1 Timoteo 1.
SALUDO, EL ENCARGO DE REPROCHAR A LOS MAESTROS DE DOCTRINAS PERVERTIDAS: Vers. (1-4) Se le recuerda a Timoteo el encargo que le hizo Pablo cuando éste partió para Macedonia. (5-10) Sobre el correcto uso y fin de la ley. (11-19) El llamado de Pablo a ser apóstol. (20) Apostasía de Himeneo y Alejandro.
1 Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza,
5 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, 6 de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, 7 queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.
8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; 9 conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, 10 para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,
11 según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado. 12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio. 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. 14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16 Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. 17 Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, 19 manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, 20 de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar. (1 Timoteo 1).
1. Pablo. Presentar el nombre del autor en el saludo de una carta era lo común en la antigüedad (ver com. Rom. 1:1). Apóstol. Ver com. Hech. 1:2; Rom. 1:1. Pablo no era de los doce, pero fue llamado directamente por Cristo (Hech. 13:2; 20:24; Gál. 1:11-12, 15; ver com. Hech. 9:15).
Mandato. Gr. epitag', "orden", "requerimiento". Nadie podía presentar credenciales más solemnes que la autorización directa concedida a Pablo como apóstol. El pleno apoyo de la autoridad de Pablo fortalecería el liderazgo de Timoteo en medio de las dificultades que enfrentaba en Éfeso.
Salvador. Pablo da este título tanto al Padre (cap. 2:3,5) como a Jesús (Fil. 3:20; 2Tim.1:10; Tito 1:4; 2:13; 3 6). Los atributos de cada miembro de la Deidad pertenecen a todos ellos (ver com. Col. 2: 9). Todos los miembros de la Trinidad participan en la obra de la salvación del hombre, cada uno con su misión específica.
Señor Jesucristo. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "Cristo Jesús" (BJ, BA, BC, NC).
Esperanza. Cf. Rom. 15:13; ver com. Rom. 5:4; 8:24; 12:12. Cristo es no sólo el objeto de la esperanza del hombre, sino también su origen. Los seres humanos encuentran en Cristo la base para su "esperanza" de apoyo terrenal así como de la inmortalidad futura (ver. com. Col. 1:27).
2. Timoteo. Para una breve reseña biográfica de Timoteo, ver com. Hech. 16:1.
Verdadero. Gr. gn'sios, "legítimo", "sincero", "verdadero". Tal vez Pablo destaque que mediante su ministerio Timoteo se había convertido y se había preparado para ser ministro del Evangelio, o que Timoteo era especialmente notable por su genuina consagración a la causa de Cristo y personalmente a Pablo.
Fe. Probablemente significa el sistema de creencias cristianas.
Gracia. Ver com. Rom. 3:24; 1 Cor. 1:3.
Misericordia y paz. Compárese con la introducción de Pablo en 1 Cor. 1:1-3.
Esta secuencia de bendiciones espirituales corresponde con la experiencia de la persona justificada delante de Dios. Cuando el hombre comprende plenamente y acepta el plan de Dios para ser restaurado del pecado, tal como ese plan se revela en las muchas manifestaciones de la misericordia divina, una nueva paz se difunde por el alma. (ver com. Rom. 5:1).
Padre y de Cristo Jesús. Ver com. Rom. 1:7.
3. Te rogué. Timoteo había acompañado a Pablo en su primer viaje por Macedonia (Hech. 16:1-12; 20:1-4). El apóstol se refiere a un viaje posterior, después de su primera prisión en Roma (ver t. VI, p. 104). Timoteo deseaba mucho permanecer al lado de Pablo, pero la joven iglesia necesitaba su fiel cuidado pastoral.
Mandases. Gr. paraggéllÇ, "ordenar", "declarar". Pablo a menudo hace valer su autoridad apostólica para que las iglesias jóvenes no sufrieran debido a algunos que menospreciaban su apostolado (ver cap. 4:11; 5:7,21; 6:13,17).
Algunos. O "ciertos". Pablo evita discretamente magnificar el problema.
(ver com. Gál. 1:7).
Diferente doctrina. Es decir, cualquier enseñanza contraria a la verdad enseñada por los apóstoles (ver com. Gál. 1:8).
4. Fábulas. Gr. múthos, "mito", "invento", "falsedad". Quizá Pablo aquí se refiera a las invenciones rabínicas como las que más tarde se incorporaron en la Mishnah y otros escritos judíos (ver t. V, pp. 97-102).
Pero probablemente también esté advirtiendo contra una forma incipiente de gnosticismo (ver t. V, pp. 174, 870-871, 891; t. VI, pp. 56-59).
