Jeremías 18:1-17. Desde los versículos (1-10) Es el poder absoluto de Dios sobre las naciones, se simboliza con el alfarero y su obra. Del (11-17) Amenaza de juicios contra Judá por su inaudita apostasía.
1 PALABRA de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2 Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. 3 Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. 4 Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. 5 Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
6 ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. 7 En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. 8 Pero si esos pueblos se convirtieron de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, 9 y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. 10 Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.
11 Ahora, pues, habla luego a todo hombre de Judá y a los moradores de Jerusalén, diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo dispongo mal contra vosotros, y trazo contra vosotros designios; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejore sus caminos y sus obras. 12 Y dijeron: Es en vano; porque en pos de nuestros ídolos iremos, y haremos cada uno el pensamiento de nuestro malvado corazón. 13 Por tanto, así dijo Jehová: Preguntad ahora a las naciones, quién ha oído cosa semejante. Gran fealdad ha hecho la virgen de Israel.
14 ¿Faltará la nieve del Líbano de la piedra del campo? ¿Faltarán las aguas frías que corren de lejanas tierras? 15 Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a lo que es vanidad, y ha tropezado en sus caminos, en las sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino transitado, 16 para poner su tierra en desolación, objeto de burla perpetua; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y meneará la cabeza. 17 Como viento solano los esparciré delante del enemigo; les mostraré las espaldas y no el rostro, en el día de su perdición. (Jeremías 18).
1. Palabra. Este mensaje no lleva fecha, pero parece que hubiera una estrecha relación entre los cap. 18 y 19, y probablemente podría situarse alrededor del año 605/604 a. C. (ver com. cap. 19: 1).
3. La rueda. Heb., "las dos ruedas". Algunas ruedas de alfarería de la antigüedad tenían dos discos, uno encima del otro. El disco de abajo se hacía girar con los pies, y en el de arriba se ponía la arcilla que el alfarero moldeaba con sus manos mientras giraba la rueda.
4. Se echó a perder. Ver com. cap. 13: 7. La hizo otra vasija. El alfarero la remodeló y transformó en otra vasija.
6. ¿No podré yo? Dios le habla a la nación de Israel, y no a las personas en forma individual. No se refiere a la salvación personal, sino a la relación del pacto que existía entre la nación y Dios (vers. 7). Todo el trato de Dios con su pueblo se había basado hasta ese momento en el llamado que se había hecho a Israel para que diera testimonio de la voluntad divina revelada (Rom. 3: 1-2), y para que fuera un instrumento especial de Dios para la salvación del mundo (Gén. 12: 1-3; Deut. 4: 6-9, 20; 7: 6-14; ver PP. 28-30). Dios había dicho claramente a su pueblo que la estricta obediencia de ellos era el requisito indispensable para que él pudiera concederles sus favores y convertirlos en bendición para otros (Deut. 28: 1-14). También había dicho que su desobediencia inevitablemente traería una maldición y el rechazo final de Israel como nación escogida (Deut. 28: 15, 63-66). Ahora Dios confirma por medio de Jeremías lo que ya había dicho por intermedio de Moisés, y añade la advertencia de que la desobediencia del pueblo invalidaría las promesas de bendición, pero le asegura que el arrepentimiento sincero dejará sin validez sus amenazas de repudio (Jer. 18: 7-10). En cuanto a los principios sobre los cuales se basa el trato de Dios con las naciones, ver com. Dan. 4: 17; com. Exo. 9: 16-17.
Como el barro. Israel, como nación, había entrado voluntariamente en la relación del pacto (Exo. 19: 3-8; 24: 3-8). Al hacerlo, los israelitas aceptaron a Dios como su Rey (1 Sam. 8: 7), para que dirigiera los asuntos de la nación de tal modo que por medio de ellos se lograra la salvación de todo el mundo (Juan 4: 22; ver PP. 28-32). Su propia elección los había hecho semejantes a la arcilla en manos del alfarero. En tiempos de Jeremías el barro se echó "a perder en su mano" (Jer. 18: 4), y como Supremo Alfarero, Dios habría tenido razón para desecharlos como nación. Pero por causa de su misericordia, estuvo dispuesto a tomar el inútil vaso, de arcilla y hacer de él "otra vasija" (vers. 4). Todo lo que se había prometido podría cumplirse si tan sólo el pueblo aprendía a amar y a servir a Dios (Zac. 6: 15; cf. Isa. 54: 7; Eze. 36: 11; 43: 10-11; Miq. 6: 8; Zac. 10: 6; ver PP. 33-35).
https://ministeriohnopio1.blogspot.com/2020/09/el-papel-de-israel-en-la-profecia-del.html
7. Para arrancar. Estas palabras deben haber recordado a Jeremías su vocación al ministerio profético (cap. 1: 10). Dios afirma que el destino de todas las naciones está en sus manos (Sal. 103: 19; Dan. 2: 20-21; 4: 25).
