martes, 7 de diciembre de 2021

909. INTRODUCCIÓN/EXHORTACIÓN A UNA FIRME VIDA CRISTIANA: Vida Digna… (1PEDRO 1).

1 Pedro 1.

INTRODUCCIÓN, 1:1-12.

A. Saludos, 1:1-2. 

B. Se alaba a Dios y a Cristo por la salvación, 1:3-9.

"Alabanza a Dios por sus muchas bendiciones espirituales".

C. La actitud de los profetas y los ángeles hacia la salvación, 1:10-12.

"La salvación en Cristo no es algo nuevo, sino muy antiguo".

EXHORTACIÓN A UNA FIRME VIDA CRISTIANA, 1:13-25.

"Exhortación a una santa manera de vivir,

como corresponde a los que han nacido de nuevo

 por la Palabra de Dios".

1 PEDRO, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, 2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo; Gracia y paz os sean multiplicadas.

3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

6 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; 

9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que está en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 

15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: 

Sed santos, porque yo soy santo.

17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas Juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;  

18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,

20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 24 Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. (1 Pedro 1).

1. Pedro. Gr. Pétros, "piedra", "canto rodado" (ver com. Mat. 4:18).

Apóstol. Gr. apóstolos, "delegado", "mensajero", "enviado" 

(ver com. Mar. 3:14; Hech. 1:2; Rom. 1:1). 

De Jesucristo. Nombrado por Jesucristo o comisionado por él (cf. 2 Cor. 1:1). 

El apóstol no sugiere que él tuviera superioridad de ninguna clase; es sencillamente un apóstol, un embajador, un misionero que pertenece a Jesucristo y está autorizado por él como los otros apóstoles.

Expatriados. Gr. parepíd'mos, "extranjero", "forastero". Compárese con el uso que se le da en Heb. 11:13 y 1 Ped. 2:11, donde se traduce "peregrinos" (RVR, NC); éstas son las únicas otras dos veces en que aparece este vocablo en el NT. Esta palabra se usa aquí, sin duda, en sentido metafórico, pues se aplica a los cristianos de origen gentil y judío, quienes consideraban el cielo como su hogar permanente. Para ellos este mundo era sólo "tierra ajena" (Heb. 11:9).

De la dispersión. Literalmente "de la diáspora" (ver com. Juan 7:35). 

La palabra "diáspora" (ver t. V, pp. 61-62) se usaba y aún se usa para referirse a los judíos esparcidos entre las naciones, fuera de Palestina; pero no se restringe a ese significado específico. 

Pedro consideraba como miembros de una "diáspora" especial a los cristianos de origen judío y gentil que se hallaban diseminados por toda la región del mar Mediterráneo.

En el Ponto. El Ponto, junto con las otras provincias que aquí se mencionan, constituye las zonas norte y oeste de la actual Turquía.

2. Elegidos. Gn. eklektós, "escogido", "llamado" (ver com. Rom. 8:33). 

Aquí se considera a los cristianos como elegidos porque habían respondido al llamado de Dios. En cuanto a la forma en que se relaciona la elección con la salvación, ver com. Rom. 8:29.

Presciencia. Gn. prógnÇsis, "conocimiento anticipado". En cuanto al verbo afín proginÇskÇ y la relación de presciencia y predestinación, ver com. Rom. 8:29.

Dios Padre. Se presenta a la primera Persona de la Deidad como dotada de presciencia; pero Pedro no sugiere que ese conocimiento estuviera restringido sólo al Padre. Aunque la naturaleza exacta y la obra de cada miembro de la Deidad siguen siendo un misterio para el hombre, Pedro parece sugerir que dentro del desarrollo del plan de salvación ciertas funciones específicas son desempeñadas por cada una de las Personas d la Trinidad. Ver a continuación la obra del Espíritu y de Cristo.

Santificación. Gr. hagiasmós (ver com Rom. 6:19).

Del Espíritu. Es decir, mediante la acción del Espíritu Santo. Cf. 2Tes. 2:13.

Para obedecer. "Para obediencia". La respuesta del cristiano fiel al llamamiento de Dios, junto con la actividad santificadora Espíritu Santo, conducen a la obediencia que puede definirse como la perfecta sumisión la voluntad de Dios (ver com. vers. 22). 

El plan de Dios para el hombre, trazado en relación con la energía santificadora del Espíritu Santo, produce el fruto de una vida semejante a la de Cristo. 

(Ver com. Efe. 5:9)

Rociados. Gr. rantismós, "aspersión", "rociada"; "aspersión" (BC, NC). 

Esta palabra sólo se usa aquí y en Heb. 12:24. 

El verbo afín rantízÇ, "rociar", aparece cuatro (Heb. 9:13,19,21; 10:22; en este último versículo se tradujo "purificados" en la RVR). 

Pedro está hablando de los méritos de la sangre de Cristo aplicados al individuo. 

La sangre de Cristo derramada produce la paz de la justificación (ver com. Rom. 3:25; 5:1,9) así como los privilegios del nuevo pacto (ver, com. Mat. 26:28).

Gracia y paz os sean multiplicadas. Acerca del significado de este saludo, 

ver com. Rom. 1:7; 2Cor. 1:2.

3. Bendito. Gr. eulog'tós, "digno de bendición", expresión que en el NT sólo se usa para Dios y Jesucristo. Es un término de adoración que se usa para reconocer la perfección del carácter y de los atributos de ambos. "Elogio" deriva de un vocablo de la misma raíz: eulogía, "bendición".

Dios y Padre de nuestro Señor. O "Dios es decir el Padre de nuestro Señor".  

Así se destaca la primera Persona de la Deidad, evidentemente teniendo en cuenta la unión que Cristo adquirió en forma indisoluble con la naturaleza humana (cf. Rom. 15:6; 2Cor. 1:3; Efe. 1:3; ver com. Luc. 1:35). 

El título "Señor"" denota gran dignidad y destaca Cristo como Aquel a quien el hombre debe rendir fidelidad. Jesucristo, como una Persona divina y miembro de la Deidad, es plenamente igual al Padre, quien a menudo recibe el nombre de la primera Persona de la Deidad. (Ver Nota Adicional de Juan 1).

