Por
amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga
como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha.
(Isaías 62:1).
Dios llama a sus
obreros en esta edad de piedad enfermiza y principios pervertidos, para
revelar una espiritualidad sana e
influyente...
Esto requiere
Dios de usted. Cada jota de su
influencia ha de ser usada en favor de
Cristo. Usted tiene que llamar
ahora las cosas por su nombre, y defender
con firmeza la verdad tal como es
en Jesús.
Corresponde a cada
alma cuya vida está
escondida con Cristo en Dios salir al
frente ahora, y contender por la fe que una vez libertó
a los santos.
La verdad debe
ser defendida y el reino
de Dios adelantado como si Cristo estuviera en persona sobre
esta tierra...
Cuando
el Espíritu Santo controle la mente de nuestros miembros
de iglesia, se
verá en nuestras iglesias un nivel mucho más alto en el lenguaje, en el ministerio, en la espiritualidad, del que ahora vemos.
Los
miembros de iglesia serán refrescados por el agua de vida,
y los obreros, trabajando bajo la Cabeza, Cristo, revelarán a su Maestro en espíritu, en palabra, en obras y se animarán unos
a otros a avanzar en la grandiosa obra final en la cual estamos comprometidos.
Habrá un sano incremento de la unidad
y el amor, lo cual dará testimonio al mundo de que Dios envió
a su Hijo a morir
por la redención de los pecadores.
La verdad divina será exaltada; y
a medida que brille
como una lámpara encendida, la entenderemos más y más claramente.
La verdad probatoria para este tiempo no es la obra de ningún hombre. Es la de Dios...
En
cada movimiento,
los seguidores de Cristo han de revelar su consideración por los
principios bíblicos -amar a Dios por sobre todo y
a su prójimo
como a sí mismos; reflejar la luz y las bendiciones sobre el camino de
quienes están en
la oscuridad; consolar a quienes están abatidos; dulcificar
las aguas amargas en
lugar de dar a beber hiel a los compañeros de peregrinación.
Incrementemos nuestro
conocimiento de la verdad, dando toda
la alabanza y la gloria a quien es uno con el Padre.
Busquemos
más fervientemente la unción celestial, el Espíritu Santo. Tengamos un cristianismo puro, creciente, para que al fin en las cortes celestiales podamos ser declarados completos en Cristo.
"¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!" (Mateo 25:6).
No pierdan tiempo ahora: levántense y preparen sus lámparas.
No pierdan tiempo: busquen la perfecta unidad unos con otros.
Debemos esperar dificultades. Vendrán
pruebas.
Cristo, el capitán
de nuestra salvación, fue hecho perfecto por medio
del sufrimiento.
Sus seguidores enfrentarán al enemigo muchas veces, y serán severamente probados; pero no necesitan desesperar.
Cristo les dice: "Confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).
-Pacific Union
Recorder, 17 de diciembre de 1903. RJ211/EGW/MHP 212
AUDIO.
https://www.youtube.com/watch?v=s6YtTCfw9pg&list=PLtrFh-HO7ogBX3lJ-BVlf4v1fLk5TmqV6&index=24&pp=sAQB
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