jueves, 28 de octubre de 2021

861. SALUDOS, RESEÑA DEL MINISTERIO A LOS TESALONICENSES Y RELACIONES CON ELLOS: Agradecimiento Por Su Fiel Testimonio (1 TESALONICENSES 1).

1 Tesalonicenses 1. SALUDOS, RESEÑA DEL MINISTERIO A LOS TESALONICENSES: Vers. (1-4) Pablo hace saber a los tesalonicenses cuánto los recuerda en sus oraciones y da gracias a Dios por ellos, (5-10) y también cuán convencido estaba él de la sinceridad de su fe y conversión a Dios. 

1 PABLO, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 2 Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, 3 acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. 4 Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección;

5 pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. 6 Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo, 7 de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído.

8 Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada; 9 porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. (1Tesalonicenses 1)

1. Pablo. La epístola comienza con los saludos acostumbrados (ver com. Rom. 1:1). 

El apóstol no tenía necesidad de presentar una extensa introducción pues era bien conocido para sus lectores, y quizá sólo había transcurrido poco tiempo desde que había estado con ellos (ver p. 232).

Aunque Pablo asocia a Silas y a Timoteo con él, es evidente que el apóstol es el único autor de la epístola (cap. 2:18; 3:5; 4:13; 5:1,23,27). Pero al escribir continúa teniendo en cuenta a Silas y a Timoteo, y con frecuencia usa verbos en plural en los cinco capítulos de la epístola (cap. 1:2; 2:2; 3:1; 4:1; 5:12). Sus dos compañeros sin duda apoyaban todas las admoniciones que el apóstol escribió en nombre de ellos.

Silvano. Conocido con el nombre abreviado de Silas (ver com. Hech. 15:22,34,40). 

Había estado con Pablo en Filipos (Hech. 15:40-41; 16:12,19), lo había acompañado a Tesalónica (Hech. 17:1,4), había sido enviado con él a Berea (Hech. 17:10) y había permanecido en esa ciudad después de que Pablo tuvo que salir para Atenas (Hech. 17:14). Posteriormente volvió a reunirse con el apóstol en Corinto (ver com. Hech. 18:5; cf. 2 Cor. 1:19). Se lo menciona antes que a Timoteo quizá por ser mayor y por haber estado asociado con Pablo durante más tiempo.

Timoteo. Transliteración del Gr. Timótheos. Ver com. Hech. 16:1. 

Era del distrito de Derbe y Listra, había acompañado a Pablo en el segundo viaje misionero (Hech. 16:1-3) y había participado del ministerio de Pablo en Filipos, Tesalónica y Berea (ver com. Hech. 17:14). El joven evangelista había sido enviado a la congregación de Tesalónica, y su informe de la condición de la iglesia fue el motivo inmediato que influyó en Pablo para escribir la epístola (1Tes. 3:1,6).

Iglesia. Gr. ekkl'sía (ver com. Mat. 18:17). Pablo dirige su carta al conjunto de creyentes de Tesalónica, similares a los que en otros pasajes llama "santos" (Rom. 1:7; etc.). No menciona a los principales dirigentes de la iglesia como lo hace en su Epístola a los Filipenses (cap. 1:1).

Tesalonicenses. La costumbre de Pablo (Rom. 1:7; 1 Cor. 1:2; 2 Cor. 1:1; Efe. 1:1; Fil. 1:1; Col. 1:2) era nombrar la ciudad en la cual se reunía una determinada iglesia, pero aquí y en 2 Tes. 1:1 se dirige a "los tesalonicenses". Es difícil apreciar una diferencia significativa en este trato diferente; sin embargo, algunos han sugerido que, de esta manera, Pablo tenía el propósito de incluir no sólo a los que residían en la ciudad sino también a los que estaban comprendidos en una zona más amplia. No se sabe cuán numerosa era la iglesia de Tesalónica; según Hech. 17:4 se deduce que su feligresía inicial era grande.

En Dios. La iglesia puede existir únicamente si está fundada "en Dios" y si sus miembros están unidos con él (cf. com. Rom 1:7; Efe. 1:1; Fil. 1:1).