Jesucristo. Este nombre compuesto indica tanto la humanidad del Señor como su carácter mesiánico (ver com. Mat. 1:1).

Que. "Quien" (BJ). La referencia es a Dios, el Padre.

Grande misericordia. Ofrecida al hombre innumerables veces. La misericordia de Dios comprende su infinito interés por el bienestar del hombre. Su intenso amor por el ser humano supera todo cálculo o toda comparación.

Nos hizo renacer. Referencia al nuevo nacimiento (ver com. Juan 3:3,5) o a la nueva creación (ver com. Gál. 6:15).

Una esperanza viva. O "esperanza viviente". La esperanza es la gran fuerza que sin cesar guía al cristiano hacia adelante para que venza los problemas de la vida. 

Sin Cristo, no hay esperanza (Efe. 2:12); pero con él la esperanza es viviente y dinámica. El paganismo sólo puede ofrecer ilusiones vacías. Pedro habla aquí de la esperanza interior que mantiene firme a una persona cuando contempla el fin de la jornada cristiana y el futuro eterno. Compárese con la condición de los que no son cristianos (Efe. 2:11-12).

Resurrección de Jesucristo. Ver com. Rom. 1:4; 4:24-25; 1Ped. 3:21. 

La resurrección de Cristo nos enseña que la muerte fue vencida para siempre; se convirtió en el sello de la aprobación de Dios puesto sobre la obra expiatoria de Jesucristo. El Cristo resucitado es la garantía del futuro eterno de los redimidos.

4. Herencia. Ver com. Hech. 20:32; Gál. 3:18; Efe. 1:14,18.

Incorruptible. Gr. áfthartos, "incorruptible", es decir, no sujeto a corrupción o deterioro; por lo tanto, "inmortal". Cf. Rom. 1:23; 1Cor. 15:52; 1Tim. 1:17.

Incontaminada. "Inmaculada" (BJ, BA); es decir, que no puede ser manchada o violada.

Inmarcesible. Gr. amárantos, "imperecedera". "Amaranto" es una flor de larga duración, que lleva ese nombre transliterado del griego porque no se ve marchita, aun cuando está seca.

Reservada. La flexión del verbo griego muestra que la herencia ha sido preservada y continúa siéndolo. Cf. Mat. 6:19-20. La herencia de los redimidos es tan cierta como la fidelidad de Dios.

En los cielos. La morada de Dios, quien guarda la "herencia" de los santos. 

La plena posesión de esta "herencia" será en la tierra renovada, 

(ver com. Mat. 5:5; Apoc. 21:1; cf. PP 167).

5. Guardados. Gr. frouréÇ, "guardar", "hacer guardia", "guarnecer" (ver com. Fil. 4:7), vocablo militar que se refiere a la protección que proporciona una guardia militar (cf.2Cor. 11:32).

Poder de Dios. La seguridad de los santos- la victoria plena sobre los pecados personales- depende del poder infinito que hace por el hombre lo que éste no puede hacer por sí mismo (ver DTG 431; DMJ 116). Sin la protección y la conducción constantes de Dios, los cristianos nunca alcanzarían la "herencia" ahora guardada por Dios para los redimidos (ver com. vers. 4).

Mediante la fe. Lo que hace posible que los santos sean amparados por el ciudadano protector del Omnipotente, es la fe individual de cada creyente. Dios puede hacer poco por el hombre que se niega a creer. El que tiene fe confía en Dios, y está seguro de que el plan de Dios para su vida satisfará plenamente los más profundos anhelos de su alma.

Para alcanzar la salvación. O "para liberación". 

Esta es la meta del poder de Dios y de la fe del hombre. Pedro anticipa el momento cuando los redimidos sean liberados finalmente de toda consecuencia de pecado (ver com. Rom. 13:11)

Preparada. El consuelo del cristiano ferviente es que el propósito de su "esperanza" (vers. 3), que es la "herencia" (vers. 4) que ha de ser concedida en el día de la plena "liberación", está preparada para él. Sólo aguarda que la sabiduría de Dios determine el tiempo de su recepción efectiva.

Para ser manifestada. Gr. apokalúptÇ (ver com. 2Tes. 2:3). En cuanto al sustantivo afín apokálupsis, ver com. Apoc. 1:1; cf. 1Cor. 1:7; 1Ped. 1:7.

Tiempo postrero. Es decir, la crisis final; una referencia al "tiempo de restauración de todas las cosas" (Hech. 3:21). 

Esto será cuando Cristo venga por segunda vez; entices los redimidos serán finalmente liberados de todo contacto con el pecado.

 (Ver com. Mat. 25:31; 1Tes. 4:16-17). 

6. En lo cual. Es decir, en la crisis inminente (vers. 5) cuando llegará la liberación final, acontecimientos que todos los cristianos fervientes han esperado a través de todas sus luchas.

Os alegráis. Gr. agalliáÇ, "exultar", traducido como "saltad de gozo" en Luc.6:23 (BJ). La "esperanza viva" (ver com. 1Ped. 1:3) hace posible que el creyente sienta un vivo gozo en medio de las agobiantes pruebas de la vida, pues sabe que Dios tendrá la última palabra en el gran conflicto entre el bien y el mal.

Poco de tiempo. En comparación con los privilegios eternos de la "herencia" del cristiano (vers. 4).

Es necesario. En un mundo influido por los poderes del mal, son inevitables toda suerte de dificultades.

En diversas pruebas. En cuanto a peirusmós, palabra que se traduce "pruebas", ver com. Sant. 1:2. Se describe al cristiano como acosado por diversos disgustos, problemas, chascos y pesares, los cuales usa Satanás en su intento por destruir la fe personal en Dios.

7. Prueba. Gr. dokímion (ver com. Sant. 1:3). 

En cuanto al adjetivo afín dókimos, ver com.

 Rom. 14:18; 2Tim. 2:15. 

La realidad y la calidad de la fe personal se revelan en la magnitud de los problemas que puede superar dicha fe.

Fe. Ver com. vers. 5. Oro. El oro es probado y refinado por el fuego. 

