Hebreos 5.
LA SUPREMA CONDICIÓN DE CRISTO COMO SUMO SACERDOTE:
A. Cristo constituido sumo sacerdote por el Padre, 5:1-10.
1. La función de un sumo sacerdote, 5:1-3.
2. La designación de Cristo, 5:4-6.
3. La preparación de Cristo para servir como sumo sacerdote, 5:7-10.
B. Exhortación a aceptar a Cristo como sumo sacerdote, 5:11-14.
La lentitud de muchos para comprender el papel de Cristo como sumo sacerdote.
1 PORQUE todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; 2 para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad; 3 y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.
4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. 5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. 6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.
7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
11 Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. 12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; 14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. (Hebreos 5).
1. Sumo sacerdote. Se presentan las cualidades esenciales del ministerio del sumo sacerdocio (vers. 1-4) para mostrar que Cristo las poseía (vers. 5-10).
Tomado de entre los hombres. Se refiere al "sumo sacerdote". El autor trata primero de los sumos sacerdotes humanos; después (vers. 5-10) se ocupará de Cristo como Sumo Sacerdote.
Constituido. Gr. kathístemi, "nombrar", "poner en cargo". Dios era quien lo constituía (cf. vers. 4).
A favor de los hombres. La función del sumo sacerdote era en favor de los hombres como mediador entre ellos y Dios.
En lo que a Dios se refiere. Ver com. cap. 2:17.
Para que presente. Sin duda ésta era la función más significativa del ministerio del sumo sacerdote.
Ofrendas. Gr. doron, que en la LXX designa especialmente a la ofrenda de grano (Heb. minjah, ver com. Lev. 2:1), aunque en Gén. 4:4 se usa para nombrar la ofrenda de Abel.
Sacrificios. Gr. thusía, vocablo que en la LXX generalmente se aplica a los sacrificios cruentos, aunque hay excepciones. En Gén. 4:5 se usa para la ofrenda incruenta de Caín. Es dudoso que haya que buscarse una diferencia entre doron, y thusía. Ambas palabras quizá se usen para denotar el conjunto de ofrendas y sacrificios implicados en el sistema ceremonial judaico.
Por los pecados. Las ofrendas y los sacrificios tenían que ver con los pecados del pueblo. El sistema ceremonial tenía el propósito de enseñar a los adoradores el aborrecimiento de Dios por el pecado y su plan para enfrentarse a él.
2. Para que se muestre paciente. Mejor "es capaz de ser moderado", "puede tratar con bondad". Es capaz de hacerlo gracias a su humanidad.
Ignorantes. Gr. agnoé, "no saber", "no entender", "ignorar"; por extensión, "pecar por ignorancia", lo que es particularmente apropiado aquí. Los que pecan por ignorancia necesitan ser tratados amablemente pues su falta no es voluntaria. Necesitan ser enseñados y animados. Están inconscientes de su pecado, y no deben ser clasificados con los que cometen las mismas faltas conociendo cabalmente la maldad de su proceder.
Extraviados. Mejor "los que se están extraviando", o "los que están siendo engañados".
Rodeado de debilidad. El sumo sacerdote estaba sometido a debilidades semejantes a las de su pueblo. Su conocimiento personal y experimental de las debilidades y tentaciones de la carne debían inducirlo a ser comprensivo y a simpatizar con las debilidades y faltas de otros, lo cual lo capacitaba para dar consejo y ayudar a los tentados. Cf. com. cap. 2:17; 4:15.
3. Por causa de ella. O "debido a esto"; es decir porque él mismo estaba acosado por las debilidades. Sentía las mismas tendencias al pecado que tenía su pueblo, y por esta razón el antiguo sistema ceremonial ordenaba que ofreciera sacrificios por sus propios pecados.
Debe. Gr. oféilo, "deber", "tener obligación". La obligación se basaba en las ordenanzas de la ley ceremonial (ver Lev. 16:6; cf. cap. 4:3). El hecho de que se exigía que el sumo sacerdote ofreciera sacrificios por sus propios pecados, lo inducía a tener compasión del pueblo. ¿Cómo podía culpar a otros cuando él mismo cometía las mismas faltas, o quizá peores? Necesitaba mantener una actitud humilde y considerar con profunda compasión a los que cometían faltas. Cuando un hombre medita en sus propias debilidades, es menos propenso a condenar implacablemente a otros. Cf. Gál. 6:1.
Por sí mismo. Ver com. "debe".
Por el pueblo. Quizá sea una referencia al día de la expiación, cuando el sumo sacerdote hacía "expiación... por todos los pecados de Israel" (Lev. 16:34).
4. Honra. Gr. time, "honor", "respeto", "lugar de honor", "oficio". "Oficio" o "lugar de honor" serían traducciones adecuadas. El oficio de sumo sacerdote era un cargo de honor.
Llamado por Dios. El cargo de sumo sacerdote había sido instituido divinamente. Dios fue quien eligió a Aarón para el cargo (Exo. 28:1).
La sucesión en la familia de Aarón también fue ordenada por Dios como está implícito en el texto que consideramos. En el transcurso de la historia de Israel hubo muchos sacerdotes indignos de ese cargo; pero el autor no está tratando este tema. Su propósito es poner de relieve la elección divina como una condición esencial del verdadero sumo sacerdocio, para mostrar que Cristo cumplió con éste y con otros requisitos (Heb. 5:5-10).
5. Así tampoco Cristo. Los vers. 5-10 muestran que Cristo cumplió con los requisitos para el sumo sacerdocio presentados en los vers. 1-4:
(1) el sumo sacerdote debía participar de la naturaleza humana (vers. 1- 3);
(2) debía ser constituido por Dios (vers. 4).
Tampoco... se glorificó a sí mismo. Cristo no asumió el honor del sumo sacerdocio sin ser invitado; fue Dios quien lo designó. Cf. com. Juan 8:54,
Tú eres mi Hijo. Ver com. cap. 1:5. Con esta cita se prueba que la excelsa posición de Cristo se debió a la elección de su Padre. Ver com. Hech. 13:32-33.
6. Dice. Dios es el que habla desde el vers. 5.
Tú eres sacerdote. Una cita de Sal. 110:4; se presenta como una evidencia de que Dios había designado a su Hijo para el oficio sacerdotal. El sacerdocio de Cristo se estudia a fondo en los cap. 7-10.
Para siempre. En contraste con los sumos sacerdotes terrenales quienes, debido a la muerte, tenían su cargo durante períodos limitados.
Orden. Gr. táxis, "sucesión establecida", "orden", "posición", "dignidad", "categoría", "puesto", "jerarquía". Los matices de significado "sucesión establecida" u "orden" no parecen adecuados, pues Melquisedec no tuvo un linaje de sucesores. Serían preferibles matices como "dignidad" o "categoría": según la categoría de Melquisedec. La palabra hebrea en Sal. 110:4, dibrah que significa "manera" o "semejanza", se ha traducido como "orden". Esto apoya la idea de que la sucesión no es el objeto de la comparación que aquí se presenta.
Melquisedec. Transliteración del Gr. Meljisédek, que a su vez deriva del Heb. Malki-tsedeq. En cuanto a la identidad de Melquisedec, ver com. Heb. 7:2.
7. Cristo. Gr. hós, "quien", es decir, Cristo (ver com. vers. 5). La sintaxis griega es aquí un poco difícil. El verbo principal de esta larga declaración es "aprendió" (vers. 8), y el pensamiento principal es que Cristo aprendió obediencia.
Días de su carne. Es decir, el período de su vida terrenal (ver com. Juan 1:14).
Ofreciendo. La idea básica de toda la declaración es que Jesús aprendió obediencia mientras ofrecía oraciones y súplicas, y era oído. La obediencia se aprendía mediante esas experiencias.
Ruegos. Gr. déesis, "petición", "súplica", "oración", del Gr. déomai, "pedir", "suplicar un favor".
Súplicas. Gr. hiketería. Una sinécdoque. Así se llamaban las ramas de olivo sostenidas por las manos de los suplicantes; después vino a significar las mismas súplicas fervientes.
Gran clamor y lágrimas. Parece referirse especialmente a la experiencia del huerto de Getsemaní. Los escritores evangélicos no mencionan lágrimas en relación con la agonía que allí sufrió Cristo, pero es fácil imaginarlas.
Algunos creen que el autor se está refiriendo a los sufrimientos en la cruz.
Ver Mat. 26:36-44; 27:46; Mar. 14:32-41; 15:34; Luc. 22:39-44, 23:46.