Padre. Cf. com. Rom. 1:7. En cuanto al significado de la paternidad de Dios en este pasaje, compárese con los saludos de Pablo en otras epístolas.

En el Señor Jesucristo. Así se indica que la iglesia existe no sólo en virtud de su unión con Dios sino también debido a su unión con el Hijo (ver com. Rom. 8:1; 1 Cor 1:2). El doble título "Señor Jesucristo" refleja la cristología de Pablo, y su comprensión de la naturaleza de Cristo. Sabía que su Maestro era el Señor y que el Salvador era divino-humano (ver com. Fil. 2:5).

Gracia. Gr. járis (ver com. Rom. 1:7)

Paz. Ver com. Rom. 1:17

De Dios. En algunos MSS antiguos se omite el resto de este versículo, comenzando con las palabras "de Dios". Sin embargo, la evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el texto como aparece en la RVR, reconociendo que posiblemente pudo haberlas añadido algún copista posterior que las tomó de 2Tes. 1:2. Esta parte final la omiten la BJ, BC, BA y NC.

2. Damos siempre gracias. Ya sea que Pablo use el verbo en plural refiriéndose únicamente a sí mismo, o escribe también en nombre de Silas y Timoteo, el significado es claro. Cuando él y sus compañeros recibieron el informe de Timoteo en cuanto a las condiciones reinantes en Tesalónica, se llenaron de agradecimiento y expresaron su gratitud a Dios que obraba mediante ellos. Por todos vosotros. El tacto de Pablo se trasluce en las páginas de su epístola. No quería que nadie se sintiera omitido; procuraba que todos estuvieran incluidos en sus saludos; hacía cuidadosas enumeraciones cuando mencionaba personas por nombres (ver com. Fil. 1:4; cf. Rom. 16:1-15; Col. 4:7-17).

En nuestras oraciones. O "al orar". Esta frase define la palabra "siempre". Sin duda Pablo y sus compañeros tenían ciertas horas fijas dedicadas a la oración, y entonces intercedían por los cristianos de Tesalónica mencionándolos en forma individual, y ocupándose de su bienestar.

3. Acordándonos sin cesar. Pablo recordaba lo que él había visto en Tesalónica y lo que después Timoteo le había informado (cap. 3:6). El recuerdo continuo del carácter cristiano de los miembros de iglesia y de sus frutos era la razón para que su mención de ellos en oración siempre tomara la forma de agradecimiento a Dios.

Delante del. Los nuevos creyentes de Tesalónica, que sufrían persecuciones, vivían en la presencia de Dios. Su fe, amor y esperanza eran genuinos no sólo delante de los hombres sino también a la vista de Dios, el Escudriñador de los corazones. Pablo también puede haber pasado del pensamiento de la salvación mediante Cristo al día del juicio, cuando los tesalonicenses comparecerían delante de su Hacedor sin ningún motivo para sentir temor.

La obra de vuestra fe. Pablo se concentraba en tres destacadas virtudes que poseían los tesalonicenses: fe, amor y esperanza. En Col. 1:4-5; 1 Tes. 5:8 y especialmente en su célebre exposición sobre el amor (1 Cor. 13), destaca estas tres virtudes como los elementos fundamentales del carácter cristiano. Aquí se ocupa de las evidencias externas de esas virtudes, pues habla de lo que observó cuando estuvo en medio de ellos y lo que ahora recuerda. "Obra de vuestra fe" es una expresión que se refiere a las actividades espirituales o temporales inspiradas por la fe. Esta frase revela la naturaleza práctica de la verdadera fe que se manifiesta mediante obras de carácter cristiano.

Trabajo. Gr. kópos, "dificultad", "trabajo", lo que denota intenso esfuerzo unido a empeño y dificultades.  "Trabajo de. . . amor" significa aquí el esfuerzo que impulsa el amor y que voluntariamente acepta y soporta dificultades y penalidades por la salvación de otros. Pablo se regocija, pues como la iglesia estaba expuesta a múltiples maltratos sus miembros se prestaban ayuda mutua con esfuerzos diligentes y sacrificio. Esa amante solicitud por el bienestar ajeno, así como la ardiente fe de ellos, era una prueba convincente de que su conversión era genuina (HAp 212).