La fe personal también pasa por el proceso de la prueba, de modo que su valor pueda manifestarse totalmente (cf. com. 1Cor. 3:13,15; ver Heb. 12:29; Apoc. 1:14; 2:18; 19:12).  

Se prueba. Del verbo griego dokimázo, "probar", "aprobar" 

(ver com. Rom. 2:18; 1Tim. 3:10).

Con fuego. Literalmente "por fuego". 

Alabanza. La excelencia de la madurez del carácter cristiano provoca la aprobación de Dios y de los seres humanos piadosos. 

Cf. Mat. 25:21; Rom. 2:29; 1Cor. 4:5.

Gloria. Gr. dóxa (ver com. Juan 1:14; Rom. 3:23; 1Cor. 11:7). Aquí Pedro se refiere a la gloriosa posesión de la eternidad que Dios concederá a sus hijos "en el tiempo postrero" (vers. 5). Cf. Rom. 2:7.

Honra. El avalúo que Dios hace de los redimidos se manifestará en el segundo advenimiento y por toda la eternidad.

Sea manifestado. En el texto griego se usa el sustantivo apokálupsis, "revelación", "acto de quitar un velo" "descubrimiento" 

(cf. 1Ped. 1:5; ver com. 1 Cor. 1:7).  

La segunda venida de Cristo señala el comienzo de una condición de gloria para la iglesia. La esperanza de la iglesia, a través de los siglos, ha sido el pronto retorno de Jesucristo. Con este glorioso acontecimiento termina el reinado del pecado y el dolor y se inaugura el día de paz y gozo eternos y del progreso sin trabas en la verdad y la comunión con Dios.

8. Amáis. Gr. agapáo (ver com. Mat. 5:43; Juan 21:15).

Sin haberle visto. Cf. Juan 20:29. Es evidente que los lectores de esta carta de Pedro nunca habían visto físicamente a Jesús. Sin embargo, por medio de su fe y confianza disfrutaban de una unión personal con el Salvador, a quien no podían describir adecuadamente las palabras.

Creyendo. Ver Juan 20:29; 2Cor. 5:7.

Os alegráis. Gr. agalliáó (ver com. vers. 6).

Inefable. O "inexpresable"; más allá de lo que puede expresar el lenguaje humano. El gozo de la unión espiritual con Cristo trasciende la comprensión de los inconversos y supera la capacidad de descripción de los cristianos.

Glorioso. Aunque la plenitud de la experiencia de la glorificación sólo será posible después del segundo advenimiento de Cristo, el cristiano puede ahora gustar (Heb. 6:5) la dulzura de la presencia de Dios si permite que su vida sea dirigida por el Espíritu Santo (1Ped. 4:14).

9. Fin. Gr. télos, "fin", "resultado", "propósito final", "meta" (ver com. Rom. 10:4; 1Tim. 1:5). El resultado de la fe es que seamos liberados del pecado (1Ped. 1:5) y recibamos la "herencia" eterna (vers. 4) que se dará a cada verdadero cristiano al concluir el juicio. 

El Edén restaurado es la recompensa de Dios para todos los redimidos.

Fe. Ver com. vers. 5.

Almas. Gr. psujé (ver com. Mat. 10:28; cf. coro. Sal. 16:10). Cf. Mat. 16:25 donde el vocablo psujé (singular de psujaí) se traduce como "vida" y también se trata el tema de la salvación de la psujé. "Vuestras almas" podría entenderse como "vuestras vidas" o, en forma idiomática, como "vosotros mismos".

10. La gracia. Referencia a la manifestación más completa de Dios mediante Jesucristo, acerca de la cual tanto escribieron los profetas.

Destinada a vosotros. Lo que fue el tema de la profecía, era una realidad dinámica para los que vivían después de la muerte de Cristo.

Inquirieron. O "buscaron". Una referencia al estudio diligente de los oráculos divinos hecho por los profetas, indudablemente los que ellos habían recibido y los de otros profetas, particularmente en cuanto a la venida del Redentor. La posesión del don profético no significa un pleno y completo conocimiento de todos los asuntos.

El profeta sabe sólo lo que Dios le revela, y sólo eso es lo que se le permite presentar como un "Así ha dicho Jehová". Como los mensajes revelados a un profeta a menudo complementan los que se han dado a otros, es necesario comparar las diferentes revelaciones para tener un concepto equilibrado y completo de los mensajes del cielo. Esto fue lo que hicieron los profetas de la antigüedad.

Diligentemente indagaron. O "investigaron". La forma simple del verbo se traduce como "escudriñad" en Juan 5:39.

Salvación. La "salvación de vuestras almas" (vers. 9).

11. Qué persona. El griego dice sencillamente "cuál o qué clase de tiempo". 

No hay referencia a persona.

Tiempo. Gr. kairós (ver com. Mar. 1:15; Hech. 1:7); "circunstancias" (BJ).  

Los profetas estaban informados de algunos aspectos de la encarnación prometida del Redentor, así como la iglesia está ahora informada de la segunda venida de Cristo. 

Pero ellos no sabían el tiempo exacto del primer advenimiento, aunque estudiaban diligentemente para descubrir todas las posibles indicaciones de la llegada del Mesías (ver com. Luc. 3:15).

Indicaba. Gr. delóo, "poner de manifiesto" (ver com. 2Ped. 1:14); "se refería" (BJ). El tiempo del verbo griego significa que el Espíritu continuaba destacando hechos significativos acerca de la misión de Cristo.

Espíritu de Cristo. Es decir, el Espíritu Santo (ver com. Rom. 8:9: cf. Gál. 4:6). Algunos sugieren que estas palabras significan, "el Espíritu que es Cristo", y comparan este texto con 2Cor. 3:17-18 (ver el comentario respectivo).

Según esta interpretación, Cristo es Aquel que actuaba personalmente en el pensamiento de los profetas del AT para iluminarlos en cuanto a sus deberes presentes y los acontecimientos futuros.

