lunes, 30 de noviembre de 2020

456. PROFECÍAS REFERENTES A JUDÁ Y JERUSALÉN: DESLEALTAD Y CASTIGO DE JUDÁ: Los Recabitas (JEREMÍAS 35).

Jeremías 35. Presenta Un Hecho Singular En Medio De La Apostasía General Del Pueblo. La “Lección De Fidelidad De Los Recabitas”.

Vers. (1-11) Por la obediencia de los recabitas, (12-17) Jeremías condena la desobediencia del pueblo. (18-19) Dios bendice a los recabitas por su obediencia.

1 PALABRA de Jehová que vino a Jeremías en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo: 2 Ve a casa de los recabitas y habla con ellos, e introdúcelos en la casa de Jehová, en uno de los aposentos, y dales a beber vino. 3 Tomé entonces a Jaazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos, a todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas; 4 y los llevé a la casa de Jehová, al aposento de los hijos de Hanán hijo de Igdalías, varón de Dios, el cual estaba junto al aposento de los príncipes, que estaba sobre el aposento de Maasías hijo de Salum, guarda de la puerta.

5 Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije: Bebed vino. 6 Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos; 7 ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la retendréis; sino que moraréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros habitáis. 

8 Y nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó, de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras hijas; 9 y de no edificar casas para nuestra morada, y de no tener viña, ni heredad, ni sementera. 10 Moramos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas las cosas que nos mandó Jonadab nuestro padre. 11 Sucedió, no obstante, que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió a la tierra, dijimos: Venid, y ocultémonos en Jerusalén, de la presencia del ejército de los caldeos y de la presencia del ejército de los de Siria; y en Jerusalén nos quedamos.

12 Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 13 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y di a los varones de Judá, y a los moradores de Jerusalén: ¿No aprenderéis a obedecer mis palabras? Dice Jehová. 14 Fue firme la palabra de Jonadab hijo de Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han bebido hasta hoy, por obedecer al mandamiento de su padre; y yo os he hablado a vosotros desde temprano y sin cesar, y no me habéis oído. 15 Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis. 16 Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no me ha obedecido.

17 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí traeré yo sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que contra ellos he hablado; porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no han respondido. 18 Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Por cuanto obedecisteis al mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó; 19 por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No faltará de Jonadab hijo de Recab un varón que esté en mi presencia todos los días. (Jeremías 35).

1. En días de Joacim. (609-598 AC) El caso aquí registrado tuvo lugar en un momento anterior del ministerio de Jeremías, poco antes de que los babilonios atacaron a Jerusalén (ver PR 311). 

2. Recabitas. El progenitor de esta familia había sido Jonadab (vers. 6), quien vivió en tiempos de Jehú, rey de Samaria (841-814 a. C.), unos 240 años antes de esta fecha. Es evidente que la influencia de Jonadab era tan grande que Jehú se alegró de tenerlo de su parte, y Jonadab se sintió igualmente feliz de estar con Jehú, a causa de su "celo por Jehová" (2 Rey. 10: 15-16). Jonadab insistió en que sus seguidores se amoldaran a un estilo de vida muy austero.

4. El Aposento. Estos aposentos o cámaras, parte del edificio del templo (1 Rey. 6: 5), evidentemente habían sido asignados a sacerdotes o profetas de importancia. Uno es llamado "aposento de los hijos de Hanán". La frase "varón de Dios" implica que el tal era profeta (1 Sam. 2: 27; 1 Rey. 13: 1; 20: 28; 2 Rey. 4: 7, 9).

Los Príncipes. Sin duda algunos dignatarios oficiales que no eran sacerdotes, pero que residían en los recintos del templo (cap. 36:10). Maasías. Probablemente el padre de Sofonías, "segundo sacerdote" (cap. 21: 1; 29: 25; 52: 24).

6. No Beberemos Vino. Los recabitas eran nazareos de por vida (ver com. Núm. 6: 2-5). Vivían apartados, lejos de las ciudades, y se abstenían de adquirir propiedades.

11. Cuando Nabucodonosor. Los recabitas, como si estuvieran pidiendo disculpas, explicaron que se habían visto obligados a refugiarse por un tiempo en la ciudad de Jerusalén con otros habitantes de la campiña de Judá, por causa de la invasión babilónico (Jer. 4: 6; 8: 14; cf. 2 Rey. 24: 1-2).

13. Jehová De Los Ejércitos. Ver com. cap. 7:3. ¿No Aprenderéis? En agudo contraste con los recabitas, quienes habían persistido lealmente durante siglos en obedecer el precepto de Jonadab su padre, "los varones de Judá" y "los moradores de Jerusalén", a pesar de que pretendían ser hijos de Dios, se negaban persistentemente a hacer caso al consejo divino (ver com. cap. 7: 13).

15. Desde Temprano. Ver com. cap. 7: 13.

17. Les Hablé. Muchos de los maestros y profetas de Dios (Prov. 1: 24; Isa. 65: 12; 66: 4; Jer. 7: 13; 25: 4-7; etc.) afirmen repetidas veces que esta queja del Señor es plenamente justificada.

18. Por Cuanto Obedecisteis. Dios aprueba aquí, específicamente, la constancia y la fidelidad que demostraban los recabitas al ceñirse a una prescripción humana.