Constancia. Gr. hupomon', "paciencia", "perseverancia" (ver com. Rom. 2:7).

Esperanza. Pablo se refiere a una paciente perseverancia sostenida por la esperanza que deriva de la fe cristiana. Esta esperanza no es un optimismo vago sino "esperanza en nuestro Señor Jesucristo"; es decir, esperanza centralizada en Cristo, la esperanza de salvación en el Redentor (cap. 5:8-9), la esperanza de su pronta venida para la liberación de ellos (1 Tes. 4:13-18; cf. Tito 2:13). Su paciencia y firmeza derivaban de la esperanza. En vista de la gloria futura, podían soportar su sufrimiento con más regocijo. La esperanza es el ancla del alma (Heb. 6:19).

4. Conocemos. Referencia a un hecho que se da generalmente por sentado (cf. com. Rom. 3:19). Hermanos. Este término se usa 19 veces en esta epístola, en singular o plural, para mostrar el gran afecto de Pablo por los cristianos de Tesalónica.

Amados de Dios. Comprende el amor del apóstol y el de Dios por los creyentes de Tesalónica (cf. Rom. 1:7; 2 Tes. 2:13).

Elección. Gr. eklog', "el proceso de elección" (ver com. Rom. 9:11). Dios había elegido a los creyentes de Tesalónica para la salvación mediante "la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad" (2 Tes. 2:13). El apóstol no está hablando de la elección final o absoluta de la iglesia entera, como se deduce de su expresión posterior de temor de que algunos de ellos pudieran haber sido vencidos por la tentación y el trabajo de Pablo hubiera sido en vano (1 Tes. 3:5). Un estudio más amplio de la elección y la predestinación aparece en com. Juan 3:17-19; Rom. 8:29; 9:11; 11:5; Efe. 1:4-14; 3:11. En las Escrituras no hay ninguna declaración que apoye la enseñanza de que Dios ha predestinado a algunas personas para la vida eterna, de lo cual se deduciría fácilmente que Dios ha predestinado al resto de la humanidad para la fatídica destrucción eterna.  La doctrina bíblica de la elección implica la voluntad de Dios y la del hombre en acción conjunta.

5. Evangelio. Gr. euaggélion (ver com. Mar. 1:1). Pablo está hablando del Evangelio que le había sido confiado a él y a sus compañeros (1 Tes. 2:4), y que ellos proclamaran fielmente. En la sinagoga de Tesalónica Pablo abrió las Escrituras del AT y predicó de un Mesías que sufriría y moriría por los pecados de la humanidad, pero que sería resucitado de los muertos; por lo tanto, Jesús era el Cristo (Hech. 17:2-3; HAp 182-184). El poder de ese Evangelio fue demostrado por las muchas vidas que fueron transformadas al ser aceptado (Hech. 17:4).

En palabras solamente. El apóstol empleaba palabras para transmitir el Evangelio, pero la manifestación de ese Evangelio no terminaba sólo con palabras. Estas eran acompañadas con manifestaciones de poder espiritual.

Sino también. Esta expresión, añadida a la precedente, destaca el contraste entre "palabras" y "hechos" inspirados por el Espíritu.

Poder. Gr. dúnamis (ver com. Luc. 1: 35). Ver com. 1 Cor. 2:4; 4:20, donde se contrasta "palabras" con "poder". Aunque el período del ministerio de Pablo en Tesalónica fue breve (Hech. 17:1-4), dio lugar a muchos milagros y manifestaciones del poder del Evangelio, aun cuando se dan pocos detalles en el registro sagrado.