Otros sostienen que estas palabras debieran traducirse: "Espíritu enviado por Cristo", es decir, el Espíritu Santo (ver com. Juan 15:26; 2Ped. 1:21). En ambas interpretaciones se afirma la divinidad y la preexistencia de Cristo y se establece la inspiración divina del AT. Los profetas no eran movidos por caprichos personales sino por la influencia directa del Espíritu sobre su mente.  Hablaban como portavoces del Espíritu y escribían lo que él les revelaba.

Anunciaba de antemano. O "testificaba de antemano". El Espíritu a menudo aumentaba el conocimiento de la obra de Cristo por medio de los profetas, para que el plan de Dios fuera haciéndose más claro.

Sufrimientos de Cristo. Mejor, "sufrimientos destinados a Cristo" (BJ). 

Esto demuestra el punto de vista cristiano de que los sufrimientos del Salvador fueron un tema de las profecías del AT (ver com. Isa. 53; Hech. 3:18; 26:22-23). 

Aunque los judíos entendieron mal la importancia de tales profecías, los primeros cristianos fácilmente captaron su verdadero significado.

 (Ver com. Luc. 24:25-27). 

Las glorias que vendrían tras ellos. Es decir, la resurrección y la ascensión de Cristo, y todos los acontecimientos relacionados con su segunda venida y el reino eterno.

12. Reveló. Algunos profetas entendieron que el cumplimiento de algunas de las cosas a ellos reveladas aún eran futuras (ver com. Núm. 24:17; Deut. 18:15; Dan. 10:14). Todos ellos se daban cuenta de que la venida del Redentor del mundo todavía era futura y que la solución final del problema del pecado sería en un futuro lejano de sus días.

Para nosotros. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "para vosotros"; es decir, para los lectores de esta carta de Pedro o, en un sentido más amplio, para todos los cristianos de los días de Pedro. "En favor vuestro" (BJ); "a vosotros" (BA, NC); "para vosotros" (BC).

Administraban. O "servían". Los profetas del AT, además de ayudar a su propia generación también servían a la gente de los días de Pedro mediante las profecías, que tan recientemente se habían cumplido en el ministerio de Cristo y aún se estaban cumpliendo con el crecimiento de la iglesia cristiana.

Anunciadas. Gr. anaggéllo, "declarar", "presentar", "anunciar" 

(ver com. Hech. 20:20).

Predicado el evangelio. Gr. evaggellízó (ver com. Hech. 8:4). Pedro no identifica a los que predicaron el Evangelio por primera vez en el Asia Menor, ni dice si él fue uno de ellos. Por. Posiblemente "en relación con"; "en" (BJ).

Espíritu Santo. Ver com. Mat. 1:18. Los primeros predicadores del Evangelio estaban en estrecha comunión con el Espíritu Santo y eran dirigidos por él. 

Pedro se refiere aparentemente a la manifestación del Espíritu en el día de Pentecostés (ver com. Hech. 2:4), con el pensamiento fundamental de que los predicadores del Evangelio proclamaban un mensaje en plena armonía con el de los profetas, pues el mismo Espíritu los había inspirado a ambos.

Enviado del cielo. Ver com. Hech. 2:2.

Cosas. Lo que concierne a la "salvación" (vers. 10): "los sufrimientos de Cristo", "las glorias" (vers. 11) y el "evangelio" (vers. 12).

Anhelan. Gn. epithuméo, "desear", "anhelar", "ansiar" (ver com. Mat. 5:28). 

Los ángeles están intensamente interesados en la revelación del carácter de Dios como se manifiesta en la salvación de la humanidad. Cada manifestación de la justicia y del amor divinos desde la creación de Adán hasta ahora, ha sido un motivo de admiración y complacencia para los ángeles (PP 151).

Mirar. Gr. parakúpto, "mirar de cerca"; "contemplar" (BJ). Compárese con el uso del mismo verbo en Luc. 24:12 y Juan 20:4-5, 11, en donde "el otro discípulo" y María son presentados mirando el interior de la tumba de Cristo desde afuera. Quizá Pedro estuviera pensando en los ángeles que con intenso interés estudian el desarrollo del plan de salvación. Están sumamente interesados en el resultado de este drama porque su propia paz futura depende de los resultados del gran conflicto entre el bien y el mal.

Ángeles. Ver com. Heb. 1:14.

13. Por tanto. Pedro continúa con sus exhortaciones en vista de las bendiciones y esperanzas que hay en la gloria revelada del Evangelio.

 (Vers. 3-12).

Ceñid. El verbo anazónnumi se usaba en el Medio Oriente para describir el acto de recoger los largos pliegues de las vestiduras exteriores y doblarlos dentro de la pretina o cinturón, antes de emprender camino o correr (ver com. Sal. 65:6; cf. Luc. 12:35; Efe. 6:14). En vista de la dádiva incomparable de la salvación (1Ped. 1:9-10), 

Pedro exhorta a sus lectores a preparar así su pensamiento para una actitud diligente. El tiempo del verbo indica que el ceñirse es la primera acción; la segunda es ser sobrios. Las dos acciones son necesarias para después poder esperar por completo.

Lomos. O "cintura", donde se lleva el cinturón. La palabra se usa aquí en sentido metafórico para completar la figura sugerida por el imperativo "ceñid".

Entendimiento. Gr. dianóia (ver coro. Luc. 1:51). El cristiano debe concentrar sus pensamientos y no seguir especulando sobre temas inútiles; debe aplicar su mente a las grandes verdades de la salvación reveladas por el Espíritu de Cristo (1 Ped. 1:11).

Sed sobrios. Gr. nefó, usado en el griego clásico para describir el acto de abstenerse de bebidas embriagantes, pero que en el NT se usa siempre en un sentido metafórico, para indicar sobriedad y equilibrio intelectual y espiritual 

(cf. com. 1Tes. 5:6; 2Tim. 4:5; 1Ped. 4:7; 5:8).

Por completo. Gr. teléios, "perfectamente", adverbio que podría modificar el sentido del verbo nefó y que significaría: "sed perfectamente sobrios". Sin embargo, la mayoría de los traductores lo relacionan con el verbo esperar; "poned toda vuestra esperanza" (BJ).

Gracia. Gr. járis (ver com. Juan 1:14; Rom. 3:24). "Gracia" se refiere aquí a las bendiciones que imparte el Evangelio.

Se os traerá. Literalmente "está siendo traída", lo que implica una recepción continua de la gracia.

Sea manifestado. Gr. apokálupsis (cf. vers. 5,7). Pedro aquí presenta la marcha del cristiano como una comprensión creciente de la presencia de Jesucristo, una profunda comunión que sobrepasa a la más íntima amistad terrenal. Al hijo de Dios se le revelará cada día más y más la vida y la obra del Salvador, hasta que ocurra la "Revelación" final con la segunda venida de Cristo. Los que entonces lo contemplen con adoración serán los que lo llegaron a conocer en esta vida.

14. Hijos obedientes. Literalmente "como hijos de obediencia"; el énfasis se halla en "obediencia" (ver com. vers. 2). Compárese con "hijos de ira" (Efe. 2:3); "hijos de luz" (Efe.5:8) y expresiones similares (Efe. 2:2; 5:6; Col. 3:6; 1Tes. 5:5). En cuanto a "hijos" (Gr. téknon), ver com. 1Juan 3:1.

Conforméis. Gr. susjematízo (ver com. Rom. 12:2).

Deseos. Ver com. Rom. 7:7; c£ com. Mat. 5:28.

Ignorancia. La vida de egoísmo y mundanalidad de una persona cuando no conoce a Dios, ni su ley, ni a Cristo y su sacrificio, o sea antes de su conversión (ver com. Hech. 3:17; 17:30; Efe. 4:18). Los cristianos recién convertidos con frecuencia tienen que haber hecho frente a la tentación de volver a su antigua licenciosa forma de vivir. Pedro reconoce la fuerza de la tentación, pero fortalece a sus lectores contra su atracción.

15. Sino. Gr. allá, conjunción adversativa enfática que contrasta los "deseos que antes teníais" con la vida santa que se exige a los cristianos.

Llamó. Ver com. Rom. 8:28,30; 1Cor. 1:9.

Santo. Gr. hágios (ver com. Rom. 1:7). La primera parte de este versículo podría parafrasearse así: "Pero contrariamente, en armonía con el Santo que os llamó". Dios es absolutamente santo; en su presencia no puede existir ningún pecado ni forma de contaminación (cf. Lev. 11:44; 19:2; 20:7).

Sed también vosotros santos. Es decir, por vuestra parte sed santos de una vez por todas. El cristiano ferviente establece categóricamente su norma de conducta: no tiene en cuenta ninguna clase de impiedad futura. El hombre fue creado a imagen de Dios (Gén. 1:26-27), pero el pecado perdió esa semejanza. El propósito del Evangelio es restaurar la imagen divina en el hombre, que pueda ser santo como su Creador es santo.

Manera de vivir. Gr. anastrofé, "conducta" (ver com. Efe. 4:22). 

Nótese la abarcante naturaleza de la norma presentada ante el cristiano: debe ser santo en toda su conducta; debe ser santificado todo aspecto de su vida

 (cf. 1Tes. 5:23).

16. Escrito está. El AT es la autoridad final a la cual siempre acuden los autores del NT (cf. com. Mat. 2:5; Hech. 2:16; Rom. 1:17; etc.).

Sed santos. Una cita de Lev. 11:44; 19:2; 20:7. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "seréis" (BJ, BC). Se entiende el futuro como imperativo; el propósito es el mismo: Pedro exhorta a todos los cristianos a una vida santa.

17. Si. La construcción del texto griego no implica duda; se traduciría mejor "ya que invocáis". El autor tiene la confianza de que sus lectores invocan al Padre y continuarán invocándolo.

Padre. Ver com. Mat. 6:9; 7:11; 1Ped. 1:2.

Sin acepción de personas. Gr. aprosopolémptos, compuesto de a, "sin", y prosopolémptes, "uno que recibe el rostro" (ver com. Hech.10:34; Rom. 2:11; Sant. 2:1).

Juzga. El Padre juzga mediante el Hijo (ver com. Juan 5:22; 2Cor. 5:10).

La obra de cada uno. Ver com. Rom. 2:6.

Conducíos. Gr. anastréfo, "conducirse" (ver com. 2Cor. 1:12). La forma sustantivada anastrofé se usa en 1Ped. 1:15.

En temor. Es decir, con reverencia (ver com. Hech. 9:31; Rom. 3:18; 2Cor. 5:11; Efe. 5:21). 

La comprensión de su relación con Dios induce al cristiano a vivir con reverencia, pues sabe que su conducta diaria refleja su actitud hacia Dios. Temer reverentemente al Altísimo equilibra el temor de los hombres. En estas circunstancias el creyente leal puede mantenerse firme cuando los principios cristianos estén amenazados.

Peregrinación. Gr. paroikía, "residencia en tierra extraña". Compárese con parepídemos, vers. 1, donde el autor se refiere a la residencia transitoria del cristiano en este mundo y reconoce que su verdadero hogar está con Dios y Cristo en la tierra nueva.

18. Sabiendo que fuisteis. O "porque sabéis"; lo que es un motivo adicional para sentir un temor piadoso.

Rescatados. Gr. lutróo, "liberar en cambio de un rescate". En cuanto al sustantivo afín lútron, "rescate", ver com. Mat. 20:28.

Vana. Gr. mátaios, "vano", "inútil" (ver com. 1Cor. 15:17). El hombre no cristiano es impotente para erradicar los males personales y sociales. No encuentra un significado satisfactorio en su vida presente, ni tampoco tiene una esperanza viva para el futuro.

Manera de vivir. Gr. anastrofé (ver com. vers. 15).

Recibisteis de vuestros padres. Es necesario vivir una vida completamente nueva para sustituir la inoperante e inútil filosofía del paganismo.

Corruptibles. O "perecederas", en contraste con la naturaleza eterna del sacrificio de Cristo.

Oro o plata. Los metales preciosos se comparan con las cosas "perecederas" porque no pueden pagar el precio de la redención de la raza humana. Los esclavos eran comprados y liberados con oro o plata, pero el rescate espiritual del hombre depende de un pago infinitamente más precioso (vers. 19).

19. Sino con. El texto griego destaca el contraste entre los vers. 18 y 19: entre las "cosas corruptibles" y "la sangre preciosa de Cristo".

Sangre preciosa de Cristo. La "sangre preciosa" de Cristo es sin par, lo que hace que la redención que pagó el Salvador sea infinitamente mayor que cualquier otra (ver com. Rom. 3:25). Sin duda alguna: sólo la sangre de Cristo puede redimimos del pecado.

Cordero. En cuanto a Cristo como el Cordero dado por Dios para la redención de los hombres, ver com. Juan 1:29.

Sin mancha. Gr. amómos. Ver com. Efe.1:4, en donde también se ha traducido "sin mancha".

Sin contaminación. Gr. áspilos, "sin tacha moral" (ver Sant. 1:27; com. 1Tim. 6:14). 

En el AT se habla de la perfección física del cordero que se ofrecía en sacrificio.

 (Ver Lev. 22:19-21; com. Exo. 12:5). 

Esa cualidad se destaca también en el NT como un símbolo de la perfección moral de Cristo, que lo capacitó para ser el Cordero que Dios había ofrecido en el sacrificio digno y capaz de expiar a la raza humana.

20. Ya destinado. Gr. proginosko, "conocer de antemano", "prever" 

(Ver com. Rom. 8:29); "predestinado" (BJ, BC); "ya conocido antes" (NC).

Antes de la fundación. Ver com. Juan 17:24.

 La presentación de Cristo como el Cordero redentor no fue un plan de emergencia, introducido para hacer frente a un cambio imprevisto de circunstancias, sino que fue parte del propósito eterno de Dios.

 (cf. Mat.13:35; 25:34; ver com. Rom. 16:25; Efe. 3:11; Apoc. 13:8).  

Aquí y en otros pasajes de las Escrituras se enseña la preexistencia de Cristo.

 (Ver Nota Adicional de Juan 1).

Manifestado. Gr. faneróÇ (ver com. 1Juan 1:2).

 Aunque la presciencia de Dios y el haber determinado que habría un Salvador se remontan a la eternidad, la encarnación convirtió ese pensamiento de Dios en un hecho histórico. (Ver com. Juan 1:14; 1Juan 1:1,3). 

El hecho de que Cristo se "manifestó" implica su existencia previa.

 (Cf. 1Tim. 3:16; 2Tim. 1:10; 1Juan 3:5,8; 4:9).

En los postreros tiempos. Ver com. Joel 2:28; Rom. 13:11; Heb. 1:2; 

Nota Adicional de Rom. 13.

Por amor de vosotros. Los lectores de Pedro quedarían sorprendidos e inspirados al comprender que el eterno propósito de Dios, tal como se reveló en la encarnación de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, se había efectuado a causa de ellos.

21. Mediante el cual. La fe en Dios es posible mediante Jesús. Sin la revelación que él hace del carácter de Dios, los hombres de los días de Pedro y de los nuestros no habrían sabido más de Dios que lo que conoció la gente de los tiempos del AT. La vida, muerte y resurrección de Cristo son la única base para la esperanza de liberación que tiene el hombre. 

Le resucitó. Ver com. Hech. 3:15. La resurrección de Jesucristo es la manifestación suprema del poder divino. Cristo difícilmente podría haber sido revelado como el vencedor de la muerte sin su resurrección de entre los muertos (Apoc. 1:18). 

Su resurrección constituye la garantía de la resurrección futura de los santos (1Cor. 15:51-54; 1Tes. 4:14). El cristianismo es invencible debido a que Cristo resucitó (ver com. 1Cor. 15:14-20).

Gloria. Gr. dóxa (ver com. Juan 1:14; Rom. 3:23). El Hijo siempre había poseído "gloria" (Juan 17:5), pero después de su resurrección y ensalzamiento el Padre hizo que esa gloria fuera reconocida por los seres humanos. En este sentido Dios "le ha dado gloria".

Para que. Podría también traducirse "como resultado de lo cual vuestra fe y esperanza están en Dios". Una de las consecuencias de la demostración del grandioso poder de Dios en la resurrección y ensalzamiento de Cristo debe ser el aumento de la confianza del cristiano en Dios. Aquel que pudo actuar tan maravillosamente por Jesús, puede también actuar con el mismo poder a favor del creyente.

22. Purificado. Los lectores de Pedro ya se habían consagrado, y continuaban siendo limpios.  Ver com. 1Juan 3:3. La obra de purificación se hace bajo la conducción y con la ayuda del Espíritu Santo (ver com. 1Ped. 1:2).

Almas. Gr. psujé (ver com. Mat. 10:28); se refiere a la sede de la voluntad, los deseos y las pasiones.

Por la obediencia. El artículo destaca que se trata de la misma obediencia que exige la verdad del Evangelio. La purificación del ser humano sólo es posible en su totalidad si se somete a la voluntad de Dios.

Verdad. Para una definición de la verdad, ver com. Juan 8:32; cf. com. Juan 1:17; 17:17. La verdad, para que sea eficaz, no sólo debe ser conocida sino también practicada.

Mediante el Espíritu. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por la omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BA, BC y NC. Pero en las Escrituras frecuentemente se enseña que el Espíritu Santo es el poder que hace posible la obediencia del hombre.

Amor fraternal. Gr. filadelfia (ver com. Rom. 12:10). La obediencia a la verdad debe producir este fruto. Ver com. Juan 13:34; 1Juan 2:9-11; 3:10-18.

No fingido. Gn anupókritos, "sin disfraz", "sin hipocresía"; del sustantivo hupokrit's deriva la palabra "hipócrita".

Amaos. Gr. agapáÇ; el afecto que es gobernado por la razón y el entendimiento y busca lo mejor para el que es amado de esa manera (ver com. Mat. 5:43; Juan 21:15).

Entrañablemente. Gr. ektenÇs, "constantemente", "fervientemente" 

(ver com. Hech. 12:5).

El amor cristiano debe alcanzar a muchos aspectos de la vida de nuestros prójimos que pueden ser desagradables de por sí; pero el amor encubre todos los pormenores e incluye a todas las gentes (ver com. 1 Cor. 13:7).

De. O "que emana de". Se destaca la profundidad del origen del amor cristiano.

Puro. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por la inclusión de este adjetivo; algunos MSS tienen la palabra "verdadero"; otros omiten el adjetivo por completo. Lo omiten la BA, BC, NC.

23. Siendo renacidos. Mejor "habiendo nacido de nuevo"; una probable referencia a la conversión de los lectores mediante el poder de la Palabra de Dios. En cuanto al nuevo nacimiento, ver com. Juan 3:3-8.

Simiente. Puede ser una referencia a la parábola del sembrador, donde la "semilla" representa "la palabra de Dios" sembrada en los corazones de los hombres (ver com. Mat. 13:3-9, 18-23). Pedro también podría estarse refiriendo al nacimiento natural.

Corruptible. Gr. fthartós, "sometido a corrupción". Ver com. vers. 18.

Incorruptible. Gr. áfthartos (ver com. vers. 4).

Palabra de Dios. Es decir, la palabra que procede de Dios. 

Cf. "la palabra del reino" (Mat. 13:19). 

Las Escrituras son la palabra de Dios para el hombre (ver com. 2Tim. 3:16). Cualquiera que siga fielmente sus principios experimentará un "nuevo nacimiento" de esperanza, fortaleza y carácter. Si el hombre rechaza la "palabra de Dios", no puede esperar una transformación moral ni tampoco regeneración espiritual.

Vive y permanece. El sujeto podría ser la "palabra" o "Dios" o ambos casos (cf. Heb. 4:12). "Señor viviente y permanente" quizá armonizaría mejor con el contexto.

Para siempre. La evidencia textual establece (cf p. 10) la omisión de esta frase. La omiten la BJ, BC y BA.

24. Porque. Gr. dióti, vocablo que Pedro usa Generalmente para introducir citas del AT.

Toda carne. Una cita de Isa. 40:6-8. Se refiere a la humanidad en su estado natural y frágil, cuando carece de la gracia sustentadora de Dios.

Gloria del hombre. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto: "toda la gloria de ella", es decir de la carne.

Seca. Pedro contrasta la brevedad de la vida humana con la eternidad del gobierno de Dios. Sin la esperanza de la dádiva de la vida eterna que Dios concede, el hombre sólo tiene unos cortos años de existencia.

25. Palabra. Gr. r'ma, "palabra", "mensaje"; 

cualquier declaración de verdad divina.

Permanece. Gr. ménÇ, "quedar". 

Las declaraciones de Dios permanecen para siempre. Nada de lo que Dios dice puede ser corregido o alterado (ver com. Sal. 89:34). Los principios del gobierno de Dios durarán mientras él continúe existiendo (ver com. Mat. 5:17-18).

Anunciada. La elocuente conclusión de Pedro es que el mensaje eterno de Dios en cuanto al pecado y a la salvación, constituye las "buenas nuevas" de la iglesia cristiana. La "obediencia a la verdad" (vers. 22) asegura de esta manera al cristiano una continua comunión con el Dios eterno. (7CBA).

COMENTARIOS DE EGW

1; 3-5. HAp 412.

6-9; 13-21. HAp 413.

DURANTE SU MINISTERIO, PEDRO veló fielmente sobre el rebaño encomendado a su cuidado, y así demostró que era digno de la carga y responsabilidad que el Salvador había puesto sobre él. Siempre exaltaba a Jesús de Nazaret como la esperanza de Israel, y el Salvador de la humanidad. Imponía a su propia vida la disciplina del Obrero maestro. Por todos los medios a su alcance procuraba educar a los creyentes para el servicio activo. Su piadoso ejemplo y su incansable actividad inspiraban a muchos jóvenes promisorios a entregarse totalmente a la obra del ministerio. A medida que el tiempo transcurría, la influencia del apóstol como educador y dirigente aumentaba; y aun cuando nunca abandonó sus cartas relacionadas con su trabajo especial por judíos, dio su testimonio también en muchos países y fortaleció la fe de multitudes en el Evangelio.

EN LOS ÚLTIMOS AÑOS DE SU MINISTERIO, PEDRO fue inspirado a escribir a los creyentes "esparcidos en Ponto, en Galacia, en Capadocia, en Asia y en Bitinia." Sus cartas fueron el medio de despertar el ánimo y fortalecer la fe de los que soportaban pruebas y aflicciones, y de estimular a las buenas obras a los que, atravesando por diversas tentaciones, estaban en peligro de perder su confianza en Dios.

ESTAS CARTAS DEMUESTRAN haber sido escritas por uno en quien abundaban tanto los sufrimientos de Cristo como su consolación; por uno cuyo ser entero había sido transformado por la gracia de Dios y cuya esperanza en la vida eterna era segura e inconmovible. En el mismo comienzo de su primera carta el anciano siervo de Dios rendía a su Señor un tributo de alabanza y agradecimiento. "Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo -exclamó,- que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, y que no puede 413 contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos para nosotros que somos guardados en virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo".

Con Esta Esperanza De Una Herencia Segura En La Tierra Nueva, se regocijaban los cristianos primitivos aun en tiempos de severa aflicción. "En lo cual os . . .  alegráis -escribió Pedro,- estando al presente un poco de tiempo afligidos en diversas tentaciones, si es necesario, para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fue manifestado: al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no le veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas."

LAS PALABRAS DEL APÓSTOL fueron escritas para instrucción de los creyentes de todas las épocas y tienen un significado especial para los que viven en el tiempo cuando "el fin de todas las cosas se acerca." Toda alma que desea mantenerse en la fe, "firme hasta el fin" (Heb. 3:14) necesita sus exhortaciones y reprensiones y sus palabras de fe y ánimo.

EL APÓSTOL PROCURÓ ENSEÑAR A LOS CREYENTES cuán importante es impedir a la mente divagar en asuntos prohibidos o a gastar energías en cosas triviales. Los que no quieren ser víctimas de las trampas de Satanás deben guardar bien las avenidas del alma; Deben Evitar El Leer, Mirar U Oír Lo Que Puede Sugerir Pensamientos Impuros. No debe permitirse que la mente se espacie al azar en cualquier tema que sugiera el enemigo de nuestras almas.

 El corazón debe ser fielmente vigilado, o males de afuera despertarán males de adentro, y el alma vagará en tinieblas.

"POR LO CUAL -ESCRIBIÓ PEDRO-, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesucristo os es manifestado: . . . no conformándoos con los deseos que antes tenías estando en vuestra ignorancia; sino como aquel 414 que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación: porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".

10-12. CS 392. Escribiendo San Pedro acerca de la salvación dada a conocer por el Evangelio, dice: "Respecto de la cual salvación, buscaron e inquirieron diligentemente los profetas, que profetizaron de la gracia que estaba reservada para vosotros: inquiriendo qué cosa, o qué manera de tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, cuando de antemano daba testimonio de los padecimientos que durarían hasta Cristo, y de las glorias que los seguirían. A quienes fue revelado que no para sí mismos, sino para nosotros, ministraban estas cosas." (1Pedro 1:10-12, V.M.)

No obstante, a pesar de no haber sido dado a los profetas que comprendiesen enteramente las cosas que les fueron reveladas, procuraron con fervor toda la luz que Dios había tenido a bien manifestar. "Buscaron e inquirieron diligentemente," "inquiriendo qué cosa o qué manera de tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos." ¡Qué lección para el pueblo de Dios en la era cristiana, para cuyo beneficio estas profecías fueron dadas a sus siervos! "A quienes fue revelado que no para sí mismos, sino para nosotros, ministraban estas cosas." Considerad a esos santos hombres de Dios que "buscaron e inquirieron diligentemente" tocante a las revelaciones que les fueron dadas para generaciones que aún no habían nacido. Comparad su santo celo con la indiferencia con que los favorecidos en edades posteriores trataron este don del cielo. ¡Qué censura contra la apatía, amiga de la comodidad y de la mundanalidad, que se contenta con declarar que no se pueden entender las profecías! 393

22, 23. HAp 414.

24-25. HAp. 415.

"POR LO CUAL -ESCRIBIÓ PEDRO-, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesucristo os es manifestado: . . . no conformándoos con los deseos que antes tenías estando en vuestra ignorancia; sino como aquel 414 que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación: porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".

"CONVERSAD EN TEMOR todo el tiempo de vuestra peregrinación: sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata; sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación: ya ordenado de antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postrimeros tiempos por amor de vosotros, que por él creéis a Dios, el cual le resucitó de los muertos, y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea en Dios."

Si la plata y el oro fuesen suficientes para conseguir la salvación de los hombres, cuán fácilmente podría ser efectuada por Aquel que dice: "Mía es la plata, y mío el oro." (Hag. 2:8) Pero el transgresor puede ser redimido solamente por la sangre preciosa del Hijo de Dios.

EL PLAN DE SALVACIÓN ESTÁ BASADO EN EL SACRIFICIO. El apóstol Pablo escribió: "Porque ya sabéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros por su pobreza fueseis enriquecidos." (2 Cor. 8:9.) Cristo se dio a sí mismo para poder redimiros de toda iniquidad. Y ofrece como bendición suprema de la salvación "la dádiva de Dios" que "es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Rom. 6:23)

"HABIENDO PURIFICADO vuestras almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento -continúa Pedro,- amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro.

"LA PALABRA DE DIOS -LA VERDAD- es el medio por el cual Dios manifiesta su Espíritu y su poder. La obediencia a ella produce fruto de la calidad requerida; "amor no fingido de los hermanos." (V.M.) Este amor es de origen celestial y conduce a móviles elevados y acciones abnegadas. Cuando la verdad llega a ser un principio permanente en nuestra vida, el alma renace, "no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, que vive y permanece 415 para siempre."

ESTE NUEVO NACIMIENTO es el resultado de haber recibido a Cristo como la Palabra de Dios. Cuando las verdades divinas son impresas sobre el corazón por el Espíritu Santo, se despiertan nuevos sentimientos, y las energías hasta entonces latentes son despertadas para cooperar con Dios.

ASÍ SUCEDÍA CON PEDRO Y SUS CONDISCÍPULOS. Cristo es el revelador de la verdad al mundo. Por él, la simiente incorruptible- la Palabra de Dios- fue sembrada en el corazón de los hombres. Pero muchas de las más preciosas lecciones del gran Maestro fueron habladas a quienes no las entendían. Cuando, después de su ascensión, el Espíritu Santo trajo sus enseñanzas a la memoria de los discípulos, se despertaron sus sentidos dormidos. 

El significado de esas verdades iluminó sus mentes como una nueva revelación, y la verdad, pura y sin adulteración, se hizo lugar. Entonces la maravillosa experiencia de la vida de Cristo llegó a ser suya. La Palabra dio testimonio por medio de ellos, los hombres de su elección, y proclamaron la importante verdad: "Y aquel Verbo [Palabra] fue hecho carne, y habitó entre nosotros . . . lleno de gracia y de verdad." "Porque de su plenitud tomamos todos y gracia por gracia." (Juan 1:14-16.)

EL APÓSTOL Exhortó A Los Creyentes A Estudiar Las Escrituras, para que por medio de un adecuado entendimiento de ellas pudiesen realizar una segura obra para la eternidad. Pedro comprobó que en la experiencia de cada persona que finalmente obtiene la victoria, existen momentos de perplejidad y prueba; pero sabía también que la comprensión de las Escrituras podía capacitar al tentado, trayendo a la mente promesas que podían confortar el corazón y reforzar la fe en el Poderoso.

"Toda carne es como la hierba -declaró,- y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba: secóse la hierba, y la flor se cayó; mas la palabra del Señor permanece perpetuamente. Y ésta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. Dejando pues toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las detracciones, desead, como 416 niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis en salud: si empero habéis gustado que el Señor es benigno."

Ministerio Hno. Pio


No hay comentarios:

Publicar un comentario