Genealogías. Una posible referencia a la práctica judaica de rastrear el linaje familiar para comprobar que existía descendencia del rey David o de alguna familia sacerdotal. Muchas de las enseñanzas y de las predicaciones de los judíos se basaban en rebuscadas alegorías que agradaban a la imaginación de la gente, pero sin alimentar su alma. Ver Tito 1:14.
Acarrean. O "causan", o "promueven" (BJ); "promover" (BC).
Disputas. Gr. ekz't'sis, "investigación", "especulación".
Edificación. Aunque unos pocos MSS dicen "edificación", la evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto oikonomía, es decir "administración", "economía", "mayordomía" o "plan". La BJ dice que "las fábulas y genealogías interminables" son "más a propósito para promover disputas que para realizar el plan de Dios, fundado en la fe". Las disputas que sólo sirven para satisfacer la curiosidad inútil nunca promueven el bienestar de la iglesia, que es la economía de Dios en la tierra.
5. Mandamiento. Gr. paraggelía, es decir, el encargo o comisión que Pablo dio a Timoteo (vers. 3). Amor. Gr. agáp' (ver com. 1 Cor. 13:1). La misión que Pablo dio a Timoteo (1 Tim. 1:3) se originó en el amor, y tenía el propósito de engendrar un espíritu de amor en los corazones de los miembros de la iglesia de Efeso. El resultado de debates infructuosos acerca de mitos y genealogías sin fin no era el amor sino disputas y divisiones.
Corazón limpio. Ver com. Sal. 24:4; Mat. 5:8.
No fingida. Es decir, sin excusas, sin disimulos. El amor procede únicamente de corazones puros e íntegros, de una buena conciencia y una fe leal, y no de inútiles especulaciones que sólo producen más "disputas" (vers. 4). Sólo el amor unirá a los miembros de la iglesia y revelará a Cristo ante el mundo.
6. Desviándose. Literalmente "habiendo errado el blanco". Es decir, no acertando con las tres fuentes del verdadero amor del vers. 5.
Vana palabrería. Gr. mataiología, "habla sin valor" (cf. 1 Cor. 15:17). Si el amor no es el resultado o la meta de la actividad del hombre, lo que se hace no conduce a nada permanente o satisfactorio.
7. Doctores de la ley. Cf. com. Luc. 5:17. Aparentemente, esos maestros eran judíos. "Maestros de la ley" (BJ, BA).
Sin entender. Cristo reprochó la incapacidad de los escribas y maestros para comprender el significado de la ley (ver com. Mat. 22:29). Opiniones personales y verdades asimiladas a medias son las mercaderías que ofrecen los inmaduros y supuestos maestros llenos de prejuicios. Las palabras de un maestro tienen profunda influencia, y cuando sus palabras se pronuncian sin discriminación ni la debida comprensión, sólo pueden confundir.
8. Ley. Como esos supuestos maestros (vers. 7) elaboraban sus mitos inútiles sacándolos supuestamente de la ley judaica y pervirtiendo las solemnes verdades del Evangelio, Pablo presenta la "ley" en su debida perspectiva. No quiere que su crítica contra los "doctores de la ley" (vers. 7) se interprete como que estuviera desestimando la "ley". Que Pablo incluye aquí preceptos morales es evidente por los vers. 9 y 10, que resumen varios principios del Decálogo (cf. Exo. 20:1-17).
Buena. Gr. kalós, "excelente". La ley es "buena" porque cumple bien el propósito para el cual fue hecha.
Legítimamente. Es decir, con el propósito para el cual se dio. Considerarla como una simple colección de reglamentos para argumentar en cuanto a ellos, o como tema para una inútil discusión filosófica (vers. 3-7), o como un medio de salvación (ver com. Rom. 3:20; cf. Rom. 4:14; Gál. 3:17, 19-25; 5:4), es pervertir la ley y abusar de ella. En cuanto a la naturaleza eterna y el propósito de la ley moral, ver com. Rom. 3:31.
9. Para el justo. El apóstol no enseña que el cristiano ya no está obligado a obedecer los Diez Mandamientos (ver com. Rom. 3:31). Jesús no vino para liberar a los hombres de la observancia de los mandamientos, sino para mostrarles la posibilidad de la obediencia y proporcionar el poder necesario para una victoria completa sobre el pecado (ver. com. Rom. 8:4); sin embargo, la ley no continúa condenando al que ha sido justificado, aunque permanece como su norma de conducta (ver com. Rom. 6:14).
Transgresores. Es decir, los que se oponen a la ley, o no la cumplen.
Desobedientes. O "rebeldes". El pecado es rebelión contra la autoridad de Dios. Cuando un ser creado se resiste a vivir en armonía con las leyes del universo, presume que su opinión es más sabia que la de Dios. La rebelión contra la autoridad produce la dramática lista que sigue.
Impíos. Es decir, irreligiosos.
Profanos. Los que no hacen distinción entre lo santo y lo secular, los que no tienen en cuenta al Dios viviente y sólo viven en un plano secular como sucedió con Esaú (Heb.12:16). Este término y los cinco anteriores se refieren específicamente a la violación de los primeros cuatro mandamientos del Decálogo. En 1 Tim. 1:10 se describen las transgresiones de un ser humano contra otro.
10. Fornicarios. Ver com. Exo. 20:14.
Sodomitas. U homosexuales.
Secuestradores. O "traficantes de esclavos". La esclavitud ha pesado como una maldición sobre la humanidad desde la antigüedad. Dios se esforzó por medio de Israel para restablecer la dignidad individual (ver com. Exo. 21:16; Deut. 24:7). Pablo también amplía aquí el verdadero valor del individuo.
Mentirosos. Ver com. Exo. 20:16.
Perjuros. Los que mienten después de haber jurado decir la verdad.
Sana. Gr. hugiáinÇ, "estar sano". Aquí y en el vers. 9 Pablo presenta un severo cuadro de los que desafían la ley de Dios. El oponerse a la voluntad de Dios produce un deterioro del cuerpo, la mente y el alma (ver com. Rom. 1:21-32).
La verdad practicada en la vida es lo único que puede traer paz a la mente y vitalidad al cuerpo. La palabra "higiene" deriva de hugiáinÇ.
11. Evangelio. Continúa Pablo con su condenación de los impíos que aspiraban a ser "maestros" en la iglesia. Esos pretendidos maestros estaban aplicando la ley en una forma contraria a su legítimo propósito.
La ley, en vez de revelarles sus pecados (vers. 9), se convirtió en una fuente de especulaciones intelectuales y de minuciosos argumentos (ver com. vers. 4). Para usar la ley "legítimamente" (vers. 8) debe vérsela dentro del contexto del "glorioso evangelio del Dios bendito" y usársela debidamente. La ley y el "evangelio" no pueden estar separados porque se necesitan mutuamente dentro del plan de Dios (PVGM 99).
La ley usada "legítimamente" (ver com. Rom. 3:20,31; Gál. 3:24) amplía la gloria "del Dios bendito" y revela cuán oportuno y adecuado es realmente el "evangelio". Pablo les da su debido lugar a ambos: a la ley y al Evangelio.
El Evangelio revela la gloria de Dios.
El hombre puede ahora contemplar en Jesucristo el solícito interés de su Padre celestial, que no ha dejado nada sin hacer en el programa de revelar su amor y misericordia para los seres humanos (2 Cor. 4:6; Efe. 1:6).
A mí me ha sido encomendado. O "se me ha confiado" (BJ). Este solemne sentido de responsabilidad era la fuerza que impulsaba el ministerio de Pablo y le daba autoridad para escribir cartas como 1 Timoteo (ver com. cap. 1:1). Cada ministro debe experimentar la convicción básica de que a él le ha sido confiada la solemne obra de revelar la gloria de Dios.
12. Doy gracias. Por el honor de habérsele confiado el Evangelio (vers. 11).
Los vers. 12-16 revelan cuán humilde era Pablo al evaluar sus propias insuficiencias; sin embargo, al usar "legítimamente" la ley (vers. 8) llegó a ser un hombre nuevo y un testigo viviente del poder salvador de Dios. Por lo tanto, lo que Dios pudo hacer con él, el "primero" de los pecadores (vers. 15), podía también hacerlo con cualquier otro hombre.
Fortaleció. Gr. endunamóÇ, "dar poder". Pablo no dependía de sus propios méritos para llevar a cabo la misión divina. Cada pastor puede valerse de los recursos del poder divino al enfrentarse a los problemas del ministerio.
Fiel. Es decir, digno de confianza. El cálido corazón de Pablo se llenaba de gratitud al considerar que Dios lo honraba con su confianza. La respuesta de una persona sincera es hacer todo lo posible para defender la confianza que Dios le dispensa. Ministerio. O "servicio".
13. Blasfemo. Pablo había sido un "blasfemo" (ver com. Hech. 9:4-5; 26:9-11); pero ahora repasa su vida para hacer resaltar el poder de la gracia de Dios (ver com. 1Tim. 1:14) y el resultado de usar "legítimamente" de la ley (ver com. vers. 8).
Perseguidor. Ver com. Hech. 9:1, 4-5; 22:4; 26:9-14; Gál. 1:13,23; Fil. 3:6.
Injuriador. O "insolente" (BJ, BC). Ver com. Rom. 1:30.
Por ignorancia. Pablo sinceramente creía que estaba sirviendo a Dios.
(ver com. Juan 16:2; Hech, 23:1; 24:16; 26:9).
Su conducta equivocada no había llegado al punto de hacer que pecara voluntariamente contra su conciencia y el Espíritu Santo.
(ver com. Mat. 12:31-32; Heb. 10:26-27; ver 2JT 141).
Pero cuando vio claramente la majestad de Jesús, su incredulidad fue vencida, fue obediente a "la visión celestial" (ver com. Hech. 26:19).
14. Gracia. Ver com. Rom. 3:24; 1 Cor. 1:3. Pablo no se jacta por su conversión. Sin el interés y la fortaleza de Dios habría continuado siendo Saulo el perseguidor.
Más abundante. Cf. Rom. 5:20. La gracia es dada en proporción con la necesidad del hombre. Los que se han debilitado más con el pecado, necesitan más abundante gracia. Pablo no quiere decir que Dios da arbitrariamente a los hombres diversas medidas de gracia, con el resultado de que algunos nunca se convierten porque Dios no quiere darles suficiente gracia.
Fe. Una leal amistad con Jesucristo reemplazó a la "incredulidad" (vers. 13) anterior de Pablo. Ver com. Rom. 3:22; 4:3.
Amor. El violento comportamiento del fanático fue sustituido por un espíritu nuevo de compasión y gratitud.
La fe y el amor son una prueba elocuente de que la "gracia" rige la vida. En cuanto a una definición de "amor", ver com. Mat. 5:43; 1 Cor. 13:1.
15. Fiel. O "digna de confianza". La frase "palabra fiel" se halla únicamente en las epístolas pastorales (1 Tim. 3:1; 4:9; 2 Tim. 2:11; Tito 3:8).
Digna. La creencia fundamental de que Jesús vino a redimir a los hombres puede ser aceptada sin vacilaciones ni dudas. Nada es digno de mayor atención.
Vino. Pablo afirma la preexistencia de Cristo (ver com. Juan 1:1-3; 16:28; 17:5).
Salvar. Desde que el pecado entró en el mundo, Dios ha estado poniendo en función su plan para salvar a los seres humanos de la destrucción eterna.
Hacer que las personas conozcan a Jesucristo es la obra de los ángeles y de las personas piadosas. Este versículo no limita la gracia de Dios a unos pocos escogidos, sino que destaca que está al alcance de todos los "pecadores"
(ver com. Mat. 1:21).
Primero. Pablo continuaba considerándose indigno aun después de su conversión. No dice "fui el primero", sino "soy el primero" (ver com. 1 Cor. 15:9-10).
Su humildad se debía a su recuerdo de haber agraviado y perseguido a Dios y a su iglesia en lo pasado (ver com. 1 Tim. 1: 13), y también porque comprendía su insuficiencia si no recibía diariamente poder de Dios. El cristiano verdaderamente convertido nunca deja de sentir la indignidad que sintió la primera vez que entregó su voluntad a Cristo. Sabe que si diariamente no mora en él el poder de Dios, su vida no revelará los atributos del carácter cristiano. "Mientras más nos acerquemos a Jesús y más claramente apreciemos la pureza de su carácter, más claramente discerniremos la excesiva pecaminosidad del pecado y nos sentiremos menos inclinados a ensalzarnos a nosotros mismos" (PVGM 124).
La única salvaguardia del cristiano es recordar el abismo de donde fue "arrancado" (Isa. 51:1; cf. Sal. 40:2), no confiar en sí mismo y someter alegremente, día tras día, su voluntad a los deseos de Dios.
16. Por esto. Pablo llegó a ser un modelo de lo que Dios puede hacer con cualquier hombre, aunque haya sido insolente, blasfemo y perseguidor.
(ver com. vers. 13).
Por eso cualquiera puede pensar que si Dios tuvo suficiente paciencia y amor para perdonar a un hombre tan pecador como Pablo, también debe tener suficiente paciencia y amor para perdonarlo a él. Jesús soportó mucho a Pablo, pues sabía que su conversión llegaría a ser un motivo de ánimo para los seres humanos de todos los siglos.
Jesucristo. La gloria de la conversión de Pablo era la revelación de la clemencia y del amor de Cristo que se extienden a todos los hombres.
Ejemplo. De lo que Dios puede hacer con todo el que se somete a su amor. Cuando Pablo declara que era el "primero" (vers. 15) no quiere decir que él era el único ejemplo de la paciencia divina. Cada converso es un monumento viviente o un "ejemplo" del insondable amor y de la clemencia de Dios.
Creer. O "confiar" (ver com. Rom. 3:3).
17. Rey de los siglos. Expresión que aparece sólo aquí en el NT. Destaca el carácter eterno del reino universal de Dios (ver Rom. 16:26).
Al referirse a Dios como "Rey" Pablo quizá pensaba en el absoluto contraste entre el Señor y el infame emperador Nerón, que pronto haría matar al apóstol. Pero en el reino eterno Pablo, con todos los redimidos, poseerá una vida que no le podrá ser quitada (ver 1 Tim. 6:11-16).
Al repasar su nueva vida en Cristo contrastándola con su antigua vida de intolerancia y odio, Pablo prorrumpe en una gloriosa doxología de gratitud.
Hay himnos similares de alabanza en Rom. 11:36; 16:27; Gál. 1:5; Efe. 3:21; Fil. 4:20; 1 Tim. 6:15-16.
Inmortal. Gr. áfthartos, "imperecedero", "incorruptible", "inmortal". Compárese con el uso de esta palabra en 1 Cor. 9:25; 15:52; 1 Ped. 1:4,23.
Invisible. O "no visto" (ver Heb. 11:27; com. Col. 1:15).
Unico y sabio Dios. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión del adjetivo "sabio". Lo omiten la BJ, BC, BA y NC. Dios no tiene rivales en el afecto de los hombres, pues no hay otro que posea las cualidades que aquí se le atribuyen.
Sólo una relación de amor con el Dios "inmortal" puede garantizar la vida eterna para cada ser humano.
Honor y gloria. Es decir, la reverencia y el servicio incondicionales del hombre y sus espontáneas exclamaciones de amorosa gratitud.
18. Este mandamiento. Es decir, la entrega que Pablo hacía a Timoteo de los deberes pastorales en Éfeso (ver com. vers. 3,5).
Hijo. Gr. téknon, "niño", "uno nacido". En este caso, la descendencia espiritual de Pablo (ver com. vers. 2).
Profecías. Pablo quizá se refiera a las predicciones hechas cuando Timoteo fue ordenado, que describían su futura consagración y éxito en el ministerio (verHech. 16:2). Estas palabras también podrían indicar que la "recomendación" confiada a Timoteo de que corrigiera a los que enseñaban una doctrina diferente (ver com. 1 Tim. 1:3-4), fue asimismo aprobada por Dios mediante los profetas de la iglesia (ver com. Hech. 13:1; 1 Tim. 4:14).
En cuanto a los deberes de un profeta, ver com. Mat. 11:9.
Por ellas. Timoteo se sentía animado y fortalecido frente a los difíciles problemas que soportaba la iglesia de Éfeso, porque sabía que los dirigentes de la iglesia, de más edad y mayor experiencia que él, tenían confianza. Evidentemente habían "profetizado" que Timoteo sería fiel y útil a la iglesia.
Milicia. "Combate" (BJ, NC); "batalla" (BA). El empeño de Timoteo para que su liderazgo fuera tan firme como el de Pablo y para que su lucha contra el pecado fuera exitosa, podía asemejarse a una campaña militar o guerra de la justicia contra el mal (ver com. 2 Cor. 10:3- 4, Efe. 6:10-17; 2 Tim. 2:3-4).
19. Manteniendo la fe. Timoteo debía estar persuadido por la convicción de que Dios había hablado por medio de Pablo y de los profetas de la iglesia cuando le confiaron el liderazgo y el ministerio evangélico y le predijeron su futura utilidad. Timoteo sólo podía tener éxito si mantenía la convicción de que hombres de Dios le habían comunicado la voluntad del Señor para él, y que al cumplir fielmente con su misión podía estar seguro de la bendición divina. El inconfundible consejo de la Palabra de Dios, en ese tiempo el AT, sería un arma adicional en la "milicia" (vers. 18), o "combate", contra los maestros que fomentaban divisiones (vers. 37).
Buena conciencia. Esta debía ser la segunda arma de Timoteo en la guerra contra el error y el pecado. Cualesquiera que fueran los problemas que enfrentara Timoteo, su fortaleza consistiría en un sincero esfuerzo para proceder de acuerdo con los principios establecidos por Pablo y la Palabra de Dios. Los misioneros cristianos de hoy día también descubrirán que sus más profundas convicciones se apagan y debilitan si su conducta personal no confirma el mensaje que predican.
Desechando. Gr. apothéo, "expulsar", "rechazar" (ver Hech. 13:46). Pablo describe a los que voluntariamente rechazaban la voz de la conciencia. Los trágicos pasos de la apostasía son: (1) la violación de una conciencia pura; (2) la pérdida de la convicción en cuanto a la importancia de los principios cristianos; (3) el rechazo voluntario de la fe.
La fe. La fe de los que no prestaron atención a la voz de la conciencia.
Naufragaron. Si el capitán de un barco se aparta de su brújula para depender de su propio juicio, causará un desastre. También el cristiano naufragará en su fe si se aparta de la segura Palabra de Dios para confiar en su propio juicio o en el de otra persona.
20. Himeneo. Quizá el mismo maestro de falsas doctrinas mencionado en 2Tim.2:17.
Alejandro. Nada más se sabe con certeza en cuanto a este hombre.
Entregué a Satanás. Algunos comentadores piensan que esta expresión equivalía a una sentencia judicial en la sinagoga judía. La frase podría haberse originado en el relato de Job, cuando su fe fue puesta en duda, y el Señor lo entregó a Satanás para ser probado (Job 2:6). Pero es evidente que Pablo no usó esta frase con la idea de que la pureza de los que entregaba a Satanás sería manifiesta, sino que pensaba que así las acciones de ellos serían condenadas como espiritualmente incompatibles con las normas de la iglesia cristiana. Esta frase, como 1 Cor. 5:3-5, se refiere específicamente a expulsar de la iglesia; era la extrema medida disciplinaria que una congregación cristiana podía aplicar a uno de sus miembros que persistía en el pecado. Como el transgresor había rechazado uno o más de los principios fundamentales de la fe cristiana (1 Tim. 1:19), en rigor se había separado a sí mismo del espíritu y del cuerpo de la iglesia por sus propios actos.
En este mundo sólo hay dos reinos espirituales: el de Dios y el de Satanás. El que renuncia a servir al reino de Dios, automáticamente se pone al servicio del reino de Satanás. La iglesia no hace ese cambio, sino que ratifica la elección que ha hecho el pecador (ver com. 1 Cor. 5:5).
Aprendan. Gr. paidéuo, "educar a niños", "enseñar", "instruir". Aunque la expulsión de la iglesia es una medida drástica, tiene el propósito de corregir.
La impresión recibida al ser finalmente separado de la comunión de la iglesia, podría hacer comprender al pecador descuidado la peligrosa situación de su alma. Como el transgresor ya no era miembro de la familia visible de Cristo, entonces podría darse cuenta de su necesidad de arrepentimiento y contrición. De ese modo la medida extrema de expulsar de la iglesia podría ser el único medio de hacer volver al pecador a la senda de "la fe y buena conciencia" (vers.19) y de hacerle comprender su verdadera condición delante de Dios.
Blasfemar. Quizá Pablo se refiera a los actos perversos de los que hacen uso indebido de la ley (ver com. vers. 3-7). La ley es una expresión de la voluntad y del carácter de Dios, por esta razón cualquier uso pervertido de ella deshonra a Dios y deforma sus propósitos. Todo lo que deshonra a Dios es una blasfemia. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
2. HAp 166. EN TIMOTEO, PABLO vio uno que comprendía la santidad de la obra del ministerio; uno que no desmayaba frente al sufrimiento y la persecución; y que estaba dispuesto a ser enseñado. Sin embargo, el apóstol no se atrevió a asumir la responsabilidad de darle a Timoteo, un joven inexperto, una preparación en el ministerio evangélico, sin satisfacerse antes plenamente respecto a su carácter y su vida.
El padre de Timoteo era griego y su madre judía. Desde la niñez había conocido las Escrituras. La piedad que vio en su vida de hogar era sana y cuerda. La fe de su madre y de su abuela en los oráculos sagrados era para él un constante recuerdo de la bendición que acarrea el hacer la voluntad de 166 Dios. La palabra de Dios era la regla por la cual esas dos piadosas mujeres habían guiado a Timoteo. El poder espiritual de las lecciones que había recibido de ellas conservó puro su lenguaje y evitó que le contaminaran las malas influencias que le rodeaban. Así las que le instruyeron en el hogar habían cooperado con Dios en prepararlo para llevar responsabilidades.
PABLO VIO A TIMOTEO FIEL, FIRME Y SINCERO, y le escogió como compañero de labor y de viaje. Las que habían enseñado a Timoteo en su infancia fueron recompensadas viendo al hijo de su cuidado unido en estrecho compañerismo con el gran apóstol.
TIMOTEO ERA SÓLO UN JOVEN cuando fue escogido por Dios como maestro; pero sus principios habían sido tan bien establecidos por su primera educación que era digno del puesto de ayudante de Pablo. Y aunque joven, llevó sus responsabilidades con mansedumbre cristiana.
Como Medida De Precaución, Pablo aconsejó prudentemente a Timoteo que se circuncidase, no porque Dios lo requiriese, sino para eliminar del pensamiento de los judíos algo que pudiera llegar a ser una objeción contra el ministerio de Timoteo.
EN SU OBRA, PABLO había de viajar de ciudad en ciudad, en muchas tierras, y con frecuencia tenía oportunidad de predicar a Cristo en las sinagogas de los judíos, como también en otros lugares de reunión.
Si llegaban a saber que uno de sus compañeros era incircunciso, su obra quedaría grandemente estorbada por los prejuicios y el fanatismo de los judíos. Por doquiera el apóstol afrontaba resuelta oposición y severa persecución.
DESEABA IMPARTIR A SUS HERMANOS JUDÍOS, tanto como a los gentiles, el conocimiento del Evangelio; y por eso procuraba, en la medida consecuente con su fe, quitar todo pretexto de oposición.
SIN EMBARGO, mientras condescendía así con el prejuicio judío, creía y enseñaba que la circuncisión y la incircuncisión nada eran, y que el Evangelio de Cristo era todo. Pablo amaba a Timoteo, su "hijo en la fe." (1 Tim. 1:2).
4. 1JT 101. Cristo Es La Fuente De Nuestra Fortaleza. Él es la vid, nosotros los pámpanos. Debemos recibir nutrición de la Cepa viva. Privados de la fuerza y nutrición de aquella Cepa, somos como miembros del cuerpo sin cabeza, y estamos en la misma posición en la cual Satanás quiere que estemos, para poder dominarnos como le agrade. El obra "con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por lo tanto, pues, les envía Dios operación de error, para que crean a la mentira." El espiritismo es una mentira. Se basa en la gran mentira original:" No moriréis." Miles cortan la Cabeza y el resultado es que los miembros actúan sin Jesús como cabeza, y otro guía al cuerpo. Satanás los domina.
CEDEN A SATANÁS. Me fue mostrado que Satanás no puede dominar la mente a menos que ésta le sea entregada. Los que se apartan de lo recto están en grave peligro ahora. Se separan de Dios y del cuidado vigilante de sus ángeles, y Satanás, siempre listo para destruir las almas, empieza a presentarles sus engaños. Los tales corren el mayor peligro; y si lo ven y tratan de resistir a las potestades de las tinieblas, no les resultará fácil libertarse de la trampa de Satanás. Se han aventurado en el terreno de Satanás, y él los declara suyos. No vacilará en empeñar todas sus energías y llamar en su ayuda a toda su hueste maligna para arrancar a un solo ser humano de las manos de Cristo.
Los que han tentado al diablo a que los tiente, tendrán que hacer esfuerzos desesperados para librarse de su poder. Pero cuando empiecen a trabajar, entonces los ángeles de Dios a quienes han agraviado acudirán en su auxilio. Satanás y sus ángeles no están dispuestos a perder su presa. Contienden y pelean con los santos ángeles, y el conflicto es intenso. Pero si los que han errado continúan orando y con profunda humildad 101 confiesan sus yerros, los ángeles que son poderosos en fortaleza prevalecerán y los arrebatarán del poder de los ángeles malos.
Al levantarse el telón y mostrárseme la corrupción de esta época, mi corazón se condolió y mi espíritu casi desmayó dentro de mí. Vi que los habitantes de la tierra estaban llenando la copa de su iniquidad. La ira de Dios está encendida, y no se apagará hasta que los pecadores estén destruidos sobre la tierra. Satanás es el enemigo personal de Cristo. Es el que origina y encabeza toda especie de rebelión en el cielo y en la tierra. Su ira aumenta; nosotros no nos damos cuenta de su poder.
Si nuestros ojos fuesen abiertos y pudiéramos discernir la obra que efectúan los ángeles caídos con aquellos que se sienten tranquilos y seguros, no nos sentiríamos tan seguros. Los malos ángeles nos siguen en todo momento. Es lógico que los hombres malos estén dispuestos a obrar como les sugiere Satanás; pero mientras que nuestra mente no está en guardia contra sus agentes invisibles, ellos asumen nuevas posiciones y obran maravillas y milagros ante nuestros ojos. ¿Estamos preparados para resistirles por la Palabra de Dios, la única arma que podemos usar con éxito?