Espíritu Santo. La frase "en el Espíritu Santo" implica que el Evangelio llegó a los tesalonicenses mediante la acción del Espíritu, en una atmósfera condicionada por el Espíritu, de manera que verdaderamente podría decirse que la influencia del Espíritu Santo saturó toda esa acción. De ese modo Pablo rehuyó aceptar que cualquier mérito personal fuera responsable del triunfo del mensaje evangélico.

Certidumbre. Es decir, "persuasión" o "convicción". El Evangelio fue predicado persuasiva y convincentemente porque Pablo y sus compañeros sabían que recibían poder del Espíritu Santo.

Como bien sabéis. Pablo recurre al conocimiento personal de los tesalonicenses en cuanto al comportamiento de los que habían sido misioneros entre ellos. Un hombre debe tener la conciencia limpia antes de referirse a su propia conducta. Pablo nunca sintió temor de referirse a su propia conducta entre sus conversos. Las diversas referencias que hizo a la vida que vivió en Tesalónica (cap. 2:1-2, 5, 9-11) podrían significar que algunos estaban tergiversando su comportamiento y tratando de debilitar su influencia. El hizo frente a esas tergiversaciones afirmando que no sólo los sermones sino también las vidas de los evangelistas predicaban el Evangelio, y que esto había sido hecho para el bien de los mismos tesalonicenses.

6. Imitadores. Cf. com. 1 Cor. 4:16; Efe. 5:1. Pablo presenta el hecho de que llegaron a ser imitadores del Señor como una razón adicional para saber que Dios los había elegido para la salvación. Pablo había predicado con el poder del Espíritu Santo, y los tesalonicenses también habían recibido el mensaje con gozo del Espíritu Santo. Por lo tanto, sentían grandes deseos de cumplir la voluntad de Dios.

Del Señor. Pablo no había dejado a los tesalonicenses sólo un ejemplo humano. También les había ayudado para que fueran imitadores de su Señor. El apóstol siempre procedía así (cf. 1 Cor. 11:1); y por eso, cuando sus conversos quedaban privados de su compañía personal, podían continuar con sus ojos puestos en Cristo, el ejemplo perfecto.

Recibiendo. Del verbo griego déjomai, que implica recibir con buena voluntad, dar la bienvenida; "abrazando" (BJ); "acogiendo" (BC).

Tribulación. Gr. thlípsis (ver com. Rom. 5:3). Los miembros de la iglesia de Tesalónica se hicieron cristianos en medio de una gran oposición (Hech. 17:5-9; 1 Tes. 2:14). En la iglesia primitiva la conversión generalmente demandaba valor personal y mucha abnegación, pues con frecuencia los nuevos conversos eran cruelmente perseguidos (ver com. Mat. 24:21). 

Esa persecución era en realidad una bendición, pues servía para refinar y purificar a la iglesia y hacía que sus miembros disfrutaran de una comunión más íntima con Cristo (HAp 211-212). Aunque la aflicción era dura, no desanimaba a los conversos; al contrario, su sufrimiento estaba acompañado por el gozo impartido por el Espíritu Santo (cf. Gál. 5:22).

7. Ejemplo. Gr. túpos (ver com. Rom. 5:14). Esos creyentes habían puesto por modelo de su vida a los apóstoles y al Señor. A su vez se habían convertido en modelos o ejemplos para que los imitaran otros cristianos. Eran un ejemplo en cuanto a la firmeza con que seguían el cristianismo y el celo con que divulgaban sus enseñanzas. El buen ejemplo de los tesalonicenses inmediatamente después de su conversión, destaca la calidad de su testimonio cristiano.

Macedonia y. . . Acaya. Las dos provincias en que fue dividida Grecia cuando quedó bajo el dominio romano en el año 146 a. C. (ver t. VI, el mapa frente a p. 33). El testimonio de Pablo demuestra cuán ampliamente se propagó la influencia de los fieles tesalonicenses entre otros cristianos.

8. Divulgada. Del verbo griego ex'jéÇ, "proclamar", "resonar", "ha resonado" (BJ, BA, BC). Palabra del Señor. Es decir, el Evangelio que los tesalonicenses habían recibido con tan buena voluntad y que a su vez estaban transmitiendo a otros (HAp 207-208).

En todo lugar. Tesalónica era una gran ciudad comercial, desde donde eran llevados los informes de estos fervientes cristianos no sólo a otras partes de Grecia, sino también a países distantes. Pablo estaba entonces en Corinto, puerto marítimo de mucha actividad, por lo tanto, fácilmente podía recibir informes de las labores de sus conversos.

Fe en Dios. La mayoría de estos creyentes antes habían sido paganos (vers. 9). Ahora demostraban por medio de sus vidas cristianas consecuentes y también con su celo misionero, que tenían una fe verdadera en Dios y en su mensaje evangélico. Su testimonio era tan inconfundible que no era necesario que Pablo y sus compañeros le añadieran algo. Los tesalonicenses difícilmente podían recibir una mejor alabanza.

9. Ellos mismos. Es decir, los que enviaron su informe al apóstol. Por su propia iniciativa, esas personas refirieron a Pablo el gran cambio que se había efectuado en Tesalónica debido a su ministerio. Este testimonio era aún más valioso que cualquier otro que dieran los mismos tesalonicenses.

Convertisteis de los ídolos. Pablo acababa de regresar de Atenas, donde "su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría" (ver com. Hech. 17:16); por lo tanto, estaba muy impresionado por la forma en que los tesalonicenses habían abandonado sus ídolos para volverse al Dios verdadero.

A Dios. Compárese con la expresión "fe en Dios" (vers. 8). Los tesalonicenses habían dado la espalda a los ídolos y estaban frente a Dios. 

Servir. Gr. douléuÇ, "ser esclavo", "prestar obediencia" (cf. com. Rom. 1:1). La flexión del verbo griego da el sentido de algo continuo: "seguir siendo esclavo".

Verdadero. Gr. al'thinós, "genuino", "real". Se contrasta al Dios viviente y real con los ídolos falsos e inconscientes. Pablo y sus conversos comprendían la inapreciable superioridad de la religión cristiana viviente sobre todas las otras religiones.

10. Esperar. O "continuar esperando".

De los cielos. Cf. com. Fil. 3:20. El propósito de la vida de los conversos de Pablo era doble: servir a Dios y esperar el regreso de Cristo. El apóstol pone un énfasis constante en esta epístola en la magna doctrina del segundo advenimiento de nuestro Señor (1Tes. 1:10; 2:19; 3:13; 4:13-18; 5:23). 

¡Qué influencia tan eficaz había tenido esta "esperanza bienaventurada" (Tito 2:13) en las vidas de los creyentes de Tesalónica! Vivían esperando el retorno de su Señor. Sin embargo, no esperaban ociosamente, pues combinaban la actividad con su espera. Eran tan ardientes en su esperanza de ser prontamente liberados de sus perseguidores mediante la intervención gloriosa de su Señor, que temían que la muerte privara a alguno de ellos del gran gozo de reunirse con él personalmente (cf. HAp 209).

Su Hijo. Esta es la única vez que en esta epístola se menciona a Cristo como el Hijo de Dios, lo que contrasta en forma llamativa con las frecuentes referencias que hay en Romanos y Gálatas (Rom. 1:3-4; Gál. 1:16; etc.).

Al cual resucitó. En su Epístola a los Romanos el apóstol presenta la resurrección de Jesús como una prueba de que Cristo es el Hijo de Dios (ver com. Rom. 1:4); y en ésta, que probablemente es la primera de sus epístolas, no vacila en seguir el mismo razonamiento, reconociendo a Cristo como el Hijo de Dios resucitado.

Nos libra. Mejor "nos está librando". 

Es cierto que el acto vital de la liberación se realizó en el Calvario, pero el proceso de la liberación es continuo, y sólo se completará con la segunda venida de Cristo, cuando los que hayan aceptado la obra del Salvador serán salvados para siempre de las garras del pecado (cf. com. Mat. 1:21; Rom. 11:26).

La ira venidera. El uso del artículo "la" indica una manifestación particular del desagrado divino, de su "ira" (ver com. Mat. 3:7; Rom. 1:18).

En cuanto al significado de "ira" (org'), ver com. Rom. 2:8; cf. com. Rom. 1:18. 

El Evangelio libra de la ira venidera (Rom. 5:9). A los que creen su mensaje y aceptan sus estipulaciones, se les concede vida eterna, y la ira de Dios no permanece más sobre ellos (ver com. Juan 3:36; 5:24; 1 Juan 3:14). (7CBA)

COMENTARIOS DE EGW

2-3. HAp 207; 6-10. HAp 2O8. LA LLEGADA DE SILAS Y TIMOTEO DESDE MACEDONIA, durante la permanencia de Pablo en Corinto, había alegrado grandemente al apóstol. Ellos le trajeron buenas nuevas de la "fe y caridad" de aquellos que habían aceptado la verdad durante la primera visita de los mensajeros evangélicos a Tesalónica. El corazón de Pablo simpatizaba tiernamente con esos creyentes, que, en medio de la prueba y la adversidad, habían permanecido fieles a Dios. Anhelaba visitarlos en persona, pero como no podía hacerlo entonces, les escribió.

EN ESTA CARTA A LA IGLESIA DE TESALÓNICA, El Apóstol Expresa Su Gratitud A Dios Por Las Alegres Nuevas De Su Aumento De Fe.

"HERMANOS ­ESCRIBIÓ,­ recibimos consolación de vosotros en toda nuestra necesidad y aflicción por causa de vuestra fe: porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor. Por lo cual, ¿qué hacimiento de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, orando de noche y de día con grande instancia, que veamos vuestro rostro, y que cumplamos lo que falta a vuestra fe?"

"DAMOS SIEMPRE GRACIAS A DIOS POR TODOS VOSOTROS, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones; sin cesar acordándonos delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, y del trabajo de amor, y de la tolerancia de la esperanza del Señor nuestro Jesucristo." Muchos de los creyentes de Tesalónica se habían vuelto "de los ídolos . . . al Dios vivo y verdadero." Habían recibido "la palabra con mucha tribulación;" y sus corazones estaban llenos 208 del "gozo del Espíritu Santo." El apóstol declaró que por su fidelidad en seguir al Señor, eran "ejemplo a todos los que" habían "creído en Macedonia y en Acaya."

ESTAS PALABRAS DE ALABANZA NO ERAN INMERECIDAS; "porque de vosotros escribió ­ha sido divulgada la palabra del Señor no sólo en Macedonia y en Acaya, más aún en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido."

LOS CREYENTES TESALONICENSES ERAN VERDADEROS MISIONEROS. Sus corazones ardían de celo por el Salvador que los había librado del temor y "de la ira que ha de venir." Por la gracia de Cristo, se había producido una maravillosa transformación en sus vidas; y la palabra del Señor, hablada por ellos, era acompañada de poder. Los corazones eran ganados por las verdades presentadas, y almas eran añadidas al número de los creyentes.

EN ESTA PRIMERA EPÍSTOLA, Pablo se refirió a su manera de trabajar entre los tesalonicenses. Declaró que no había tratado de ganar conversos por medio del engaño o dolo. "Según fuimos aprobados de Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, el cual prueba nuestros corazones. Porque nunca fuimos lisonjeros en la palabra, como sabéis, ni tocados de avaricia; Dios es testigo; ni buscamos de los hombres gloria, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. Antes fuimos blandos entre vosotros como la que cría, que regala a sus hijos: tan amadores de vosotros, que quisiéramos entregaros no sólo el evangelio de Dios, más aun nuestras propias almas; porque nos erais carísimos."

"Vosotros sois testigos, y Dios ­continúa el apóstol,­ de cuán santa y justa e irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creísteis: así como sabéis de qué modo exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, como el padre a sus hijos. Y os protestábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria. "Por lo cual, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, de que habiendo recibido la palabra de Dios que oísteis 209 de nosotros, recibisteis no palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, el cual obra en vosotros los que creísteis."

Ministerio Hno. Pio


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