19. No Faltará... Varón. Por supuesto, tales promesas dependían de la continua fidelidad de los descendientes (ver com. 1 Rey. 2: 4). La lealtad de los hijos de Recab a la vida de austeridad que les había ordenado su antepasado era un severo reproche para el pueblo apóstata y libertino de Judá. (4CBA) Ministerio Hno. Pio


domingo, 29 de noviembre de 2020

12. TRIUNFANTES EN EL ESPÍRITU. (RECIBIRÉIS PODER: Persona, Presencia Y Obra Del Espíritu Santo) EGW/REFLEXIONES EN AUDIO/MHP

455. PROFECÍAS REFERENTES A JUDÁ Y JERUSALÉN: DESLEALTAD Y CASTIGO DE JUDÁ: Una Breve Y Profana Reforma Y Conversión (JEREMÍAS 34).

Jeremías 34. Es La Predicción De La Suerte De Jerusalén Y De Sedequías (1-7), Y La Condenación De Judá Por Faltar A Su PalabraDonde Los Príncipes Y El Pueblo Liberan A Sus Siervos, Pero, Contra El Pacto De Dios, Los Sujetan De Nuevo. Por su desobediencia y la de Sedequías, Jeremías los entrega en manos de sus enemigos (8-22)

Está a pocos días de ser tomado Jerusalén. Y por conveniencia los potentados acceden a dejar libre a sus esclavos y luego se arrepienten profanando su palabra empeñada… cuando ven que el peligro desaparece, donde Nabucodonosor se aleja brevemente…

¿Por qué no nos gusta escuchar y obedecer? Antes de estos acontecimientos, Dios les había dicho, que si eran obedientes a sus leyes. Esta ciudad seguiría funcionando normalmente y existiría para siempre. (Jer. 17:19-27).

1 PALABRA de Jehová que vino a Jeremías cuando Nabucodonosor rey de Babilonia y todo su ejército, y todos los reinos de la tierra bajo el señorío de su mano, y todos los pueblos, peleaban contra Jerusalén y contra todas sus ciudades, la cual dijo: 2 Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Ve y habla a Sedequías rey de Judá, y dile: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entregaré esta ciudad al rey de Babilonia, y la quemará con fuego; 3 y no escaparás tú de su mano, sino que ciertamente serás apresado, y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y te hablará boca a boca, y en Babilonia entrarás. 4 Con todo eso, oye palabra de Jehová, Sedequías rey de Judá: Así ha dicho Jehová acerca de ti: No morirás a espada. 5 En paz morirás, y así como quemaron especias por tus padres, los reyes primeros que fueron antes de ti, las quemarán por ti, y te endecharán, diciendo, ¡Ay, señor! Porque yo he hablado la palabra, dice Jehová. 6 Y habló el profeta Jeremías a Sedequías rey de Judá todas estas palabras en Jerusalén. 7 Y el ejército del rey de Babilonia peleaba contra Jerusalén, y contra todas las ciudades de Judá que habían quedado, contra Laquis y contra Azeca; porque de las ciudades fortificadas de Judá éstas habían quedado.

8 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, después que Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén para promulgarles libertad; 9 que cada uno dejase libre a su siervo y a su sierva, hebreo y hebrea; que ninguno usase a los judíos, sus hermanos, como siervos. 10 Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que ninguno los usase más como siervos, obedecieron, y los dejaron. 11 Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron como siervos y siervas.

12 Vino, pues, palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 13 Así dice Jehová Dios de Israel: Yo hice pacto con vuestros padres el día que los saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre, diciendo: 14 Al cabo de siete años dejará cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido; le servirá seis años, y lo enviará libre; pero vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído. 15 Y vosotros os habíais hoy convertido, y hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando cada uno libertad a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en la casa en la cual es invocado mi nombre. 16 Pero os habéis vuelto y profanado mi nombre, y habéis vuelto a tomar cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que habíais dejado libres a su voluntad; y los habéis sujetado para que os sean siervos y siervas.

17 Por tanto, así ha dicho Jehová: Vosotros no me habéis oído para promulgar cada uno libertad a su hermano, y cada uno a su compañero; he aquí que yo promulgo libertad, dice Jehová, a la espada y a la pestilencia y al hambre; y os pondré por afrenta ante todos los reinos de la tierra. 18 Y entregaré a los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado a efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia, dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas; 19 a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los oficiales y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron entre las partes del becerro,

20 los entregaré en mano de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida; y sus cuerpos muertos serán comida de las aves del cielo, y de las bestias de la tierra. 21 Y a Sedequías rey de Judá y a sus príncipes los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, y en mano del ejército del rey de Babilonia, que se ha ido de vosotros. 22 He aquí, mandaré yo, dice Jehová, y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra ella y la tomarán, y la quemarán con fuego; y reduciré a soledad las ciudades de Judá, hasta no quedar morador. (Jeremías 34).

1. Cuando Nabucodonosor. Este capítulo comienza relatando los acontecimientos que evidentemente transcurrieron al principio del último asedio contra Jerusalén, mientras el profeta estaba aún en libertad, porque la profecía aquí dirigida a Sedequías (vers. 2-3) fue citada por el rey como motivo para que se encarcelara a Jeremías (ver com. cap. 32: 2).