Le podía librar. El hecho de que el Padre pudiera librar al Hijo de la muerte hizo que la prueba fuera aún más grande. La humanidad del Hijo de Dios se estremeció de horror ante la idea de la separación del Padre. Cristo estuvo dispuesto a beber la copa, pero al mismo tiempo oraba fervientemente para ser liberado de beberla, si era posible; pero no pudo ser, y la bebió.
De la muerte. El griego dice "de dentro de la muerte", lo que podría indicar que Cristo moriría, pero Dios lo sacaría de la muerte; es decir, lo resucitaría.
Fue oído. Esta afirmación ha causado cierta dificultad porque Cristo no fue librado de la muerte, y sin embargo se afirma que Cristo "fue oído". Si "de la muerte" se entiende según se acaba de explicar, "fue oído" no presenta ninguna dificultad. Pero si se interpreta que Cristo no sufriría "la muerte" entonces cabría la siguiente explicación: el texto no dice que Cristo pidió ser librado "de la muerte" sino que oró a Aquel "que le podía librar de la muerte". El relato de los sinópticos claramente afirma que Cristo "oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora" (Mar. 14:35); y también dice que exclamó: "Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad" (Mat. 26:42). Estas declaraciones se pueden entender únicamente si se tiene en cuenta que Cristo deseaba ser librado de la muerte si era posible y estaba de acuerdo con la voluntad de Dios.
Si Cristo hubiese rogado en forma absoluta ser librado "de la muerte" entonces sí tendría que admitirse que le fue negado su pedido; pero no lo hizo así. Cuando añadió las palabras de sumisión "hágase tu voluntad", dejó libre el camino para que el Padre procediera de la manera que le pareciese mejor, y se comprometió a aceptar su decisión. La voluntad de Cristo era también la voluntad del Padre, y por esta razón cualquier cosa que decidiera también sería la decisión de Cristo. Cristo, pues, fue oído, y bajo tal condición -sometiéndose a la voluntad divina- será oída toda oración que asciende a Dios.
Ningún cristiano debe pensar que su oración no es oída. Toda oración ferviente es oída aunque no sea contestada en forma positiva. "No" es una respuesta tan definida como "sí", aunque con frecuencia la respuesta no es ni "sí" ni "no", sino "espera". El gran secreto de la oración eficaz es sumisión a la voluntad de Dios.
A causa de su temor. Gr. apó tés eulabéias, "desde la piedad", "desde el temor"; es decir, debido a su piedad o a su temor. "En atención a la sumisión incondicional con que oraba" (BC, nota). Los comentadores están divididos en cuanto a si eulábeia (nominativo de eulabéias) debe considerarse como un "temor reverente" o como un temor común. Si se trataba de un temor común, el pasaje significaría: "Fue oído [es decir, librado] de su ansiedad"; sin embargo, el uso bíblico de eulábeia y sus formas derivadas favorece el significado de "piedad" o "temor reverente".
Por ejemplo, eulábeia se traduce como "temor y reverencia" (cap. 12:28). Compárese con el uso del adjetivo eulabes en Luc. 2:25; Hech. 2:5; 8:2, y del verbo eulabéomai en Hech. 23:10; Heb. 11:7.
8. Aunque era Hijo. Esto se refiere a la divinidad de Cristo. Aunque Cristo se revistió de humanidad, era divino. En él estaban misteriosamente combinadas las dos naturalezas (ver com. Juan 1:14). La resurrección demostró de un modo incontrovertible que era el Hijo de Dios (ver com. Rom. 1:4); pero antes de ese acontecimiento ya era Hijo (ver com. Luc. 1:35). El pensamiento del pasaje es que aunque era divino aprendió "la obediencia por las cosas que sufrió".
Aprendió. Gr. mantháno, "aprender", "llegar a saber", "comprender", "enterarse". Cristo llegó a entender lo que significaba la obediencia, pero ésta le ocasionó sufrimientos y muerte: se hizo "obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Fil. 2:8). Vino a esta tierra para hacer la voluntad de Dios (Heb. 10:9) y nada pudo desviarlo de ese propósito. Cristo sostuvo una lucha constante porque hacía la voluntad de su Padre; pero ni una sola vez cedió a la tentación. Como sabe por experiencia personal todo lo que implica la obediencia humana a la voluntad divina, puede "socorrer" a los que son tentados a desviarse del camino de la obediencia (cap. 2:18).