Algunos estarán tentados a recibir estos prodigios como provenientes de Dios. Habrá enfermos que sanarán delante de nosotros. Se realizarán milagros ante nuestra vista. ¿Estamos preparados para la prueba que nos aguarda cuando se manifiesten más plenamente los milagros mentirosos de Satanás? ¿No serán entrampadas y apresadas muchas almas? Al apartarse de los claros preceptos y mandamientos de Dios, y prestar oído a las fábulas, la mente de muchos se está preparando para aceptar estos prodigios mentirosos. Todos debemos procurar armamos ahora para la contienda en la cual pronto deberemos empeñarnos. La fe en la Palabra de Dios estudiada con oración y puesta en práctica, será nuestro escudo contra el poder de Satanás y nos hará vencedores por la sangre de Cristo.102
15. CC 35, 40. Cuando Satanás viene a decirte que eres un gran pecador, mira a tu Redentor y habla de sus méritos. Lo que te ayudará será el mirar su luz. Reconoce tu pecado, pero di al enemigo que "Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores" (1 Timoteo 1:15) y que puedes ser salvo por su incomparable amor.
Jesús hizo una pregunta a Simón con respecto a dos deudores. El primero debía a su señor una suma pequeña y el segundo una muy grande; pero él perdonó a ambos, y Cristo preguntó a Simón cuál deudor amaría más a su señor. Simón contestó: “Aquel a quien más perdonó" (Lucas 7:43).
Hemos sido grandes deudores, pero Cristo murió para que fuésemos perdonados. Los méritos de su sacrificio son suficientes para presentarlos al Padre en nuestro favor. Aquellos a quienes ha perdonado más, lo amarán más, y estarán más cerca de su trono alabándolo por su grande amor e infinito sacrificio. Cuanto más plenamente comprendemos el amor de Dios, más nos percatamos de la pecaminosidad del pecado. Cuando vemos cuán larga es la cadena que se nos ha arrojado para rescatarnos, cuando entendemos algo del sacrificio infinito que Cristo ha hecho en nuestro favor, el corazón se derrite de ternura y contrición.
CC 40. * Después de que Adán y Eva hubieron comido de la fruta prohibida, los embargó un sentimiento de vergüenza y terror.
Al principio solamente pensaban en cómo podrían excusar su pecado y escapar de la terrible sentencia de muerte. Cuando el Señor les habló tocante a su pecado, Adán respondió, echando la culpa en parte a Dios y en parte a su compañera: "La mujer que pusiste aquí conmigo me dio del árbol, y comí".
La mujer echó la culpa a la serpiente, diciendo: "La serpiente me engañó, y comí" (Génesis 3:12, 13) ¿Por qué hiciste la serpiente? ¿Por 40 qué le permitiste que entrase en el Edén?
Esas eran las preguntas implicadas en la excusa de su pecado, haciendo así a Dios responsable de su caída. El espíritu de justificación propia tuvo su origen en el padre de la mentira y ha sido exhibido por todos los hijos e hijas de Adán. Las confesiones de esta clase no son inspiradas por el Espíritu divino y no serán aceptables para Dios.
El arrepentimiento verdadero induce al hombre a reconocer su propia maldad, sin engaño ni hipocresía.
Como el pobre publicano que no osaba ni aun alzar sus ojos al cielo, exclamará: "Dios, ten misericordia de mí, pecador", y los que reconozcan así su iniquidad serán justificados, porque Jesús presentará su sangre en favor del alma arrepentida.
Los ejemplos de arrepentimiento y humillación genuinos que da la Palabra de Dios revelan un espíritu de confesión sin excusa por el pecado, ni intento de justificación propia.
San Pablo no procura defenderse; pinta su pecado como es, sin intentar atenuar su culpa. Dice: "Lo cual también hice en Jerusalén, encerrando yo mismo en la cárcel a muchos de los santos habiendo recibido autorización de parte de los jefes de los sacerdotes; y cuando se les daba muerte, yo echaba mi voto contra ellos.
Y castigándolos muchas veces, por todas las sinagogas, les hacia fuerza para que blasfemasen; y estando sobremanera enfurecido contra ellos, iba en persecución de ellos hasta las ciudades extranjeras". (Hechos 26:10,11).
Sin vacilar declara: "Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores; de los cuales yo soy el primero" (1 Timoteo 1:15). 41
Ministerio Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario