domingo, 15 de agosto de 2021

775. TERCER VIAJE MISIONERO DE PABLO: En Macedonia, Grecia, Y Troas... (HECHOS 20).

Hechos 20. Vers. (1-6) Pablo va a Macedonia, (7-16) celebra la Cena del Señor, y predica. Eutico se cae, y muere; pero Pablo lo resucita. Continua su viaje misionero… (17-27) Pablo congrega a los ancianos de Mileto, y les predice lo que le sobrevendrá; (28) les encomienda el rebaño del Señor, (29-31) los amonesta contra los falsos maestros, (32-35) los encomienda a Dios, (36-38) ora con ellos, y se marcha.

1 Después que cesó el alboroto, llamó Pablo a los discípulos, y habiéndoles exhortado y abrazado, se despidió y salió para ir a Macedonia. 2 Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia.

3 Después de haber estado allí tres meses, y siéndole puestas asechanzas por los judíos para cuando se embarcase para Siria, tomó la decisión de volver por Macedonia. 4 Y le acompañaron hasta Asia, Sópater de Berea, Aristarco y Segundo de Tesalónica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo. 5 Estos, habiéndose adelantado, nos esperaron en Troas. 6 Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete días.

El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. 8 Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos;

9 y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. 10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo; No os alarméis, pues está vivo. 11 Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió. 12 Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados.

13 Nosotros, adelantándonos a embarcarnos, navegamos a Asón para recoger allí a Pablo, ya que así lo había determinado, queriendo él ir por tierra. 14 Cuando se reunió con nosotros en Asón, tomándole a bordo, vinimos a Mitilene. 15 Navegando de allí, al día siguiente llegamos delante de Quío, y al otro día tomamos puerto en Samos; y habiendo hecho escala en Trogilio, al día siguiente llegamos a Mileto. 16 Porque Pablo se había propuesto pasar de largo a Éfeso, para no detenerse en Asia, pues se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén.

17 Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. 18 Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, 19 sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; 20 y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, 21 testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.

22 Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin salberlo que allá me ha de acontecer; 23 salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. 24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. 25 Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.

26 Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; 27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.

28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.

30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. 31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. 32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. 33 Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado.

34 Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. 35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.

36 Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. 37 Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, 38 doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco. (Hechos 20).

1. Alboroto. Gr. thórubos, "ruido", "tumulto". Se usa esta misma palabra en relación con el juicio de Jesús (Mat. 26:5; 27:24; Mar. 14:2), con motivo de la resurrección de la hija de Jairo (Mar. 5:38) y cuando se apoderaron de Pablo en Jerusalén (Hech. 21:34; 24:18).

Llamó... a los discípulos. Pablo pidió que hubiera una reunión de los miembros de iglesia para despedirse de ellos. Y abrazado. En el texto griego se omiten estas palabras. Sólo dice que se despidió y salió. Evidentemente Pablo permaneció en Éfeso hasta que vio que la iglesia estaba otra vez tranquila. Probablemente estuvo cerca de tres años en Éfeso (c. 54 al 57 d. C.; ver p. 105).

A Macedonia. En esta narración del libro de Hechos hay una laguna que puede ser cubierta con informaciones de las epístolas a los corintios. Durante esta gira por Macedonia Pablo escribió 2 Corintios (ver 2 Cor. 2:12-13; 7:5; 9:2).

2. Aquellas regiones. Sin duda Pablo deseaba visitar otra vez las iglesias que había fundado en Tesalónica y Berea, y también en Filipos. Es muy posible que siguiera el camino romano que, rumbo al oeste, cruzaba Macedonia, hasta las playas del Adriático, y que proclamara por primera vez el Evangelio en Ilírico (ver Rom. 15:19).

Grecia. Gr. Hellás. Lucas usa el término Hellás como sinónimo de Acaya, la provincia del sur. El viaje llevó a Pablo a Corinto donde tenía que arreglar muchos asuntos en la iglesia. Los creyentes de Corinto ya habían recibido sus dos cartas. En la primera, enviada desde Éfeso, había creído que era necesario amonestarles por el espíritu partidista que fomentaban en la iglesia.

También había censurado los desórdenes relacionados con la Cena del Señor y condenado a un incestuoso. Las tareas pastorales que esperaban a Pablo le iban a dar poco reposo durante los tres meses que pasara allí, aun cuando estuviera todo el tiempo en Corinto.

Pablo posiblemente no pudo ver en Corinto a algunos de sus amigos. El decreto de Claudio o había sido revocado, o ya no estaba en vigencia, y Aquila y Priscila quizá habían regresado de Éfeso a Roma (cf. Hech. 18:18-19; Rom. 16:3). Sin duda habían hecho lo mismo otros a quienes había conocido en Corinto (ver Rom. 16). Todo esto fortalecía su fervoroso deseo de ir a Roma (Hech. 19:21; Rom. 1:10-11).

La obra de Pablo en Grecia estaba hecha, y sintió que un impulso más que humano lo atraía hacia el oeste. Por lo tanto, contempló la posibilidad de hacer un rápido viaje a Jerusalén, para dejar allí los donativos de las iglesias gentiles. Luego emprendería inmediatamente un viaje a Roma y a España (Rom. 15:24-28). El resto del libro de los Hechos revela cuán diferente era en realidad el camino que le aguardaba.

3. Siéndole puestas asechanzas por los judíos. O "los judíos tramaron una conjuración contra él" (BJ). Los judíos habían tratado de comprometer a Galión en sus ataques contra Pablo durante la última visita de éste a Corinto, y ahora secretamente buscaban descargar su ira sobre él. Sin duda su intención fue matarlo. Cuando Pablo supo del complot, cambió sus planes y para frustarlo regresó con sus compañeros por Macedonia.

4. Y le acompañaron. Timoteo y probablemente también Sópater (quizá una forma abreviada de Sosípater) habían estado con Pablo en Corinto (ver Rom. 16:21). Puede explicarse la numerosa delegación por el hecho de que Pablo llevaba una gran suma dedicada a las iglesias de Judea.

Acompañado de varios testigos de las regiones que habían contribuido a esta colecta, podría evitar cualquier acusación que los calumniadores levantaran contra él (2 Cor. 8:19-21). Por lo tanto se escogieron representantes de las iglesias principales. Ellos podrían testificar de que la conducta del apóstol estaba fuera del alcance de todo reproche. Incluyendo a Lucas, había ocho el grupo de Pablo (ver com. vers. 5). Hasta Asia. La evidencia textual (cf. p. 10) se inclina por la omisión de estas palabras.

5. Nos esperaron. El cambio repentino a la primera persona del plural nos recuerda que Locas, quien nunca se nombra a sí mismo, debía añadirse a la lista de los que ahora acompañaban a Pablo. Pudo haber sido incluido como delegado de la iglesia de Filipos, o como amigo y médico de Pablo. La espera permitió que Pablo celebrara la pascua en Filipos, desde donde partió "pasados los días de los panes sin levadura" (vers. 6). Los discípulos que iban adelante debían anunciar la llegada de Paulo a la iglesia de Troas, y así habría una reunión plenaria para recibirlo cuando llegara.

6. Días de los panes sin levadura. Parece que el apóstol se detuvo intencionalmente en Filipos por causa de la fiesta judía. Para Pablo, judío y fariseo, la época de la pascua debe haber tenido un profundo significado religioso (cap. 23: 6). Los cristianos quizá también ya comenzaban a pensar en el tiempo de la pascua como el aniversario de la muerte y resurrección de Cristo (cf. 1 Cor. 5:7-8).

En cinco días nos reunimos con ellos en Troas. En el viaje hacia el occidente, desde Troas hasta Filipos (ver com. cap. 16:11-12) habían gastado sólo tres días; pero el barco, navegando ahora hacia el este, se enfrentaba con la corriente suroeste que comienza en los Dardanelos, y probablemente también con los vientos del noreste, muy frecuentes en el archipiélago en la primavera.

Pablo, Lucas y Timoteo habían estado juntos en Troas cuando Pablo recibió la visión del llamamiento macedónico para que viajara a Europa. Sópater, Aristarco y Segundo representaban parte de la cosecha que Dios les había concedido en su trabajo en Macedonia.

Siete días. Pablo y Lucas se quedaron una semana en Troas. Los siete días que pasaron en Troas terminaron con el sábado. Al siguiente día, el primero de la semana, Pablo resolvió viajar a pie a Asón (vers. 13), mientras el resto de su comitiva continuaba por barco a la misma ciudad. Entre el fin del sábado y su partida temprano por la mañana los misioneros pasaron la parte oscura del primer día de la semana -es decir, la noche del sábado según se dice hoy- en una reunión memorable y prolongada con la iglesia en Troas.

7. El primer día de la semana. En griego esta expresión es igual a la que aparece en Mat. 28:1 (ver este comentario). No hay duda de que, en términos generales, esto corresponde por lo menos con el día domingo actual; sin embargo, los comentadores han estado divididos en cuanto a si esta reunión se llevó a cabo en la noche del domingo, o en la noche anterior, la del sábado.

Los que favorecen la idea de que la reunión fue en domingo por la noche, destacan que Lucas, quien muy probablemente era gentil, quizá usaba el cómputo romano del tiempo, que hacía comenzar el día a la medianoche. Con este cómputo la reunión nocturna en el primer día de la semana sólo podría haber sido en domingo por la noche. Hacen notar también que la secuencia del versículo -"el primer día de la semana... al día siguiente" - denota que la partida de Pablo tuvo lugar en el segundo día de la semana, o lunes. Si así fuera, entonces la reunión se celebró un domingo por la noche.

Puede notarse también que Juan se refiere al domingo por la noche como "el primer día de la semana" (Juan 20:19), aunque de acuerdo con el cómputo judío ya era el segundo día de la semana (ver t. II, p. 104). Es posible que Lucas usara aquí la expresión en el mismo sentido que Juan.

Otros comentadores, incluyendo a Ellicott, Conybeare y Howson, y A. T. Robertson, han preferido entender que la reunión se celebró la noche anterior al domingo, "... es decir, en la noche del sábado, según la manera judía de contar 1 día" (BJ, nota sobre este versículo).

El cómputo judío hacía comenzar el día a la puesta del sol; por eso, de acuerdo con este sistema, la parte oscura del primer día de la semana era la noche que precede al domingo, o sea sábado por la noche. Dicho sistema de cómputo continuó durante siglos entre los cristianos, por lo que es razonable pensar que Lucas, fuera o no gentil, lo pudo haber usado en su narración. De acuerdo con esto, la reunión de Pablo en Troas comenzó después de la puesta de sol del sábado y continuó durante esa noche; y al siguiente día, actual domingo, siguió su viaje a Asón.

Algunos escritores han visto en este pasaje una indicación de la antigua observancia cristiana del domingo. Es un asunto de relativamente poca importancia que Lucas haya usado en este caso el sistema de cómputo romano o el judío, porque él dice claramente que la reunión fue en "el primer día de la semana". Si estaba usando el sistema judío de cómputo, la noche anterior al domingo era considerada el primer día, y si estaba usando el sistema romano, la noche que seguía al domingo se consideraba aún parte del primer día. El factor significativo aquí, en cuanto al asunto de la observancia del domingo por los cristianos primitivos, es si esta reunión del primer día de la semana representa una práctica cristiana regular, o si se celebró debido a la visita de Pablo.

Un examen de toda la narración no apoya el punto de vista de que Pablo celebró esta reunión específicamente porque era el primer día de la semana. Había estado en Troas siete días, y no hay duda de que allí se reunió con los creyentes más de una vez. Ahora estaba a punto de partir, y lo más lógico era que celebrara una reunión final de despedida y participara de la Cena del Señor con los hermanos.

La declaración de Lucas de que esto ocurrió el primer día de la semana antes que apoyar de manera específica la observancia del domingo, está en plena armonía con toda la serie de notas cronológicas que emplea en la narración de este viaje (cap. 20:3, 6-7, 15-16; 21:1, 4-5, 7-8,10,15).

Por lo tanto, la forma más sencilla de considerar este pasaje parece ser que la reunión se efectuó no porque era domingo, sino porque Pablo estaba ara para "salir al día siguiente" (cap. 20:7); que Lucas incluyó el relato de la reunión debido al episodio de Eutico, y que su mención de que fue en "el primer día de la semana" es sólo una parte de la secuencia cronológica del viaje de Pablo.

Al evaluar este pasaje como una evidencia de que desde sus comienzos los cristianos observaban el domingo, el eminente historiador eclesiástico Augusto Neander observa: "El pasaje no es enteramente convincente, porque la inminente partida del apóstol pudo haber determinado que la pequeña iglesia se reuniera para una comida fraternal, en cuya ocasión el apóstol pronunció su último sermón aunque en este caso no hubiera una celebración especial del domingo" (The History of the Christian Religion and Church, t. I, p. 337).

Les enseñaba. Gr. dialegomai, "dialogar", "discutir". De acuerdo al sentido del verbo griego, la enseñanza de Pablo en este versículo y la disertación del vers. 9 deben haber tenido más bien la forma de un diálogo o conversación. Evidentemente no fue una reunión regular de la iglesia, acompañada de un sermón, sino una reunión más familiar, en la cual se dialogó y conversó para contestar preguntas y eliminar dificultades entre los cristianos de Troas, y para impartir instrucciones.

Hasta medianoche. Estaban congregados para una reunión nocturna de despedida, pero el gozo del compañerismo cristiano y el hecho de que el apóstol estuviera a punto de dejarlos, hicieron que las preguntas y las respuestas continuaran mucho más allá de los límites normales. Sin duda los hermanos estaban gozando muchísimo de la improvisada fiesta espiritual que Pablo les proporcionaba antes de despedirse de ellos.

8. Muchas lámparas. Sin duda se mencionan las "lámparas" o antorchas alimentadas con aceite por dos razones (ver com. Mat. 25:1,3): (1) para explicar la somnolencia de Eutico sugiriendo que hacía calor y faltaba aire en el salón; (2) para dar una contestación indirecta a la acusación de que en las reuniones nocturnas los cristianos se entregaban a un libertinaje vergonzoso (Tertuliano, Apología 8). Sería natural que dos o más lámparas estuvieran colocadas cerca del predicador.

Aposento alto. En esa zona, en tiempos antiguos, el piso superior de una casa era comúnmente usado para propósitos religiosos o sociales. Lucas escribe con la agilidad y los detalles de un testigo ocular.

9. Joven. Gr. neanías, hablando estrictamente, un hombre entre 24 y 40 años de edad; sin embargo, esta palabra podía usarse con mayor amplitud, como quizá en este caso (ver com. vers. 12).

Eutico. Significa "afortunado". Este nombre, como otros de significado parecido -Félix, Felicia, Felicísimo, Fortunato, Fausto, Felicitas y Síntique-, aparece repetidas veces en inscripciones, y aparentemente era común, en especial entre los libertos.

Ventana. En la mayor parte de las casas antiguas las ventanas eran sólo aberturas en la pared, a veces sin marco y sin barras, excepto una frágil rejilla, para prevenir accidentes como el que aquí se describe.

Rendido de un sueño profundo. O "vencido por un sueño profundo". Sin duda el aire comenzó a enrarecerse con el calor y el humo de las lámparas de aceite, y el joven no pudo resistir más el sueño. Tercer piso. Gr. trístegon, "tercer techo". No se sabe cómo se contaban los pisos de un edificio.

Fue levantado muerto. Si había en la ventana alguna rejilla posiblemente estaba bien abierta para que entrara aire fresco en el atestado salón. El muchacho cayó al suelo, hacia afuera, quizá en el patio. Se ha discutido mucho en cuanto a si el restablecimiento de Eutico describe algo milagroso, o si "muerto" puede entenderse como desmayado o inconsciente. Pero las expresiones de Lucas el médico, aquí y en el vers. 12 ("llevaron al joven vivo"), parecen no dejar lugar para tal discusión. Lo que se dice en este relato es que la vida de Eutico se extinguió a causa de la caída, y fue resucitado debido a la oración del apóstol.

10. Descendió. En las casas del área del Mediterráneo frecuentemente se entraba por una escalera situada en la parte exterior. La acción de Pablo nos recuerda las de Elías (1 Rey. 17:21) y Eliseo (2 Rey. 4:34). Sin duda el apóstol, como los profetas del AT, acompañó su acción con un ruego al Señor.

No os alarméis. Es decir "dejad de estar turbados", "dejad de afligiros".

11. Subido. La calma del apóstol y también sus palabras, deben haber tenido su efecto sobre la perturbada congregación.  Pablo regresó al aposento alto, y continuó con la reunión. Partido el pan. "Participaron en la comunión" (HAp 314)- Ver Mat. 26:26-30; Hech. 2:46; 1 Cor. 11:23-30; com. Hech. 2:42. Este rito fue preparado previamente, no así el resto de la reunión que, aparentemente, fue improvisada (ver com. vers. 7).

Habló. O "conversando". La expresión griega da a entender que fue más una amigable conversación que un discurso formal.

Alba. El sol aparece en aquella latitud, muy poco después del tiempo de la pascua, entre las 5 y las 6 de la mañana.

12. Joven. Gr. páis, que comúnmente significa "niño", pero que también puede referirse a una persona joven o a un esclavo de cualquier edad. En este caso el 'joven" probablemente era adolescente o algo mayor (ver com. vers. 9).

Vivo. No habría razón para usar esta palabra si "levantado muerto" (vers. 9) no significara una muerte real.  Es obvio que el médico Lucas está narrando el milagro de la resurrección de un muerto.

Grandemente consolados. O "grandemente confortados". En otras versiones como la BJ dice "se consolaron no poco".

13. Adelantándonos. Los compañeros de Pablo (vers. 4), incluyendo a Lucas, siguieron su viaje por mar antes de que Pablo saliera de Troas a pie. No es claro si estos compañeros estuvieron presentes en la reunión nocturna.

Queriendo él. Esto es, proponiéndose él mismo. Excepto lo que se dice en el cap. 23:24, no hay registro de que Pablo viajara en otra forma que no fuera por barco o a pie. Pablo caminó unos 55 km, sin duda por un camino romano pavimentado, desde la ciudad de Troas hasta Asón.

14. Vinimos a Mitilene. Esta ciudad, llamada en un tiempo Castro, era la capital de la isla de Lesbos; en aquel tiempo muy hermosa por su situación geográfica y por sus espléndidos edificios. Lesbos es una de las islas más grandes del mar Egeo y la séptima en tamaño en la cuenca del Mediterráneo. Tiene una circunferencia de unos 270 km.

15. Delante de Quío. O "frente a". Quío (o Chios) es una isla que está entre Lesbos y Samos.  Para ir desde Mitilene hasta Quío era necesario viajar un día.

Samos. Isla que está en la costa de Lidia, a un día de navegación desde Quío.

Trogilio. La evidencia textual (cf. p. 10) se inclina por la omisión de las palabras "habiendo hecho escala en Trogilio". Trogilio era una ciudad que estaba en la costa continental de Lidia, entre Efeso y el tortuoso río Meandro.

Mileto. Puerto de mar. Fue fundado mucho tiempo antes por colonos de Creta, y se convirtió en un activo centro colonizador y una ciudad importante política y comercialmente. Distaba unos 65 km de Efeso. La comitiva de Pablo llegó allí tres días después de salir de Asón.

16. Pasar de largo a Éfeso. El haberse detenido allí sin duda hubiera significado emplear más tiempo del que Pablo tenía disponible, en vista de su intención de llegar a Jerusalén para Pentecostés.

Pentecostés. Ver com. cap. 2:1. No se dice por qué Pablo deseaba tanto estar en Jerusalén para Pentecostés. La reunión de todos los cristianos de origen judío de toda Palestina que estaban allí en esa ocasión tal vez habría hecho posible una distribución más eficiente de las ofrendas de socorro que estaba llevando a Jerusalén.

O tal vez esta fiesta tenía un significado especial para él debido al derramamiento del Espíritu en el día de Pentecostés. De todas maneras él no había completado su viaje antes de la pascua (cap. 20:6), y como iba hacia Jerusalén era natural que deseara estar allí para la próxima fiesta.

17. Enviando. Pablo no podía salir de la región sin relacionarse con la iglesia de Éfeso, donde había sufrido tanto (1 Cor. 15:32), pero donde había obtenido una cosecha tan rica para el Señor. Por lo tanto, pidió que los ancianos de la iglesia fueran a Mileto para encontrarse con él y tratar los problemas de la iglesia. Ancianos. Ver com. vers. 28; cap. 11:30; 14:23.

18. Les dijo. Ahora sigue el discurso más tierno que Pablo pronunció y que se haya registrado. No fue un sermón evangelizador, sino de exhortación, Recordó a sus oyentes la abnegación e integridad de su carrera, y los exhortó a aceptar de lleno el cumplimiento Fiel de las responsabilidades de su investidura. Estas amonestaciones se aplican a cualquier iglesia en cualquier edad, y son un eco de las que hay en Efe. 5 y 6, especialmente en el cap. 6:10-18.

Vosotros sabéis. Como una cosa cierta, pues lo conocían personalmente. En el griego la construcción destaca el pronombre "vosotros". Pablo había estado con ellos tres años (vers. 31) cumpliendo con su "ministerio", tal como amonestó a un líder posterior de la iglesia de Éfeso a que lo cumpliera (2 Tim. 4:5). El hecho de que recurriera a lo que ellos sabían de él, debe entenderse teniendo en cuenta las calumnias que algunos lanzaban contra su obra.

Cómo me he comportado. Pablo apela a su conducta entre ellos como prueba de su autoridad espiritual y apostólica, y como evidencia de que su llamado y nombramiento procedían de Dios. Todo el tiempo. O sea durante todo el tiempo de su trabajo allí.

Desde el primer día. El comportamiento de Pablo fue consecuente con sus principios durante toda su permanencia en Éfeso. Asia. Ver com. cap. 2:9.

19. Sirviendo. Gr. douléuo, "ser esclavo", "servir como esclavo". Pablo a menudo se aplica esta palabra y el sustantivo dóulos, "esclavo", en su relación con Cristo, para indicar la absoluta sumisión de su mente y voluntad a su Señor. Todo lo hacía en sujeción a Cristo, su único Señor. Ni su propio interés ni los intereses del mundo podían impedir su consagración a Cristo.

Humildad. Pablo, que sólo se gloriaba en la cruz de Cristo, por el cual él estaba crucificado para el mundo (Gál. 6:14), no sentía orgullo de su llamamiento o investidura, ni autosuficiencia alguna. Podía confiar en la carne, pero no lo hacía (Fil. 3:4-7). Podía haberse gloriado en sus vicisitudes por su apostolado y sus sufrimientos, pero no lo hizo (2 Cor. 11:18-30). Su humildad era la de un noble cristiano que compara su pequeñez y debilidad con la grandeza y el poder de Cristo.

Muchas lágrimas. Pablo también lloró como Jesús (2 Cor. 2:4; cf. Juan 11:35). Se entristeció por sus hermanos judíos que perdían la salvación (Rom. 9:1-5; cf. Luc. 19:41-42). Se apesadumbraba por los obstáculos que colocaban en el camino de la verdad. Sentía dolor porque las almas se perdían. Experimentaba tristeza por la dureza de los corazones humanos. 

El ministro cristiano también llorará por los perdidos que lo rodean, y experimentará un santo celo porque se oponen a la verdad.

Pruebas. Gr. peirasmós, "prueba" Cf. 1 Ped. 4:12, donde este sustantivo se traduce "prueba" En Hech. 19 hay una enumeración de algunas de estas pruebas que surgieron por la oposición de los enemigos de Pablo.

Que me han venido. Ver com. cap. 9:24.

20. Util. O "conveniente", "provechoso". A semejanza de Pablo, el ministro evangélico dará a su grey lo que necesite, ya sea de buen gusto o mal sabor, si espiritualmente es nutritivo.

He rehuido. Gr. hupostélló, "colocar bajo", aquí "ocultar", "suprimir". Antiguamente esta palabra describía la acción de recoger las velas de las embarcaciones. Pablo no ahorraba ningún esfuerzo o trabajo, no perdía ninguna oportunidad, no suprimía ninguna doctrina o amonestación, no ocultaba ninguna verdad (cf. vers. 27).

Anunciaros. Gr. anaggéllo, "anunciar", "declarar". Generalmente se aplica a la predicación del Evangelio.

Por las casas. Un método más privado y personal del ministerio evangélico. Para Pablo la obra personal no ocupaba el lugar del evangelismo público, sino que era su compañera indispensable (2Jt 540-542; HAp 203,240). En cuanto a la obra de casa en casa por parte del pueblo de Dios en los últimos días, ver CS 670. Ningún ministro puede cuidar adecuadamente de su grey sin esta visitación de casa en casa.

21. Testificando. Testificando mediante la enseñanza y la exhortación a una vida mejor. Esta misma palabra se traduce "encarezco" y "exhortándoles" en 1 Tim. 5:21 y 2Tim. 2:14, respectivamente. Es decir, instando con firmeza y suplicando con solemnidad. Judíos y... gentiles. Pablo siempre iba primero con el Evangelio a sus hermanos judíos (Hech. 13:5,14; 14:1; 17:1-2; 18:4; 19:8; cf. Rom. 1:16; 2:9-10; 3:1-2). 

Arrepentimiento. Gr. metánoia (ver com. Mat. 3:2 para la definición del verbo del cual deriva este sustantivo).

Para con Dios. Mejor "ante Dios". El arrepentimiento es "ante Dios" porque (1) el pecado siempre es una ofensa contra Dios, y (2) aunque el ser humano puede manifestar un espíritu perdonador, sólo Dios puede perdonar por medio de Cristo Jesús, la víctima propiciatorio (2 Cor. 5:21; 1 Ped. 2:24), con la condición de que haya un sincero reconocimiento de la culpa.

Fe. La aceptación de la gracia expiatorio de Jesucristo, "a quien amáis sin haberle visto" (1 Ped. 1:8), sólo puede ser por la fe (ver com. Rom. 4:3). No hay duda de que "todo lo que no proviene de fe, es pecado" (Rom. 14: 23). La paz que el pecador tiene con Dios por medio de Jesucristo proviene de la fe (Rom. 5:1-2). "Sin fe es imposible agradar a Dios" (Heb. 11:6).

22. Ligado yo en espíritu. Esto puede significar que en este caso Pablo estaba apremiado en su espíritu por la influencia de las circunstancias, o que era forzado por su propia voluntad, o también que estaba constreñido por el Espíritu de Dios.

Algunos sostienen, basados en el vers. 23, la primera posibilidad, argumentando que la palabra "Santo" en dicho versículo sugiere un contraste con el versículo que comentamos, donde no aparece "Santo".

Otros se inclinan por la última posibilidad, creyendo que la presencia de "Santo" en el vers. 23 identifica al Espíritu en ambos versículos. Ver com. cap. 16:6-7, donde el Espíritu Santo le impide a Pablo tomar cierto curso de acción. El verbo (que aquí es enfático por la construcción sintáctica) generalmente se aplica a atar con lazos o cadenas (Mat. 13:30; 21:2), o, en forma figurada, a la presión de un deber, de una obligación (Rom. 7:2), o a cualquier impulso imperativo o tendencia apremiante (compárese con el sustantivo "prisiones" usado en File. 13, "cadenas" [BJ, que tiene la misma raíz de "ligado").

Pablo era un hombre firmemente sometido a su convicción del deber. Cuando se añade el impulso de la dirección del Espíritu, la "ligadura" es verdaderamente firme, como en el caso del apóstol.  Debe cumplirse con el deber, y dejarse los resultados con Dios.

Me ha de acontecer. Pablo sabía que le esperaban peligros en su visita a ' Jerusalén (Hech. 20:23; cf. Rom. 15:30-31), pero desconocía la naturaleza así como la gravedad de los sucesos que lo amenazaban. Pero había encomendado sus caminos al Señor, y cualesquiera fueran los peligros iría adonde el Espíritu lo condujera.

23. El Espíritu Santo... me da testimonio. El registro no declara si fue por revelación directa (ver com. cap. 16:6-7), por predicciones de profetas -como en el cap. 21:4,11-, o por una impresión profunda y constante en la mente de Pablo. Prisiones y tribulaciones. Pablo sentía una profunda convicción de que le sobrevendrían calamidades, aunque no conocía los detalles.

24. De ninguna cosa. La evidencia textual (cf p. 10) establece el siguiente texto en la primera parte del vers. 24: "Pero yo no hago ninguna estima de mi vida" (NC). 

Preciosa mi vida. Para Pablo los asuntos personales no tenían valor alguno (Fil. 3:7-8). Esta fue la actitud de Cristo cuando condescendió a tomar nuestra naturaleza (Fil. 2:7-8). Ninguna preferencia o deseo personal distrajo a Pablo de los elevados privilegios de su ministerio. No vivía para sí mismo; era un esclavo de Cristo (Rom. 1:1). Nada era de suficiente importancia para inducirlo a descuidar su deber.  Este fue el espíritu del Salvador y el de los primeros cristianos.

Carrera. Gr. drómos, "carrera", "pista de carreras", "duración de vida", "término del cargo". Pablo hacía de sí mismo una ofrenda viva (Rom. 12:1), para que la carrera que había comenzado pudiera terminar con éxito. En su epístola de despedida, sostuvo que había acabado su carrera con éxito (2 Tim. 4:7).

Por eso exhortó a los hebreos a correr "con paciencia [perseverancia] la carrera' que tenían por delante (Heb. 12:1). Pablo anhelaba correr la carrera de su vida de tal manera que al final no tuviera que lamentar ningún descuido o fracaso por negligencia o apatía. Deseaba terminar su carrera con la satisfacción de una limpia conciencia. Con gozo. La evidencia textual (cf. p. 10) establece la omisión de estas palabras.

Ministerio. Gr. diakonía, "servicio", de donde deriva "diaconado". Aquí no significa un cargo eclesiástico, sino un servicio prestado a Dios. Cumplir un servicio fiel era el principio guiador de Pablo. Por eso amonestó a su "hijo" Timoteo para que alcanzara una consagración igual (2 Tim. 4:5).

Del Señor Jesús. La firme convicción que Pablo tenia de la realidad de su llamamiento al ministerio evangélico era una consecuencia de su singular conversión, cuando Cristo 10 Comisionó y le dijo, por medio de Ananías, la obra que él iba a hacer (Hech. 9:15-17; 22:14-15; 26:16-18). Pablo nunca dudó de haber sido llamado, aunque aparentemente otros sí lo dudaron (2 Cor. 3:1-6; Gál. 1:10-24).

Del evangelio. Ver com. Mar. 1:1. El Evangelio es las buenas nuevas de la misericordia de Dios para los pecadores por medio del sacrificio expiatorio de Jesucristo en la cruz. Este testimonio puede ser dado sólo por aquellos que reconocen que son pecadores alejados de Dios, pero que por la fe han experimentado personalmente la gracia salvadora y el poder de Jesucristo.

25. Reino. Ver com. Hech. 1:6; Mat. 4:17. Este era el reino en el cual Pablo centraba todas sus esperanzas, y que proclamaba con gran peligro para sí mismo frente al absolutismo del Imperio Romano.

De Dios. La evidencia textual (cf. p. 10) establece la omisión de estas palabras.

Ninguno... verá más mi rostro. Pablo creía, por razones que aquí no revela, que estos ancianos de Éfeso y, sin duda, las iglesias de Mileto y de Éfeso, nunca más lo volverían a ver. Esto podría deberse a los peligros que sabía que le esperaban (Hech. 20:22-23; Rom. 15:30-31), y también a causa de su firme intención de visitar a Roma y España (Hech. 19:21; Rom. 15:23-28). Sin embargo, es probable que Pablo regresara a Macedonia y Asia, aunque quizá no a Mileto ni a Éfeso, entre su primer y su segundo encarcelamiento en Roma (Fil. 1:25-27; File. 22). Pero en ese momento Pablo no había sido informado de esto por el Espíritu de Dios.

26. Yo os protesto. Os testifico, os hago una declaración solemne.

Estoy limpio. Gr. katharós, "limpio". Pablo no afirma que posee la perfección completa del carácter cristiano (Fil. 3:12-14), sino que está limpio respecto al cumplimiento de su deber de llevar a los hombres a Cristo para que fueran salvos.

La sangre. Una clara referencia a la responsabilidad del atalaya expresada en Eze. 33:6. Pablo había cumplido con su deber respecto a los efesios. Su pensamiento es claramente una repetición de lo que había expresado cuando salió de la sinagoga de los judíos en Corinto. Había hecho por ellos todo lo que se podía hacen La sangre de ellos es decir, la muerte que deberían sufrir si rechazaban el mensaje salvador del Evangelio caería sobre ellos (Hech. 18:6; cf. Mat. 27:25).

De todos. Pablo había predicado a judíos y a gentiles. Había hecho lo máximo que podía bajo el poder del Espíritu Santo. Nadie podría acusarlo de descuido. Este es un ejemplo inspirador y una exhortación para cada ministro evangélico.

27. Rehuido. Ver com. vers. 20. Ningún temor o indigno deseo de popularidad indujo a Pablo a suprimir verdades impopulares, ni a desfigurar su ministerio. 

No ocultó la verdad, ni se apartó de ella.

Consejo de Dios. O sea, el plan de Dios para salvar al hombre. Pablo probablemente había escuchado este plan por primera vez por medio de la predicación de Esteban (cap. 7:54-58), y más tarde lo había aprendido personalmente de Cristo (Hech. 9:4-6; Gál. 1:15-20).

Exponía ante la gente el propósito de la muerte de Cristo en la cruz, su resurrección y ascensión, su obra como nuestro Sumo Sacerdote en el santuario celestial, y su promesa de regresar al concluir su obra de intercesión para tomar consigo a los suyos.  Este es el plan que Pablo bosquejó claramente en la Epístola a los Romanos.

28. Mirad. En vista de la partida de Pablo y de lo que él está por decirles, los ancianos deben velar con cuidado: en primer lugar sobre sí mismos (vers. 30), luego por la grey.

Los líderes religiosos son acosados por peligros y tentaciones especiales en su conducta personal, en su estabilidad religiosa y constancia en la doctrina, y también en peligros con los de afuera (cf. 2 Cor. 11:23-28), los cuales aumentarán a medida que el tiempo llegue a su fin.

Rebaño. La iglesia es el cuerpo de Cristo (1 Cor. 12:12-27; Efe. 4:12), el templo de Dios (1 Cor. 3:16-17) y la novia de su Señor (Efe. 5:23-32). Pero también es, y muy íntimamente, el "rebaño" de Dios (Juan 10:11-16; cf. 1 Ped. 5:4; Heb. 13:20); por lo tanto, debe ser dirigida, no forzada (Juan 10:26-30); debe ser alimentada, no explotada (Sal. 23; Juan 10:7-14; 1 Ped. 5:2).

La Palabra "Pastor" Deriva Del Verbo Latino Pasco, "alimentar". La atrayente figura del Buen Pastor, tan claramente presentada en las Escrituras, es un ejemplo para el ministro del Evangelio. "Todo" abarca el rebaño entero y cada parte de él, pues no debe haber acepción de personas (Sant. 2:1-9).

Espíritu Santo. La tercera persona de la Divinidad. Los ancianos de Éfeso eran personas nombradas, sin duda, bajo la supervisión de Pablo (ver com. cap. 14:23); pero el apóstol los consideraba elegidos por el Espíritu Santo mediante el proceso designado, y llenos del Espíritu (cf. cap. 6:3).

Aquí se revela de nuevo la firme creencia en la era apostólica: que el Espíritu de Dios estaba en la iglesia y operaba por medio de ella (Hech. 2:2-4; 4:31; 5:3-4; 6:3,5; 8:39; 10:45; 13:2; 15:28; 16:6-7).

Obispos. Gr. epískopos, literalmente "superintendente", "veedor". Una comparación con el vers. 17 muestra que en los días de Pablo, los "ancianos" (presbúleros) y obispos (epískopos) tenían el mismo cargo (Hech. 11:30; cf. Hech. 1:20; Tito 1:5-7). Estos oficiales, conocidos como ancianos, actuaban como "veedores" en la iglesia.

Apacentar. Gr. poimáino, "cuidar un rebaño", "ser pastor". El deber del pastor es cuidar de su rebaño y llevarlo a buenos pastos. Por eso el pastor debe alimentar a la iglesia, a su rebaño, con los pastos de la Palabra de Dios. El Señor le ordenó a Pedro tres veces que lo hiciera (Juan 21:15-17).

Más tarde Pedro transmitió este mandato a sus conversos (1 Ped. 5:2). El deber pastoral es quíntuple: (1) Predicar a la grey la Palabra de Dios para que entienda el Evangelio (1Cor. 2:4-7; Efe. 3:8-11), para que experimente el poder de la verdad (Juan 3:11; 2 Cor. 4:13) al presentar correctamente la Palabra de verdad (2 Tim. 2:15) y para mejorar la condición espiritual de los feligreses; (2) orar por la grey (Juan 17:9-17; Rom. 1:9; Efe. 1:16; 1 Tes. 1:2; 2 Tim. 1:3); (3) administrar los ritos a la congregación del Señor con su profundo significado espiritual: el bautismo (Rom. 6:3-6), el lavamiento de los pies (Juan 13:3-17) y la Cena del Señor (Mat. 26:26-30; 1 Cor. 11:23-30); (4) mantener en la iglesia la verdad del Evangelio (Jud. 3; 1 Tim. 1:3-4; 4:6-7,16; 6:20; 2 Tim. 1:14; 2:25; 3:14-17); (5) esforzarse por la conversión de almas, atrayéndolas a la grey (Hech. 2:47; 11:24; cf. Luc. 14:23).

La iglesia del Señor. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el texto: "iglesia de Dios" (BC, BJ, NC), pero admite la posibilidad de que el original dijera "iglesia del Señor". Pablo a menudo se refiere a Jesucristo como Dios (Rom. 9:5; Tito 2:13; cf. Col 1:15-20; 2:9; Fil. 2:5-11). Sobre este problema textual, ver también el libro Problem in Bible Translation, pp. 205-208.

Ganó. Cristo compró con su propia sangre a los redimidos que constituyen la iglesia (1 Ped. 1:18-19). Quien no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros (2 Cor. 5:21). Él nos rescató cuando estábamos muertos en pecados y delitos, y nos hizo sentar en los lugares celestiales (Efe. 2:1-6). Fuimos "comprados por precio" (1 Cor. 6:20; 7:23; cf. 2 Ped. 2:1).

Por su propia sangre. La frase griega es ambigua. Puede traducirse: "mediante la sangre del propio (o suyo)", es decir de su Hijo; o "mediante su propia sangre". La primera interpretación corresponde con la frase "iglesia de Dios" que aparece antes en el versículo, mientras que "por su propia sangre" atribuye la deidad a Cristo (concepto que presentan claramente otras referencias), o concuerda con el texto "iglesia del Señor".

"La sangre es la vida" (Deut. 12:23). Cuando la sangre se derramaba, cesaba la vida. El animal sacrificado moría, y la sangre, que se derramaba, prefiguraba la muerte de Cristo por los pecadores. 

La muerte de Cristo en la cruz del Calvario, cuando sangre y agua manaron de su corazón quebrantado al sentir la separación de su Padre (Mat. 27:46; Juan 19:34-35), también es presentada como la sangre que salva (1 Cor. 1:17-1 8), la sangre que compra (Hech. 20:28) y la sangre que limpia (1 Juan 1:7).

La muerte de Cristo fue el sacrificio expiatorio que hizo posible la salvación; por lo tanto, la iglesia debe ser cuidada por sus pastores con una devoción y un empeño particulares. Como Cristo amó a la iglesia y se sacrificó por ella, el pastor de la iglesia debe también amarla y sacrificarse en el servicio de ella.

29. Yo sé. Por su conocimiento de la naturaleza humana, por experiencia, y también por la iluminación que le daba el Espíritu de Dios.

Después de mi partida. Pablo había sido tutor para las iglesias que él había fundado. Debido a su ausencia aumentaría el peligro para ellas. Israel fue fiel durante los días de Josué y de los ancianos que le sobrevivieron (Juec. 2:7), pero más tarde cayó en la apostasía.

Lobos rapaces. Pablo establece aquí un paralelo con la parábola que presentó Cristo del buen pastor. El asalariado no hace frente al lobo (Juan 10:12), pero el verdadero pastor del rebaño defiende a sus desvalidas ovejas. Como Cristo conocía el agudo peligro de tales ataques, nos amonestó acerca de ellos (Mat. 7:15). Los ancianos de Éfeso debían Proteger las ovejas de los lobos que Pablo predice que entrarían al redil de la iglesia.

Su advertencia a estos ancianos no es la única. Ya había escrito a los Tesalonicenses acerca de la gran apostasía futura (2 Tes. 2:1-12), y le escribió más tarde a Timoteo alertándolo acerca de iguales peligros en el futuro (1 Tim. 4:1-3; 2 Tim. 3:1-15). En los últimos años del primer siglo, el apóstol Juan vio la apostasía como un peligro característico de sus días (1 Juan 4:1), y en el Apocalipsis narra las visiones que le fueron dadas acerca de la espantosa decadencia y paganización de la iglesia (Apoc. 2:12-24; 6:3-11; 17; 18). 

Ver pp. 65-68.  

https://ministeriohnopio1.blogspot.com/2021/07/la-iglesia-cristiana-primitiva-19-73.html

30. Y de vosotros mismos. Los lobos mencionados, que atacarían a la iglesia desde afuera, representan las influencias judaizantes y paganizantes que alterarían radicalmente el cristianismo en los próximos siglos. Pablo advierte ahora en cuanto a las influencias de la apostasía dentro de la iglesia, como en los casos de Demas (2Tim. 4:10), Himeneo y Fileto (2 Tim. 2:17), cuyas palabras carcomerían "como gangrena" y trastornarían "la fe de algunos".

Arrastrar tras sí. Gr. apospáb, "sacar", "arrancar". Los miembros de la iglesia cristiana que apostataran, arrastrarían a otros para que participaran de su apostasía.

31. Velad. Estas palabras parecen ser una significativa repetición de la admonición del Señor (Mat. 24:42; 25:13), las cuales Pablo debe haber tenido en cuenta. Fueron específicamente dirigidas a los ancianos de Éfeso, a quienes Pablo acababa de llamar "obispos" (ver com. Hech. 20:28). El apóstol enfatiza la vigilancia que debe caracterizar a aquellos que guían y pastorean la iglesia.

Tres años. Durante tres años Pablo había sido un ejemplo de vigilancia para la iglesia de Efeso. El relato de los Hechos presenta tres meses de predicación en la sinagoga (cap. 19:8), dos años en la escuela de Tirano (vers. 10) y un período no especificado que comenzó inmediatamente antes del alboroto de Demetrio y que continuó después de ese disturbio. Esto y el bien conocido método judío de cómputo inclusivo (ver t.1,191) es suficiente base para la declaración general de Pablo de los "tres años".  

Ver pp. 104-105. Tomo 6.

https://ministeriohnopio1.blogspot.com/2021/07/cronologia-de-los-hechos-y-de-las.html

Amonestar. Gr. nouthetéó, literalmente "poner en la mente", "exhortar", "amonestar". Pablo colocó claramente ante ellos el peligro y el deber.

Con lágrimas. La profunda simpatía de Pablo, en el sentido literal de "compartir los sentimientos", es evidente en muchos de sus escritos (Hech. 20:19; 2 Cor. 11:29). Pablo exige aquí mucha solicitud y gran eficiencia pastoral, y sin embargo ninguno de los ancianos presenta objeciones a su declaración.

32. Encomiendo. Gr. paratíthe'mi, "colocar al lado", "encargar", usado aquí en el sentido de "confiar" (CE 1 Ped. 4:19). 

Se entiende que estos maestros de Pablo debían transmitir a otros la verdad que ellos habían recibido (cf. 2 Tim. 1:14), la que llega a. ser un "compromiso", o "depósito" (paratheké) de fe (2 Tim. 1:12) para el día de Cristo.

La palabra de su gracia. Una expresión paralela es "la palabra de su poder" (Heb. 1:3), o "su poderosa palabra": la palabra que tiene poder para sostener el universo. "La palabra de su gracia" también puede llevar a cabo la salvación de aquellos que creen en él (Jud. 24).

La palabra gracia (járis) a menudo está íntimamente unida con la palabra "poder" (dúnamis) como en 2 Cor. 19:9. La "palabra" (lógos) no está personificada aquí significando a Jesucristo; pero cuando él habla, su palabra está llena de gracia y también llena de poder (cf. Sant. 1:21; Heb. 4:12; Jer 23:29). En cuanto a jáús, ver com. Rom. 3:24.

Sobreedificaros. Dios es el Arquitecto supremo, y el fundamento es Jesucristo (1 Con 3: 11). Los dones del Espíritu Santo, actuando por medio de hombres espiritualmente dotados, se confieren para esta "edificación" o sobreedificación (Efe. 2:20; 4:11-13). 

El resultado es el perfeccionamiento de la iglesia o la asamblea de los santos (1Ped. 2:5,9-1O; Heb. 12:22-24; Efe. 5:27) y la imitación del carácter de Cristo en cada uno de los que creen en él (Fil. 3:8-14; Efe. 3:14-21; 2 Ped. 1:3-8).

Herencia. Mejor "la herencia" (BC, BJ, NC). La expresión se relaciona con el repartimiento de tierra entre los israelitas (Jos. 14-19). Pero el pueblo de Dios, debido a su falta de fe, no llegó a ocupar la tierra (Juec. 1-2; Heb. 3-4). 

La herencia de los hijos de Dios debe considerarse una posesión en forma tan concreta como la que se ofreció a los hebreos, y debe ser reclamada con toda certidumbre en Cristo.

Compárese con la presentación que hace Pablo de la herencia en su Epístola a los Efesios: "las arras de nuestra herencia" (Efe. 1:14), que es la prenda de nuestra salvación proporcionada por el Espíritu Santo; "su herencia en los santos" (Efe. 1:18), la posesión presente y espiritual del cristianismo; la "herencia en el reino" (Efe. 5:5), que comenzará con la segunda venida de Cristo (Mat. 25:34; Luc. 12:32). Cuando Cristo venga por segunda vez, los santos de Dios entrarán en el cielo y reinarán durante mil años (1 Tes. 4:16-17; Apoc. 20:4-5), y después habitarán en la tierra renovada (Apoc. 21:1-4).

Los santificados. La santificación de los hijos de Dios debe completarse en Cristo antes de que entren a poseer la herencia celestial. Ser santificado es ser santo (Rom. 1:7; 1 Cor. 1:2; 2 Cor. 1:1), y esta frase se aplica a todo el conjunto de creyentes. "La santificación es la obra de toda la vida" (PVGM 46), pero como ninguno conoce cuánto durará su vida, la obra de la santificación debería ser en la experiencia del creyente una obra que se efectúa constantemente y sin obstáculos.

La santificación es de Dios (Exo. 31:13; Eze. 37:28; 1 Tes. 5:23; Jud. 1), de acuerdo con su voluntad (Heb. 10:10), en Cristo (1 Cor. 1:2; 6:11; Efe. 5:26; Heb. 13:12), por el Espíritu Santo (1 Cor. 6:11; Rom. 15:16), por medio de la Palabra de Dios (Juan 17:17).

33. Ni plata ni oro ni vestido. En la antigüedad, la riqueza a menudo se calculaba en términos de las posesiones mencionadas. Así sucedió en el caso de Naamán (2 Rey. 5:5) y de otros más (Gén. 24:53; 45:22; 2 Rey. 7:8; cf. Mat. 6:19; Sant. 5:2-3). He codiciado. Mejor "codicié" (BC, BJ). Compárese con la exhortación de Samuel a su pueblo (1 Sam. 12:3-5). En ambos casos había razones especiales para que presentaran lo que puede aparecer como una defensa innecesaria. Los hijos de Samuel habían perdido su integridad y eran corruptos (1 Sam. 8: 3); Pablo fue acusado de encubrir "avaricia" (1 Tes. 2:5; cf. 2 Cor. 7:2; 12:17-18). Pablo tenía derecho de pedir compensación por sus labores evangélicas (1 Cor. 9:13-14), pero no lo hizo para que no lo acusaran de avaricia (1 Cor. 9:12, 15).

Pablo, con su notable influencia sobre la gente (cf.  Gál. 4:13-15), podría haber granjeado beneficios materiales para su propio enriquecimiento; pero no lo hizo. Sabía "vivir humildemente" y "tener abundancia" (Fil. 4:12). Había aprendido a contentarse, "cualquiera" fuera su "situación" (Fil. 4:11).

Nunca había obtenido ninguna ganancia de los corintios (2 Cor. 12:17, BJ). No deseaba "dádivas" de los filipenses (Fil. 4:17). Trabajaba con sus manos antes que Permitir que lo sostuvieran; y presenta este hecho en el versículo siguiente como su defensa contra la acusación de que sus esfuerzos para extender el Evangelio estaban realmente motivados por la codicia de las riquezas de otros.

34. Vosotros sabéis. La relación de Pablo con los creyentes de Éfeso había sido tan estrecha y prolongada, que ellos sabían que lo que decía de sí mismo era verdad.

Lo que me ha sido necesario. Gr. jreía, "necesidad". A medida que Pablo y sus compañeros iban de un lugar a otro se conformaban con el sostén material indispensable, al mismo tiempo que suministraban las riquezas de la gracia divina a otros. No deseaban los lujos que este mundo podía ofrecer.

Estas manos me han servido. Esta expresión demuestra la costumbre de Pablo de trabajar para sostenerse, y se presenta como parte de su defensa contra la acusación de codicia. Pablo había trabajado en Corinto con Aquila y Priscila en su oficio de hacer tiendas (cap. 18:1-3).

Previamente había trabajado en Éfeso (1 Cor. 4:12) y en Tesalónica (1 Tes. 2:9; 2 Tes. 3:8). Este versículo demuestra que también trabajó en Éfeso. Pablo trabajaba no sólo para sostenerse él sino también para ayudar a algunos de sus compañeros que lo necesitaban. Timoteo, con sus "frecuentes enfermedades" (1 Tim. 5:23), quizá fue uno de ellos. Pablo no creía que se deshonraba en lo más mínimo porque tenía que trabajar para hacer frente a sus gastos mientras predicaba el Evangelio, cuando la iglesia aún no había aprendido a sostener a sus ministros.

35. En todo. La instrucción de Pablo a los creyentes de Éfeso no había sido sólo en doctrina sino también en asuntos de piedad práctica: sostén propio con fe en Dios y amor cristiano.

Os he enseñado. Gr. hupodéiknumi, "mostrar", "presentar como modelo". Ayudar. Gr. antilambánô, "tomar por el lado opuesto", una expresión gráfica de la idea de "ayudar".  Este consejo está ejemplificado con el trabajo manual de Pablo a favor de otros. Necesitados. O "enfermos", "débiles", palabra que puede aplicarse a uno que está "débil en la fe" (Rom. 14:1); pero como Pablo se acaba de referir al trabajo físico (Hech. 20:34-35), la única conclusión es que "los necesitados" son los que en verdad están pobres y enfermos. El resto del versículo lleva a la misma conclusión. Los miembros de la iglesia apostólica estuvieron más dispuestos a cumplir con esta responsabilidad que los de tiempos posteriores (ver com. cap. 6:1-2).

Recordar. Pablo reforzó su admonición a los ancianos de la iglesia para que cuidaran a los necesitados, citando un dicho del Señor que no está registrado. La cita proviene de los labios de Pablo con inspirada autoridad apostólica, lo cual no puede decirse de varias declaraciones que la tradición ha atribuido a Cristo. No se registra si Pablo escuchó esta afirmación de alguien que la oyó de Jesús, o si la oyó personalmente de Jesús durante una de sus revelaciones directas al apóstol. Recordar" implica un previo conocimiento general de la enseñanza. Esta declaración es una de las "otras muchas cosas" (Juan 21:25) que Jesús dijo e hizo, que no se registran en los Evangelios.

Que dijo. Literalmente "que El mismo dijo" (NC). En griego esta expresión es enfática. Bienaventurado. La bienaventuranza es una bendición recíproca. El que recibe es bienaventurado, o feliz, ya sea su necesidad espiritual o física; pero la bendición mayor es para el dador.  Hay gozo en compartir. El que da se desprende de sus propios intereses; da preeminencia a sus más nobles impulsos, y recibe la aprobación de Dios (Mat. 25:34-40). Como Dios es el Dador sin límites (Gén. 22:8-13; Sal. 23; Juan 6:16,34), el dar es un acto que se origina en Dios.

36. De rodillas. Una posición normal para orar (Sal. 95:6; Dan. 6:10), apropiada como señal de humildad ante la Majestad Divina a quien se dirige la oración, y adoptada especialmente en momentos solemnes (2 Crón. 6:13; 1 Rey. 8:54; Luc. 22:41). También se registra que Pablo se arrodilló cuando se despidió de los hermanos en Tiro (Hech. 21:5; cf. Efe. 3:14).

Oró con todos ellos. Aunque Lucas da resúmenes completos de los discursos de Pablo y aun da sus conversaciones, no registra las palabras de la oración de Pablo con los ancianos de Éfeso. El tema de la oración puede deducirse de Efe. 3:14-21. El motivo principal de las oraciones de Pablo por sus compañeros y conversos aparece en Hech. 28:8; Rom. 1:9-10; Efe. 1:16-19; Fil. 1:4-5; 1 Tes. 1:2; 2 Tim. 1:3; File. 4-6.

37. Llanto de todos. No podían demostrar en forma más impresionante la alta estima que sentían por Pablo y su tierno afecto por él.

Echándose al cuello de Pablo. Una forma normal en aquellas tierras, de abrazarse al encontrarse o al despedirse (Gén. 33:4; 45:14; 46:29; Luc. 15:20). Los amigos de Pablo lo amaban.

38. Doliéndose. O "afligidos" (BJ, NC), "en angustia", "doloridos", "angustiándose a sí mismos". No verían más su rostro. Ver com. vers. 25.

Le acompañaron. Literalmente "lo despidieron". Las mismas palabras griegas se traducen en otro pasaje "encaminados" (cap. 15:3). Los ancianos de Éfeso permanecieron con Pablo tanto tiempo como les fue posible, y lo acompañaron hasta el barco en el cual viajaba. Ver com. cap. 15:3. (6CBA).

COMENTARIOS DE EGW

DÍAS DE TRABAJO Y DE PRUEBA. 

Basado en Hechos 19:21-41; 20:1. (236-240)

https://elaguila3008.blogspot.com/2019/07/capitulo-28-dias-de-trabajo-y-de-prueba.html

ÚLTIMO VIAJE DE PABLO A JERUSALÉN. 

Basado en Hechos 20:4-21:16. (312-319) https://elaguila3008.blogspot.com/2021/08/capitulo-37-ultimo-viaje-de-pablo.html

Ministerio Hno. Pio


No hay comentarios:

Publicar un comentario