A veces surge la pregunta en cuanto a cómo podría decirse que Cristo -que fue, es y será perfecto en todo momento- necesitaba aprender obediencia. Dos observaciones pueden ayudar a responder este interrogante: (1) En lo que se refiere a su vida terrenal, Cristo se desarrolló como los otros seres humanos. "Crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres" (ver com. Luc. 2: 52); y como sucede con los demás, aprendía por la observación y la experiencia. (2) Aunque Cristo era omnisapiente en su carácter de Dios anterior a la encarnación, sin embargo no conocía por experiencia los problemas que enfrentan los seres humanos cuando procuran obedecer a Dios. Pero al hacerse hombre y enfrentarse a las tentaciones de la vida como hombre, obtuvo ese conocimiento experimental. En esa forma cumplió con uno de los requisitos y cualidades esenciales para el sumo sacerdote, a saber: que el elegido pertenece a la familia humana (ver com. Heb. 5:1-3).
9. Habiendo sido perfeccionado. Gr. teleióo (ver com. cap. 2:10). La flexión del verbo que aquí se emplea también podría traducirse "habiendo sido completado", sugiriendo la idea de haber alcanzado una meta o terminado una tarea. Cristo logró lo que se había propuesto alcanzar por medio de su humanidad. Había demostrado su obediencia hasta la muerte, y fue perfeccionado. Así quedó capacitado para el cargo de sumo sacerdote.
(Ver com. cap. 5:1-3).
Autor. Gr. áticos, "causa", "fuente", "autor". El cumplimiento del plan establecido antes de la fundación del mundo, referente a su encarnación, vida, muerte, resurrección y glorificación, fue lo que hizo de Cristo la fuente de salvación.
Ver Hech. 4:12.
Le obedecen. La obediencia está directamente implicada en el plan de salvación. No se trata de que la salvación se gane con la obediencia, sino que la fe produce la obediencia.
En cuanto a la relación de las obras con la fe, ver com. Rom. 3:31.
10. Declarado. Gr. prosagoréuo, "nombrar", "designar". Este verbo sólo aparece aquí en el NT. Para "llamar" o "declarar" generalmente se usa kalé, vocablo que aparece en el vers. 4. Prosagoréuo se refiere a que Cristo fue formalmente designado por Dios como sumo sacerdote.
Sumo sacerdote. El mundo cristiano conoce a Cristo generalmente como "el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29); lo conoce como el Crucificado que se entregó por nosotros para que pudiéramos ser salvados. Pero no todos los cristianos conocen a Cristo como el Sumo Sacerdote que ofrece su propia sangre en el santuario celestial. Sin embargo, sin ese ministerio el plan de salvación sería ineficaz. Cuando la pascua fue instituida en Egipto, Dios no sólo ordenó a los israelitas que mataran el cordero, sino que pusieran su sangre en los postes y dinteles de sus casas (ver Exo. 12:7-13); y en la realidad simbolizada, la sangre de Cristo, nuestra Pascua (1Cor. 5:7), no sólo se derrama sino que es aplicada en favor de nosotros en el cielo, por nuestro gran Sumo Sacerdote, como una parte vital del plan de Dios para salvarnos.
Orden de Melquisedec. Ver com. vers. 6.
11. Acerca de esto. O "acerca de quien". El texto griego puede entenderse en una u otra forma. "Acerca de quien" se aplicaría a Melquisedec, acerca del cual el autor dice muchas cosas (vers. 7); "acerca de esto" se aplicaría al sumo sacerdocio de Cristo, según el orden de Melquisedec.
Difícil de explicar. El autor comprendía la dificultad de su tema y el hecho de que la iglesia necesitaba percepción espiritual para captarlo. Es evidente que conocía bien a sus lectores, o de lo contrario no se habría atrevido a hablar tan abiertamente en cuanto a ellos.
Tardos para oír. Mejor "lentos" o "perezosos" para oír. Esta condición le dificulta al autor presentar su tema. Su dificultad es doble: un tema difícil y unos oyentes lentos. Las limitaciones del alumno se convierten en limitaciones del maestro.
12. Debiendo ser ya maestros. No eran conversos nuevos; de lo contrario esta declaración no se aplicaría. Es evidente que no habían avanzado como podrían haberlo hecho. Después de tanto tiempo. O "por el tiempo transcurrido".
Se os vuelva a enseñar. Ya se les había enseñado, pero habían olvidado sus lecciones y necesitaban que se les enseñara de nuevo.