3. Verán Los Ojos. Ver com. cap. 32: 4.

4. No Morirás A Espada. Sin duda se le dio esta promesa a Sedequías para que dejara de resistir a los babilonios e hiciera paz con Nabucodonosor. Aunque Sedequías fuera llevado cautivo a Babilonia, si se sometía a sus captores, aseguraría una vida pacífica y una sepultura honorable.

5. Quemaron Especias Por Tus Padres. Sin duda ésta es una referencia a los inciensos y las especias que se quemaban en los funerales de reyes y personas de alta jerarquía (2 Crón. 16: 14; 21: 18-19). Te Endecharán. Nótese el contraste entre esta predicción y, la que hizo Jeremías concerniente al entierro de Joacim (cap. 22: 18-19). Se le asegura a Sedequías que no sufriría la misma deshonra que aquél en su muerte, si tan solo se sometía a Babilonia.

7. Laquis. Esta ciudad es mencionada porque, después de Jerusalén, era una de las más fortificadas de Judá (2 Rey. 18: 13-14, 17; 2 Crón 32: 9), y porque, junto con Azeca, fue la que resistió por más tiempo a Nabucodonosor. En 1935 y 1938 se descubrieron en las ruinas de Laquis 21 cartas escritas en tinta sobre fragmentos de alfarería (ver t. I, PP. 130-132; t. II, PP. 99-100). Varias de éstas fueron escritas por Yoshayahu, evidentemente un oficial del ejército, destacado en algún lugar vecino a Laquis, y fueron dirigidas a Yaosh, comandante de Laquis, poco antes de las invasiones babilónicas. Estas cartas revelan nítidamente la situación inestable del país en vísperas de la caída de Judá. Una carta dice: "Y sepa [mi señor] que estamos observando para ver las señales de Laquis, según todas las indicaciones que mi señor ha 509 dado, porque no podemos ver a Azeca" (Armando Rolla, La Biblia frente a los últimos descubrimientos, Carta IV, [Buenos Aires: Ediciones Paulinas, 1961], p. 41). Una evidencia de la intensidad de la destrucción que poco después sufriera la ciudad de Laquis la encontramos en el hecho de que cuando la ciudad se incendió muchos de los ladrillos del muro quedaron de un color rojo vivo. Estos hallazgos de Laquis quizá reflejen el rigor de la destrucción que también sufrió Jerusalén en ese tiempo. Las ruinas se conocen ahora con el nombre de Tell ed-Duweir.

Azeca. Esta era otra de las "ciudades fortificadas" de Judá (2 Crón. 11: 5-12). El lugar lleva ahora el nombre de Tell ez-Zakariyeh.

8. Para Promulgarles Libertad.La ley mosaica permitía que los israelitas fueran vendidos como esclavos, por un tiempo limitado nada más (ver com. Exo. 21: 2), pero muchos se habían excedido en sus derechos. Los nobles de Judá, como los de Atenas antes de Solón, se valían de la ley contra las deudas para poder esclavizar a buen número de sus semejantes. Y ahora, ante el inminente peligro de un ataque babilonio, bien para asegurarse la cooperación voluntaria de hombres libres en vez de la ayuda forzada de esclavos, o bien por alguna otra razón, Sedequías prometió la libertad a todos los esclavos de Jerusalén.

10. Obedecieron. En vista de los peligros externos, y de la posibilidad de un levantamiento de la clase oprimida que pudiera ayudar al invasor (Exo. 1: 10), la orden de Sedequías fue bien recibida y acatada por los príncipes y el pueblo.

11. Después Se Arrepintieron. Cuando los caldeos levantaron transitoriamente el asedio, para hacer frente al ejército egipcio que se aproximaba (vers. 21; cap. 37: 5), la mayoría de los habitantes de Jerusalén creyó, equivocadamente, que el peligro que amenazaba a su ciudad había desaparecido, y otra vez "los sujetaron como siervos y siervas".

14. Al Cabo De Siete Años. Esta era la ley (ver com. Exo. 21: 2) que el pueblo había violado (Jer. 34: 8-11; cf. Isa. 58: 6).

15. Pacto En Mi Presencia. Este acuerdo de liberar a los esclavos había sido solemnemente suscrito por el rey y por "todos los príncipes, y todo el pueblo" (vers. 8-10) en los atrios del templo, por lo cual, en cierto sentido, había sido hecho con Dios mismo (Neh. 5: 8-13). Por lo cual, al quebrantar este "pacto" el pueblo no sólo pecaba contra su prójimo sino también contra su Dios. 

Es Invocado Mi Nombre. Cf. Jer. 7: 10-11; ver com. Deut. 12: 5.

17. Yo Promulgo Libertad. La libertad que Dios había ordenado (Lev. 25: 10) -y que el pueblo había negado a sus prójimos, sería transformada, por medio del castigo de Dios, en "libertad" que dejaría a los transgresores entregados a "la espada y a la pestilencia y al hambre", también al cautiverio.

18. Dividiendo En Dos Partes El Becerro. Ver com. Gén. 15: 10, respecto al significado de este ritual.

19. Los Oficiales. Heb., "los eunucos". Muchos de éstos eran extranjeros (ver com. cap. 38: 7), que una vez que entraban al servicio del rey se hacían prosélitos. En las cortes reales del antiguo Cercano Oriente era común que los eunucos ocuparan elevados cargos. Los que se mencionan aquí, como los príncipes de Judá e Israel, quizá se habían enriquecido prestando dinero a los israelitas más pobres, y luego los esclavizaban a fin de obtener compensación.

20. Comida. Este ultraje era considerado como un castigo extremo debido a una culpa (16:4; 19:7).

21. Se Ha Ido De Vosotros. Literalmente, "ha subido de en contra de vosotros". Esto muestra, como ya se dijera (ver com. vers. 11), que los babilonios habían levantado el asedio de Jerusalén, dando así a los príncipes de Jerusalén la falsa idea de que el peligro había pasado y la esperanza equivocada de que recibirían ayuda de Egipto (cap. 37: 5-10).

22. Con Fuego. Ver cap. 52: 12-14. Hasta No Quedar Morador. Ver com. 32:43. (4CBA) Ministerio Hno. Pio


sábado, 28 de noviembre de 2020

454. PROFECÍAS REFERENTES A JUDÁ Y JERUSALÉN: PROFECÍAS DE RESTAURACIÓN: Promesas De Un Futuro Glorioso Para Israel (JEREMÍAS 33).

Jeremías 33. Son Las Promesas Renovadas Del Ensalzamiento De Jerusalén A Un Puesto Honroso Entre Las Naciones (1-13). Y Las Promesas Del Restablecimiento Del Oficio Real Y Sacerdotal (14-26).

Y en más detalle, desde los versículos, (1-8) Dios promete a los cautivos un alegre retorno, (9-11) un estado de paz, (12-14) un gobierno estable: (15-16) Cristo, el Renuevo de justicia, (17-19) una continuación de reinado y sacerdocio, (20-26) y una estabilidad de la bendita descendencia.

1 VINO palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo: 2 Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. 4 Porque así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas 5 (porque vinieron para pelear contra los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad):

6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. 7 Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio. Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron.

9 Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré. 10 Así ha dicho Jehová: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están asoladas, sin hombre y sin morador y sin animal, 11 ha de oírse aún voz de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan ofrendas de acción de gracias a la casa de Jehová. Porque volveré a traer los cautivos de la tierra como al principio, ha dicho Jehová.

12 Así dice Jehová de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados. 13 En las ciudades de las montañas, en las ciudades de la Sefela, en las ciudades del Neguev, en la tierra de Benjamín, y alrededor de Jerusalén y en las ciudades de Judá, aún pasarán ganados por las manos del que los cuente, ha dicho Jehová. 14 He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá.

15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. 16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra. 

17 Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel. 18 Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días. 19 Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

20 Así ha dicho Jehová: Si pudierais invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo, 21 podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros. 22 Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven.

23 Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 24 ¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos familias que Jehová 506 escogiera ha desechado? Y han tenido en poco a mi pueblo, hasta no tenerlo más por nación. 25 Así ha dicho Jehová: Si no permanece mi pacto con el día y la noche, si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra, 26 también desecharé la descendencia de Jacob, y de David mi siervo, para no tomar de su descendencia quien sea señor sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque haré volver sus cautivos, y tendré de ellos misericordia (Jeremias 33).

1. Aún Preso. El profeta estaba aún encarcelado en el mismo lugar (ver com. cap. 32: 2).

2. Jehová. Heb. Yahweh, el sagrado tetragrámaton (ver  t. I, PP. 179-182). 

Que Hizo La Tierra. Ver com. cap. 10: 11-12; Isa. 45: 18.

3. Cosas Grandes Y Ocultas. Literalmente, cosas "incomprensibles".

4. Derribadas. Ver com. cap. 32: 24.

5. Vinieron Para Pelear. Los israelitas salieron a pelear contra los babilonios, pero fueron rechazados; el costo que pagaron fue muchos "cuerpos de hombres muertos" (ver com. cap. 32: 24).

6. Sanidad Y Medicina. Dios deja a un lado la consideración del castigo de su pueblo y se ocupa de la promesa de su restauración, cuando disfrutaría de "abundancia de paz y de verdad". En los vers. 6-26 se presenta un cuadro muy claro de la gloria que Israel podría haber tenido después del retorno del cautiverio si el pueblo hubiera hecho caso de la luz celestial y hubiera cooperado con Dios para llevar a cabo sus planes y sus propósitos para la salvación del mundo. Desgraciadamente Israel se apartó una y otra vez de su glorioso destino, y por esta razón sólo alcanzó una pequeña medida de la bendición que aquí se predice. Las promesas fueron entonces transferidas al Israel espiritual, por lo cual muchas de las profecías se cumplirán en la iglesia cristiana (ver PP. 27-40).

7. De Israel. Tanto Israel como Judá participaban de la promesa de que volverían del exilio.

8. Los Limpiaré. La recepción de las bendiciones temporales dependía de que el pueblo llenara ciertos requisitos espirituales (ver p. 29-30).

https://ministeriohnopio1.blogspot.com/2020/09/el-papel-de-israel-en-la-profecia-del.html

Para poder experimentar la gloria descrita en los vers. 6-26 sería necesario que Israel abandonase sus pecados. A quienes se arrepintieran genuinamente, Dios ofrecía la promesa de perdón pleno y gratuito. Los hombres no debían desanimarse por la magnitud de sus transgresiones pasadas, ni debían pensar que su situación era desesperada. Dios no sólo perdonaría sus pecados, sino que también proporcionaría la gracia para que obedecieran en el futuro (Eze. 36: 25-28).

9. Nombre De Gozo.Aunque Israel había pecado gravemente, Dios no había retirado ninguna de sus promesas de gracia. Estas dependían, por supuesto, de la obediencia. Israel habría podido alcanzar después del cautiverio, la plena gloria prometida al antiguo pueblo (ver PP. 33-34). Por medio de Zacarías se le aseguró: "Serán como si no los hubiera desechado" (Zac. 10: 6). Así también ocurre en lo espiritual: no importa cuánto se haya apartado una persona del camino de la rectitud, puede ser aceptada delante de Dios como si no hubiera pecado (CC 62).

10. Sin Hombres. Ver com. cap. 32: 43.

11. Voz De Gozo. Se repite la promesa de los gozos de la restauración que aguardan al pueblo de Dios. Estos mismos sonidos de gozo que habían desaparecido durante el exilio (ver com. cap. 7: 34), se oirían de nuevo en el país. 

Ofrendas De Acción De Gracias. Ver Jon. 2: 9; Heb. 13: 14-15.

13. Neguev. Ver com. cap. 32: 44.

14. Yo Confirmaré. Ver com. cap. 23: 5-7.

15. Renuevo De Justicia. Cf. Isa. 11: 1; ver com. Zac. 3: 8; 6: 12.

16. Se Le Llamará. Este versículo repite la predicción del cap. 23: 6, pero hay una diferencia: aquí la ciudad se denomina "Jehová, justicia nuestra". Si Jerusalén tan sólo hubiera vivido a la altura de lo que Dios había querido que fuera, su futuro habría sido sumamente glorioso (ver p. 32).

17. No Faltará A David. Una repetición de la promesa hecha en 2 Sam. 7: 16; 1Rey. 2: 4; Sal. 89: 20, 29, 35-36. Ver com. 1 Rey. 2: 4.

18. Ofrenda. Heb. minjah. Ofrendas de alimentos (ver t. I, PP. 716-717).

20. Mi Pacto Con El Día.Dios garantiza nuevamente la certeza de su "pacto" con su pueblo mediante la seguridad que existe en las leyes naturales (ver com. 31:35).

22. El Ejército Del Cielo. El número infinito 507 de cuerpos celestes sirve para simbolizar la gran multitud que será contada como "descendencia de David".

24. Lo Que Habla Este Pueblo. Algunos comentadores consideran que este pasaje constituye una burla de los paganos frente a la caída de las "dos familias", que según estos mismos comentadores, serían los reinos de Judá y de Israel (Eze. 35: 10; 36: 19-20). Otros interpretan que "este pueblo" se refiere a los israelitas desleales (Jer. 4: 10; 5: 14, 23; 6: 19), que se habían entregado a la desesperación (cap. 32: 42-43; 33: 10), porque hasta las "dos familias" -la de David y la de Leví (cap. 33: 21-22)-, parecían haber sido abandonadas de Dios.

25. Si No Permanece Mi Pacto. Dios responde a esa desesperación mostrando la estabilidad inalterable de las leyes de la naturaleza como prueba de la seguridad de sus promesas para su pueblo (ver com. vers. 20).

26. Descendencia De Jacob. Algunos han pensado que las "dos familias" del vers. 24 podrían ser la casa de Jacob y la de David. Dios responde a la despreciativa burla de los paganos o a las expresiones de desánimo de parte de su pueblo (ver com. vers. 24), y promete hacerlo volver a su propia tierra y restablecer su anterior gloria (ver com. vers. 9). 4CBA/Ministerio Hno. Pio


16. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR (NEW) CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. “Comienza Tu Día Con Un Mensaje De Paz”


viernes, 27 de noviembre de 2020

453. PROFECÍAS REFERENTES A JUDÁ Y JERUSALÉN: PROFECÍAS DE RESTAURACIÓN: La Compra Del Campo Y Su Significado (JEREMÍAS 32).

Jeremías 32. Es el año 588/587AC. A poco tiempo de ser tomada y destruida Jerusalén por medio del fuego, que vendría por parte de los caldeos, en el 586.

Viendo todo éste peligro a pasos de Jerusalén. El rey Sedequias sigue necio y obstinado. Pero Dios muestra su buena voluntad al pueblo, que volverían otra vez a morar en esta ciudad.

Jeremías por predicar un sermón antinacionalista es encarcelado. En medio toda esta experiencia que pasa el profeta. Dios propicia la compra del terreno de un familiar a Jeremías. Demostrando con esta acción; que Jerusalén será habitada otra vez…

Vers. (1-5) Jeremías, encarcelado por Sedequías debido a su profecía, (6-12) compra la heredad de Hanameel. (13-15) Baruc debe guardar las pruebas como señal del regreso del pueblo. (16-25) Jeremías ora a Dios, y se queja. (26-35) Dios confirma el cautiverio por causa de los pecados del pueblo, (36-44) pero promete un retorno gozoso.

1 PALABRA de Jehová que vino a Jeremías, el año décimo de Sedequías rey de Judá, que fue el año decimoctavo de Nabucodonosor. 2 Entonces el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá. 3 Porque Sedequías rey de Judá lo había puesto preso, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará; 4 y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos, 5 y hará llevar a Sedequías a Babilonia, y allá estará hasta que yo le visite; y si peleareis contra los caldeos, no os irá bien, dice Jehová?

6 Dijo Jeremías: Palabra de Jehová vino a mí, diciendo: 7 He aquí que Hanameel hijo de Salum tu tío viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot; porque tú tienes derecho a ella para comprarla. 8 Y vino a mí Hanameel hijo de mi tío, conforme a la palabra de Jehová, al patio de la cárcel, y me dijo: Compra ahora mi heredad, que está en Anatot en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y a ti corresponde el rescate; cómprala para ti. Entonces conocí que era palabra de Jehová. 9 Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero; diecisiete ciclos de plata. 10 Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el dinero en balanza. 11 Tomé luego la carta de venta, sellada según el derecho y costumbre, y la copia abierta. 12 Y di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel.

13 Y di orden a Baruc delante de ellos, diciendo: 14 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Toma estas cartas, esta carta de venta sellada, y esta carta abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven muchos días. 15 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún se comprarán casas, heredades y viñas en esta tierra.

16 Y después que di la carta de venta a Baruc  hijo de Nerías, oré a Jehová, diciendo: 17 ¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti; 18 que haces misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en sus hijos después de ellos; Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre; 19 grande en consejo, y magnífico en hechos; porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras. 20 Tú hiciste señales y portentos en tierra de Egipto hasta este día, y en Israel, y entre los hombres; y te has hecho nombre, como se ve en el día de hoy.

21 Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y brazo extendido, y con terror grande; 22 y les diste esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se la darías, la tierra que fluye leche y miel; 23 y entraron, y la disfrutaronPero No Oyeron Tu Voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal. 24 He aquí que con arietes han acometido la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos que pelean contra ella, a causa de la espada, del hambre y de la pestilencia; ha venido, pues, a suceder lo que tú dijiste, y he aquí lo estás viendo. 25 ¡Oh Señor Jehová! ¿y tú me has dicho: Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos?

26 Y vino palabra de Jehová a jeremías, diciendo: 27 He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿Habrá Algo Que Sea Difícil Para Mí? 28 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí voy a entregar esta ciudad en mano de los caldeos, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y la tomará. 29 Y vendrán los caldeos que atacan esta ciudad, y la pondrán a fuego y la quemarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira. 30 Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová.

31 De tal manera que para enojo mío y para ira mía me ha sido esta ciudad desde el día que la edificaron hasta hoy, para que la haga quitar de mi presencia, 32 por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y los varones de Judá y los moradores de Jerusalén. 33 Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección. 34 Antes pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola. 35 Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; Lo Cual No Les Mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.

36 Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel a esta ciudad, de la cual decís vosotros: Entregada será en mano del rey de Babilonia a espada, a hambre y a pestilencia: 37 He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; 38 y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. 39 Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos.

40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. 41 Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma. 42 Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo. 43 Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es entregada en manos de los caldeos. 44 Heredades comprarán por dinero, y harán escritura y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev; porque yo haré regresar sus cautivos, dice Jehová. (Jeremías 32).

1. El Año Décimo. O sea 588/87 a. C., en pleno sitio final de Jerusalén (ver com. cap. 52: 4). Este sincronismo entre al año 10.º de Sedequías y el 18.º de Nabucodonosor es uno de los más útiles para los fines de la cronología bíblica del AT (ver t. II, p. 164).

2. Tenía Sitiada A Jerusalén. La política traidora e intrigante de Sedequías obligó a Nabucodonosor a sitiar a Jerusalén. En esta ocasión el rey de Judá, lleno de ira por las persistentes predicciones de derrota hechas por Jeremías (vers. 3-5; cap. 34: 2-3; 38: 20-23), hizo encarcelar al profeta en "el patio de la cárcel" (cf.  Neh. 3: 25). Nabucodonosor inició el sitio de Jerusalén en el año 9.º de Sedequías (ver com. Jer. 39: 1); pero se vio obligado a suspender por un tiempo el sitio debido a que se aproximaba un ejército egipcio (cap. 37: 5, 11).  Desde que se inició el sitio (cap. 39: 1) hasta que los babilonios lo levantaron transitoriamente, Jeremías había estado en libertad en la ciudad (cap. 37: 4).  

Después de que el profeta intentó regresar a Anatot y sus enemigos falsearon sus propósitos (cap. 37: 11- 14), Jeremías fue encarcelado en "la casa del escriba Jonatán" (cap. 37: 15).  El rey hizo trasladar a Jeremías desde allí, por pedido de éste, al "patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá" quizá con el propósito de que el profeta estuviera disponible para consultarlo en cuanto a los probables resultados del sitio (cap. 37: 20-21).

3. ¿Por Qué Profetizas? Debe notarse que la profecía que se cita en los vers. 3-5 fue pronunciada por Jeremías en una ocasión anterior. Aquí aparece como la razón por la cual Sedequías lo había mandado a encarcelar. En el cap. 34: 2-3 se registra la presentación de este mensaje a Sedequías.

4. Verán Sus Ojos. Una declaración muy significativa si se tiene en cuenta la profecía de Ezequiel (ver com. Eze. 12:13). 

Nabucodonosor le "sacó los ojos al rey Sedequías" (Jer. 39:7); por esta razón, una de las últimas cosas que vio el rey de Judá fue el rostro del conquistador babilonio, el cual infundía terror por causa de su ira (Jer. 52:10-11; cf. 2 Rey. 25:6-7).

5. Allá Estará. Sedequías, ciego y desdichado, vivió sus últimos años en una cárcel de Babilonia (cap. 52: 11).  No se lo menciona junto con Joaquín, cuando éste fue liberado de la cárcel por Evil-merodac, lo cual podría indicar que Sedequías ya había muerto (cap. 52:31). Yo Le Visite. Ver com. Sal. 8: 4; 59: 5.

7. Hanameel. La Biblia sólo dice que Hanameel era primo hermano del profeta (vers. 8-9). Las propiedades se podían vender sólo hasta el "año de jubileo", y el pariente más próximo tenía la primera oportunidad de ejercer el "derecho a ella para comprarla" (Jer. 32: 7; ver com. Lev. 25: 13, 23-27; Rut 3: 12; 4: 1-6).

Cómprame Mi Heredad. Con esta compra suya de una propiedad en Anatot, el profeta demostró claramente que creía en el mensaje divino que prometía que, aunque los israelitas serían llevados cautivos, volverían a su propia tierra y a sus labranzas (vers. 44). Este hecho tuvo su paralelo en la historia de Roma, cuando los patriotas de esa ciudad compraron tierras al precio máximo de venta, en el momento mismo en que Aníbal, el conquistador cartaginés, marchaba hacia la capital, a orillas del Tíber (ver Tito Livio xxvi. 11).

8. Cómprala Para Ti. Es probable que la heredad de Hanameel ya estuviera bajo el control de los ejércitos que estaban sitiando a Jerusalén (ver com. vers. 2). Esto bastaba para inducir a Hanameel a que vendiera su campo. Además, es posible que Hanameel creyera que como Jeremías instaba a todos a someterse a Nabucodonosor, había buenas perspectivas de que los caldeos protegieran al profeta y sus intereses.

9. Diecisiete Ciclos De Plata. Esta suma, en su equivalente babilónico, habría servido para comprar un buey o unas nueve ovejas o cabras (ver t. 1, p. 178).

10. La Carta. Es decir, la escritura legal. El documento fue sellado para evitar cualquier alteración fraudulenta. Todo se hizo en la forma legal más estricta, para que tuviera más fuerza la parábola presentada en forma objetiva.

Pesé El Dinero. Como en la antigüedad no se empleaban las monedas acuñadas sino metal en barras o pedazos, había que pesarlo (Gén. 23: 16; Zac. 11: 12).

11. Carta. . . Sellada Y... Copia Abierta. Parece que "la carta de venta, sellada", era el documento original, prueba de la transferencia, en tanto que la "copia abierta" era el duplicado. También es muy posible que el documento sellado hubiera contenido detalles que no interesaban a los "testigos" (vers. 10-11).

12. Baruc. Ver en la p. 379 la historia de este importante escriba. Delante De Todos Los Judíos. Esto prueba que Jeremías no había sido encerrado en un calabozo, sino que estaba en el patio de la cárcel (vers. 2). Esta experiencia real fue presentada como una lección objetiva ante muchos testigos, y pronto sería conocida en toda la ciudad. Mediante esta aparente, locura suya el profeta destacó la absoluta certeza de su predicción: que el pueblo, aunque fuera llevado cautivo por los babilonios, volvería a su tierra (vers. 15).

14. Vasija De Barro. Era muy común que los antiguos escondieran sus tesoros más preciados en tales vasijas (cf. 2 Cor. 4: 7), porque esos recipientes, una vez enterrados, protegían mejor contra la humedad y la destrucción que los de madera. Los famosos Manuscritos del Mar Muerto fueron conservados en tales vasijas (ver t. 1, PP. 35-38). 

Se Conserven Muchos Días. Una advertencia para los cautivos: no debían esperar un pronto regreso a su patria.

15. Aún Se Comprarán. El profeta mismo no podía esperar que sacaría algún provecho personal de su compra. Ya no era joven, y él mismo había predicho que el cautiverio duraría 70 años. Sin embargo, Jeremías demostró ante el pueblo -mediante la lección objetiva ya expuesta-, la gloriosa esperanza del retorno del destierro.

16. Oré. Jeremías ahora inicia una de las más fervientes intercesiones en favor del pueblo de Dios que encontramos registrada en la Biblia (cf. Esd. 9:5-15; Isa. 37:16-20; Dan. 9:3-19).

17. Nada Que Sea Difícil Para Ti. El profeta basa en la omnipotencia de Dios su petición humilde pero ferviente (cf. Gén. 18: 14; Jer. 32: 27).

18. Misericordia. Heb. jésed, "amor divino" (ver Nota Adicional de Sal. 36). Este versículo presenta los dos fundamentos del gobierno divino: el amor y la gracia de Dios, y su justicia (Exo. 20: 6; 34: 6-7; Sal. 85: 10; 89: 14). 

Jehová de los ejércitos. Ver com. cap. 7:3.

19. Grande En Consejo. Tanto en este título como en el anterior, "Dios grande, poderoso", se emplean palabras similares a las que usó Isaías en una de sus grandes profecías mesiánicas (Isa. 9: 6). 

Según Sus Caminos. Ver Jer. 17: 10; Mat. 16:27; 2 Cor. 5:10.

20. Hasta Este Día. Puede interpretarse que las "señales" y los "portentos" manifestados por Dios en Egipto cuando liberó a su pueblo, perduraban frescos en el recuerdo de la gente del tiempo de Jeremías, o que las "señales" y los "portentos" que comenzaron a manifestarse en Egipto aún continuaban entonces.

24. Arietes. El término hebreo se refiere a las torres de asedio y a los terraplenes levantados para asaltar la ciudad (ver com. cap. 6: 6). Tal como Jeremías lo había predicho, los babilonios ya estaban sitiando a Jerusalén. Los habitantes de la ciudad condenada podían divisar las torres de asalto. Era imposible que los israelitas escaparan de los sufrimientos de "la espada, del hambre y de la pestilencia".

25. ¿Tú Me Has Dicho ...? Frente al asalto babilonio contra Judá y Jerusalén, era fácil entender que el profeta no pudiera comprender el mandato divino de comprar "la heredad por dinero" delante de testigos.

27. Algo Que Sea Difícil Para Mí. Dios deseaba fortalecer la fe de Jeremías y confirmar su confianza para que obedeciera el mandato de comprar el campo (vers. 17).

29. Sobre Cuyas Azoteas. Ver com. cap 19:13. Los mismos lugares donde los habitantes de Jerusalén "ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos", presenciarían el castigo de Dios y la retribución. En lugar de ascender el humo del "incienso" de su culto idólatra, subiría el humo de las ruinas que arderían como testigos de la iniquidad del pueblo.

31. La Edificaron. Jerusalén había sido una ciudad jebusea antes de que David la conquistara (2 Sam. 5: 6-10). Posteriormente fue reconstruida y agrandada. Sin embargo, la idolatría de los reyes de Judá hizo de ella un motivo de provocación continua.

32. Sus Sacerdotes Y Sus Profetas. De nuevo se acusa a todos los dirigentes espirituales (ver com. cap. 2: 8), juntamente con los dirigentes civiles y el pueblo.

33. Me Volvieron La Cerviz. Un ademán de desprecio y aversión (cap. 2:27; 7:24; 18:17). Desde Temprano. Ver com. cap. 7: 13.

34. Abominaciones. Las abominaciones de la adoración de ídolos mencionadas en este versículo y el siguiente, habían sido cometidas por Acaz (2 Crón. 28: 1-4) y repetidas por Manasés (2 Rey. 21: 1-9; 2 Crón. 33: 1-9), después de que Ezequías limpió el templo de esas prácticas inicuas (2 Crón. 29). Más tarde, Josías procuró eliminar la idolatría (2 Rey. 22; 23; 2 Crón. 34: 25), pero es evidente que la idolatría continuaba aun después de su muerte. 

En La Cual Es Invocado Mi Nombre. Cf. Jer. 7:10-11, 14, 30; ver com. Deut. 28:10.

35. Lugares Altos. Los montes o elevaciones donde se practicaba la idolatría (2 Rey. 17:9-11; 2 Crón. 31: 1). Hinom. Ver com. cap. 7:29, 31; 19:2.

37. Yo Los Reuniré. Ver com. cap. 29: 10-11. Respecto a la naturaleza condicional de estas promesas ver p. 34.

38. Me Serán Por Pueblo. En los vers. 38-40 Dios repite su promesa de un nuevo "pacto" (cap. 31: 31-34).

41. Los Plantaré. Imagen que sugiere seguridad y permanencia.

42. Este Gran Mal. Ver com. cap. 11: 11.

43. Poseerán Heredad. A los desesperados israelitas que temían que los babilonios los privaran de sus tierras para siempre, les fue dada la seguridad de que sus descendientes poseerían o adquirirían de nuevo los campos de Judá. 

La transacción que hizo Jeremías de comprar el campo en Anatot, fue una confirmación profética de esa seguridad (ver com. vers. 15).

Sin hombres y sin animales. Mientras los sitiados habitantes de Jerusalén veían la desolación causada por los caldeos contra su amada tierra de Judá, daban rienda suelta a sus sentimientos con estas patéticas palabras.

Ya se había cumplido delante de sus ojos la predicción de Jeremías referente a la desolación de la tierra (cap. 4:25; ver com. cap. 4:20, 23).

44. Neguev. Los distritos geográficos aquí mencionados componían el territorio de Judá (cf. Jos. 15). En este pasaje no parece hacerse referencia al territorio que anteriormente perteneció al reino del norte, Israel.

Sus Cautivos. Para que nadie dejara de comprender esa lección objetiva, el Señor proclama con seguridad que regresarán del cautiverio. La promesa del retorno quedaba confirmada por el mismo hecho de que el Señor había predicho el cautiverio, el cual había llegado ya. (4CBA) Ministerio Hno. Pio