Porque la
gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en
este siglo sobria, justa y piadosamente. (Tito 2:11,12).
Mientras Cristo está purificando el santuario, en la tierra los adoradores deberían revisar cuidadosamente su vida y comparar su carácter con la norma de justicia.
Al ver sus defectos, deberían buscar la ayuda del Espíritu de Dios que los capacite para tener
fortaleza moral para resistir las
tentaciones de Satanás y alcanzar la perfección
de la norma.
Pueden ser vencedores sobre las mismas tentaciones que parecían demasiado fuertes como para que la humanidad las soportara; Porque el poder divino se combina con el esfuerzo humano, y Satanás no puede vencerlos.
Todo el cielo ha estado observando con interés, y listo para hacer cualquier cosa que Dios pueda señalar, a fin de ayudar a hombres y mujeres para que lleguen a ser lo que Dios quiere que sean.
Dios obrará en favor de sus hijos, pero no sin su cooperación. Deben tener energía indomable Y un deseo constante de ser todo lo que les es posible llegar a ser.
Deberían tratar de cultivar sus facultades y desarrollar caracteres que sean idóneos para un cielo santo. Entonces, y sólo entonces, los siervos de Dios serán luces refulgentes y brillantes en el mundo.
Entonces Tendrán Energía En Su Vida Cristiana, porque pondrán todas sus facultades en la tarea y responderán a los esfuerzos que se han hecho para elevarlos, refinarlos y purificarlos, a fin de que puedan brillar en las cortes celestiales.
Pondrán Todas Sus Facultades bajo el control del Espíritu de Dios; estudiarán su Palabra Y Prestarán Atención a su voz para dirigirlos, animarlos, fortalecerlos y promoverlos en su experiencia religiosa.
No serán pueriles ni se desviarán por las tentaciones de Satanás. Se negarán a sí mismos, no apelando a sus propias simpatías, porque tendrán un espíritu heroico. Atesorarán las grandes y preciosas verdades de la Palabra de Dios; se alimentarán de ellas y
crecerán hasta llegar a ser hombres y mujeres fuertes y bien desarrollados en Cristo, hijos e hijas de Dios.
La grandeza de la verdad que contemplan expandirá la mente y
elevará el carácter. No Serán Novicios en la
comprensión de la Palabra de Dios, ni pigmeos en la
experiencia religiosa.
El Conflicto Con Los Enemigos de la verdad no los sacudirá ni debilitará sus energías; sólo servirá para acercarlos a Aquel que es poderoso para salvar. Recibirán la disciplina que dará eficiencia a todas sus facultades.
El Cielo se acercará a ellos con simpatía y cooperación, y serán de veras un espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres; porque serán caracteres señalados a causa de su pureza, su fortaleza de propósito, su firmeza y su utilidad en el mundo.
Review and Herald, 8 de abril de
1890. RJ288/EGW/MHP 289
No hay comentarios:
Publicar un comentario