo, pero ningún hombre "natural" (vers. 14) o de inclinaciones mundanas puede entender los principios, sentimientos, opiniones, gozos y esperanzas del hombre espiritual, porque el corazón inconverso no puede apreciar las cosas que provienen del Espíritu de Dios.
16. Mente del Señor. La primera parte de este versículo es una cita de Isa. 40:13. El que no ha sido regenerado no puede entender las acciones divinas, por lo tanto, no está en condiciones de enseñar al hombre espiritual, que está bajo la instrucción del Espíritu Santo. Los que son espirituales tienen consigo al Espíritu Santo, que les enseña las cosas profundas de Dios.
Mente de Cristo. Mediante el Espíritu estamos unidos a Cristo, pues la presencia del Espíritu Santo es igual a la presencia de Jesús (Juan 14:16-19); por lo tanto, "tenemos la mente de Cristo" (ver Fil. 2:5).
Mediante el Espíritu Santo, Jesús vive en el creyente y obra en él y por medio de él (Gál. 2:20; Efe. 3:17; Fil. 2:13). 6CBA
COMENTARIOS DE EGW
1-16. FE 352. PREPARACIÓN PARA EL TRASLADO. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Hebreos 11:5.
"Estamos viviendo en una época de maldad. Los peligros de los últimos días aumentan a nuestro alrededor. Y por causa del aumento de la maldad el amor de muchos se enfriará.... La proximidad del tiempo nos urge a buscar la justicia. . . . Se nos presenta el caso de Enoc; él caminó trescientos años con Dios. Vivió en una época corrompida cuando en derredor de él abundaba la degeneración moral; sin embargo educó su mente para la devoción y el amor a la pureza. Su conversación se espaciaba en las cosas celestiales. Adiestró su mente en ese sentido y llevó el sello de lo divino impreso en su vida. Su mismo semblante estaba iluminado con la luz que brilla en el rostro de Jesús.
"Enoc fue tentado como nosotros. Estaba rodeado de una sociedad que no amaba la justicia más de lo que la ama la que nos rodea a nosotros. La atmósfera que respiraba estaba manchada con el pecado y la corrupción tanto como la nuestra; sin embargo vivió una vida de santidad. No permitió que los pecados prevalecientes en su época lo mancharan. Del mismo modo podemos nosotros permanecer puros e incorruptibles. El representaba a los santos que vivirán en medio de los peligros y corrupción de los últimos días. Por su fiel obediencia a Dios fue trasladado. Del mismo modo serán trasladados los fieles que vivan cuando él aparezca. Serán llevados de un mundo corrupto y pecaminoso a los goces puros del cielo."-T 2, 121, 122. 353
TM 489. LA EXPERIENCIA DE PABLO. Haríamos bien en estudiar cuidadosamente el primero y el segundo capítulos de 1 Corintios. "Nosotros predicamos a Cristo crucificado -declara el apóstol-, a los judíos ciertamente tropezadero, y a los gentiles locura; empero a los llamados, así judíos como griegos, Cristo potencia de Dios y sabiduría de Dios. Porque lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los 490 hombres. Porque mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles; antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es: Para que ninguna carne se jacte en su presencia. Más de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención: Para que, como está escrito: El que, se gloria, gloríese en el Señor". El ser humano que toma sobre sí la responsabilidad de ser sabiduría para otro se encontrará a sí mismo falto.
. "Estuve yo con vosotros -continúa Pablo-, con flaqueza, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, mas con demostración del Espíritu y de poder; para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, más en poder de Dios. Empero hablamos sabiduría entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen: más hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria: la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria".
9-10. DTG 380. Únicamente El Espíritu De Adopción Puede Revelarnos Las Cosas Profundas De Dios, que "ojo no vio, ni oído oyó, y que jamás entraron en pensamiento humano." "Pero a nosotros nos las ha revelado Dios por medio de su Espíritu; porque el Espíritu escudriña todas las cosas, y aun las cosas profundas de Dios." (1 Corintios 2:9,10 VM.). "El secreto de Jehová es para los que le 381 temen;" y el hecho de que Pedro discernía la gloria de Dios era evidencia de que se contaba entre los que habían sido "enseñados de Dios." (Salmos 25:14; Juan 6:45).
10. CC 109; CW 82; HAp 219; 2JT 308; 3JT 236, 278; OE 304; PVGM 84, 115; TM 108
10-11. CC 111 ; 2JT 308; TM 490
10-13. HAp 322
11. Ed 130; Ev 447; PVGM 340
12. OE 304. EFECTO DE LA RECEPCIÓN DEL ESPÍRITU. Cuando uno ha quedado completamente despojado del yo, cuando todo falso dios es excluido del alma, el vacío es llenado por el influjo del Espíritu de Cristo. El tal tiene la fe que purifica el alma de la contaminación. Queda conformado con el Espíritu, y obedece a las cosas del Espíritu. No tiene confianza en sí mismo. Para él, Cristo es todo y está en todo. Recibe con mansedumbre la verdad que le es constantemente revelada, y da al Señor toda la gloria, diciendo: "Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu." "Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado."*1Cor. 2:10,12.
El Espíritu revelador también obra en él los frutos de justicia. Cristo está en él, como "fuente de agua que salte para vida eterna."*Juan 4:14. Él es un sarmiento de la Vid verdadera y produce ricos racimos de fruta para gloria de Dios. ¿Cuál es el carácter del fruto producido? -El fruto del Espíritu es "caridad," no odio; "gozo," no descontento y aflicción; "paz," no irritación, ansiedad y pruebas fabricadas. Es "tolerancia, benignidad, bondad, te, mansedumbre, templanza."*Gal. 5:22,23.
Los que tienen este Espíritu son fervientes colaboradores con Dios; tienen la cooperación de los seres 305 celestiales, y sienten el peso del mensaje que llevan. Hablan palabras de sólido criterio, y del tesoro del corazón sacan cosas puras y sagradas, según el ejemplo de Cristo.
El mensaje que debemos proclamar no es un mensaje cuya declaración necesitemos rehuir. Sus defensores no deben tratar de encubrirlo, de ocultar su origen y propósito. Cómo quienes han hecho votos solemnes a Dios, y quienes han sido comisionados como mensajeros de Cristo, como dispensadores de los misterios de la gracia, nos hallamos bajo la obligación de declarar fielmente todo el consejo de Dios.
No debemos restar prominencia a las verdades especiales que nos han separado del mundo, y nos han hecho lo que somos; porque están llenas de intereses eternos. Dios nos ha dado luz acerca de lo que acontece ahora, y por la pluma y de viva voz debemos proclamar la verdad al mundo. Pero es la vida de Cristo en el alma, es el activo principio del amor impartido por el Espíritu Santo, lo único que puede hacer fructificar nuestras palabras. El amor de Cristo es la fuerza y potencia de todo mensaje que para Dios haya salido alguna vez de labios humanos.
12-15. FE 361. EL ETERNO PESO DE GLORIA. Porque lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulación, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria. 2 Corintios 4:17. "Se me mostró la gloria del cielo y los tesoros que esperan a los fieles. Todo era bello y esplendente. Los ángeles entonaron una hermosa canción, luego cesaron de cantar y tomando las coronas de sus frentes las depositaban a los pies del amante Jesús y con voces melodiosas cantaban: 'Gloria, aleluya.' Me uní a sus cantos de alabanzas y honor al Cordero, y cada vez que abría los labios para alabarlo me embargaba una inexplicable sensación de la gloria que me rodeaba. Era un sobremanera alto peso de gloria. El ángel dijo: 'El pequeño remanente que ama a Dios y guarda sus mandamientos y permanece fiel hasta el fin, disfrutará de esta gloria y estará para siempre en la presencia de Jesús y cantará con los santos ángeles.' "Luego mis ojos se apartaban de la gloria y se me hizo contemplar el remanente sobre la tierra. El ángel les dijo . . . 'Preparaos, preparaos. Debéis adquirir una mayor preparación de la que ahora tenéis, porque el día del Señor se acerca con ira y gran enojo para poner la tierra en soledad y raer de ella a los pecadores. Sacrificad todo a Dios. Poned todo sobre su altar: el yo, las propiedades y todo lo que tenéis como un sacrificio vivo. Entrar en la gloria costará la entrega de todo. Haceos tesoros en el cielo. . . . Debéis ser participantes de los sufrimientos de Cristo aquí si queréis ser participantes de su gloria en el más allá.' .
"El cielo resultará muy barato aun si lo obtenemos por medio del sufrimiento. Debemos negarnos a nosotros mismos a lo largo del camino y mantener siempre en vista su gloria."-EW 66, 67. 362
14-16 TM 491. En las próximas palabras el apóstol trae a consideración la verdadera fuente de la sabiduría para el creyente: "Empero Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las 491 cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. . . Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual".
Estas palabras significan mucho para el alma que está tratando de correr la carrera que se le ha propuesto en el Evangelio. "El hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente. Empero el espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo".
Ministerio Hno. Pio
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