Esta misma condición existe ahora. Jóvenes y adultos malgastan su tiempo en lo que no es esencial, no aprovechan sus oportunidades, y necesitan aprender de nuevo los rudimentos del cristianismo. Es una condición espiritual lamentable.
Rudimentos. Gr. stoijéia, "elemento", "principio fundamental"
(ver com. Gál. 4:3; Col. 2:8).
Palabras. Gr. logía (ver com. Hech. 7:38; Rom. 3:2).
Leche... alimento sólido. Una metáfora que se refiere a los rudimentos del Evangelio y a los principios más avanzados, respectivamente. En cuanto a esta misma figura, ver com. 1 Cor. 3:1-2.
Dios quiere que todos crezcan hasta la estatura plena de la naturaleza humana de Cristo para "que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina" (ver com. Efe. 4:14).
13. Inexperto. Gr. úpeiros, "inexperto", "desconocedor", "inhábil". Este ápeiros no necesariamente desconoce completamente la Palabra de justicia, sino que tiene un conocimiento limitado y un crecimiento espiritual muy lento. Así como las personas se capacitan en un oficio o profesión, Dios también desea que lleguemos a ser hábiles y experimentados en el uso de la Palabra.
Palabra de justicia. Una frase que es sin duda sinónima de "Evangelio".
Niño. En sentido figurado, falto de desarrollo (cf. com. Efe. 4:14).
14. Alimento sólido. Ver com. vers. 12. El autor está preparando a sus lectores para que reciban una instrucción más avanzada en ciertos asuntos relacionados con la verdadera jerarquía de Cristo. Desea estimular a sus lectores a interesarse en mayor grado en lo que está a punto de impartirles. Piensa que ha llegado el tiempo para que avancen y abandonen sus hábitos infantiles y se conviertan en adultos espirituales.
Los que han alcanzado madurez.
Gr. téleios, "maduro", "completo".
Ver com. Mat. 5:48.
Uso. Gr. héxis, "ejercicio", "práctica"; "costumbre" (BJ).
Sentidos. Gr. aisthtrion, "órgano de sentido"; en sentido figurado, "los sentidos"; las facultades que capacitan para tomar las debidas decisiones morales.
El pasaje podría traducirse: "Tienen las facultades ejercitadas para discernir entre el bien y el mal".
Ejercitados. Gr. gumnázo, "adiestrar", "ejercitar".
"Gimnasio" deriva de esta raíz (cf. com. 2 Ped. 2:14). 7CBA
COMENTARIOS DE EGW
2. DTG 264. CRISTO ES EL GRAN CENTRO, y ellos se acercarían el uno al otro en la proporción en que se acercasen al centro. Cuando Jesús hubo dado su instrucción a los discípulos congregó al pequeño grupo en derredor suyo, y arrodillándose en medio de ellos y poniendo sus manos sobre sus cabezas, ofreció una oración para dedicarlos a su obra sagrada. Así fueron ordenados al ministerio evangélico los discípulos del Señor. Como representantes suyos entre los hombres, Cristo no elige ángeles que nunca cayeron, sino a seres humanos, hombres de pasiones iguales a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo mismo se revistió de la humanidad, para poder alcanzar a la humanidad.
La divinidad necesitaba de la humanidad; porque se requería tanto lo divino como lo humano para traer la salvación al mundo. La divinidad necesitaba de la humanidad, para que ésta pudiese proporcionarle un medio de comunicación entre Dios y el hombre.
ASÍ SUCEDE CON LOS SIERVOS Y MENSAJEROS DE CRISTO. El hombre necesita un poder exterior a sí mismo para restaurarle a la semejanza de Dios y habilitarle para hacer la obra de Dios; pero esto no hace que no sea esencial el agente humano. La humanidad hace 264 suyo el poder divino, Cristo mora en el corazón por la fe; y mediante la cooperación con lo divino el poder del hombre se hace eficiente para el bien. El que llamó a los pescadores de Galilea está llamando todavía a los hombres a su servicio. Y está tan dispuesto a manifestar su poder por medio de nosotros como por los primeros discípulos. Por imperfectos y pecaminosos que seamos, el Señor nos ofrece asociarnos consigo, para que seamos aprendices de Cristo. Nos invita a ponernos bajo la instrucción divina para que unidos con Cristo podamos realizar las obras de Dios. "Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros." (2Corintios 4:7).
ESTA ES LA RAZÓN POR LA CUAL LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO FUE CONFIADA A HOMBRES SUJETOS A ERROR MÁS BIEN QUE A LOS ÁNGELES. Es manifiesto que el poder que obra por la debilidad de la humanidad es el poder de Dios; y así se nos anima a creer que el poder que puede ayudar a otros tan débiles como nosotros puede ayudarnos a nosotros también. Y los que están sujetos a flaquezas deben poder compadecerse "de los ignorantes y extraviados." (Hebreos 5:2).
Habiendo estado en peligro ellos mismos, conocen los riesgos y dificultades del camino, y por esta razón son llamados a buscar a los demás que están en igual peligro. Hay almas afligidas por la duda, cargadas de flaquezas, débiles en la fe e incapacitadas para comprender al Invisible; pero un amigo a quien pueden creer, que viene a ellos en lugar de Cristo, puede ser el vínculo que corrobore su temblorosa fe en Cristo. Hemos de colaborar con los ángeles celestiales para presentar a Jesús al mundo. Con avidez casi impaciente, los ángeles aguardan nuestra cooperación; porque el hombre debe ser el medio de comunicación con el hombre. Y cuando nos entregamos a Cristo en una consagración de todo el corazón, los ángeles se regocijan de poder hablar por nuestras voces para revelar el amor de Dios. 265
7. 3JT 91. La oración es una comunión con Dios, fuente de la sabiduría, fuerza, dicha y paz. Jesús oró a su Padre "con gran clamor y lágrimas." Pablo exhortó a los creyentes a "orar sin cesar" y a hacer conocer sus necesidades por "peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias." Santiago dice: "Rogad los unos por los otros, . . . la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho."
(Heb. 5:7; 1 Tes. 5:17; Fil. 4:6; Sant. 5:16.)
Mediante oraciones sinceras y fervientes, los padres deberían alzar como una valla alrededor de sus hijos. Deberían orar 92 con fe implícita para que Dios habite en ellos y que los santos ángeles los preserven, a ellos y a sus hijos, de la potencia cruel de Satanás.
12. Ev 26. LAS CIUDADES POPULOSAS SERÁN BARRIDAS.- En todas partes hay hombres que deberían ocuparse en el ministerio activo y dar el último mensaje de amonestación a un mundo caído. Aún no se ha realizado la obra que desde hace mucho tiempo ha debido llevarse a cabo para ganar almas para Cristo. Se ha descuidado cruelmente a los habitantes de las ciudades impías que dentro de tan poco tiempo serán visitadas por calamidades. Falta poco para que las grandes ciudades sean barridas, de manera que todos deben ser amonestados acerca de la inminencia de estas calamidades. ¿Pero quién pone en el cumplimiento de esta obra el celo sincero que Dios requiere?. . .
Actualmente no se realiza ni la milésima parte de lo que debería efectuarse en la tarea de trabajar en las ciudades, y de lo que se haría si los hombres y las mujeres cumplieran cabalmente con su deber (Manuscrito 53, 1910).
DESTRUCCIÓN DE MILLARES DE CIUDADES.- ¡Ojalá que el pueblo de Dios tuviera una noción de la destrucción inminente de millares de ciudades, ahora casi entregadas a la idolatría! (Review and Herald, 10 de septiembre, 1903).
APRESURAD LA OBRA.- Mientras considero las condiciones reinantes en las ciudades, que tan manifiestamente se hallan bajo el poder de Satanás, me hago la pregunta: ¿Cuál será el fin de estas cosas? La maldad en muchas ciudades está creciendo. El crimen y la iniquidad dominan por doquiera. Nuevas especies de idolatría se introducen continuamente en la sociedad. En toda nación, la mente de los hombres es atraída por la invención de alguna cosa nueva. La temeridad en los hechos y la confusión de los pensamientos aumentan en todas partes. Ciertamente las ciudades de la tierra están llegando a ser como Sodoma y Gomorra.
Como pueblo, necesitamos acelerar la obra en las ciudades, que ha sido obstaculizada por la falta de obreros, medios y espíritu de consagración. En este tiempo, el pueble de Dios necesita volver el corazón plenamente a él, pues el fin de todas las cosas está cerca. Necesitan humillar sus mentes, y estar atentos a la voluntad del Señor, trabajando con fervoroso deseo, en aquello que Dios ha mostrado que debe ser hecho, a fin de amonestar a las ciudades con respeto a su ruina inminente (Review and Herald, 25 de enero, 1912).
Ministerio Hno. Pio
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