8. Se Convirtieron De Su Maldad. Aquí se señala la profunda verdad de que éste es un universo regido por la ley moral, y las naciones permanecen firmes o caen según sea su relación con dicha ley. Si una nación procede con rectitud y sigue leyes de justicia y misericordia, "prosperará" (Sal. 1: 3). Pero si en la nación impera la tiranía, si se entrega por completo a la adquisición de valores materiales y seculares, y descuida las normas de honradez, tanto en lo nacional como en lo internacional, "perecerá" (Sal. 1: 6). Aún quedaba tiempo para que Judá se arrepintiera. Yo me arrepentiré. Ver com. Gén. 6: 6; Joel 2: 13.
10. Del bien. Los judíos no debían pensar que por ser el pueblo escogido de Dios tenían asegurada la continuidad del favor divino, sin importar que actuaran en armonía con la voluntad divina o no.
11. Yo dispongo. En hebreo se emplea el verbo yatsar, el mismo que se usa para referirse a la obra del alfarero: "formar" (ver com. Gén. 1:1). Dios está preparando o dando forma al juicio contra su pueblo; sin embargo, aún hay tiempo para que cada uno se convierta "de su mal camino".
12. Es en vano. El pueblo de Judá no pronunció estas palabras. Estas son una repetición divina, un eco de lo que el pueblo decía en su corazón y con sus hechos. Es evidente que estas palabras no expresan desesperación, sino el rechazo desafinaste del ofrecimiento divino de misericordia que aparece en el versículo anterior. Era como si los apóstatas dijeran: "No acaricies la esperanza de que haremos como tú quieres" (cf. cap. 2:25). Pensamiento. Mejor, "dureza", "obstinación".
13. Preguntad. Ver cap. 2: 10-11. Paradójicamente, mientras que los paganos habían sido leales a su falso culto, los israelitas, habían sido desleales para con Dios. Virgen. Heb. bethulah (ver com. Isa. 7: 14). Vocablo que muestra vívidamente la vergüenza del adulterio espiritual de Israel (Jer. 14: 17; Eze. 16).
14. ¿Faltará la nieve? El pensamiento implícito es que la fuerza del Señor, en la cual su pueblo debería haber confiado, era como la constante nieve del Líbano.
¿Faltarán las aguas? "¿Se agotarán?" (BJ). Las corrientes de aguas frías que descendían de las alturas distantes o del extranjero nunca se secaban.
15. Ha tropezado. En hebreo se emplea la forma verbal causativa, la cual se traduciría mejor, "han hecho tropezar". Se alude así a los falsos maestros y profetas que habían descarriado al pueblo (cap. 14: 13-18).
En las sendas antiguas. Las "sendas antiguas" de las cuales se ha apartado el pueblo representan la fe de los patriarcas, confirmada por el tiempo (ver com. cap. 6:16). Abandonaron las sendas seguras para andar por caminos tortuosos (en hebreo se emplean términos diferentes para hacer resaltar esta distinción). ¿Cómo, pues, podía esperar Judá andar sin tropezar?
16. Desolación. Heb. "lo que causa horror". La invasión inminente despoblaría en gran manera el país. La traducción "se asombrará", deriva de la misma raíz hebrea y bien podría traducirse "se espantará" o "se horrorizará".
Objeto de burla perpetua. Heb. "silbo eterno". Esta expresión idiomática denota continuo desprecio.
Meneará la cabeza. Mejor, "sacudirá la cabeza". No como expresión de burla, sino como manifestación de lástima por la desolación del país.
17. Viento solano. El temido viento del desierto, caluroso, opresivo, cargado de polvo (ver com. Jer. 4: 11; cf. Sal. 48: 7; Jon. 4: 8).
Les mostraré las espaldas. La luz del "rostro" de Dios es plenitud de gozo y paz (Núm. 6:25-26), y no ver más que las espaldas equivalía a quedar en las sombras de la angustia. Esto ocurre como una justa retribución para los que le habían dado la espalda a Dios (cf. Jer. 2: 27). 4CBA/Ministerio Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario